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Revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina

versión On-line ISSN 2308-0132

Estudios del Desarrollo Social vol.6 no.3 La Habana sep.-dic. 2018

 

Artículo Original

Setenta años de dos barriadas hermanas patrimoniales: Nuevo Vedado y La Rampa

Seventy Years of Two Patrimonial Sister Neighborhoods: Nuevo Vedado and La Rampa

Avelino Víctor Couceiro Rodríguez1  * 

1Universidad de La Habana, La Habana, Cuba

RESUMEN

El presente artículo realiza una valoración sobre el significado del patrimonio urbanístico para Cuba, especialmente de dos barriadas de la capital cubana, cada una con sus distinciones propias. Estos espacios cumplieron el pasado año su 70 aniversario, este trabajo se acerca a algunos de sus antecedentes. Para ello, se combinan métodos, sobre todo el histórico-lógico y el comparativo, con los cuales se resaltan las identidades de estas barriadas, así como la necesidad de promover su relevancia para Cuba.

Palabras clave comunidad; patrimonio; valores; identidad; La Habana

ABSTRACT

This paper examines the contributions to Cuba and some other countries’ heritage, made by two neighborhoods which are extensions of the Vedado district of Havana, the capital of the Republic of Cuba, but with their own distinguishing character due to their distinct background. Last year 2017 was their seventieth anniversary, which has been virtually ignored and therefore it was formulated as the research problem for this investigation. The results obtained were presented only at the VII Symposium on Havana History «Emilio Roig de Leuchsenring», held by the provincial branch of the Association of Cuban Historians in Havana. Several methods were used in combination, above all the historical-logical, and the comparative method, whereby identities of these neighborhoods were highlighted which arouse interest in other countries due to the importance of both communities. However, such importance must receive due attention in Cuba first.

Keywords: community; heritage; values; identity; Havana

Introducción

El pasado año 2017 las barriadas capitalinas Nuevo Vedado y La Rampa, de alto valor patrimonial para todo el país, hijas del Vedado y cada una con diferentes aportes, cumplieron 70 años. Ello las inserta en el imaginario nacional y las avala como tradiciones cubanas por las tantas generaciones que las han heredado, tanto como residentes o visitantes. Sin embargo, sus valores patrimoniales no cuentan con la promoción necesaria, de aquí que el objetivo general del presente artículo sea ponerlos de manifiesto para que se realicen labores para su promoción y conservación. Con tal fin se combinaron sobre todo el método histórico-lógico y el comparativo. Estos resultados solo se han presentado en el Simposio Emilio Roig de Leuchsenring 2017, de la Unión de Historiadores de Cuba, y en el programa radial Habana Radio, el viernes 2 de febrero de 2018.

1. ¿NUEVO VEDADO, O EL NUEVO VEDADO?

Llamado de ambas maneras, esta es una barriada tan conocida como ignorada en Cuba. Muchos la consideran un reparto elitista, burgués, «no cubano», «favorecido» y hasta «marginador», sin tradiciones ni cultura propia, «muy difícil al trabajo comunitario». Todo ello llevó al punto que el año 2004 una promotora, «para darle cultura», le impostó una comparsa con sus conocidos del Cerro; voluntarismo populista intrascendente fruto de extra-comunitarios empoderados que desconocen este lugar y cuyos consecuentes dogmas simplistas, regionalistas, incomprensiones y otras miserias humanoides confunden lo cubano (básicamente lo popular), con lo vulgar y desconocen la confluencia tradición-actualidad (reservemos el término «modernidad» a la era post-medieval); cuando esta barriada que equilibra tradición y contemporaneidad debe ser legítimo motivo de orgullo por todo lo que enriquece el patrimonio en solo 70 años a la infinita diversidad de la cultura cubana.

Se subvalora así la cultura doméstica que identifica, entre otros valores, al Nuevo Vedado, el más residencial reparto en su municipio, relativamente homogéneo, cuya diversidad se impone en sus barrios, zonas y focos; en general apacible, chic y ultramoderno, noble, hospitalario, casi sin instituciones que en comunidades cercanas desbordan por cuantía y calidad, por lo que su vida social ha sido tradicionalmente externa: sobre todo los jóvenes interesados en visitar otros espacios, salvan las dificultades del transporte en su Avenida 26 y en la periférica 23, pues su escaso transporte público interno desapareció en el último cuarto del siglo XX.

Por tales prejuicios ha sido menos atendida y promovida consciente o inconsciente, pero siempre injusta y fatalmente, reducida a «foco de silencio» (más bien, silenciada, casi discriminada, contra todo imaginario), aunque ha inspirado en todas las artes y potenciado las tantas manifestaciones que es la cultura en tanto sistema. Su solo apelativo, para algunos antónimo de tradición, ignora lo tradicional incubado en todo «lo nuevo»: amenazado sin promoción científica, mal asimilado en las divisiones político-administrativas (en adelante DPA) que hacia las calles Norte, 35 y 37, la dividen en dos consejos: Colón-Nuevo Vedado (desde 1993 del norteño Carmelo que en 1992-1993 fue Chullima) y Nuevo Vedado-Puentes Grandes (entre 1992-1996 Puentes Grandes), desde 1996, cuando por primera vez su nombre se reconoce oficialmente, entre otros logros de investigaciones de la Dirección Municipal de Cultura (en adelante DMC). Otros mitos confunden sus fronteras al extenderlo a la barriada de La Plaza (este-sudeste), por ser Nuevo Vedado topónimo tan conocido, derivado del mucho más reconocido y tradicional reparto Vedado, con sus 158 años, y topónimo de 453 años.

Se conformó en 1947 con la Avenida 26 y ocupa el centro occidental del habanero municipio Plaza de la Revolución, bordeando desde el Puente de 23 y el río al este-sudeste (al norte-nordeste, la barriada del Carmelo) más de 0, 4 km de ligera curva cóncava, a Avenida 26 al sur 0, 3 km a Zapata continúa al sur casi 0, 7 km a ambos lados de Avenida 26 hasta el río al oeste, y con límite oriental en la Necrópolis Cristóbal Colón, de cuyo fondo suroccidental continúa por calle Loma 80º al sur (al este, la barriada de La Plaza), e incluye, bordeando al sureste más de un kilómetro, el Jardín Zoológico de La Habana (al este-sudeste el barrio Aldecoa) hasta la Avenida 26 donde vuelve al noroeste 0, 3 km hasta la Avenida Zoológico (al sur el Bosque de Puentes Grandes) y de esta 0, 7 km de lomas hasta el río, cuya ladera oriental durante 1, 5 km serpentea al norte a volver al Puente de 23. Su frontera occidental allende el río y el puente de 23, es el también capitalino municipio Playa, cuyos repartos Kohly y Almendares derivan de este Nuevo Vedado. Sus restantes fronteras son barriadas de su mismo municipio Plaza de la Revolución al que pertenece: Carmelo (norte-nordeste); La Plaza (este); y Aldecoa y Puentes Grandes al sur.

