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Revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina

versión On-line ISSN 2308-0132

Estudios del Desarrollo Social vol.4 no.1 La Habana ene.-abr. 2016

 

ARTÍCULO ORIGINAL

 

El pensamiento de Che como variante crítica del marxismo

 

The Thought of Che as a Critical Variant of Marxism

 

 

Lic. Tatiana Martínez Hernández

Dirección de Ciencias Sociales. Instituto Superior Politécnico "José Antonio Echevarría". Cuba

 

 

 


RESUMEN: El artículo analiza la formación del pensamiento marxista de Ernesto Che Guevara. Se aborda el ascenso en su autoformación marxista en la medida que conoce, interpreta y se propone cambiar la realidad de su país natal y luego de Latinoamérica en la etapa de su temprana juventud. El presente trabajo pretende resaltar la visión intelectual del Che. Desde sus análisis en la conformación de un diccionario filosófico, hasta las propuestas más elaboradas en su condición de dirigente de la Revolución Cubana, Che asume una posición crítica de la teoría y elabora una propuesta de construcción de una sociedad socialista y de un nuevo hombre, desde las condiciones de un país latinoamericano y subdesarrollado. Aquí se valora al Che como pensador crítico y se considera su obra teórica como parte de los autores de la variante crítica del marxismo latinoamericano.

PALABRAS CLAVE: Che, marxismo, crítica, revolución cubana.


ABSTRACT: The article analyzes the formation of Marxist thought of Ernesto Che Guevara. Promotion is addressed in its Marxist self-education to the extent known, interprets and proposes to change the reality of his native country and then in Latin America in the early stage of their youth. This paper aims to highlight the intellectual vision of Che. From their analysis on the formation of a philosophical dictionary, to the more elaborate proposals in his capacity as leader of the Cuban Revolution, Che takes a critical stance of theory and prepares a proposal for building a socialist society and a new man, from the conditions of a Latin American and underdeveloped country. Here are valued at Che as a critical thinker and is considered his theoretical work as part of the authors of the critical variant of Latin American Marxism.

KEYWORDS: Che, Marxism, critics, Cuban revolution


 

 

La sociedad de hoy nos ofrece un amplio abanico de corrientes políticas. Múltiples son los factores que lo justifican. Después del derrumbe del llamado "socialismo real", de la desintegración de la URSS, y de los acuciantes problemas del mundo globalizado, surgen, se renuevan, o languidecen en correspondencia con la dinámica de cambios en las sociedades actuales.

Es cierto que la crisis del socialismo de Europa del Este y la satanización del marxismo por algunos tanques pensantes capitalistas condujo a un cierto descrédito del marxismo clásico al comparar la teoría de Marx, Engels y Lenin con la práctica de construcción del socialismo soviético y de sus aliados.

Muchos autores han escrito acerca de la crisis del marxismo a consecuencia de la debacle política más significativa que constituyó el fin del socialismo como sistema mundial y que para algunos académicos puso fin al siglo XX.

Sin embargo, no son pocos los que continúan afirmando que los postulados básicos de la ideología marxiana y marxista en general, continúan vigentes.

También, el desarrollo de los acontecimientos relativamente recientes en la eurozona y en los propios Estados Unidos evidenció una crisis estructural del capitalismo y hacen necesario un análisis crítico y revitalizador de las esencias de las ideologías que se mantuvieron en pugna en la era de la "Guerra Fría".

Para el filósofo Adolfo Sánchez Vásquez, en el marxismo "encontramos tesis que no sólo se mantienen, sino que hoy son más sólidas que nunca, ya que la realidad no ha hecho más que acentuar, ahondar o extender lo que en ellas se ponía al descubierto" (Sánchez Vásquez, 2004, p, 4).

La realidad expuesta por Sánchez Vásquez en 2004, se acentuó en 2011 ante la avalancha de manifestaciones en lo que pudo llamarse "la época de los indignados"1 o inconformes con el estado reinante de crisis económica, financiera, y que muchos aseguran sistémica, permanente, del capitalismo.

Esa oleada que comenzó por las rebeliones árabes, conformó una crisis de gobernabilidad y de manera paulatina se acrecienta, en algunos sectores, la falta de credibilidad en el sistema capitalista para resolver los complejos problemas globales.

Los nuevos escenarios conducen al estudio de sus causas y deben direccionar a académicos y políticos al estudio del pensamiento de Ernesto Guevara.

