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Revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina

versión On-line ISSN 2308-0132

Estudios del Desarrollo Social vol.5 no.2 La Habana mayo.-ago. 2017

 

ARTÍCULO ORIGINAL

 

 

La cooperativa: un espacio educativo para el empoderamiento femenino

 

 

The Cooperative: an Educational Space for Women's Empowerment

 

 

 

MSc. Geydis Fundora Nevot I, MSc. Eduardo Dixon Ávila II, Edilma E. Velázquez Castillo II

I Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Programa Cuba
II Instituto Panameño Autónomo Cooperativo (IPACOOP), Panamá

 

 

 

 


RESUMEN: El artículo describe y analiza una experiencia de trabajo educativo con cooperativas de mujeres en Chiriquí, Panamá, realizado por FLACSO Cuba-IPACOOP y EAES. Aborda aspectos como el crecimiento de la autoestima para la capacidad proyectiva en la vida personal, laboral y familiar de las mujeres; el diagnóstico societario de las cooperativas; la participación en la economía social y la práctica de la responsabilidad social y ambiental. El trabajo culmina con una propuesta de transformaciones para el trabajo con el empoderamiento de mujeres, a través del cooperativismo, en contextos de dominación patriarcal.

PALABRAS CLAVE: cooperativa, economía alternativa, empoderamiento de género, educación.


ABSTRACT: This article describes and analyzes an educational work experience with women's cooperatives in Chiriquí, Panama, carried out by FLACSO Cuba-IPACOOP and EAES. It addresses aspects such as the growth of self-esteem for the projective capacity in the personal, work and family life of women; the corporate diagnosis of cooperatives; participation in the social economy and the practice of social and environmental responsibility. The work culminates with a proposal of transformations for the work with the empowerment of women, through cooperativism, in contexts of patriarchal domination.

KEYWORDS: cooperative, alternative economy, gender empowerment, education.


 

 

Son disímiles las investigaciones realizadas en los diferentes contextos latinoamericanos que resaltan la compleja situación de las mujeres por el fenómeno social de las inequidades de género, a partir de la hegemonía de la cultura patriarcal que, devenida en sistema económico, social y político diseña estructuras y sujetos, cuyos modos de funcionamiento e interacción social reproducen la dominación de unos grupos sociales (generalmente hombres blancos y de ingresos económicos elevados) sobre otros.
Para afrontar esta problemática, se han desarrollado diferentes estrategias desde actores gubernamentales y no gubernamentales, con disímiles enfoques. En unos casos, se ha buscado la transformación estructural y sistémica, y en otros se perfilan acciones de carácter más reformista que transforman algunas dimensiones de la realidad; en unos casos de ha promovido la transformación de arriba hacia abajo, de forma verticalista con una participación más pasiva de los sujetos populares apuntando al asistencialismo y en otros se ha pretendido el cambio social desde el empoderamiento real e integral de los individuos protagonistas de estos procesos. Vale aclarar que entre estos extremos oscilan una gama de proyectos de desarrollo que han tendido en mayor o menor medida a uno u otro extremo.
A partir de los procesos de marginalización de muchas sociedades latinoamericanas, donde la pobreza ha seguido una tendencia a feminizarse, se ha apostado por fomentar el desarrollo, con un carácter social, de relaciones económicas que surgen espontáneamente como estrategias de sobrevivencia: la Economía Popular.
En esta expresión de las relaciones económicas hace gala la diversidad. Es un reto encontrar un consenso en las formas de abordar teóricamente el fenómeno de la Economía Popular, mucho más, cuando específicamente, se problematiza desde la propuesta de la Economía Social y Solidaria (ESS).
El sistema de relaciones económicas hegemónico reproduce individuos con necesidades sistemáticamente incrementables (unas reales y otras creadas) que solo se satisfacen con el consumo creciente en el mercado, para lo cual necesitan someterse a relaciones de sobre explotación en sus espacios de trabajo para obtener dinero a cambio. La enajenación en la relación con los medios de producción, con los otros trabajadores, con el producto de su trabajo y su destino, con la forma de producir y con su propia vida, recrea un contexto cómplice para la reproducción de las relaciones de dominación de unos individuos sobre otros, donde ser pobre, mujer, indígena, negra, de zonas periféricas o rurales se convierten en condiciones de vulnerabilidad para ocupar los espacios de subordinación.
Por eso, pensar hoy en la creación de una economía alternativa implica cuestionarnos hasta dónde esta Economía Popular que surge espontáneamente y luego se fomenta desde movimientos sociales con un proyecto político que la incluya, desde gobiernos, desde ONG´s, desde la actividad de los intelectuales orgánicos, o desde organismos internacionales va a reproducir experiencias enajenantes o va a revolucionar las relaciones sociales que se dan en los procesos de producción material de la vida.
Es imprescindible que toda propuesta de promoción de la ESS, ya sea de reflexión desde un artículo, un post, una presentación en los medios de comunicación; de formación y orientación, de financiamiento o de asesoramiento, declare su posicionamiento teórico, ético y político.

