Introducción
Actualmente existe un claro dominio de los varones en la investigación científica, a pesar de que en algunos países existe mayor proporción de mujeres universitarias en pregrado y posgrado.1 Diversos estudios han demostrado que las mujeres reciben menos fondos para realizar investigación; tienen menor participación en la autoría de artículos científicos, ya sea como investigadora principal o senior, por lo que su reconocimiento a través de premios académicos es inferior al de los varones; ocupan menos cargos de liderazgo en instituciones de investigación;2,3 obtienen menor cantidad de patentes4 y reciben un menor salario.5) Además, la mayoría de los estudios no toman en cuenta el sesgo del género, lo que finalmente conduce a resultados inexactos y a menos beneficios para las mujeres. (6,7
A pesar de esta evidencia, no están claras las razones de estas desigualdades; algunos estudios han postulado que las mujeres producen trabajos de igual o incluso mayor calidad que sus contrapartes masculinas8) y que la producción científica de las mujeres se equipara al de los hombres,9 sobre todo en las cohortes más recientes.10
La medición del impacto académico se realiza a través de los indicadores bibliométricos, como el índice h, ampliamente utilizado en el campo biomédico.11) El índice h es un indicador que combina de forma equilibrada el número de publicaciones y el número de citas.6) Fue desarrollado en el año 2005 por Hirsch, quien lo definió como el número h de trabajos publicados, que han sido citadas al menos h veces en la literatura.12
Es decir, un autor que tiene un índice h de 8 ha tenido ocho publicaciones que han sido citadas en la literatura (por lo menos ocho veces cada uno). No obstante, si tiene 100 publicaciones y 90 de ellas se han citado menos de h veces (menos de ocho veces) no estarán incluidos en el recuento total de su índice h.13) Por lo tanto, tener muchos artículos publicados no necesariamente incrementa en valor de este indicador.
Se ha demostrado que el índice h de Google Académico (GA) tiene una alta correlación con el índice h de Scopus14,15) y de Web of Science.16 Además, GA incluye citas de libros, conferencias u otro tipo de trabajos académicos que no se encuentran disponibles en las bases anteriores, por lo que ofrecería una medición mucho más completa de la producción científica de cada investigador,17,18) aunque es recomendable que en estudios bibliométricos se utilice solo el índice h de una base de datos específica,17 tal como ocurre en el presente estudio.
La evidencia indica que existen diferencias de sexo en la investigación científica, con un claro favoritismo hacia los varones; sin embargo, la mayoría de estos estudios se han realizado en países desarrollados, con muy poca evidencia de estas diferencias en países de Latinoamérica. El índice h tiene la ventaja de medir la calidad de los artículos publicados a través de la cuantificación de las citas recibidas, independientemente del número de artículos publicados, por lo que resulta idóneo para estudios de comparabilidad entre hombres y mujeres.
El objetivo del presente estudio fue determinar si el sexo se asocia con el impacto académico de investigadores de 12 países de Latinoamérica con perfil en Google Académico.
Métodos
Se realizó un estudio bibliométrico, en el que se comparó el índice h y el número de citas. Se emplearon datos de la página Webometrics Ranking of World Universities (http://www.webometrics.info), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, que publica de forma periódica ránquines de investigadores de diferentes países según la información disponible (índice h y número de citas) en los perfiles de GA (https://goo.gl/unGtst). La recopilación de la información y la creación de la base se realizó en marzo de 2016.
Selección de los participantes
Primeramente, de la base de datos creada se seleccionaron los países de Latinoamérica que tenían al menos 100 investigadores. Cumplieron este criterio 12 países: Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela, Uruguay, Puerto Rico, Perú, Cuba, Costa Rica y Ecuador. De estos 12 países que estaban disponibles en la página web, el total de investigadores fue de 14 890. Se excluyeron aquellos países con menos de 100 investigadores: Bolivia (19), el Salvador (14), Guatemala (7), República Dominicana (4), Nicaragua (6), Honduras (4) y Paraguay (15).
De cada país seleccionado se eligieron 150 investigadores, ordenados según su índice h (150 primeros puestos). En Puerto Rico solo se incluyeron 100 investigadores debido a los pocos perfiles disponibles en la página de Webometrics.
Medición de las variables de interés
El sexo de los investigadores se determinó según su primer o segundo nombre. En caso de dudas o discrepancias, se visualizó la fotografía de su perfil de GA; en caso de no tener fotografía se procedió a realizar una búsqueda en Internet, utilizando su forma de firma habitual y priorizando su institución de procedencia, directorios nacionales de investigadores y redes sociales, en ese orden.
El impacto académico se determinó para cada investigador a través del valor del índice h y del número de citas. Estas medidas se encontraban disponibles en la misma página y servían para establecer los ránquines de investigadores en Webometrics.
