INTRODUCCIÓN
La albúmina desempeña un importante y múltiple rol en el organismo que incluye el mantenimiento de la presión coloidosmótica plasmática y el transporte de sustancias diversas, tanto endógenas (electrolitos: calcio, zinc, ácidos grasos, bilirrubina, vitaminas liposolubles, hormonas), como exógenas (fármacos). La albúmina contribuye al reservorio de aminoácidos destinado a la síntesis proteica y participa en la regulación del equilibrio ácido - base del organismo presentando una importante actividad tampón en fluidos extravasculares. Además, la albúmina previene la formación patológica de trombos plaquetarios, inhibe el daño oxidativo al captar radicales libres en estados inflamatorios y contribuye al mantenimiento fisiológico de la integridad endotelial y permeabilidad microvascular (Pedersen y otros, 2005).
Numerosos estudios demuestran que bajos niveles de albúmina se asociarían a malos resultados, tanto en la población de pacientes críticos agudos como crónicos (Velázquez, 2013; Zúñiga, 2015). Aún más, existen reportes que demuestran que la concentración de albúmina medida entre las 24 y 48 horas después del ingreso en cuidados intensivos, representaría un parámetro tan sensible como el puntaje de gravedad APACHE II para predecir resultados (Wilkes, 2001). Un metaanálisis incluyendo 90 estudios de cohorte en pacientes críticos, demostró que la hipoalbuminemia constituiría por sí sola un predictor de malos resultados (Vincent, 2009). Se ha reportado también que por cada 1 g/dl que disminuye la albúmina, el riesgo de morbilidad y mortalidad aumentaría en un 89 y 137% respectivamente, y que la mortalidad asociada en pacientes con niveles de albúmina < 2 g/dl fluctuaría cercana al 100%. Del mismo modo, se ha documentado que la capacidad del paciente crítico para recuperar sus niveles de albúmina representaría un buen predictor de resultados, sugiriéndose incluso que esta ofrecería un efecto protector por sí misma. Basados en estas observaciones, es que aportar albúmina exógena en enfermedades críticas resulta atractivo, si bien su utilidad no ha logrado establecerse (Delaney y otros , 2011; Haynes y otros, 2003; Reviewers, 1998).
Tomando en cuenta el crecimiento que han experimentado las unidades de cuidados intensivos pediátricos y considerando la extrema complejidad de los pacientes que suelen admitirse en ellas; es inevitable la carga de morbimortalidad que es registrada en estos servicios, en este sentido la determinación y análisis de las condiciones que puedan predecir una evolución desfavorable en este tipo de pacientes resulta de constante interés y más aún cuando éstas puedan reunir ciertas características fundamentales para su aplicabilidad en la práctica clínica diaria, como por ejemplo su simplicidad en la determinación, acceso universal y fácil interpretación y en este sentido el enfoque pronóstico en este contexto poblacional específico se vería enriquecido si se verifica que la hipoalbuminemia presenta la misma capacidad demostrada en el paciente adulto en relación a la predicción de su evolución.
El presente trabajo tiene como objetivo determinar el comportamiento de la albúmina y su influencia en la evolución de pacientes pediátricos en diferentes estadíos de la sepsis.
METODOLOGÍA
Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal, en los pacientes con diagnóstico de sepsis, ingresados en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) del Hospital Universitario “José Luis Miranda” de Santa Clara, provincia de Villa Clara. La muestra quedó conformada por 184 pacientes, incluidos ambos sexos. Se incluyeron a todos los pacientes con diagnóstico de sepsis hospitalizados en la UCIP; a los cuales, a su ingreso se les tomó una muestra de sangre para determinar el valor de la albúmina sérica. Se excluyeron pacientes con entidades perdedoras de proteínas por la orina, pacientes con enfermedad hepática, pacientes desnutridos yacientes con enteropatías.