Sus 70 años heredan vastos antecedentes desde su identidad ecológica: el río Casiguaguas según los indoamericanos, Chorrera (siglo XVI) y Almendares, desde 1610, de más de 150 000 años, de cuando empezó a separarse de la hoy Bahía de La Habana y cuyo cauce, sobre todo al sur, se reconoce muy joven (apenas 200 años) con numerosos valores presuntos para la arqueología fluvial y «paisaje comestible», fuente de muy diversa vida local milenaria incluidos hacia calles 38 y 39 la ya desdibujada isla Josefina aún con vegetación seminatural y flora endémica local (Muñiz, 1991); del Bosque de La Habana (escenario para escoger el arbolito de Navidad y para las márgenes sociales: religiosidad, sexualidad y romances, delincuencia, antiguos duelos, etcétera) resta el Bosque del Nuevo Vedado que aumenta su verdor, y la ulterior vida humana y el agua potable a La Habana en la bahía; río y bosque inventariados «como sitio natural» en 1997, de tradicional inspiración para todas las artes y protagonista en las más diversas manifestaciones de la cultura cubana: vida deportiva, acciones ambientalistas, etcétera.

Cuenta con colinas y llanuras erosivas sobre rocas margosas, arcillosas y altas a partir de la más reciente pendiente escalonada (calle 27), con solo alguna depresión (37 y 26), donde se recomienda aprovechar sus valores paisajísticos escénicos, áreas verdes e higiénico-ambientales, por ser la única barriada de este municipio donde predominan condiciones ambientales favorables, pues su única arteria rápida de comunicación es la Avenida 26, sin tanta contaminación sonora ni por gases de vehículos ni excesiva población flotante (Gil de la Madrid y González, 1991). Barriada favorecida por su cultura raigal, sentido y sentimiento de pertenencia, urbanización más moderna y arquitectura con menos residentes e instituciones a visitar, a 1, 5 km de la costa y sus inundaciones (es fluvial pero no costero) mediando edificios que obstruyen la salinidad, aunque también la brisa refrescante. Su insalubridad se limita al río contaminado al avanzar el siglo XX (foco insalubre en calle 37 y final o río, reportado en 1989) y la herencia del fondo del Cementerio de Colón para el mayor barrio insalubre del actual municipio: La Dionisia.

Sin descartar el paso indoamericano (incluidas notables personalidades), desde el siglo XVI las áreas vecinas estuvieron pobladas por el opulento Puentes Grandes al sur (Distrito de segunda clase al que en la colonia perteneció todo este territorio hasta la costa) y el Pueblo Viejo-Chorrera, en Carmelo al norte, y luego desde el este, hoy barriada de La Plaza tras la Zanja Real (1592), la quinta del Marqués Jústiz de Santa Ana (siglo XVII en Puentes Grandes, sobre todo siglo XVIII desde el este) y el ingenio San Antonio Chiquito; y ya en este territorio, hoy Nuevo Vedado, en el siglo XIX estuvo la finca del Marqués de Las Torres y al sur las propiedades de don Federico Kohly (de ascendencia suizo-alemana), las de la familia Conill, topónimos vigentes en Nuevo Vedado: Santa Ana, San Antonio, Las Torres, Kohly, Conill, así como desde el este se acercan las calles Bellavista, Panorama, Tulipán (de ascendencia holandesa en El Cerro decimonónico, en Nuevo Vedado calle 41), tradiciones que identifican a sus comunidades; el Paso de la Madama para cruzar el río ( hoy calle 37) y las ruinas que restan de sus bancos, fuentes y glorietas sede de brillantes bailes (como el ofrecido a la oficialidad de la escuela francesa en 1854), su puente y parquecito abandonados en pleno bosque al río, cual «arquitectura fantasmagórica» a la que se refiere el suizo francés Klaus Schneider.

Al nordeste costero, en 1860 se parcela el reparto Vedado («prohibido» al vetar la tala desde 1565 para dificultar las incursiones piratas), del que derivarán Miramar allende el río y luego Nuevo Vedado y La Rampa. En 1871 se inaugura la necrópolis Cristóbal Colón sobre los caminos irregulares de La Noria y La Campana, fija lo que será el límite centro oriental del ulterior Nuevo Vedado y, al condenar a su fondo a los marginados, se propició que en 1887, sobre las fincas Los Zapotes y Las Torres (gestionándose desde 1866), se erigiera el Cementerio Bautista, que acogió a los cubanos independentistas que tuvieron que emigrar a Estados Unidos quienes habían roto con el catolicismo papal de la corona española. Otros aportes de la comunidad fue construir una escuela nocturna y otra para los niños pobres (Guerra, 1991).

También Zapata, calle originada por la necrópolis de Colón para los carros mortuorios desde La Habana al este, se extenderá ahora al suroeste para el micro-urbanismo del Cementerio Chino (1893, gestionado desde 1872, marginados al igual que los bautistas), único lugar que en Cuba conserva el culto budista a cielo abierto, hoy Monumento Nacional (Monterde, 1991). Tras el viejo puente de barcas, en lo que desde El Vedado y El Carmelo norteños ya era calle 23, y luego otros dos con vistas a los tranvías, entre 1908 y 1910 se construye el puente de Asbert (entonces Gobernador de La Habana, General Ernesto Asbert), pero que todo el pueblo llama afectuosamente, «el puente de 23», el primero de hormigón armado en Cuba (antes todos eran de acero), tercero de su clase en el mundo entonces, tan funcional al unir ágilmente ambos lados del río, incluso para tranvías, un arco principal con 58 metros de luz y con acceso al bosque, abierto al público en 1911.

La planificación urbana entre 1914 y 1918 de calle 15 a 29 y de Infanta y Malecón al río, llegó al norte del hoy Nuevo Vedado; ya empezaba a hablarse de hacer un «nuevo Vedado» con una arquitectura que anunciaban al este la Rampa, justo el otro barrio en estudio. Un ejemplo fue en N y 25 (1921, Palacio de los Matrimonios después de la Revolución), al estilo innovador del estadounidense Frank Lloyd Wright, que junto a otros modernos luego definirá al Nuevo Vedado. De 1936 data en calle 27 entre 28 y 30 la tintorería La Comercial que, surgida en Infanta, había pasado al Vedado y ahora aquí y desde 1945 se llamaría La Cubana, con sus tradiciones laborales y de luchas sindicales; en 1938 había estudios de cine cerca del Cementerio Chino, donde presumiblemente Ramón Peón filmó Una aventura peligrosa, en la que debutó en el cine la naciente estrella Rosita Fornés; aporte local al patrimonio cinematográfico cubano. De antaño, casi al frente (calle 26 entre 29 y 27) perviven hoy los humildes pasajes Kohly, que heredan el apellido del propietario de estos terrenos desde el siglo XIX, donde indicó construir estas casitas.