Realizar una relectura de su obra, desde el joven Ernesto, inquieto aprendiz de lo más avanzado del pensamiento mundial, hasta el marxista Che Guevara, quien críticamente asume la teoría para volcarla en la construcción de un socialismo y de un hombre cualitativa-mente superior, en un país subdesarrollado y fuera del contexto de los estudios de clásicos.
En el mundo académico contemporáneo, la obra de Ernesto Guevara todavía no ha alcanzado el escalón que supera la del guerrillero consecuente, la del dirigente revolucionario, con la del científico de su tiempo.

Mucho, aunque no agotado, se ha escrito de sus aportes a la teoría y prácticas en la construcción del socialismo y en la formación del llamado hombre nuevo en las condiciones de un país tercermundista y subdesarrollado como Cuba en la década de los 60 del pasado siglo XX.

Sin embargo, entre los intelectuales, incluso de la izquierda, no existe consenso en asumirlo entre los exponentes de la variante marxista latinoamericana y dentro de ésta a la variante crítica del marxismo.

Para algunos, no pasa de ser un verdadero ícono de las luchas de emancipación en cualquier rincón del mundo; dirigente político, hombre de acción y de ideas revolucionarias. Hereje también, como en su tiempo catalogaron a Rosa Luxemburgo y Antonio Gramsci.

Che analizó el marxismo en América Latina, un continente alejado de la Europa de sus orígenes, bajo una forma peculiar de hacer filosofía, presto a resolver necesidades acuciantes en el desarrollo de los pueblos del subcontinente.

Antes de convertirse en Che, el joven Ernesto fue un ávido estudioso de cuanta buena literatura encontrase en la biblioteca de su casa. Fruto de esas lecturas comenzó a escribir, con sólo 17 años, unos apuntes que fueron conformando su propio "Diccionario Filosófico".

Llegó a escribir 7 cuadernos entre su época de estudiante de medicina hasta su encuentro con Fidel Castro en México. En ellos va realizando acotaciones al margen que continuó puliendo a lo largo de su vida. Al revisar estos apuntes se comprende el crecimiento intelectual entre el indagador, estudioso y el marxista convencido, crítico y creador.

Estudia de manera autodidacta el pensamiento filosófico antiguo, medieval y moderno y llega a Marx. En sus análisis va descubriendo paulatinamente en el marxismo las respuestas a sus inquietudes.
Sin dudas, la experiencia acumulada en sus viajes por América Latina, y poder vivenciar, más que en cualquier obra escrita, las realidades de los pueblos indoamericanos, con quienes compartió y sufrió también su pobreza, le despertó la necesidad de continuar el estudio del marxismo.

Guatemala fue el punto de inflexión en un viaje sin regreso por el camino de la revolución. El golpe de la CIA y del gobierno de Estados Unidos contra el presidente Jacobo Árbenz ocurrió mientras Ernesto recorría por segunda vez Latinoamérica.

En esa revolución tomó partido junto a Árbenz y se identificó con la posición más radical dentro de su gobierno.

Las reflexiones posteriores sobre el fracaso del levantamiento del pueblo guatemalteco le valieron para entender que sólo por medio de verdaderas revoluciones se logran la independencia y soberanía plenas.

En una carta a su padre, Don Ernesto Guevara Lynch, escribe desde México, 1956,

…Dentro de poco tiempo pasaré a ser una notabilidad en la ciencia médica, si no como científico o profesor por lo menos como divulgador de las doctrinas de San Carlos (Carlos Marx) desde los altos escaños universitarios. Porque me he dado cuenta que la Fisiología no es mi fuerte, pero lo otro sí. (Guevara, 2003, p. 191).

Un hecho decisivo para delinear caminos fue conocer a los jóvenes cubanos que preparaban en México, la expedición libertadora del Granma. Tras la larga conversación con su líder, Fidel Castro, ya su suerte estaba echada con Cuba y su Revolución.

Su acervo teórico fue enriquecido en su experiencia como dirigente de la primera Revolución Socialista en América.

Sólo para el análisis especializado será posible escindir en sus escritos, discursos y otras fuentes, la posición puramente económica, filosófica, política, moral, separar al hombre de ideas del de acción.

Para Che es necesario entender la construcción del socialismo y el comunismo holísticamente.

Para ello elabora una concepción integral de desarrollo de una sociedad nueva, en la cual simultáneamente con la base material, se forjara al hombre cualitativamente superior.