Siguiendo la clasificación que propone José Luis Coraggio (2013), a partir de sistematizar experiencias de ESS en el continente, es pertinente evaluar los límites y alcances de las
acciones que se proponen. Hay que tener claridad si solo nos vamos a concentrar en el desarrollo de microemprendimientos aislados para aliviar la situación de pobreza o vulnerabilidad socio-económica de sectores marginados en el sistema económico dominante; o si esta acción va a formar parte de una estrategia que luego se proponga desarrollar la ESS como subsistema en los marcos de una economía mixta y piense la articulación en red de las distintas experiencias de Economía Popular en todos las etapas del ciclo económico y la formación de sujetos colectivos, que posibiliten fortalecer este sector e impulsen al sistema a replantearse el peso de la Economía privada empresarial, la pública y la social en el funcionamiento del mismo. También habría que considerar si la apuesta va a ser por un cambio sistémico donde:

No se trataría solo de distribuir de otra manera lo existente, sino de revisar las reglas de apropiación y disposición de los medios productivos. Conlleva transformar la estructura productiva interna (qué y cómo se produce), los modos de legitimación de las necesidades y los de consumo y las relaciones externas (grado de soberanía alimentaria, energética, financiera, etc.). Incluye redefinir las relaciones entre sociedad y naturaleza y reestructurar el sistema de generación de conocimiento científico y tecnológico, así como el sistema educativo. (Coraggio, 2013)

En el caso de esta experiencia, se considera esta tercera propuesta como el horizonte deseado, aunque con total convicción de que se vive en los marcos de una economía mixta donde la Economía Popular, (aunque no esté contabilizada) se puede suponer que es una práctica mayoritaria atendiendo a los niveles de pobreza y exclusión de la sociedad capitalista actual, y sin embargo, no es la legitimada en el imaginario de la mayoría, ni en todos los casos fomenta los valores solidarios y el pensamiento antisistémico. Lo positivo es que, siguiendo la máxima del maestro venezolano Simón Rodríguez "O inventamos, o erramos" hay un camino abierto a la experimentación de múltiples fórmulas para ese horizonte.
Con estos presupuestos epistemológicos, y el compromiso con la transformación social de las sociedades latinoamericanas hacia vivencias más emancipadoras, se desarrolló un taller entre el 19 al 23 de mayo en la provincia de Chiriquí, Panamá, con mujeres cooperativistas. Fue llevado a cabo en los marcos del Proyecto Regional "Desarrollo Empresarial para Mujeres de la Economía Social", con énfasis en el Plan de mejoras para cooperativas a partir del Diagnóstico Societario, promovido por la Fundación Escuela Andaluza de Economía Social, se construyeron de forma colectiva, reflexiones pertinentes para un aporte al debate actual en la búsqueda de estrategias cada vez más efectivas para combatir las inequidades de género; de ahí esta propuesta de socialización de los principales resultados.
Con los objetivos de potenciar la autoestima en mujeres cooperativistas; fomentar capacidades y competencias empresariales; identificar problemas en las cooperativas; y, a partir de estos, construir de forma colectiva, con asesoría especializada, un plan de mejoras que contribuya a solucionar los mismos con el acompañamiento de Instituto Panameño Autónomo Cooperativo (IPACOOP); se trabajaron durante 10 sesiones las siguientes temáticas: la autoestima y su influencia en los proyectos de desarrollo personal, familiar y profesional, las competencias empresariales, las anclas de carrera, los procesos administrativos y gerenciales, los planes de negocios, los principios cooperativos, el diagnóstico societario y el plan de mejoras.
En el seminario, participaron mujeres de diversidad generacional, religiosa, étnica, de nivel de escolaridad y formación; así como con experiencias de vida heterogéneas que le aportaron riqueza a los debates por las diferentes percepciones de la familia, la cooperativa, el trabajo, el desarrollo personal, la comunidad, el entorno político y cultural panameño y las relaciones entre géneros.