Dos hitos de 1939 anuncian Nuevo Vedado: La Dionisia (nombre por la compañía dedicada a estas parcelaciones para los humildes) sobre la antigua finca y vaquerías de Los Paredes, con su calle Protestantes, como llamaban a todo cristiano no católico papal por construirse sobre parte del Cementerio Bautista, heredando un imaginario de poltergeist y ouijas, ultratumba, espiritismo, cultos sincréticos y toda la religiosidad y parasicología de muchas otras fuentes a todo Nuevo Vedado. Inició con bodegas de hispanos y sus descendientes e inmigrarían anglo-caribeño, entre otros, con su iglesia de Santo Domingo de Guzmán al lado del hoy Círculo infantil, semilla de marginación de la que cual paradoja, en tan paradigmático contexto de confluencias nacionales e internacionales contra el nazismo florecerá el ¿exclusivo? distintivo Nuevo Vedado metropolitano, legítimamente orgulloso, pero nunca soberbio, al que servirían y por donde se expandirían puestos, fondas, ferreterías, quincallas y otros comercios no solo para las elites, sino para los locales, con productos y servicios de alta calidad, mientras el humor del imaginario comunitario sentenciaba que en La Dionisia se discutía en la calle y en Nuevo Vedado por teléfono.

El otro hito de 1939, mientras la moda mundial era remodelar las capitales, sobre todo americanas (este más aún tras el ciclón de 1944), fue el Parque Zoológico Tropical de La Habana, con su parque infantil «La Edad de Oro», hoy Jardín Zoológico de La Habana, primero en Cuba que se sistematiza y tercero mejor del mundo entonces, que limitó el norte con el barrio Aldecoa y abriría al Nuevo Vedado al norte como su casco histórico, con sus antecedentes de cultura zoológica institucional cubana, entre ellos el local en calle Gravina y Santa Teresa. Entre otros múltiples valores cuenta con una gran flora y fauna, pues se logró reproducir en cautiverio especies en peligro de extinción, en total le han contado hasta unas 1, 200 especies de animales. Además de sus áreas de recreo y gastronomía, pueden apreciarse las obras de grandes escultoras como Rita Longa, Gilma Madera, entre otros.

2. El Nuevo Vedado conformado

Dado el auge y perspectivas, a 18 km al sur, del reciente aeropuerto internacional de Boyeros, se decide priorizar la Avenida Boyeros en su comunicación con toda la ciudad: de 1945 data la Fuente Luminosa, rotonda de importantes arterias que, allende Aldecoa, en 1947 se conecta con Miramar en auge al noroeste al ampliar la antes calle Gravina que atravesaba Aldecoa y el Zoológico, en una nueva y resplandeciente avenida que hereda del norte el urbanismo del Carmelo con su cuadrícula regular perfecta (irregular al sur por sus precedentes Zoológico, Bosque, río); aporta topónimos (Herradura, Norte, Edison…) y de la nomenclatura del Carmelo, la calle Gravina extendida será ahora la Avenida 26; hereda su forma de numerar las edificaciones y más exitosamente su jardinería, sobre todo privada, luego en deterioro hasta reducirse ocasionalmente a pasto de los chivos. Dado el antecedente del puente de 23, la esquina de 23 y 26 deviene hasta hoy foco comercial gastronómico, transferencia de rutas y población flotante, majestuosa entrada al Nuevo Vedado. Alejándose de los desfavorecidos, varios de los pudientes, sobre todo del Vedado, deciden construir novedosas mansiones en las inmediaciones de esta Avenida 26 entre el aeropuerto y el floreciente Miramar al oeste del río: surge Nuevo Vedado, residencial como Miramar que, junto a La Rampa (más pública e institucional), son los tres descendientes directos del Vedado.

Cuando aún un automóvil entre tanto terreno yermo era todo un espectáculo (indispensable para vivir en el Reparto Kohly y el Bosque del Nuevo Vedado, los más apartados al extremo sur, donde la Sociedad Cultural de Aldecoa aún se extendía), fundaron Nuevo Vedado los Bonet y Camps (de ascendencia aragonesa-catalana, en el cuchillo 26-41, luego Conill-26); los médicos Sastre Vidal (39 # 893, entre 24 y 26); las hermanas Acacia y Celeste (calle 41); desde 1945 pueden verse negocios en la zona, como una farmacia «26 y 39» que regalaba souvenirs y una dulcería de dulces finos, hoy una casita en parada de ómnibus. Tras las fastuosas residencias en la Avenida Kohly y su mansión familiar (hoy escuela Josué País, Ave. 41 y 36), inmigran reconocidos artistas y otros profesionales, no tantos como en barriadas cercanas más pobladas, pero sí un número superior que en otros municipios y provincias, Avenida Kohly en torno a la cual hacia 1950 se urbanizaba al sur-suroeste el Reparto Kohly hacia la Avenida del Zoológico.

Entre las construcciones por las que los expertos han considerado al Nuevo Vedado «todo un museo (al aire libre) de arquitectura moderna» (Couceiro, 2013), se destacan, de 1954, la casa de calle 36 # 146 esquina a 45, del trascendental arquitecto internacional Ricardo Porro, quien también aporta la de Avenida del Bosque # 9 entre Nueva y 38, 1957. Otras residencias de marcada importancia son las de calle 47 # 807 entre Conill y Santa Ana (1954), del arquitecto Manuel R. Gutiérrez García; las de Norte # 34 y # 36 entre 35 y 35 (Herradura; 1955, del arquitecto Chiong para su familia y sus tertulias); el edificio de calle 47 # 1220 esquina a 36 (1955, arquitecto Frank Martínez); Edison Sur # 17 entre 38 y Avenida del Bosque (1959), por Lanz y del Pozo para su familia y sus tertulias, y la de Loma # 20 entre 37 y Lindero, obra de Cristófol y Hernández Dupuy (Martin y Rodríguez, 1992). En 1951 el edificio Pilar se adapta al cuchillo de Zapata y 26.

En esta década constructiva, cosmopolita, se urbanizó Las Torres, entonces llamada oficial y casi exclusivamente Nuevo Vedado de 26 al Cementerio de Colón, calles 35-41, esta última sin urbanizar, límite con la entonces La Rosa; y el parque La Bandera (calle 30-Ave. Loma-Ave. Kohly-43-sur boscoso, con el puente de la Avenida del Zoológico al río). También se había urbanizado el Reparto Kohly (calle 36-28 con Avenida Kohly como calle 34, y 39-47); Alturas del Vedado (26-36 y Avenida Kohly-47); el barrio del Cementerio Chino al río (calle Herradura o en U para su micro-urbanismo) con el parque y calles 33-37, y 30, Norte, Avenida Loma y Avenida (del) Parque; desde 1914 todo su norte liminal al Carmelo, 23-29 y 26 y 30 (28 no salía a 23 aún); el Zoológico y su barrio norte y norte oriental; sin urbanizar, La Dionisia se extendía al este por el sur marginado del Cementerio de Colón hasta 6 (hoy barriada de La Plaza) al sur de Las Torres y nordeste del Zoológico (Loma y 26 a 45, 41 y Aldecoa, y el fondo del Zoológico, que pertenecían a La Rosa, hoy barrio La Rosa o Conill (Rojo, 1951).