Tal tesis, elaborada en sus años de dirigente de la naciente Revolución Cubana es prueba de su interpretación del marxismo en el papel del sujeto como actor social, en su praxis, que se va transformando a la par que construye la nueva sociedad hasta convertirse en un hombre superior.

Che asume como marxista la necesidad de la teoría indisolublemente unida a la práctica revolucionaria. Y defendió con su ejemplo personal la posibilidad en el socialismo de reducir la brecha entre política y moral, entre economía y política, entre conducta individual y modelos consensuados, sobre todo por el papel que le corresponde desempeñar en el socialismo como actor principal de los procesos de cambio.

Su pensamiento filosófico se desarrolla sobre la base de la asimilación profunda, consciente y creadora de la teoría marxista leninista; del estudio de las condiciones histórico-concretas del desarrollo social, del conocimiento de la necesidad histórica y de la comprensión del carácter activo y creador del hombre.

El marxismo de Che se entroniza en la filosofía latinoamericana, como teórico y práctico de una revolución que rompió con esquemas y con presupuestos teóricos academicistas.

Como parte de sus tareas al frente de un Gobierno en proceso de transformaciones profundas, sintió la necesidad, obligado por las circunstancias, de estudiar y apoyar su pensamiento y acción de la teoría marxista, la cual consideraba era la más profunda, como parte además de un proceso de concientización y de construcción teórica que le diera las herramientas para entender y hacer comprender la Revolución Cubana.

En sus estudios de Marx que retoma ya como dirigente del Gobierno cubano, analizó la forma en que se previó el tránsito a la sociedad socialista y realizó una valoración histórica sobre las condiciones concretas en que se produjo el triunfo del proletariado.

Afirmaba que Marx y Engels habían avizorado el surgimiento de la nueva formación socioeconómica, como resultado natural del alto desarrollo del modo de producción capitalista, el cual estallaría hecho añicos dando paso a la revolución del proletariado. Ello se produciría de manera simultánea en estos países con elevado desarrollo de las fuerzas productivas, una madura disciplina laboral y un alto nivel de eficiencia ante el trabajo.

La práctica demostró que ello no pudo ser posible, al menos aún no. Su triunfo se materializó por vez primera en un solo país, Rusia, con relaciones precapitalistas de producción y sin una educación completa para el trabajo social. No se podía pasar inmediata-mente al socialismo, debía mediar un período de tránsito en el cual se preparasen las condiciones necesarias para el cambio.

Che analizó que en la teoría de Marx, el período de tránsito no estaba elaborado en función de las condiciones en que triunfó el socialismo en Rusia y en Europa del Este. Se refiere a lo planteado en la Crítica del Programa de Gotha que "realizado en medio de su trabajo fundamental (El Capital) y con una clara orientación polémica, tiene importancia debido a que en él toca, aunque de pasada, el tema del período de tránsito" (Guevara, 1966, t.1, p. 180)

Valoró que el mérito de Marx estriba en el viraje revolucionario que le imprimió a la historia del pensamiento social, provocando un cambio cualitativo al interpretar científicamente la historia, comprender su dinámica y prever su futuro.

Su aspecto medular consiste en la atención preferente que le confiere al hombre como ente activo en la transformación de la sociedad.

Lenin, como continuador de la teoría marxista realizó grandes aportes a la teoría y la práctica para llegar al triunfo revolucionario y construir la nueva sociedad.

Ché consideró que a pesar de su genialidad no tuvo el tiempo preciso para dedicarse al estudio de los problemas económicos del período de tránsito. Su vida después de 1917 fue muy breve (menos de 7 años). La participación de lleno en la consolidación del poder y en la búsqueda de soluciones a los nuevos problemas que afrontaría la Revolución rusa (Guerra Civil, intervención extranjera) le obligó a hallar nuevas soluciones y a elaborar enfoques propios para aquella situación.

Che considera que la suma de los trabajos de Lenin sobre la economía del período de tránsito sirve de valiosísima introducción al tema, pero le faltó el desarrollo, la profundización necesaria y el análisis de la experiencia soviética.

Además, hay que añadir que posterior a Lenin no ha sido tratado este aspecto con la sistematicidad y carácter científico necesarios. El escolasticismo y dogmatismo que prevaleció en los "marxistas" provocó un estancamiento de la teoría y una satanización del pensamiento de los que repensaban el marxismo con cabeza propia.

Ante la evidencia de la falta de teoría para el período de tránsito, Che comprendió que "todavía estamos en pañales y es preciso dedicarse a investigar todas las características primordiales del mismo antes de elaborar una teoría económica y política de mayor alcance" (Guevara, 1989, p. 34).