Reflexión para la transformación: algunas propuestas de áreas claves

La autorreflexión y la reflexión colectiva como ejercicios formativos devienen en importantes herramientas para la transformación social. ¿Cómo, con las potencialidades que tienen las experiencias de la ESS, en este caso, el cooperativismo, para la creación de formas más emancipadas de producción material y espiritual de la vida, se van a subutilizar estos espacios y hacerlos funcionales al sistema de dominación imperante? Los ejercicios que se presentan a continuación y sus resultados pueden constituir un referente para la réplica de esta experiencia en otros contextos, siempre atendiendo a sus particularidades.

Reflexionar sobre el papel de la autoestima en el desarrollo exitoso de los proyectos de vida

En el diagnóstico colectivo sobre la influencia de los momentos de alta y baja autoestima de las mujeres en sus diferentes espacios (personal, familiar y laboral), se obtuvieron los siguientes resultados:




Las mujeres identificaron que el desarrollo de micro-emprendimientos personales y familiares que posteriormente han devenido en cooperativas, ha influido y han sido influidos por la actitud ante momentos de baja y alta estima en su trayectoria de vida cotidiana. Uno de las tendencias más comunes es la inestabilidad en la autoestima, con una mayor inclinación a la baja estima por el acumulado de experiencias negativas respecto al desarrollo personal, el ambiente familiar y laboral. En algunas circunstancias, ello ha influido desfavorablemente en los resultados de trabajo, en el clima organizacional y en la capacidad para elaborar proyectos futuros para la cooperativa; sin embargo, también fueron identificados los resultados positivos que se logran cuando la autoestima es elevada; de ahí que el trabajo con la estima de las mujeres que se desempeñan en experiencias de economía social fue identificada como un área clave de trabajo para garantizar el empoderamiento femenino y la transformación de las inequidades de género.
La autopercepción que muchas veces tienen las mujeres de sus virtudes y defectos, y cómo conectan estos con el éxito y el fracaso de su vida profesional es otro aspecto importante a tener en cuenta. La asociación de la figura femenina con virtudes como el cariño, la afectuosidad, la serenidad, la capacidad de perdonar, la paciencia, la lealtad, ser consejera, buena amiga, ayudar a los demás, da cuenta de las herencias de una construcción cultural que asocia a la mujer con el rol maternal y su capacidad de afecto; a la vez, que se visualizan como características que pueden contribuir al fomento de otros estilos de gerencia y coordinación del negocio y de la cooperativa como espacio de convivencia colectiva.
Sin embargo, es interesante como estas mujeres con la experiencia de gerenciar una cooperativa y participar activamente en los procesos de toma de decisiones, a pesar de continuar reproduciendo los roles impuestos por la cultura patriarcal en un contexto rural muy tradicional, alcanzan otras visiones de sus virtudes como la capacidad y el deseo de superación, sentirse importante, sentirse bien consigo misma, estar contenta, la exigencia para alcanzar buenos resultados, la capacidad de gerenciar, el respeto, la sinceridad, la responsabilidad, la puntualidad, y la capacidad para el trabajo y para emprender, lo que demuestra las potencialidades de transformación en la mujer que tienen las experiencias cooperativas al experimentar otras formas de relaciones sociales.
Cabe destacar que relativo a los defectos, las mujeres cooperativistas señalan como tal en ellas mismas la tendencia al perfeccionamiento, la exigencia, el controlar a los demás, ser posesiva con "los míos", mandona, estricta al extremo, sin consentimientos y la hiperactividad, características que por lo general se asocian al mundo más competitivo y controlador masculino (habría que estudiar si los hombres los percibirían como virtudes o defectos); pero que son rasgos necesarios para emprender un negocio en condiciones adversas como la cultura patriarcal que reproducen los miembros de estas cooperativas y que como se ha visto en otros estudios tienden a reproducir las mujeres para legitimarse en los espacios de dirección. No obstante, el concebirlos como defectos apunta a la existencia de una visión de necesidad de transformarlos, lo que potencialmente ayudaría a la construcción de relaciones más emancipadoras atendiendo a la visión más revolucionaria de la ESS.
Otros defectos identificados en sus personalidades fueron el miedo, la duda, la impaciencia, la timidez, no conocerlo todo, hablar en público, ser testaruda, la pereza y el desorden, algunos de los cuales atentan contra la posibilidad de desarrollar con éxito roles más activos en los espacios de participación como toma de decisiones de las cooperativas y contribuir al progresivo empoderamiento femenino.
Muestra de algunos dibujos realizados por las participantes del taller.


