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Revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina

versión On-line ISSN 2308-0132

Estudios del Desarrollo Social vol.7 no.1 La Habana ene.-abr. 2019  Epub 01-Sep-2019

 

Artículo Original

La lectura en la dinámica del desarrollo comunicativo y cultural ciudadano

Reading in the Dynamics of Communicative and Cultural Citizen Development

Erick Mendoza Barroso1  * 

Alexis Benancio Álvarez Cortés2 

Guillermo Acosta Coutín1 

Haydée Cachimaille Duvergel1 

1Universidad de Guantánamo, Cuba

2Universidad de Granma, Cuba

Resumen

El presente artículo evalúa a la lectura en su utilidad, para la interpretación no solo de los significados textuales, sino para la interpretación de los contextos profesionales y sociales con los que interactúan los ciudadanos cubanos, de manera que la densidad de significados textuales aprehendidos en el proceso lector favorezca la construcción de una comunicación eficiente, permeada de la semántica y sentido de las ideas textuales; de este modo los ciudadanos lectores pueden apreciar la valía de la cultura incorporada, que por ende, los hace mejores personas.

Palabras claves: lectura; cultura; desarrollo social; significado textual

Abstract

This article evaluates the reading in its usefulness, for the interpretation not only of the textual meanings, but also for the interpretation of the professional and social contexts with which Cuban citizens interact, so that the density of textual meanings apprehended in the reader process favors the construction of an efficient communication, permeated by semantics and sense of textual ideas; in this way the citizen readers can appreciate the value of the incorporated culture, which therefore makes them better people.

Keywords: reading; culture; social development; textual meaning

La necesidad de conocimientos se convierte por estos tiempos modernos en una coyuntura para que el desarrollo socio-humanístico de los ciudadanos cubanos encuentre en la actividad lectora la vía para comprender social y culturalmente la esencia de los fenómenos que se suscitan en la dinámica de la existencia humana.

Acerca de la actividad lectora, se evalúan determinados criterios para profundizar en las intenciones de este trabajo, con énfasis en la validez de los estudios que se han ocupado de la lectura y su proceso de comprensión como camino hacia la relación de los hombres con su realidad, de aquí es que se reflexiona en dinámicas de tránsito por los niveles de comprensión: traducción, interpretación y extrapolación, conducentes a un proceso de construcción de significados textuales (García et al, 1992).

En las diferentes esferas del saber humano, la lectura es ese contacto entre el hombre, su realidad y la posible solución de problemáticas sociales que afronta; siempre que de ella emanen procesos combinatorios de observación, explicación, comprensión e interpretación de las situaciones y coyunturas en las que se debate el hombre. De esta manera, la educación se convierte en un escenario especial para prestar atención a este hecho, por cuanto se trata de hallar vías en que, a partir de un adecuado proceso de tratamiento de la lectura, pueda lograrse una efectiva transformación de la plataforma intelectual comunicativa y cultural de los ciudadanos.

Por tanto, la lectura juega un papel importante como una competencia profesional y humanista, ya que desarrolla facultades para potenciar la plataforma comunicativa, incorpora conocimientos y genera crecimiento sociocultural (Mendoza, 2012).

Para este artículo, por consiguiente, es de interés el tema de la lectura como componente del proceso de la formación y desarrollo comunicativo y cultural ciudadano, que dirige su atención al proceso de la lectura como fuente de adquisición de información y construcción de conocimientos dirigidos al desarrollo comunicativo y la apropiación cultural.

Es preciso asumir a la lectura como un ejercicio intelectual proyectivo intencionado a desarrollar la competencia lectora de los ciudadanos, todo lo cual les permita hacer valoraciones, socializar ideas, esgrimir criterios, asumir posiciones, tomar partido y complementar saberes, con el propósito de construir conocimientos, producir lecturas de orden superior como expresión del logro de crecimiento comunicativo, que revela el accionar transformador humano en el que se impliquen diversas estrategias y capacidades intelectuales, las cuales son parte de la metalectura alcanzada.