En esta barriada, además, surgen céntricos servicios, como en 26 y Zoológico, la hoy terminal de transporte Viazul, la farmacia, el Club Barbaram (único centro nocturno local); el supermercado 41 y 26 (1956, hacia 1974 centralizaría las «bodeguitas» locales), entonces ocasionalmente por invitación. Su culinaria criolla, estadounidense, francesa y hasta asiática, refleja el cosmopolitismo local, tradiciones transculturadas en nuevas identidades comunitarias en interinfluencias entre sus grupos sociales para una dinámica urbana-no urbana rebosantes de matices según cada contexto.

Surgen la iglesia de Santa Catalina (Panorama # 672), la del Perpetuo Socorro (dominicos, herencia vedadense) y la capilla de Conill y 41 (iglesia inconclusa), aunque (¿otra paradoja?) muchos locales prefieren la Iglesia de Jesús Obrero, en el norteño y marginado, hoy insalubre, barrio El Fanguito del Carmelo. En su periferia anuncia al este el entonces Ensanche del Vedado y reparto Hidalgo (terrenos de Hidalgo Gato que surcaba Gravina, luego 26, al buscar conectar la Calzada del Cerro o de Puentes Grandes con 23). La escuela La Salle (Bellavista # 715), para estudios primarios hasta la Universidad, hoy con el nombre del mártir contra Batista José Luis Arrruñada, irradiaba pertenencia, elegancia; en los años ochenta fue una de las cuatro escuelas del municipio para talentos deportivos, con su propio gabinete médico y odontológico, resentida en vísperas del siglo XXI por la migración, la fluctuación laboral y la violencia. El judo cubano nació en el Carmelo inmediato (en 23 y 24; 1951) y pronto fue de los deportes favoritos del Nuevo Vedado con su Sección Judo Club Ferreteros en 24 y 42, y la Sección de Judo del Hogar Industrial Nacional del Ciego (1954) auspiciado por la Asociación de Propietarios y Vecinos del Nuevo Vedado, con el beisbol, baloncesto, voleibol y otros, por sus parques de educación física y para su sano ocio, matutinos y vespertinos y a veces artísticos (y en la Revolución, políticos) en las escuelas con bustos a próceres, sobre todo a Martí.

Ello se extiende a otros parques pequeños que aumentarán aledaños a algunos edificios como los de micro-brigadas finiseculares y otras áreas de interés estratégico, político y militar (menos que en otras barriadas); en donde pueden apreciarse los juegos de mesa como el ajedrez, damas, parchís, monopolio, cartas como bridge, continental, brisca, mahjong y el dominó y lotería. Aquí puede verse el sexismo nacional de juegos para niñas o varones: escondidas, bolas, «las casitas», suiza... o deslizarse por furnias como la de 39 a 37 entre 24 y 26, aún en los años setenta, cuando por un trillo en calle 39 se subía a La Dionisia donde niños y adultos jugaban a la pelota, los varones construían sus carriolas de madera y las niñas al pon y la suiza; la gallinita ciega y tocar la base.

En 1955 se crea el Buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC, disuelto en 1959 por Camilo Cienfuegos, hoy parque infantil) con cuartel sede (y/o del Buró de Investigaciones) en el Parque del Framboyán, de calle 30 a 32 y de 23 a 25. Ahora llamado Parque del Brac o de los Mártires por los allí torturados y asesinados, entre ellos Oscar Lucero Moya, «Mártir del Silencio» pues no delató a nadie, y había dirigido en febrero de 1958 el secuestro del corredor automovilístico argentino, quíntuple campeón internacional, Juan Manuel «Volante» Fangio, en casa de «las norteñas» (así llamadas por vivir en calle Norte # 42 y Herradura, entonces considerado «barrio de clase media» al fondo del Cementerio Chino (Rodríguez, 2005) con ayuda de otros vecinos también combatientes clandestinos en El Nuevo Vedado.

Al «parque de la Gravi» (así llamado por la pasta dental homónima que antes, en calle Gravina, ahora 26 y Kohly tenía sus oficinas y almacenes, luego sede de la Empresa de Arquitectura y similares) se le comenzará a llamar «del Acapulco» por este cine, el último construido en La Habana (1958) que deviene corazón cultural y general del Nuevo Vedado, en 26 entre 35 y 37. Entonces el mejor y más hermoso cine de todo el continente, de las escasas instituciones artísticas locales, así llamado para conectar por 26 al aeropuerto y la célebre playa mexicana. Hereda la Revolución la casa de Loma # 684 entre Colón y Lombillo, habitada entre 1959 y 1977 por Juan Marinello (desde 1990 Biblioteca Memorial con acciones internacionales y comunitarias para su promoción); así como la de estilo racionalista, de calle 47 entre Conill y Tulipán, en la cual vivió el Comandante Che Guevara, entre 1962 a 1967, y desde 1983 es Archivo personal, hoy Centro de Estudios Che Guevara, centro científico-comunitario con acciones para su promoción.

El nuevo gobierno Revolucionario en breve hallaría sede en la aledaña barriada de La Plaza, lo que decidiría su identidad al este de la calle Loma, Plaza protagonista de los mejores y peores momentos de la vida social cubana: marchas, los llamados «actos de repudio» desde 1980 y otros, en un clima tenso y febril, con todas sus interinfluencias con el Nuevo Vedado. La arquitectura de micro-brigadas para militares y otras oleadas inmigratorias de todo el país, mucho más puntual hacia las zonas menos urbanizadas, produjeron nuevos focos dispersos con diversos grados de integración (o no) a cada identidad arquitectónica raigal, al margen de las necesidades de las nuevas generaciones que requirieron su propio hogar, pero que determinaron el paisaje urbano al sur del reparto Kohly, La Dionisia y otros barrios neovedadenses, a veces con colaboración de España, Canadá y otros países.

El parque Recreativo Almendares, bajo el puente de 23 (con el municipio Playa), desde la Revolución, cuenta con golfito, remos, diversiones para niños, conciertos de trovadores, peñas en su anfiteatro, numerosas acciones ambientalistas, entre otras. En 1961, con la invasión a Playa Girón, se ha dicho que el cura de la iglesia de La Dionisia la cerró y se fue, y el local sería albergue de ciegos y lisiados hasta 1990, cuando pasó al parque de 41 y 24 (hoy de niños con dificultades mentales) y aquí quedó para decoración y tapicerías, arreglando muebles del Estado. Su policlínico será el «19 de abril» (fecha de victoria de Girón), al este en la barriada de La Plaza.