Conciencia de "querer, poder y ser parte" de la Economía social

Querer, poder y ser parte de la Economía Social y Solidaria, en tanto práctica emancipadora de producción y reproducción de la vida material y espiritual, individual y colectiva, constituye un factor de peso para la transformación de las inequidades de género. El ejercicio de pensarse como parte de un sistema de relaciones sociales y económicas que trascienden los proyectos individuales de vida o el espacio más inmediato de la cooperativa tiene una potencialidad transformadora. Muchas de las mujeres del taller llevan entre uno y 20 años como miembros de cooperativas; sin embargo, no habían participado de un espacio donde se visualizaran como parte de la Economía Social y Solidaria y lo que eso implica para la transformación de los espacios donde conviven.
Tras este ejercicio de reflexión, según la percepción colectiva de las mujeres participantes en el taller, estas se sienten parte de la ESS porque han tenido la posibilidad de asociarse voluntariamente, hacer labores en beneficio propio y de la familia, producir en colectivo a partir de la necesidad "de aportar y de que les aporten", de sentir que su trabajo también beneficia a otras personas y de poner en común los esfuerzos para el proyecto común de vivir en cooperativa.
El cooperativismo como estilo de vida ha creado valores en este colectivo de mujeres como la laboriosidad, la esperanza y la transparencia; sin embargo, estas, con su capacidad de autocrítica, reflejan la existencia de valores cooperativos que es necesario seguir potenciando como el sentido de pertenencia, la responsabilidad, la sinceridad; la necesidad de cambiar el paternalismo, la permisibilidad, la compasión y el consentimiento injustificado; el combate del oportunismo; el colectivismo; la solidaridad y el compromiso ambiental.
La participación activa en la toma de decisiones, ya sea en la planificación, la producción, la distribución o el consumo, contribuye a la formación de una subjetividad creativa, consciente de sí y de sus relaciones con los otros, con capacidad de autogestión y de control de sí mismo, identificado con las actividades que realiza, con posibilidad de definir y satisfacer sus necesidades, con capacidad para proyectar con independencia y desarrollar todas las potencialidades como persona. Cuando esta participación se realiza de conjunto, en relaciones horizontales, con conciencia de la potencialidad del trabajo colectivo, de los lazos de apoyo, ayuda mutua, cooperación, solidaridad y complementación, para mayor garantía de éxito en un contexto que promueve principios contrarios a estos, se alcanza una realización más plena del ser humano.

Reflexionar sobre la vida en la cooperativa

Hacer un "alto" en el tiempo para evaluar el funcionamiento de la vida en la cooperativa es un elemento indispensable para el desarrollo de los cooperativistas. El diseño de espacios para el intercambio de experiencias, a partir de las herramientas de diagnóstico societario propuestas por la Fundación Escuela Andaluza de Economía Social (FEAES), posibilitó a las mujeres cooperativistas el levantamiento de algunas problemáticas de funcionamiento que afectan no solo la eficacia de la producción y los servicios, sino también el desarrollo de relaciones bajo los principios cooperativos.
La discriminación por orientación religiosa y por experiencia acumulada para el desempeño de roles y la búsqueda de consensos; así como la incorrecta interpretación y ejecución en los deberes de las/os asociados fueron identificados como manifestaciones de la alteración de algunos principios cooperativos que afectan la cooperación, la convivencia y la organicidad de estos espacios. A ello se une el bajo sentido de pertenencia y falta de interés por la cooperativa por parte de varias/os asociadas/os; la tendencia a la dominación y a la manipulación por parte de algunas/os directivas/os, a partir de relaciones de poder asimétricas y la violación de algunas leyes y estatutos de la cooperativa; así como dificultades en la preparación de las/os asociadas/os en cuanto al manejo de los principios cooperativos, leyes, estatutos, reglamentos y otras normas, seguridad social y régimen económico.
A pesar de que en el diagnóstico societario no salieron explícitamente los vínculos que tienen estos problemas con las inequidades de género, cabe destacar que varias de las tensiones y conflictos que se dan en los espacios cooperativos son entre mujeres cooperativistas. Cuando se reproduce el abuso de poder, la discriminación, la violación de deberes y la afectación de la participación de unas mujeres sobre otras, no se está transformando el sistema patriarcal. Las actitudes de algunas mujeres que excepcionalmente ocupan posiciones de poder formal o informal y reproducen estilos de dirección y comportamiento acorde a los patrones culturales hegemónicos, no posibilitan el desarrollo de otras féminas y de los hombres cooperativistas hacia formas emancipadoras de relación social, por lo que continúan reproduciendo condiciones de vulnerabilidad socio económicas y políticas para las mujeres (que no las excluye a ellas aunque temporalmente estén en posiciones privilegiadas de poder) en los espacios cooperativos.
Otros problemas identificados en estos emprendimientos cooperativos coordinados por mujeres fueron la asociación de personas sin pasar por los procesos de capacitación; la tendencia al oportunismo de asociarse para solicitar préstamos a las cooperativas y luego retirarse; las actitudes paternalistas hacia algunas personas, el nepotismo y el amiguismo que afectan el rendimiento y la afectividad del producto colectivo; las dificultades en la preparación de las/os asociadas/os en cuanto al desarrollo de competencias empresariales y el régimen económico; la falta de una proyección empresarial de mediano y largo plazo por no tener herramientas suficientes para la determinación de la misión y la visión de la cooperativa; el poco conocimiento con una perspectiva histórica de la cooperativa por parte de los miembros y la falta de apoyo de los asociados que no tienen credibilidad en los procesos formativos. Estos problemas constituyen obstáculos para el éxito de los emprendimientos femeninos y su reconocimiento social, afectando no solo indicadores económicos como la productividad y la eficiencia; sino la esencia emancipadora del espíritu cooperativo como su carácter democrático, el desarrollo equitativo de las potencialidades humanas, la realización y la identificación con todo el proceso de producción material y espiritual de la vida.