Plan de análisis
Los datos de las variables consignadas para el análisis (sexo, país, índice h y número de citas) se copiaron directamente al programa Excel de Microsoft Office 2010. Posteriormente se importó al programa STATA versión 14.0 (Stata Corporation, College Station, Texas, EE.UU.). Para la variable sexo se calcularon las frecuencias y los porcentajes. Para las variables índice h y número de citas se evaluó la normalidad a través de la visualización de sus distribuciones (histogram var, normal) y con la prueba de Saphiro-Wilk (swilk var). Al comprobarse que ambas variables presentaban distribuciones no paramétricas se decidió utilizar la mediana y el rango intercuartílico (RIC) como medidas de tendencia central y de dispersión, respectivamente.
Las diferencias en el impacto académico según sexo se evaluaron con la prueba U de Mann-Whitney. Se consideró un valor de p < 0,05 como estadísticamente significativo. Siguiendo la metodología descrita por Symonds y otros,8) se elaboró un gráfico de dispersión entre el logaritmo del promedio del índice h y el logaritmo del número de citas, por cada país, que incluyó una recta de regresión, a fin de visualizar la distribución de los investigadores según sexo, alrededor de la recta.
Atendiendo a la recomendación de calcular el tamaño del efecto en estudios de género19) y considerando la distribución no paramétrica de las variables, se procedió a calcular la r de Rosenthal, según lo descrito por Fritz y otros.20)
Donde Z es el valor Z de la prueba de U de Mann-Whitney y N es la cantidad total de participantes. La interpretación se realizó según los siguientes valores: 0,10 (tamaño del efecto pequeño); 0,30 (tamaño del efecto moderado) y 0,50 (tamaño del efecto grande).21)
Resultados
De los 1 750 investigadores incluidos, el 82,7 % (1 446) fueron varones y el 17,3 % (304), menos de la quinta parte, fueron mujeres. Esta predominancia masculina fue mayor en Chile: 139/150 (92,6 %), y menor en Cuba: 108/150 (72,0 %).
Impacto académico según países
Los investigadores de Brasil tuvieron el mayor impacto académico (mediana de índice h: 50; RIC: 44-59; mediana de citas: 9 516; RIC: 7 795-14 658), mientras que los investigadores de Ecuador tuvieron el menor impacto académico (mediana de índice h: 8; RIC: 6-11; mediana de citas: 253; RIC: 122-594) (Tabla 1).
Sexo e impacto académico
De los 12 países analizados, solo cuatro presentaron diferencias en la mediana del índice h según el sexo. Estos países fueron: Argentina (p = 0,005), Puerto Rico (p = 0,004), Cuba (p = 0,004) y Ecuador (p = 0,007). Además, al analizar la magnitud del efecto de estas diferencias, se encontró valores de r < 0,3 lo que corresponde a un efecto pequeño (Tabla 2).
aMediana (rango intercuartílico); p: Valor de p de la prueba no paramétrica U de Mann-Whitney; r: r de Rosenthal que indica el tamaño del efecto para distribuciones no paramétricas.
Asimismo, solo tres países presentaron diferencias en la mediana de citas según sexo: Brasil (p = 0,030), Cuba (p = 0,028) y Ecuador (p = 0,009), cuyas magnitudes del efecto también resultaron pequeños (r < 0,30) (Tabla 3).
aMediana (rango intercuartílico); p: Valor de p de la prueba no paramétrica U de Mann-Whitney; r: r de Rosenthal que indica el tamaño del efecto para distribuciones no paramétricas.
En la figura se observa que en la mayoría de los países se presenta una distribución semejante entre hombres y mujeres alrededor de la línea de regresión. Sin embargo, en México, Venezuela y Costa Rica se observa una mayor cantidad de mujeres por encima de la línea de regresión, esto se corresponde con los valores de índice h descritos anteriormente en la tabla 2. Incluso en Costa Rica el valor del índice h es mayor en las mujeres que en los varones.