En 1967 llamaban Nuevo Vedado al área de Avenida 26 al río y de 37 a Norte y Sur; al sur le llamaban Kohly de 27 a Norte y Sur, y de 28 al río; Alturas del Vedado incluía la Avenida Kohly curvada hasta 26; La Rosa era de 26 a 47 y de Santa Ana a 41; Alturas de Ayestarán (hoy más en la barriada de La Plaza) iba de Tulipán a Santa Ana y de 47 a Sur; Zoológico era de Avenida del Zoológico hacia 38 y río; y en paralelo la Avenida Antonio Soto iba por el Bosque y su rotonda a Puentes Grandes al sur, y al norte por Avenida del Zoológico a 38 y Avenida del Río o del Bosque; la calle 42 iba al Zoológico por la Avenida del Bosque, 40 y 38. Entre la Avenida Antonio Soto y 38, de sur a norte, las calles eran Sur, Marte y Nueva; otra calle llamada Julio bordeaba el río al sur allende la Avenida del Zoológico como Avenida del Río hacia Puentes Grandes. Ello reconocía su diversidad en barrios, zonas y focos, en realidad mucho más compleja y rica, todo lo cual entonces era parte del seccional Vedado. Allende al puente de 23 (al entrar en el hoy municipio Playa), al sur era Parque y Alturas del Río, y hacia la isla Josefina estaba el vigente reparto Kohly (de Playa).

Por el café que se sembraba en la periferia capitalina (1970) nace Radio Cordón de La Habana; desde 1973-1974 será Radio Metropolitana, en el edificio homónimo de Avenida 26 y 41, hasta el 8 de diciembre de 1993, cuando por las carencias del momento fue trasladada al edificio FOCSA, en la Rampa, para acercarla a las restantes emisoras habaneras.

Desde 1978, con los Festivales Internacionales del Nuevo Cine Latinoamericano y hasta la actualidad, el cine Acapulco ha sido el protagonista local con filmes y ciclos de cine, presentaciones especiales, premiaciones y homenajes con trascendentes personalidades nacionales e internacionales, de sumo interés e impacto. A pesar de la poca promoción y la relativa lejanía con el circuito de cines (calle 23), a veces acude tanto público que se debe repetir funciones de madrugada. El protagonismo del trabajo comunitario, en la década finisecular, así como la atención sistemática a todo el potencial del cine, desde investigaciones de la DMC y sus promotores, han hecho que se extiendan acciones al parque, a la librería Jicotencal (Bellavista entre Tulipán y Loma), al parque de Loma y Tulipán y su otra sala de video en calle Panorama; a La Dionisia, Comité de Zona cederista, escuelas y diversas peñas y proyectos culturales.

Mas Nuevo Vedado, a pesar de verse frustrados algunos esfuerzos,1 estuvo siempre representado con voz y aportes, desde sus propias problemáticas y valores, en varios eventos como, en 2003, el VIII Simposio y VI Fórum fue el primer homenaje al Nuevo Vedado en su cine Acapulco, con Psicoballet desde el parque al que llaman «Parque de la Paz» o de los «Mártires de África», hoy con monumento al líder vietnamita Ho Chi-Minh. En 2004, el VII Fórum es homenaje a la comunidad al sur Aldecoa, pero desde el Zoológico en su 65 aniversario, y en 2012 el homenaje fue a La Dionisia. En el Acapulco radica la sala de video municipal desde 1989 y hay varios proyectos culturales, como el primer intento de un ciclo de cine anti homofóbico, comunidad que conocería las fiestas gay (1994-1996, hoy en 39 y 26) y la lucha contra el sida. Además, se brindan servicios como la reparadora de refrigeradores y similares al lado del Cementerio Chino, el Club del Dominó, la Asociación Nacional de Lebreles Afganos, la Sociedad Ourensana de Cuba, etcétera. Del 2003 data en Lombillo y Tulipán la biblioteca Ismaelillo. Al Nuevo Vedado se le dedicó un libro que ganó Mención en el Premio Nacional de Investigación de la Cultura del Instituto Juan Marinello (Couceiro, 2013) con impacto nacional e internacional aún vigente, entre otros textos.

Silente pero imponente, Nuevo Vedado es digno heredero del vedadismo norteño (del Vedado Tennis Club, VTC, al que muchos pertenecían) con protagonismo femenino propugnando respeto, distinción, caballerosidad, espíritu deportivo y refinado gusto, vocación por las artes, las ciencias, la naturaleza y otras virtudes, hospitalidad (a pesar de la avalancha migratoria que enriquece pero daña cuando busca imponerse contra los valores nativos, en los que hay que educar) con tal sencillez de la elegancia de cuna y el legítimo orgullo por sus tantos aportes, que apenas se percibe, pero debemos resaltar por todo lo incubado durante siglos para todo el abanico de la cultura cubana y para otros países, en su flora y fauna doméstica y silvestre, en sus residentes y visitantes, en sus misterios y secretos hasta sus rincones más rebuscados.

3. La Rampa: comparación con su barriada hermana

Del mismo año 1947, también hija directa del Vedado y rebosante de patrimonio nacional e internacional, data La Rampa, conformada al construirse entonces en 23 (hoy # 258) y L el edificio Radiocentro S.A., donde en la competencia entre emisoras radiales las pretenden unir previendo aquí el corazón de la capital, e inauguran el cine Warner, desde 1953 Radiocentro, hoy Yara (siempre incorporando lo más novedoso de las salas de cine en el mundo), que en complicidad con la heladería Coppelia al frente (1966) y la parada de ómnibus, logran la esquina más céntrica capitalina. Pionero de la arquitectura racionalista polifuncional cubana, que hallará en La Rampa su mayor riqueza nacional, sus diversos barrios, zonas, acunan, en otros focos ramperos (Mazón y San Miguel, P y 23, el Focsa también para emisoras radiales), la naciente televisión cubana y, desde 1965, el Instituto Cubano de Radio y Televisión (en adelante, ICRT), hacia toda Cuba, impulsando luego las televisoras locales, y hacia el exterior.

En el área más elevada, por la avenida 23 (que entonces hereda el protagonismo local a la calle 17), el terreno empieza a descender hacia el mar, rampa que da nombre popular a la barriada consecuente, que ha atesorado desde entonces la vida nocturna y bohemia más patrimoniales para la cultura cubana, con auténticos hitos de valor e interés internacional, lo que no disminuye el alcance de su intensa vida diurna. Las dos identidades ramperas esenciales es que cuenta con la máxima población flotante en Cuba (en especial aquella de intereses recreativos, vida bohemia de artistas y jóvenes, y vida nocturna) y con el llamado «rascacielos cubano» (era la cuarta elevación habanera). Los artistas del luego ICRT hicieron famoso no solo el café exterior de su edificio, La Arcada, sino también la cafetería en uno de los pocos antecedentes locales: el edificio Alaska (1924, 23 y M, desmoronado en 2003, hoy parqueo); el club Las Vegas, en Infanta # 104 con un cafetín al lado (hacia el 2010, pionero de los llamados clubes gay cubanos), sobre todo desde 1956, al ubicarse al frente el colosal y ya tradicional decano de la radio cubana, Radio Progreso.