Impacto de la lectura en la configuración de la plataforma intelectual y cultural humanista

Es preciso retomar las ideas de que la lectura tiene marcada incidencia en la formación multifacética del individuo, dígase formación intelectual, ética y estética, al constituir el libro una vía para adquirir, renovar y enriquecer los conocimientos, o sea, un medio de educación permanente tras la culminación de los estudios básicos, teniendo en cuenta el crecimiento vertiginoso del volumen de información en el mundo contemporáneo (Arias, 2007).

Este artículo subraya además, que el trabajo con la lectura, especialmente en los centros educativos, centra sus direcciones de tratamiento didáctico en los sentimientos, valores, emociones, actitudes y conductas humanas, todo lo cual se constituye en directrices de formación cultural del hombre nuevo, pues su grado de compromiso de valores humanos también son expresión de cultura ciudadana.

Se trata de que la lectura sea un resorte de cognición, interpretación y creación en el que se interconectan saberes, competencias para la comprensión e interpretación, unido a ello el alto grado de creación e imaginación, que no solo se pretenda interpretar al texto, sino a los contextos sociales, profesionales y culturales. Hoy está generalmente aceptado que el lector es un ente activo, que no recepciona simplemente el contenido de lo que lee, sino que lo “interpreta” y “reinterpreta”, a partir de las muchas posibilidades que pueden generar la diversidad de textos y la experiencia personal del lector. La lectura se relaciona con factores lingüísticos, cognitivos y socioculturales (Rodríguez, 2007, p. 162).

Se trata de propiciar en la lectura un espacio de crecimiento, enriquecimiento cultural y desarrollo humanista.

La lectura es como viaje, con la que nos embarcamos con un boleto de ida, pero no de regreso, porque al cerrar el libro, es muy seguro que seremos otros enriquecidos por esa experiencia vital. Y es que cada libro leído -cuando leer va de verdad- nos cambia y trasforma la mirada (Motaño, 2007, p. 121).

De todo ello deviene que la lectura se constituye en un proceso de diálogo intersubjetivo e intercultural en el que el lector construye sus significados y sentidos, sus imaginarios sociales y su propia metáfora del mundo en el que participa, como expresión de crecimiento intelectual en el que además descubre nuevos temas y nuevas relaciones interculturales. De esta manera, la lectura da la posibilidad de penetrar en la realidad, lo que favorece el descubrimiento de sus esencias, pues ella es reflejo de los objetos y fenómenos en los que participan los hombres. Así la densidad de significados, desplegada en los textos, los conocimientos que en los procesos de interpretación y creación se construyen, sumada la dinámica de la vida práctica, hacen al sujeto lector un ciudadano mejor pensador, comunicador y creador.

Así, este artículo analiza el proceder metodológico que proponen estudiosos del tema para formar a un lector competente, que desde los saberes previos y del conjunto de estrategias y procedimientos lectores que selecciona, pueda ser capaz de dimensionar su autoaprendizaje y su accionar transformador, de modo tal que genere eficiencia en su práctica laboral y social (Fernández, 2005). Todo ello significa que aunque la lectura en los escenarios educativos y culturales es apreciada en general como una situación de aprendizaje per se, es importante que los educadores y sujetos que asumen la lectura como hábito y ejercicio de placer, información, crítica y reflexión personal y profesional, sean conscientes de que la lectura constituye una premisa de esencia humanista que necesita ser desplegada para apreciar los verdaderos comportamientos comunicativos sociales y culturales. Esto es: todavía la lectura es insuficientemente concebida y tratada como un proceso de concatenación objetivo-subjetiva, de manera que, a partir del propio texto y su densidad significacional proporcione al sujeto crecimiento comunicativo personal, profesional y ciudadano.

Es necesario lograr, desde la lectura, una relación interdisciplinar y una interacción sociocultural, que dé nivel de eficiencia al desempeño de los ciudadanos en los diversos contextos de actuación, ya sean profesional y ciudadano, con los que interactúan los hombres. Se le concede gran importancia al tratamiento de este objeto porque prepara al lector, no sólo para la asimilación gradual del conocimiento, sino también para un desempeño comunicativo ciudadano eficiente a favor de la cultura adquirida y la solución de problemas, con una lógica de juicios pertinentes. El contexto es considerado en las intenciones de este trabajo como el nexo entre la lectura y los elementos y factores intrínsecos y extrínsecos sociales, ceñidos por una estructura compleja, una interrelación variable y diversa de las expresiones humanas y sociales, todo lo cual permite la apropiación de saberes y la actuación del sujeto en correspondencia con los rasgos, las condiciones de multiplicidad diversa de personas que participan en los aconteceres sociales.