Reflexionar sobre la responsabilidad social y ambiental

Uno de los principios cooperativos que distinguen este tipo de organización socio-económica de otras es la responsabilidad social y ambiental, aspectos claves en la contribución a crear la Economía Social y Solidaria. La reflexión sobre la forma en que se concibe y se practica este principio cooperativo, teniendo en cuenta sus potencialidades para la producción de un nuevo ser humano con valores emancipadores y su influencia en el contexto comunitario es un aspecto clave para valorar el alcance de la transformación de la experiencia cooperativa y proyectar otras formas de superación de la misma.
La existencia de proyectos de ahorro y crédito; de un fondo de previsión social para la salud; la labor social de las cooperativas juveniles (reparación de parques, limpieza de playas, entrega de canastas de comida, donaciones a hogares de niños, reforestación); los procesos de capacitación en corte y confección; el otorgamiento de becas para el estudio de los familiares de los cooperativistas, las charlas educativas sobre salud y el reciclaje de chapas de latas que sirven de materias primas para confección de carteras; fueron las acciones de responsabilidad social y ambiental de las cooperativas donde pertenecen las participantes.
Sin embargo, al valorar la pertinencia de las mismas en relación al impacto en las familias de cooperativistas y en la comunidad dónde está la cooperativa, según los problemas identificados en la actualidad por las propias cooperativistas, devela la falta de correspondencia, inefectividad e ineficacia social de varias de estas acciones.
De ahí que este espacio de reflexión permitiera analizar la necesidad de generar otras acciones de responsabilidad social que respondan más a los principales problemas de las familias cooperativistas y la comunidad como la alta tasa de madres solteras, la deserción escolar, el desempleo, las drogas y el alcohol, la falta de líderes juveniles y la falta de orientación familiar.
La reproducción de formas tradicionales de responsabilidad social, ya sea por tomar como referentes otras experiencias cooperativas, ONGs, o empresas con este tipo de prácticas en otros contextos se visualiza como una problemáticas de parte de las cooperativas que estuvieron representadas en el taller. La desconexión de la cooperativa con el escenario comunitario y la incapacidad para aprovechar las potencialidades de los fondos cooperativos y su talento humano en función de transformar fenómenos que afectan directa o indirectamente la vida de la cooperativa y su membresía por carecer de herramientas para el diagnóstico comunitario y laboral con enfoque de género, hoy constituyen áreas susceptibles para el trabajo educativo. Un primer paso de avance fue tomar conciencia del problema, a partir de la reflexión sobre las experiencias existentes, lo que significó un salto cualitativo en la visión
estratégica de las mujeres cooperativistas, las cuales también percibieron que la falta de sentido de pertenencia de muchos cooperativistas y el estrés en el espacio de trabajo, se asocian con una percepción negativa de la cooperativa por el poco alcance (atendiendo a sus potencialidades reales) que tiene en la transformación de la vida de las y los cooperativistas.
De igual forma, la falta de un enfoque de desarrollo sostenible y amigable con el medio ambiente, a partir de paradigmas productivos sin una visión ecocéntrica, y que desconoce el papel del contexto en el éxito del emprendimiento y por ende, la necesidad de transformar el hábitat como una inversión socio-económica y cultural necesaria para mejores resultados de la cooperativa en el mediano y largo plazo, también fue problematizada como en espacio para la influencia a través de procesos educativos.