Todo ello permitió un proyecto de avenidas de recreación según New York con el «turismo de masas» que con sus casinos de juego y «la trata de blancas» (que no solo eran blancas, explotando el erotismo y sensualidad naturales locales) sostenía la Mafia estadounidense en Cuba, avalado también por otro hito local: el Hotel de Nación u Hotel Nacional (1930, antes negocio de estiércol para jardineros; Monumento Nacional desde 1998) que atrae hasta aquí el Malecón desde la bahía y antecede en y desde esta barriada la mayor y más importante cadena hotelera cubana que identificará a La Rampa con sus cabarets, personalidades de todo el orbe, eventos internacionales de todo tipo, aportes en la culinaria, las artes y en todas las manifestaciones de la cultura y mucho más patrimonio de todos y cada uno de ellos, exitosos y célebres: el hotel Victoria (antes Vedado), el Colina (frente a la Colina Universitaria), el Vedado, St. John´s, el Flamingo, el Capri (1957) y el Habana Hilton, luego Habana Libre (1958, en 23 y L, máxima altura local al frente del pionero Radiocentro), entonces el edificio más alto de América Latina.

Otros antecedentes locales se resumirían en la comunidad canaria en la Cueva de Oliver (siglo XVI, hoy Hotel Nacional) donde Cecilio Villaverde, hacia 1850, haría célebre al indoamericano Taganana en 1762; la batería militar de Santa Clara (1779, actuó en la Guerra de 1898); «castillitos cottage» de la intervención norteamericana de 1899-1902; la rotonda del Maine (1915-1925, extendido homenaje a Henry Reeves en 1949) y al frente del Alaska, la funeraria Caballero (en los años sesenta para acciones culturales en consonancia con el nuevo entorno, hoy del ICRT), y Habana Autos, Ministerio de Agricultura y cabaret Hollywood, luego Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Lo demás eran furnias aún en 1947, al extenderse aquí el reparto Vedado (1860) desde el oeste a toda la costa este y por el sur hasta Infanta, heredando su urbanismo (a su vez heredero del Carmelo, más al oeste hacia el río, 1859) y sistema de numeración de casas, que se reconfiguran de este a oeste; pero ya El Vedado apuntaba al edificio en altura como demuestra el hotel Presidente (1927, Calzada y G), y su fundador, el Conde de Pozos Dulces, da la bienvenida a todo el que llega desde el oeste en Línea y L, justo al frente donde ya el edificio López Serrano (1932, temprano ejemplo del art-decó cubano y primer «rascacielos cubano») y el obelisco a los chinos que lucharon por la independencia de Cuba (1931-1946) se elevan; «rascacielos» a devolverse más puntuales por las avenidas rápidas de comunicación a los barrios cercanos.

No obstante, estas identidades tenían otros antecedentes: así por ejemplo, para la población flotante habría que señalar los orígenes de la Calzada de Infanta, que separa La Rampa del hoy municipio Centro Habana y, en particular, de su barrio Cayo Hueso (1898, del exilio independentista con menos fortuna), cuyas influencias urbanísticas, arquitectónicas, son obvias en la barriada de la Universidad, y transculturan con el «rascacielos» cubano en la Rampa central, donde hay antiguas raíces locales en nombres de calles como Jovellar, por el Capitán General, la calle 27 de noviembre, que desde 1903 recibe el nombre por los estudiantes de Medicina fusilados en ese día de 1871; Mazón (propietario local); Ronda, por la de los centinelas de la Pirotecnia Militar.

Otras llegan de varias localidades, como Zapata nacida para comunicar la Necrópolis Cristóbal Colón (1871, al oeste, hacia el entonces Carmelo) con La Habana; y desde Cayo Hueso, las calles Pocito (por un pozo pequeño), San Miguel (por el propietario de la estancia y el santo, luego Cervantes por el yerno del propietario); Jesús Peregrino (de su retablo que tenía el rebelde Aponte, antes De Interián por el propietario); Salud, por la ermita del Señor de la Salud, luego Parroquia de Guadalupe, hoy de la Caridad del Cobre en Manrique, Centro Habana; San José, por el Intendente Don José Valiente, hoy calle San Martín en honor al prócer argentino; San Rafael, arbitrario por acuerdo; Neptuno, por la Fuente de Neptuno; y Calzada de San Lázaro por conducir al antiguo Lazareto. La calle Vapor al atravesar Infanta transcultura con El Vedado y se redenomina 27.

En todas estas comunidades identifica la población flotante, cuya tradición se remonta al sur a la Quinta de Recreo de los Capitanes Generales (1834, explícitamente recreativa) a través de la Avenida Carlos III (hoy Salvador Allende), que se expande acercándose a esta Rampa actual en 1902 al trasladarse a su ubicación actual la Universidad de La Habana (donde antes estuvo la Pirotecnia Militar que acogió al Museo Antropológico en 1889, primera concepción museográfica en Cuba, ahora implica gran población flotante de estudios y mucho más), e identifica todo el barrio entre San Lázaro, Infanta, la Quinta de los Molinos y la Universidad, como «el barrio de la universidad», cuyo casco histórico tras la Quinta se fija en el pasaje H.Upmann (1898 impacto del Cayo Hueso, nombre del empresario tabaquero alemán y sede del Taller de Transformación Integral del Barrio en el consejo Príncipe), con sus casas estudiantiles.

De 1912 es el parque Eloy Alfaro, por tal presidente ecuatoriano, casco histórico local; imperaban las furnias como aquella donde según Eduardo Robreño, se ahogó una familia en el ciclón de 1919 (hoy Servicentro). De 1921 es la casa de N y 25 (décadas después Palacio Municipal de los Matrimonios), al estilo de las coetáneas «casas de la pradera» del estadounidense Frank Lloyd Wright, adaptada majestuosa al promontorio rocoso, buscando un «nuevo Vedado». A la vaquería Los Hornos sucedió un cinódromo cuyo dueño se suicidó, y frente al reconocido terreno de pelota en El Hoyo donde hubo campeonatos de menor categoría, fue sustituido hasta los años sesenta por el patrimonial cabaret Montmartre, en P entre 23 y 25 (luego restaurante Moscú incendiado en 1989), donde en 1946 es el primer ensayo para la televisión cubana, y en 1953 comienza el Canal 2, hoy sede del Ballet de la Televisión y de sus canales Educativo y Educativo 2, edificio del Ambar Motors con el banco Atlántico, hoy del Ministerio del Comercio Exterior, área de diversas acciones revolucionarias contra Batista. En Mazón y San Miguel, en 1950, nace la televisión cubana, que completa los estudios de televisión del Focsa.