Así pues, le corresponde a las instituciones educativas, enseñar a los estudiantes de cualquier grupo etario a dominar los factores del contexto, el rol profesional y social de los ciudadanos que participan en los procesos de transformación social, el nivel de formalidad ante cada tarea o encargo social, el medio que utiliza para comunicar, el énfasis, el respeto y la cordialidad, como cualidades humanas.

Esta situación la respaldan las dinámicas educativas cubanas, a partir de las condiciones previamente creadas acerca de las actividades cognoscitivas que se vinculan con el ejercicio de la lectura y los temas abordados. En ese entorno se hallan las personas, existe el lugar y el tiempo de aprendizaje de la lectura con intencionalidad comunicativa, como propiciadora de la fluidez en la comunicación y su dinámica de interacción social, que se expresa en la posibilidad que tienen los ciudadanos para anticipar respuestas, preguntar, valorar su actuación discursiva y la de los demás.

Le corresponde a los centros educativos y culturales que dirigen el proceso de animación y aprendizaje lector, desde su rol de enseñanza, dotar a los sujetos de las herramientas que les permita aceptar por convicción a la lectura como un proyecto de transformación comunicativa y cultural que se gesta en lo interno del sujeto; lo cual sirve tanto para la comprensión como para la producción de saberes significativos, lo que contribuye a configurar la actuación comunicativa ciudadana. La lectura desarrolla todas las funciones del cerebro y eso da un valor superior a cualquier otra habilidad.

Por supuesto que al tener la habilidad de leer bien desarrollada, tendrá más inclinación a usar lo que está escrito y valorará el libro como un medio importante para penetrar más en la vida (González, 2013). La sagacidad y tacto pedagógico de los encargados de construir una cultura lectora y permitir la previsión de las habilidades para convertir los contenidos de las lecturas en actos comunicativos coherentes con las dinámicas sociales y culturales son decisivas.

Se propone, por tanto, en los propósitos de animación a la lectura centrados en el desarrollo de la capacidad lectora, el cultivo de la inteligencia y la búsqueda de la percepción de la lectura, la implementación de la estrategia de animación a la lectura que condiciona el dinamismo del grupo, el valor del diálogo y la respuesta de cada participante, en lo que se logra el progreso lector; si las estrategias van orientadas a que el niño interiorice la lectura, a que de la estrategia objetiva pase a la lectura subjetiva y la haga suya para llegar a crear sus propios esquemas de lectura y sea un lector autónomo (González, 2013).

La capacidad critico-creadora: dos competencias humano -ciudadanas potenciadas por la lectura

En este trabajo se declara al ejercicio de la lectura como acto que estimula la acción creativa, la cual centra sus directrices de trabajo intelectual, en una dinámica de estimulación de capacidades, de lo que se suscita la formulación de juicios, ideas, conceptos, reflexiones y puntos de vista a partir de la conjugación de la experiencia vivida y el resultado de una lectura de temas emergidos de la diversidad social y ciudadana, a partir del planteamiento de situaciones comunicativas o problemáticas de la existencia humana.

Esto es: se trata de un lector que entreteje sus conocimientos en la red de perspectivas, personalidad y lenguaje; pues en la medida que lee debe desplegar un sistema de representaciones mentales propias de su arsenal intelectual y cultural, configurado en la praxis social, y esto participa en su modo de autorregulación de lo que va aprendiendo y va a expresar, con sus herramientas de lenguaje enriquecidas en los ejercicios de lectura, demostrados a través de sus actos de habla. El pensamiento inferencial para complementar la información, la posición de crítica lectora y el grado de creación son indispensables en estas intenciones de leer para comunicarse con eficiencia.