Propuestas para la transformación a partir de la reflexión

La necesidad de transformar estos contextos de cultura de dominación patriarcal desde prácticas de producción de la vida cotidiana, nos lanza disímiles desafíos que, aunque en este caso se refieran al contexto panameño, pueden constituir un punto de partida para evaluar otros contextos y realizar propuestas para su transformación. De cara al futuro, son importantes:

  • Realización de diagnósticos societarios y el uso de herramientas del plan de negocios y el plan de mejoras propuestos por la FEAES.
  • Implementación de un proceso de diseño y análisis, evaluación y socialización sistemática de la misión y la visión de la cooperativa, en el caso de que se emplee este enfoque de organización empresarial o institucional, para una mejor orientación y sentido de identidad de los miembros.
  • Elaboración, según los intereses de cada cooperativa, de un perfil del asociado/a que corresponda al vínculo de la cooperativa, a partir del cual se pueda realizar la evaluación de los asociados/as para depurar los miembros en caso de disfuncionalidad, y la captación de nuevos asociados/as.
  • El desarrollo de procesos de sensibilización con las temáticas del seminario a otros miembros de la cooperativa para lograr la efectiva realización del Plan de mejoras. Para ello es importante el acompañamiento sistemático del proceso por instituciones legitimadas, especializadas en términos de legislación, control y gestión de cooperativas.
  • Realización de talleres para la solución de conflictos intergeneracionales, religiosos y de género que afectan las dinámicas de funcionamiento de la cooperativa.
  • Elaboración sistemática y socialización de un análisis del contexto político, económico y social a partir de los principales cambios gubernamentales con repercusión directa e indirecta en las cooperativas y la institucionalidad que se relaciona con su funcionamiento, de manera que permita identificar amenazas y oportunidades de la nueva coyuntura para el desarrollo del cooperativismo en Panamá. Ello serviría de guía para las/os asociadas/os en el proceso de planificación de la cooperativa.
  • Elaboración de productos comunicativos (plegables, posters, audiovisuales, etc.) con los resultados de la construcción colectiva a partir de los elementos debatidos en el taller, que puedan utilizarse como herramientas de formación en otros espacios. Realización de materiales audiovisuales que promuevan el cooperativismo, sus principios, valores, los procesos productivos y distributivos, la membresía, la organización y el funcionamiento, que refleje el antes y el después de pertenecer a una cooperativa demostrando el desarrollo personal y social que genera este tipo de experiencia y que destaque un enfoque de equidad de género en este tipo de emprendimiento de la ESS. Necesidad de promover el intercambio de experiencias entre países latinoamericanos, desde los discursos de los sujetos populares que vivencian el cooperativismo y otras experiencias de ESS cotidianamente.
  • Crear herramientas (test, dinámicas participativas) y coordinar consultas especializadas, para el diagnóstico de los niveles de autoestima en los miembros de las cooperativas, sus familiares y actores claves que dinamicen la comunidad. En consecuencia con ello, diseñar talleres para elevar la autoestima, a partir de las dimensiones estéticas, laborales, de capacidades desarrolladas, de necesidades satisfechas, relaciones interpersonales, percepción del éxito y la felicidad, así como la proyección social. También pueden realizarse acciones proyectivas de la cooperativa hacia la comunidad, para desarrollar el interés en las cooperativas, ganando reconocimiento y legitimación social.
  • Diseño y gestión de nuevas acciones de responsabilidad social como los proyectos de formación y orientación en salud a miembros de las cooperativas y sus familiares, así como personas de la comunidad que padezcan de diabetes, hipertensión o tiroides, entre otras enfermedades características de la población panameña, para aprender estilos de vida saludables que le permitan vivir con la enfermedad. Creación de fondos para otorgar becas de estudio a cooperativistas, familiares y casos de atención especial en la comunidad.
  • Incorporación eventual de miembros de la familia a sesiones de trabajo en la cooperativa para crear empatía y comprensión hacia los/as cooperativistas; así como desarrollar sentido de responsabilidad y compromiso. Ello influiría en la pervivencia de la tradición del cooperativismo por socialización familiar, y por ende, en el desarrollo sostenible de la cooperativa.