Hacia 1945, en 23 entre O y P, el club Toyo tenía la única bolera reconocida entonces por la Asociación Nacional del Deporte, y en sus afueras, una cafetería tenía mesas, vitrola y bares al aire libre (Couceiro y Hernández, 2013). De 1947 es el Colegio de Arquitectos en Humboldt e Infanta, hoy sede de la Unión de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba. Esta comunidad también ha acogido el Club de Ajedrez y el gimnasio América, entre tantos ministerios e instituciones. En 1927 dos iglesias buscan altura desde la periferia rampera: al norte, en 19 entre J e I (Vedado), la de San Juan de Letrán «iglesia de la Universidad» (de los dominicos que fundaron la Universidad de La Habana, ahora en estas áreas), y al sureste en Infanta entre Concordia y Neptuno, la de Nuestra Señora del Carmen abre sus brazos al lejano Carmelo, allende La Rampa y El Vedado. De 1928, en San Miguel y Ronda, es la mansión de Orestes Ferrara, que desde 1961 es Museo Napoleónico con su Jardín de la Malmaison, al aprovechar las colecciones de Julio Lobo y tantos valores de todo tipo que atesora. En esta localidad también se encuentran la Escuela Anexa a la Universidad Felipe Poey (Zapata entre Basarrate y Mazón) y el parque local Carlitos Aguirre (1946, muerto en accidente en corrida de toros en España, nieto del mambí Serafín Sánchez) en Mazón entre San José y Valle, donde estuvo el Rincón de Varona 1933-1934 y se reunían los inquietos jóvenes.

4. La Rampa conformada

En esta localidad proliferaron las casas de huéspedes y residencias estudiantiles; el Centro Deportivo Universitario (CEDER) con sus Juegos Caribes e Inter-años y su patrimonio de personalidades, sobre todo deportivas; cuenta con tradiciones históricas como las Marcha de las Antorchas. Desde aquí, en 1953, se fraguó en el sexto piso del edificio de 25 y O el asalto al Moncada del 26 de julio, así como se develó el busto a Mella en su obelisco frente a la Universidad para colocar sus cenizas. De 1947 es el cine Astral (Infanta y San José, luego de la Unión de Jóvenes Comunistas y espectáculos televisivos), que, al igual que el cine Infanta y el Florencia hoy Pionero, retroalimentan allende Infanta, La Rampa y Cayo Hueso. También se encuentra Avifauna y la filial capitalina de la El Bicky, luego restaurante vegetariano hoy paladar (Infanta y San Lázaro, donde había radicado un circo), el parque 27 de Noviembre o de los Mártires Universitarios, así como la fonda china Hou-Youen. El Centro Comercial La Rampa (23 y P) con numerosas entidades, es hoy Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (donde laboraban mártires de Barbados, 1976), y, luego de la Revolución, la Casa de la Cultura Checoslovaca y desde los años noventa, el Centro de Prensa Internacional; en su galería en 1953 había nacido el Grupo de los Once, pioneros del arte abstracto cubano (tachistas e informalistas); gran hito de las artes visuales cubanas en los años cincuenta que logra actualizarnos al unísono con el arte universal.

Otros hitos locales serían el Edificio del Seguro Médico (1954, 23 y N, Premio de Arquitectura, hoy Ministerio de Salud Pública, Agencia de Prensa Latina y tienda Indochina), y su muy popular e histórica sala de teatro Arlequín (1957-fines de los años sesenta); el lujoso cine La Rampa en 23 entre O y P (1955), con su rampita interna que disminuía riesgos, limitaciones y reproducía la rampa que al exterior daba nombre popular a la calle y a la barriada a ambos lados de 23; una puerta del cine conducía a la cafetería Wakamba (1956, primera en Cuba con autoservicio anexo), y a un centro nocturno a manera de sótano. El pintor Manuel Couceiro Prado dirigió la Galería Arte y Cinema La Rampa en función del Movimiento 26 de Julio hasta su clausura en la represión del 5 de septiembre de 1957, al triunfo de las Revolución fue dedicada a estos artistas como Galería Habana.

La competencia generó, igual que los hoteles, otros centros de aportes a la cultura culinaria, arte y vida cultural nocturna: el Maraka´s, el Karabalí; La Zorra y El Cuervo, el Club 21 (y N), el Club 23 (entre N y O), La Red (19 y L), el Karachi en J y 17, el Tikoa en Ave. 23, el Amanecer en Calle 15, etcétera.

De 1956 son el edificio del Retiro Odontológico (L entre 23 y 21), ya desde 1954 como Teatro Arena, con las raíces de su hoy sala teatral Talía, luego Facultad Obrero-Campesina y Facultad de Economía y Geografía de la Universidad, Medalla de Oro del Colegio de Arquitectura; y el edificio de la compañía Fomento de Obras de Construcción Sociedad Anónima (Focsa, entre M y N y de 17 a 19 y desde el Radiocentro) toda una zona de focos comunitarios y entidades de todo tipo: teatro Guiñol (1961), club Scheherezada (1957), restaurantes El Emperador y La Torre (como La Tour francesa con su mirador y su bar), hoy emisoras provinciales de radio y la Empresa de Música Benny Moré, como tantos otros inmuebles ramperos, enriquecidos por personalidades que los han habitado y visitado, una de las siete maravillas de la ingeniería cubana con forma de Y, otro ejemplo de edificio ciudad; al frente (17 y M), el restaurante con estilo inglés, El Conejito (1966), «taberna de montaña», con el trago «Enroque» y recetas a base de conejos.

Abundan los edificios administrativos tanto estatales como privados, y los residenciales para otros sectores sociales: el Maco Maco (M e/19 y 21), el Altamira (O e/19 y 21), Los Andes, hoy El Caribeño (21 # 63), el Someillán; desde los años cuarenta, en 21 y M el Colony, desde 1953 La Roca; el Monseigneur (O y 21) con su langosta thermidor con mayonesa y las peñas de Ignacio Villa «Bola de Nieve», casas estudiantiles como en 19 y L «la bombonera» y las tertulias de José Antonio Echeverría en la cafetería Las Delicias de Medina (hoy pizzería Vita Nuova, L y 21) y más recientemente, el Hotelito Universitario.

Con la Revolución desaparecen los casinos que atendían la Mafia y, debido a las presiones contra el nuevo gobierno revolucionario, también dejan de hacer presentaciones en los cabarets figuras internacionales, por ello se implanta el eslogan de «100 % cubano». Se amplió el cosmopolitismo a las culturas eurorientales por la nueva coyuntura del entonces campo socialista en Cuba: surgen el restaurante Praga, al lado de la Casa de la Cultura Checoslovaca, y al frente, el Sofía y el Volga, mientras se erigen esculturas como la de mármol de mujer aborigen, en 25 y L. Descuella El Gato Tuerto (1960), en O entre 17 y 19 frente a lo que sería La Piragua («de Guillermo Trujillo», según el estribillo de una canción en auge del Carnaval capitalino que aquí halló sede con su tribuna) con todo lo que aportó a la vida artística y bohemia de Cuba y del mundo.