Discusión
Los hallazgos de este estudio demuestran una menor presencia de las mujeres (17,4 vs. 82,6 %) en los primeros puestos de los ránquines de Webometrics basados en los perfiles de GA de 12 países de Latinoamérica. Un estudio bibliométrico realizado por Larivière y otros refiere que a nivel mundial las mujeres participan en la autoría de artículos científicos solo en un 30 %.1) Los motivos de este pobre protagonismo no están claros; la evidencia sugiere que este fenómeno es multifactorial. La mayor cantidad de años en la investigación de los varones, sobre todo en disciplinas recientes,22) los posgrados como las maestrías que no sean de ciencias23 y la falta de mentores del mismo sexo24 se pueden citar entre los principales factores académicos. Sin embargo, la maternidad podría ser un factor decisivo. Obviamente, el tiempo, la energía y el dinero dedicados a la crianza de los hijos pueden reducir la participación de las mujeres en la investigación.25
Se menciona también que las mujeres tienen menor tendencia a colaborar institucionalmente con otros investigadores, a diferencia de los varones, que parecen tener mayor predisposición para entablar vínculos académicos, lo que significaría citaciones extras por las relaciones que acumulan.1,26) Incluso, se ha llegado a sugerir que los hombres y las mujeres tienen diferentes estilos de trabajo.27) Sin embargo, estudios recientes sugieren que la brecha académica entre hombres y mujeres se está acortando, sobre todo en las ciencias sociales.28
De acuerdo con los hallazgos, podríamos sugerir que el impacto de las publicaciones científicas realizadas por mujeres es similar (en algunos casos superior, como en Costa Rica) al impacto de las publicaciones realizadas por sus homólogos masculinos, a pesar de que las mujeres solo participan en la quinta parte de la muestra analizada. Similares hallazgos han sido descritos por Eloy y otros, quienes describen ─en una muestra de otorrinolaringolos─ que las mujeres tienen una menor producción al inicio de sus carreras, pero que luego de 20 años, sus valores de índice h son iguales o incluso superiores al de los varones,13) y en cirujanos, en donde su impacto académico es similar al de los varones, durante toda su carrera académica.29
Asimismo, Pashkova y otros refieren ─en una cohorte de anestesiólogos─ que el impacto académico es inferior en mujeres al inicio de su carrera y que después de siete años esta es superior al de los varones.30 La teoría menciona que las mujeres son más propensas a enfatizar el cuidado, la precaución y la atención minuciosa a los detalles de su trabajo. Esto podría explicar (en parte) la mejor calidad y, por tanto, el mayor impacto de sus publicaciones científicas.27
Se utilizó la metodología de Symonds y otros8) para graficar la distribución de los investigadores, según sexo, alrededor de una recta de regresión, en los 12 países considerados. Observamos distribuciones similares entre mujeres y varones; sin embargo, algunos países presentaron una mayor agrupación de mujeres por encima de la línea de regresión. Estos hallazgos refuerzan la hipótesis de que las mujeres, a pesar de tener menor participación, producen investigaciones de impacto científico semejante, e incluso superior, al de los varones.
El presente estudio tuvo limitaciones referidas a la selección de los participantes (sesgo de selección), es decir, que para que los investigadores ingresaran al estudio, necesariamente debían tener un perfil creado voluntariamente en GA. Se desconoce si existe una mayor predisposición de los varones o mujeres por tener un perfil en GA, ya que esto podría alterar los porcentajes finales. No obstante, al considerar solo los 150 primeros puestos de cada país, este problema se reduce considerablemente.
La inclusión de investigadores de diversas áreas de estudio podría alterar las diferencias halladas, presumiblemente porque el índice h variaría según el área de conocimiento evaluada. Se considera que las mujeres tienen una menor participación en áreas como la ingeniería (física o en computación), aunque existe evidencia de su predominio en áreas como enfermería o medicina veterinaria.31) Sugerimos que en futuras investigaciones se considere la evaluación del impacto académico según áreas de estudio.
Asimismo, GA no discrimina adecuadamente la autoría de las publicaciones, por lo que muchos investigadores quizás presenten artículos en sus perfiles que no les pertenezcan, lo que incrementaría su producción científica y posiblemente también su índice h.32
Otras limitaciones importantes parten de la naturaleza misma del índice h,33) el cual valora de forma diferente a los investigadores con pocas publicaciones, pero con muchas citaciones, tal como presumiblemente ocurre en determinadas etapas de la carrera académica de las mujeres. El índice h nunca será mayor al número total de publicaciones. Además, el índice h se ve influenciado por los años que trascurren desde la primera publicación, es decir, que un investigador con más años publicando, tendría un mayor índice h que un investigador que recién se inicia.34) El índice h nunca disminuye y por esta misma razón los investigadores con mayor tiempo publicando siempre tendrán un mayor valor de este indicador.
Se debe reconocer que los hallazgos solo serían representativos de las poblaciones de investigadores que tienen un perfil en GA y que se encuentran en los primeros puestos de los ránquines de Webometrics. Aun así, brindan una aproximación al entendimiento de la influencia del sexo en el impacto académico.
Se concluye que menos de la quinta parte de los investigadores latinoamericanos ubicados en los primeros puestos, según GA, fueron mujeres. A pesar de esto, en la mayoría de los países no se encontró diferencias de sexo en el impacto académico. Incluso, en alguno de ellos, la producción de las mujeres fue superior al de los varones; esto sugiere, aunque de forma preliminar, que las mujeres producen trabajos de alta calidad que generan una mayor cantidad de citas. Se recomienda la realización de estudios con diseños metodológicos más complejos, tomando en consideración el sesgo de la selección, la inclusión de otros indicadores bibliométricos, las posiciones de autoría y la revisión de otras bases de datos o directorios de investigadores, a fin de poder corroborar los hallazgos del presente estudio.