La formación: derecho y deber para un mayor empoderamiento de mujeres cooperativas

  • Desarrollo de acciones de formación y acompañamiento especializado en la planificación y la gestión de la cooperativa, que permitan el aprovechamiento de los recursos ya existentes y el compromiso y la voluntad de varias/os asociadas/os, para promover más acciones de responsabilidad social y ambiental, sustentables y pertinentes al contexto, atendiendo a las problemáticas comunitarias y de las familias de los cooperativistas que fueron identificadas por las participantes en el seminario.
  • Desarrollo de un programa de formación para asociados, directivos, colaboradores y gerentes con temas relativos a los derechos y las obligaciones, los estatutos y otras normas, la gestión empresarial cooperativa, el funcionamiento de los órganos de gobierno, los principios cooperativos, el régimen económico, la seguridad social, el desarrollo empresarial y el fomento del sentido de pertenencia.
  • Potenciar la formación de capacidades para el autodiagnóstico sistemático de la cooperativa; de forma que los asociados y asociadas ganen progresivamente independencia para identificar las fortalezas y debilidades de su cooperativa; así como los elementos contextuales que pueden figurar como amenazas u oportunidades. Promover el diseño de instrumentos de diagnóstico que, partiendo de los elementos esenciales de los ya existentes y tomando en cuenta las especificidades de la cooperativa y su contexto, facilite la evaluación continua de su funcionamiento.

Los espacios formativos para mujeres cooperativistas deben diseñarse con contenidos que combinen el desarrollo de competencias profesionales, articuladas con la formación de valores y el espíritu cooperativo; acompañado de ejercicios de análisis contextuales que permiten una interpretación-transformación holística, multidimensional y sistémica. Debe cuidarse el lenguaje tecnicista, tener en cuenta los distintos niveles y temporalidades en los procesos de apropiación de los contenidos y darle un espacio protagónico al saber popular y la experiencia acumulada de los participantes, de ahí, la pertinencia de la concepción y metodología de la Educación Popular con facilitadores que propicien la participación activa y equitativa de todos y todas sin distinción y rescaten las esencias de los debates. Es importante un ambiente agradable, familiar, donde se propicie la integración de todos los participantes y se creen lazos cooperativos durante la realización del ejercicio formativo y que la propia convivencia en sí devenga en un ejercicio pedagógico para el desarrollo de la solidaridad, la responsabilidad y la cooperación. Deben buscarse como resultados no solo la transformación presente, sino también la realización de planes y proyectos futuros alimentados con nuevos conocimientos, el sentido de pertenencia, la alta estima, el crecimiento personal, las nuevas aspiraciones, el espíritu de "soltar la vaca" y "levantar el ancla" para que las limitaciones se conviertan en sueños realizables en todos los planos, personal, familiar y profesional.