Se ha estudiado que en el proceso de la comprensión inteligente el lector decodifica y determina el significado de las incógnitas léxicas y precisa cuál se actualiza en ese contexto, encuentra “pistas”, palabras o expresiones significativas (estructuras gramaticales, recursos estilísticos, contextuales u otros elementos) que le facilitan descubrir la intención del autor a través de la determinación del significado explícito e implícito, en lo que hace inferencias.

También atribuye significados al texto a partir de su universo del saber, otorga a las palabras un sentido emanado de su empleo en un determinado contexto de significación; en ello se establecen las relaciones causa - efecto y los nexos entre los componentes o elementos que integran el texto.

Diferencia lo esencial de lo secundario o accesorio y descubre las ideas fundamentales, los subtemas, resume el contenido, hace generalizaciones, descubre las relaciones del texto con otros textos (intertextualidad) y les atribuye un significado (Roméu, 2012).

Es importante que el lector apele a sus conocimientos, experiencias y cultura previa, de modo que ello le permita realizar inferencias, como resortes intelectuales que favorecen la complementación de la información y configuración de nuevos significados. En ello está centrado el despliegue de su inteligencia lectora.

En tanto, en el proceso de la comprensión crítica, el lector utiliza adecuadamente los argumentos que le servirán para asumir una actitud crítica ante el texto y asume una posición ante él. No deja de ser un ente pasivo, sino que el lector se distancia del texto, para poder opinar sobre este, enjuiciarlo, criticarlo, valorarlo; esto es, está en condiciones de tomar partido a favor o en contra y así comentar sus aciertos y desaciertos. Puede juzgar, por ejemplo, acerca de la eficacia del intertexto, de la relación del texto y el contexto, y comentar los puntos de vista del autor. Por su parte, la comprensión creadora supone un nivel profundo de comprensión del texto, que se alcanza cuando el lector aplica lo comprendido, ejemplifica o extrapola. Utiliza creadoramente los nuevos significados adquiridos y producidos por él. Este constituye el nivel donde el alumno crea (originalidad, desarrollo de la imaginación). Así se asume una actitud independiente y toma decisiones respecto al texto, lo relaciona con otros contextos y lo hace intertextual (Roméu, 2012).

Esta actitud creadora, emergida del proceso lector se expresa en una configuración intelectual, comunicativa y cultural, que consiste en la valoración, combinación y aplicación de un sistema integral de los conceptos temáticos y toda la plataforma semántica, evaluadas en el proceso de la lectura, que viabilizan la lógica del pensamiento del lector; cuestión esta que le permite direccionar la interpretación y valoración de los significados lectores importantes para su aprendizaje y desempeño social. Su valor está en el exterminio de la atomización de los temas tratados y, en su lugar, asumir una disposición totalizadora. De este modo, se conduce al ciudadano lector a que sus formas de comunicar y maneras de hacer en los escenarios profesional y social se proyecten hacia una mirada cultural de mayor alcance, lo que sin dudas, facilitará el desarrollo de su comunicación y su necesario crecimiento cultural.

El ambiente comunicativo generado en las dinámicas de la comunicación social es el clima ideal utilizado por el ciudadano lector; el cual asume actitudes con una visión sociocultural a tenor de las exigencias del pensamiento de interacción y creación social. Esto significa que los ciudadanos que asumen juiciosamente la lectura, incorporan a su quehacer consciente la aplicación de los principios y regulaciones de la lengua materna en función del desarrollo sociocultural y su adaptación a la diversidad de contexto en los que participa. El proceso de integración temática de los temas de lectura adecua los textos a las habilidades comunicativas de los avezados en la lectura, sobre la base del principio de la selección de textos, principalmente dirigida a la información, asunción de posiciones de crítica y creación.

Hacia una lectura que enrumba el pensamiento para la construcción social y cultural

Incorporar esta integración temática en el proceso de la lectura, involucra a los lectores en la atención a los aspectos cognitivos, situacionales y socioculturales de la comunicación, porque se trata de despertar una estimulación hacia los intereses profesionales, sociales y culturales, con los cuales los ciudadanos ponen en funcionamiento sus saberes. En este acto comunicativo lo más importante resulta lograr que los ciudadanos dedicados a la lectura sean capaces de poner en juego diversos procesos, conocimientos y estrategias que lo lleven a producir y comprender textos, significados y discursos adecuados a la situación, coyunturas profesionales y sociales que en su vida afrontan.