Como alto dirigente político en la Revolución liderada por Fidel, desplegó toda su originalidad y estudios marxistas en la implementación de un modelo de desarrollo integral que no utilizara los mecanismos del Cálculo Económico aplicado en la URSS y en los países de Europa del Este.

El Sistema Presupuestario de Financiamiento (SPF) ideado por Che fue un sistema pensado y puesto en práctica desde y para el Sur donde el papel de la conciencia jugara un rol fundamental.
Tuvo por finalidad transformar las viejas relaciones de producción capitalistas y construir la base material y técnica del socialismo y simultáneamente formar al hombre con nuevos valores morales.
Más allá de ser un proyecto económico fue diseñado para ser una concepción integral de desarrollo del socialismo en las condiciones singulares de un país como Cuba: con escasez de recursos naturales, bajo nivel de industrialización, y dependiente en sus relaciones de producción.

Parte de su análisis marxista de la teoría e insiste en la carencia de un postulado consecuente luego de las muertes de los clásicos del marxismo: Marx, Engels y Lenin.
En sus recorridos como dirigente de la Primera Revolución Socialista en el continente americano descubre los desvíos y tendencias negativas en la aplicación del marxismo en la construcción del socialismo en Europa del Este y en la Unión Soviética.

Dejó claro de manera profética las consecuencias nefastas que traería la falta de un desarrollo consecuente y creador de la teoría, la aplicación dogmática y mecanicista del marxismo en la práctica de la construcción de esos modelos de sociedades y aseguró que ello conduciría a formas estereotipadas y no a un socialismo auténtico.

Fueron alertas valientes y tempranas, en una época en que las relaciones con el mundo socialista gozaban de prestigio y resultaba incuestionable su modelo de desarrollo.

El Socialismo es joven y tiene errores. Los revolucionarios carecemos muchas veces de los conocimientos y de la audacia intelectual necesarios para encarar la tarea del desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales y los métodos convencionales sufren de la influencia de la sociedad que los creó. (Guevara, 1989 a, p. 36)

Che rechazó las formas utilizadas en los países socialistas de Europa, que ponían el peso fundamental en el estímulo material como palanca impulsora de la producción.

Consideraba que el uso del interés material como eje central para aumentar la producción no contribuye al desarrollo de la conciencia.

Así mismo, comprendía que este tipo de estímulo era necesario en las condiciones de tránsito al socialismo, pero que podían atenuarse sus efectos si se utilizaba correctamente la combinación armoniosa de estímulos morales y materiales.

Sobre ello apuntó que

…no se puede llegar al comunismo por la simple acumulación mecánica de cantidades de productos, puestos a disposición del pueblo. Ahí se llegará a algo naturalmente, de alguna forma especial de socialismo. A eso que está definido por Marx como comunismo y lo que se aspira en general como comunismo, a eso no se puede llegar si el hombre no es consciente. Es decir, si no tiene conciencia nueva frente a la sociedad. (Guevara, 1989, p. 81).

Che partía del criterio de que no se puede construir el socialismo con las armas melladas del capitalismo, utilizando esos mecanismos se formaría un sistema híbrido el cual hace funcionar al interés material como palanca impulsora del desarrollo económico por encima del interés moral. Ello obligaría a nuevas concesiones.

Según su percepción conduciría a un "callejón sin salida" donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta, mientras, se abría la brecha entre la base económica adaptada y el desarrollo de la conciencia.

En estos países, tal cual lo advirtió, se desarrolló un socialismo especial, pero no el que previeron Marx, Engels y Lenin.

Sobre el papel de los países del bloque socialista con los pueblos que en la década del 60 se desgajaban del sistema colonialista mundial introdujo una serie de ideas básicas a tener en cuenta en el desarrollo del socialismo a escala global.

En su medular discurso en Argelia en 1965 advertía que

…el desarrollo de los países que empiezan ahora el camino de la liberación, debe costar a los países socialistas (…) No puede existir socialismo si en las conciencias no se opera un cambio que provoque una nueva actitud fraternal frente a la humanidad, tanto de índole individual, en la sociedad en que se construye o está construido el socialismo, como de índole mundial en relación a todos los pueblos que sufren la opresión imperialista. (Guevara, 1966, t. 5, p. 361)

En el complejo mundo actual el marxismo continúa aportando como Teoría Política. A pesar de la variedad de marxismos y de otras corrientes teóricas, no caben dudas que el gran salto dado por los clásicos llega al siglo XXI acumulando aciertos y desaciertos.