Los datos recopilados fueron registrados a través del paquete de Microsoft (Office 2013), específicamente Excel y posteriormente procesados mediante el paquete de programas SPSS, R y Weka. Mediante estos softwares fueron confeccionadas las tablas y figuras, mostrándose la información resumida a través de las mismas.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la Tabla 1 se muestra la distribución de los pacientes según grupo de edades, sexo y nivel de albúmina. En la misma se puede apreciar que el mayor número de pacientes se concentra en el intervalo de un mes a un año con comportamiento similar en ambos sexos, con un total de 99 pacientes lo que representa un 53.8%. La cantidad de pacientes según los niveles de albúmina son similares por lo que estamos en presencia de la una base de casos balanceada.
En la Tabla 2 se presenta la distribución de los pacientes según el nivel de albúmina, el estadío de la sepsis y su estado al egreso; se puede observar que cuando el nivel de albúmina es bajo predominan los casos que evolucionaron al shock séptico (67, 73.6%) y de ellos fallecieron 21 (31.3%) a diferencia de lo que se aprecia con nivel de albúmina normal donde existen menos pacientes que evolucionaron al shock séptico (38, 40.9%) de los cuales solo fallecieron 7 (7.5%). Los resultados coinciden con lo referido por otros autores (More Huamán, 2014), una mayor mortalidad en los casos con hipoalbuminemia.
En la Tabla 3 se muestra los pacientes con hipoalbuminemia en relación con las comorbilidades, estado al egreso y estadío de la sepsis. Se puede apreciar que en el caso de las enfermedades oncohematológicas el mayor número de pacientes en estadío de shock séptico (8, 8/21%) fallecieron a diferencia de los pacientes con nivel de albúmina normal en igual estadío que solo fallecieron 2 (28.6%) como se muestra en la Tabla 4.
El nivel de albúmina de los fallecidos (30.22 mg/dl) está por debajo del valor considerado como normal (35mg/dl) a diferencia de los vivos (36.1 mg/dl) con un valor dentro del rango de normalidad (entre 35 y 45 mg/dl) (Figura 1).
En la Tabla 5 se muestra el resultado de comparar el nivel de albúmina con el estadío de la sepsis a través de la tabla de contingencia y la prueba Chi-cuadrado. Realizando una interpretación estadística del problema puede concluirse que el test arrojó resultados significativos, por lo que existe relación de dependencia entre las variables presentes en el estudio. Lo mismo sucede con las variables estado al egreso y sexo (Tabla 6 y Tabla 7).
Chi Cuadrado: 21.8
p=0.00 < 0.05
V de Cramer: 0.344
Las variables predictivas pueden ordenarse por la fortaleza de su asociación (Press y otros, 2005) de acuerdo con el valor del estadístico V de Cramer. En las Tabla 5, Tabla 6 y Tabla 7 se muestran los resultados obtenidos ordenados de mayor a menor respectivamente. Del análisis de las mismas puede concluirse que el estadío de la sepsis es la variable más significativa.
Chi Cuadrado: 8.6
p=0.03 < 0.05
V de Cramer: 0.216
Chi Cuadrado: 6.2
p=0.012 < 0.05
V de Cramer: 0.185
Aunque en el presente trabajo no se trata directamente con un problema de clasificación se quiso evaluar el comportamiento de algunos de los clasificadores presentes en el Weka utilizando como clase a la variable estado al egreso (vivo, fallecido). Un resumen se muestra en la Tabla 8 donde puede apreciarse que la combinación de los métodos Bagging y Random Forest tuvieron el mayor porcentaje de casos bien clasificados y una mayor área bajo la curva.
CONCLUSIONES
Al concluir el estudio se puede afirmar que los niveles bajos de albúmina influyen en la progresión de los pacientes pediátricos a estadíos avanzados de la sepsis, así como inciden en una mayor mortalidad. Esto se ve incrementado cuando concurren comorbilidades (ejemplo: enfermedades oncohematológicas) y pudieran considerarse los niveles de albúmina como un predictor de mortalidad.
Se sugiere realizar estudios posteriores con un mayor número de casos en aras de validar los resultados obtenidos en el presente trabajo así como poder evaluar algunas variables que no fueron incluidas en el estudio.