También es tarea de las instituciones educativas y sus docentes desarrollar apropiados niveles de la interactividad comunicativa, a partir del establecimiento de relaciones empáticas, de las cuales dependen, en gran medida la comunicación asertiva. Cuando los profesores asumen una disposición pedagógica eficaz para la lectura de temas diversos, integrados con otros saberes culturales o profesionales en general, se garantiza -como parte del aprendizaje- un clima comunicativo grupal favorable, fluido y natural.

Las anteriores ideas contribuyen a la fundamentación de las directrices y reflexiones que se plantean en este trabajo, las cuales se apoyan en la necesidad de la influencia de integración de constructos sociales para el desarrollo global del conocimiento, a partir de la vida educacional y específicamente social.

Es precisamente esta modelación la expresión de contribuir a solucionar los conocimientos atomizados a partir del soporte que representa la lectura y el enriquecimiento de la lengua materna. En consecuencia, se ofrece un pensamiento holístico, donde lo esencial es que la ciudadanía cubana aprecie en la lectura la expresión de un proyecto sociocultural que atiende la diversidad de la interpretación, la comprensión y la comunicación.

La enseñanza de la lectura y su comprensión ocupa un lugar preponderante dentro de los planes de estudios, por ser la base del resto de las asignaturas. Por tanto, dichos procesos merecen especial atención dentro de la actividad escolar y también en la sociedad. La comprensión lectora constituye una de las vías principales para la asimilación de la experiencia acumulada por la humanidad. Su enseñanza coadyuva al desarrollo intelectual y afectivo del estudiante, especialmente en el campo de las lenguas extranjeras, donde no solo facilita el acceso al conocimiento científico y cultural foráneo, sino que facilita el aprendizaje de la lengua meta (Santiesteban & Velázquez, 2016). La lectura funciona como elemento regulador de las estrategias de autoaprendizaje lector.

Con esto se pretende que los ciudadanos incorporen a su sentido de lectura, el medio de construcción de un discurso reflexivo, a partir de sus niveles de recepción, que se incrementan en la media en que participan en la utilización del proyecto que constituye la propia lectura por el éxito de los proyectos humanos. No es posible concebir un proyecto de desarrollo y sostenibilidad si la lectura no garantiza el equilibrio y la comprensión de las relaciones que se suscitan en las dinámicas de la vida familiar, comunitaria y social. El éxito depende de si los ciudadanos están adecuadamente informados, instruidos y permeados de una vasta cultura, que por ende, favorezca el enriquecimiento de su plataforma comunicativa.

La comunicación como ciencia social centra su atención en el estudio encaminado al perfeccionamiento de las complejas variables que conforman los procesos comunicativos en las diversas organizaciones, con el propósito de regular la interrelación entre los sujetos, y entre éstos y el entorno; fortalecer la identidad y perfeccionar el desempeño de las instituciones sociales, entre las cuales se destaca históricamente la familia. Desde la dinámica comunicacional la propuesta de promoción sociocultural concreta su acción en el diagnóstico, diseño, ejecución y evaluación de las variables que cualifican, en la actividad individual y grupal, el sistema de relaciones y contradicciones comunicativas en los diversos espacios y niveles intersubjetivos principales desde la relación persona, familia y comunidad; así la comunicación deviene en una tecnología de cambio en la dinámica comunicativa, la que facilita la regulación de los conocimientos y habilidades comunicativas, lo que asegura el saber, el saber hacer y el ser como la síntesis e integración de las habilidades en el desempeño social, como efecto en lo actitudinal, todo ello asociado a los valores, necesidades, intereses y motivos de cada uno de los miembros de la sociedad (Durand et al, 2016).