Ya el edificio de N entre 23 y 21 existía hacía casi diez años, fundamentalmente para oficinas, cuando en 1963, con vistas al Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos, el arquitecto Juan Campos erige un gran pabellón de exposiciones y donde restaba el diente de perro del montículo rocoso (raíz aún evidente en su feliz integración). Surge así el Pabellón Cuba, inaugurado con gran espectáculo en la calle y la comparsa Los Guaracheros de Regla. Entre otras tantas exposiciones, este lugar acoge el Salón de Mayo en 1968, el Salón Nacional de Carteles en 1969, las Ferias Arte en La Rampa y, desde el 2007, la Jornada contra la Homofobia en Cuba. Coppelia (1966) es la heladería más conocida del país, ocupa el territorio donde estuvo el hospital Reina Mercedes (1883-1954, con capitales cubanos y para cubanos). Vecino se encuentra la Escuela Elemental de Ballet (L y 19, 1961) llena de personalidades, patrimonio y valores que aporta a La Rampa la internacionalmente reconocida Escuela Cubana de Ballet, tradición heredada del Vedado (1931). Por estos rumbos pueden apreciarse los mosaicos policromos en las aceras, realizados por más de veinte artistas de primera línea en los años sesenta para mayor identidad y patrimonio internacional rampero.

Entre 1991 y 1992, al dar nombre a los nacientes consejos populares antes numerados, ya este se reconoce como Rampa al margen de desaciertos en sus límites que, por ejemplo, al sur de 23 lo tergiversaban como Príncipe, rectificado a partir de las investigaciones y sus acciones desde la DMC, topónimo popular que, al igual que Nuevo Vedado, se ignoraba oficialmente entre los famosos y clásicos «43 barrios de La Habana», condicionados más por los intereses politiqueros de alcaldes y otros con vistas a las elecciones, que por la identidad histórica y cultural de cada comunidad. En la costa, en abril del año 2000, se inaugura la Tribuna Antiimperialista José Martí y, en el 2006, el Monte de las Banderas, frente a la que en 2016 vuelve a ser Embajada de Estados Unidos en Cuba, edificación de 1952.

Entre las comunidades más afectadas por las inundaciones durante los huracanes, conserva su vocación raigal tradicional de cosmopolitismo hospitalario y su esencia metropolitana, a menudo en franco choque de valores frente al tradicionalismo conservador, populismo e impostación de valores por la avalancha migratoria que tanto enriquece, pero que puede lacerar sensible y peligrosamente sin educación científica en muchos cuya misión social es, precisamente, promover los valores locales y tanto patrimonio local de todo género. En sana paráfrasis martiana, injértese Cuba (y el mundo) en nuestras comunidades, pero que el tronco siga siendo el de nuestras comunidades, que es el mejor aporte que se puede brindar a toda la cultura cubana y universal.

La Rampa como barriada para paseos es atractiva para visitar y residir, en especial para artistas, intelectuales y otros profesionales (también El Vedado y sobre todo El Carmelo, vivir «cerca pero no tanto» de sus centros de trabajo) y quienes buscan todo tipo de relaciones sociales, «tribus urbanas» desde su periferia y el movimiento asociativo cubano en su gran diversidad, por la creciente concentración de centros de todo tipo, excepto las tiendas comerciales que mantenían su sede en (la hoy) Centro Habana. Así El Vedado y La Rampa, ya le disputaban a la Habana Vieja la condición de centro administrativo de la capital, y La Rampa deviene conjunto patrimonial para toda Cuba y para el mundo, no en balde declarada en 2012, al menos entre 25 y 21 y de J a Malecón, Monumento Nacional y sólido pilar al argumentar a su municipio, Plaza de la Revolución, como «capital de la capital».

CONCLUSIONES

El Nuevo Vedado y La Rampa son dos barriadas hijas del Vedado pero con sus valores distintivos aunque subvaloradas por un imaginario reduccionista, nacidas en 1947. En ambas se pueden distinguir su patrimonio heredado: flora endémica en los dos casos, aunque La Rampa es costera y El Nuevo Vedado fluvial, se destacan sus valores paisajísticos urbanos pero muy distintos, predominando más las áreas verdes en Nuevo Vedado por sus jardines heredero raigal del Carmelo norteño, del Vedado y de su propio Bosque de La Habana, y sobre pendientes escalonadas más antiguas y altas y mucha menos contaminación de todo tipo, ni salinidad ni inundaciones ni sonora por solo una avenida rápida de comunicación (la Avenida 26).

También en 1947, al definirse como barriadas, ya heredaba topónimos desde los entornos inmediatos, leyendas y otros valores patrimoniales: para La Rampa el hotel Nacional sobre la loma y cueva de la Taganana, la población flotante sobre todo de interés recreativo y cultural desde la Quinta de los Molinos y la Universidad con calles como Infanta y San Lázaro, Malecón y, sobre todo 23, la define a ambos lados desde 1947, el obelisco a los chinos por la independencia cubana y rascacielos cubanos como el López Serrano emblema del art decó en Cuba, antecedidos desde El Vedado al oeste con el hotel Presidente, entre otras; y para El Nuevo Vedado (que define avenida 26 a ambos lados), el cementerio bautista y el cementerio chino,2 el primer Zoológico cubano, con logros entre otros, artísticos y ambientales internacionales; así como focos para el ulterior cine cubano, otras tradiciones laborales y demás. Curiosa o azarosamente, quizás había lógica al pensarse un nuevo Vedado en la ulterior Rampa.

Ya definida cada barriada continuaron aportando desde su identidad: La Rampa, eminentemente cosmopolita al turismo internacional, con la máxima población flotante de todo el país por su alta concentración de centros de vida nocturna, bohemia, artística y cultural en general, museos y ministerios, alta población de tránsito, laboral y estudiantil desde la Universidad, con el más importante conjunto de arquitectura racionalista y funcionalista del país y de «rascacielos cubanos», su histórica cadena hotelera, apunta al inmediato Vedado con la principal cadena hospitalaria en Cuba; El Nuevo Vedado con su propia asociación, eminentemente residencial, con vastas zonas de silencio y de difícil acceso (todo lo contrario a La Rampa), constituye todo un museo de arquitectura moderna al aire libre, cultura doméstica con todos sus valores lúdicos, heredero del vedadismo costero en su ética y con sus propios aportes deportivos, como el judo, así con las discapacidades y una escuela antológica signo de distinción: la hoy Arruñada. Ambas barriadas brindaron aportes culinarios y tradiciones de servicios y diversidad según sus raíces disímiles, a pesar del imaginario simplista contra El Nuevo Vedado e intolerante contra la diversidad de la población flotante rampera aunque, por todo ello, ambas sustanciales a todo el país.

La cultura cubana necesita que cada comunidad, incluidos sus inmigrantes y nuevas generaciones, conozca más científicamente sus identidades y su patrimonio a reinsertarse para que la propia comunidad lo preserve, más cuando se trata de barriadas como estas, de tan alto relieve nacional e internacional.

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Notas aclaratorias

1. Como el de los Simposios Territoriales de Estudios Culturales, luego Fórum Municipal de Ciencia y Técnica de la Cultura cada marzo (Semana de Cultura), y el II Simposio (1991).

2. Explícita impronta patrimonial china en ambas barriadas, ambos cementerios explicitan para Nuevo Vedado valores religiosos, funerarios, étnicos, artísticos, filosóficos, contestatarios en plena colonia aún, etc

Recibido: 04 de Mayo de 2018; Aprobado: 22 de Mayo de 2018

*Autor para la correspondencia: vely175@cubarte.cult.cu

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