Aprendizajes y (des)aprendizajes para continuar haciendo caminos

Son disímiles y desafiantes los retos epistemológicos resultantes de esta experiencia. Abordar el tema del cooperativismo en el marco de la economía social, desde un enfoque de género acorde a las particularidades históricas actuales, exige creatividad, capacidad para el análisis holístico e integrador y compromiso político y social.
En el caso de este taller, por responder a las características de un proyecto macro, las participantes activas fueron mujeres. Ello puede ser visto como ventaja por el desarrollo de un espacio donde se profundizara en la perspectiva femenina y por las características culturales del lugar se dieran dinámicas de mayor interrelación que crearan un clima de más confianza e intimidad. O, por el contrario, podría ser interpretado como un espacio excluyente de los hombres.
A pesar de estas posibilidades de interpretación, al inicio del taller y con una mayor profundización en el desarrollo de este, existió la convicción de que los problemas de género no son solo problemas de mujeres. De ahí que también en los espacios de reflexión se abordaban temáticas relacionadas con las masculinidades, aunque con la conciencia de la necesidad de una mayor inclusión de estos temas y facilitar en el futuro espacios formativos donde los hombres también participen. Para subvertir la sociedad patriarcal, la transformación tiene que atravesar todos los géneros, y afrontarlo no solo desde una perspectiva dicotómica, ambivalente y conflictual; sino también de diálogo, cooperación y complementariedad. También es pertinente partir de la premisa de existen diversas feminidades y masculinidades. Solo desde el reconocimiento de esta heterogeneidad, se pueden abordar las temáticas de género y construir propuestas para la transformación más efectivas.
Por otro lado, es importante atender el diseño de los sistemas sociales actualmente en sus diferentes escalas. Pecaríamos de ingenuos al abordar los problemas de desigualdad e inequidad de género aislados de otras formas de discriminación como la etaria, la étnico-racial, la territorial, la religiosa, la socio-clasista, etc. El pensamiento fragmentado es una de las estrategias de dominación estructural sobre el sujeto actual para la desarticulación y la potenciación del individualismo que son prácticas ajenas al propio espíritu cooperativo.
Las inequidades de un tipo solo se pueden entender en articulación con otras inequidades, pues los seres humanos tenemos múltiples condiciones, múltiples identidades, y cada una de ellas se expresa estructuralmente en un tipo de brecha. Es imprescindible asumir la multiplicidad del sistema de dominación en sus expresiones económica, social, política, cultural, jurídica, laboral, militar para crear estrategias de la emancipación desde esa multiplicidad coherente.
Otra reflexión importante en las conclusiones de la experiencia, es que la transformación debe darse desde la combinación teórico práctica. Si bien es insuficiente una actividad educativa netamente reflexiva, "sentados/as en un pupitre" en espacios formativos, también lo es el enfoque excesivamente pragmático que defienden los miembros de algunas cooperativas, cuyas actitudes obstruyen la lógica de los procesos de formación que se planifican. Hay que combinar ambas modalidades formativas, y si el proceso se experimenta simultáneamente es mejor. También es relevante respetar la idiosincrasia de los participantes en el diseño metodológico de las capacitaciones y rescatar no solo de lo vivido racionalmente sino también lo emotivo, asumiendo, como plantea Eduardo Galeano, que somos "sentipensantes". Si bien hay que valorar el proceso de formación, también es pertinente asumir el reto de lo que se hace con los resultados. Lograr no solo personas formadas, sino que esas mismas personas, con su actuación se conviertan en formadoras. Ello garantiza la sostenibilidad y la expansión del proyecto; así como el enriquecimiento de la construcción colectiva de propuestas para transformar y su legitimación, lo que se traduciría en una ejecución más eficiente de estas.
Según los testimonios de las mujeres participantes en el seminario, la vivencia de este tipo de espacio formativo para la transformación hizo que se convirtieran en "personas positivas, más perseverantes, más conscientes de nuestro trabajo y con más compromiso, con la autoestima a full y privilegiadas". A este tipo de espacio educativo lo reivindican como una vivencia que significa "avance, refuerzo, triunfo, victorias y cambios", y que estimula una proyección futura relacionada con el éxito, la esperanza, el crecimiento, el avance, la visión estratégica, la transformación, la sostenibilidad, la socialización de la experiencia y la transformación comunitaria.
Con la pujanza de las mujeres que estremecieron a Silvio Rodríguez; seguras de sus capacidades para reparar sueños y engendrar la maravilla cuando se produce con amor; convencidas de seguir redescubriendo la fuerza interior y ponerse al timón sin más tiempo que perder para "Dar más" como propone el dúo Buena Fe; cerró una experiencia educativa donde, al decir de Walt Withman, conscientes de que "la vida es desierto y oasis" que "nos derriba, nos lastima, nos enseña", todos nos convertimos un poco más en "protagonistas de nuestra propia historia" para impedir que (como hoy persigue el sistema de dominación en su propósito de perpetuidad) "la vida te pase sin que la vivas".

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Coraggio, J. (2013). Tres corrientes en la ESS. Temas (75).

IPACOOP-FEAES-FLACSO. (2014). Memorias del Seminario Desarrollo Empresarial para Mujeres de la Economía social.

 

 

 

RECIBIDO: 21/01/2017
APROBADO: 13/03/2017

 

 

 

MSc. Geydis Fundora Nevot. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Programa Cuba. Correo electrónico: geydis@flacso.uh.cu

MSc. Eduardo Dixon Ávila. Instituto Panameño Autónomo Cooperativo (IPACOOP), Panamá. Correo electrónico: edixon19@yahoo.com

Edilma E. Velázquez Castillo. Instituto Panameño Autónomo Cooperativo (IPACOOP), Panamá. Correo electrónico: edilma0607@hotmail.com

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