Es bien sabido que la lengua materna constituye un macro eje transversal del currículum, en tanto el lenguaje como principal instrumento de comunicación humana, está implicado en la construcción de conceptos y su transmisión. Por tanto, su funcionabilidad trasciende el contexto de la clase lengua, puesto que cualquier clase es un auténtico acto de comunicación. En este sentido, se reconoce la importancia de la comprensión, por constituir componente esencial para que la comunicación se produzca con eficiencia, teniendo en cuenta que el ser humano tiene ante sí situaciones que permanentemente exigen ser comprendidas para asumir determinadas pautas de actuación. Se le concede valor a la comprensión textual, en relación con el aprendizaje, puesto que si se produce una adecuada comprensión de la tarea propuesta por el profesor, el alumno podrá hallar soluciones pertinentes (Barreras, 2015).

En este trabajo pretenden destacarse determinadas precisiones que sobre la lectura los sujetos deben realizar en función de aprovechar toda la sustancialidad de significados y sugerencias temáticas que propone la lectura, para de ella poderse apropiar de las significados que enriquecerán su arsenal comunicativo. Por lo tanto, todo ello presupone operaciones que debe realizar el lector para determinar, por un lado, el contenido de los textos y temas que va a leer y por otro, el proyecto entendido como sus aspiraciones proyectivas para comunicarse eficientemente en la diversidad de contextos que vivencia; de modo que se produzca la proporción entre ambas partes, donde lo más importante es la creación de un clima favorable para el éxito del intercambio comunicativo. Se ratifica, por consiguiente que en el proceso de enseñanza-aprendizaje lector, el sujeto reflexiona acerca del contenido de lo que lee; lo cual adecua al contexto, la intención y las necesidades comunicativas, siempre en correspondencia con su universo del saber.

Lo comunicativo significa organizar la estrategia discursiva para referir el contenido de las lecturas aprendidas, en correspondencia con el universo del saber de cada interlocutor con el que se comunica socialmente, y su capacidad para compartirlo en actuación interactiva con el otro. Se incluye el debate de los temas y la capacidad de autorregulación. Se estimula al lector a construir discursos coherentes y a emplear estrategias que le permitan iniciar, desarrollar y concluir la comunicación.

Lo sociocultural, en este proceso de construcción y transacción de saberes, alude a la identificación del contexto y la aceptación de los participantes en el diálogo social y el papel jerárquico de acuerdo con los copartícipes y la cultura de cortesía verbal adquirida. Se incluye también la ideología de los lectores, sus sentimientos y estados de ánimo; su intención o finalidad comunicativas, sumada la situación comunicativa en que tiene lugar la comunicación social.

Si se remiten estas reflexiones a las instituciones educativas como principales escenarios de la formación de la cultura lectora, hay que subrayar que le corresponde al profesor que dirige el proceso de aprendizaje, desde su rol de enseñanza, dotar al estudiante de las herramientas que les permita aceptar por convicción a la lectura como un proyecto de transformación cultural que se gesta en lo interno del sujeto; lo cual sirve tanto para la comprensión como para la producción de saberes significativos, lo que contribuye a configurar la actuación académica y profesional de los estudiantes que en el futuro serán los ciudadanos cultos y preparados para la vida.

La sagacidad del docente y tacto pedagógico deben permitirle la previsión de las habilidades del estudiante para convertir los contenidos de las lecturas en actos comunicativos y de proyección cultural como el país lo demanda.

Conclusiones

La actividad de la lectura genera un alto grado de impacto, traducido en el nivel de pertinencia que ofrece el ejercicio lector ciudadano, intencionado a la configuración de la plataforma intelectual y cultural humanista ciuadana, lo que garantiza la interacción social efectiva.

La necesidad de desarrollo de la capacidad crítico-creadora de los ciudadanos encuentra en el ejercicio de la lectura un espacio de despliegue intelectual y apreciación de los valores sociales, culturales y humanos logrados en el decurso de la existencia del hombre.

El éxito de las sociedades y sus programas de edificación y transformación social están regidos por el grado de conocimientos y por el arsenal cultural que posean sus ciudadanos, una vez que se articulan las lógicas pedagógicas y las experiencias ciudadanas en el escenario de la lectura.

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Recibido: 11 de Julio de 2018; Aprobado: 17 de Octubre de 2018

*Autor para correspondencia: erickmb@cug.co.cu

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