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El Congreso Mundial de Bibliotecas y de la Información, celebrado en Atenas entre los días 24 y 30 del pasado mes de agosto, fue el entorno escogido para presentar la estrategia de la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones de Bibliotecas (IFLA) para el período 2019-2024.
Durante los últimos dos años y medio, la IFLA ha emprendido una transformación en su accionar. Esta estrategia se ha adoptado teniendo en cuenta las conclusiones de la Visión Global de la IFLA, como voces de todo el mundo y de todas las partes de la profesión, un trabajo colaborativo en el que han participado más de 30 000 especialistas de 190 países miembros de las Naciones Unidas (ONU).1
El mundo de la información, en especial las bibliotecas, se enfrenta en el contexto actual con nuevas prioridades, necesidades y oportunidades. Al respecto, el Secretario General de la IFLA, Gerald Leitner, señaló: “… nuestro impacto, tanto en nuestras acciones como en nuestro activismo profesional, depende de ser capaces de incentivar a todas las partes integrantes”.2
La IFLA, gracias a su alcance total, logró crear el escenario propicio para el intercambio con los profesionales de las bibliotecas y la información de todo el mundo. La respuesta y los resultados del proceso fueron la fuente de inspiración para la primera estrategia de la IFLA, verdaderamente integral, para y por el mundo bibliotecario.
El programa promueve como visión ser un sector bibliotecario fuerte y unido que contribuya al desarrollo de sociedades alfabetizadas, informadas y participativas, con la misión de inspirar, hacer partícipe, habilitar y conectar. Las bibliotecas y los centros de información pueden marcar la diferencia en el acceso a la información de manera global y democrática.
Cada dirección estratégica lleva implícitas cuatro iniciativas claves, que ofrecen el marco donde se desarrollan acciones para fortalecer el sector bibliotecario, tales como: reforzar la voz global de las bibliotecas, inspirar y mejorar la práctica profesional, conectar y fortalecer el sector y optimizar la Organización.
El sistema nacional de información en salud se une al llamado de la comunidad mundial de la biblioteconomía y la documentación para discutir, volver a examinar, repensar y reinterpretar la función de las bibliotecas como promotoras del cambio.
Pérez-Salmerón expresó: “Si los bibliotecarios queremos continuar nuestro trabajo debemos adaptarnos al cambio social. El futuro de la función de las bibliotecas dependerá de la eficiencia que las bibliotecas sean capaces de demostrar en dar respuesta a las demandas de la sociedad, y del nivel de consideración que la sociedad tenga de la necesidad de su existencia”.3
Escenarios como este estimulan el pensamiento crítico sobre el papel actual de los especialistas de la información. Sus decisiones y acciones reafirmarán su rol de voz en una sociedad cada vez más globalizada.
Esperamos que, al compartir estas acotaciones, estemos incentivando a nuestra comunidad de profesionales de la información a continuar investigando sobre la Estrategia 2019-2024, propuesta por la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones de Bibliotecas (IFLA).