Dentro de éste, la versión crítica aportada por Ernesto Che Guevara debe ser analizada por los académicos de las Ciencias Políticas para considerar su obra como contribución al enriquecimiento y desarrollo de la Filosofía, la Economía Política y el Socialismo Científico.

Constituye además un modelo en la lucha contra el dogmatismo, a favor del desarrollo creador de la teoría a partir de la práctica y viceversa. Todo ello resulta válido y es punto de referencia obligada para la búsqueda de soluciones a los complejos problemas de la contemporaneidad.

Che subrayó que la sociedad comunista es necesariamente un fenómeno de producción y un fenómeno de conciencia. Si se atiende preferentemente una de estas dos premisas se creará: o una sociedad con métodos comunistas de repartición sin moral revolucionaria o comunistas sin la materialización de su ideal.

Y sin proponerse, quizás, ser un innovador en este orden, a la par que criticó lo que estaba ocurriendo en esos países, refuerza la esencia del proyecto marxiano y marxista que es la desajenación del hombre.

"El Socialismo económico sin la moral comunista no me interesa. Luchamos contra la miseria, pero al mismo tiempo luchamos contra la alienación". (Guevara, 1988, p. 108).

Es justo reconocer en Che, el equilibrio entre lo intelectual, fruto de su talento, estudios e investigación sistemática, su discurso político dentro y fuera de Cuba, con la praxis como dirigente y ser humano.

Según Francisco Fernández Buey, la esencia del proyecto civilizatorio marxista es el proceso de desenajenación sucesiva del individuo y la sociedad.
El autor reconoce la paradoja actual de los marxismos y neomarxismos, donde el mayor florecimiento de los marxismos teóricos del siglo XX, coincide con el más bajo nivel de influencia social del socialismo de origen marxista en Europa.

Y esto está dado por la catástrofe política del pasado siglo que constituyó el fin del socialismo llamado real. Algunos Partidos Comunistas rechazaron su nombre y, más allá de la epistemología, a continuar con una teoría que políticamente había fracasado.

En consonancia, algunos movimientos de izquierda cambiaron de posición y las nuevas fuerzas políticas adoptaron diversas plataformas teóricas y políticas.

América Latina ofrece un panorama de alternativas al desarrollo capitalista. En estos proyectos políticos trasciende de una u otra forma el pensamiento y acción de Ernesto Che Guevara.
Intelectuales, políticos y hombres de ciencias apuestan por el estudio de su obra para perfeccionar el socialismo.

El presente trabajo apuesta por asumir al Che como portador de una teoría filosófica que se incluya dentro de los aportes de los filósofos latinoamericanos a la variante crítica del marxismo.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Sánchez Vásquez, A. (2004). Discurso de Investidura pronunciado por el filósofo y escritor mexicano al recibir el Doctorado Honoris Causa en la Universidad de La Habana, el 16 de septiembre de 2004,

Guevara, E. (2003). Carta a su padre, abril 15 de 1956. En Ariet, M. del C., El Pensamiento Político de Ernesto Che Guevara. México: Ocean Press, Centro de Estudios Che Guevara.

Guevara, E. (1966). Sobre el Sistema Presupuestario de Financiamiento. En El Che en la Revolución Cubana, T. 1. La Habana: Edición del MINAZ.

Guevara, E. (1989). El Socialismo y el Hombre en Cuba. Colección Olivo. La Habana: Editora Política.

Guevara, E. (1966). Discurso en el Segundo Seminario Económico de Solidaridad Afroasiática. En El Che en la Revolución Cubana, T. 5. La Habana.

Guevara, E. (1988). Entrevista a Jean Daniel en Argelia. En Ariet, M. del C., Che: pensamiento político. La Habana: Editora Política.

Fernández Buey, F. (2000). Marxismos y neomarxismos en el final del siglo XX. En Muguerza, J. & Cerezo, P. (Edit.), La filosofía hoy. Barcelona: Editorial Crítica.

 

 

 

RECIBIDO: 12/10/2015
ACEPTADO: 05/11/2015

 

 

 

Lic. Tatiana Martínez Hernández. Dirección de Ciencias Sociales. Instituto Superior Politécnico "José Antonio Echevarría". Cuba. Correo electrónico: tmartinez@gest.cujae.edu.cu

 

 

NOTAS ACLARATORIAS:

1 Criterio de la autora.

 


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