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Revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina

versión On-line ISSN 2308-0132

Estudios del Desarrollo Social vol.7 no.3 La Habana jul.-set. 2019  Epub 21-Oct-2019

 

Artículo Original

Estrategia de intervención nutricional educativa desde la universidad ecuatoriana a la comunidad

Educational Nutritional Intervention Strategy, from the Ecuadorian University to the Community

Yira Vásquez-Giler1  * 

Olimpia Carrillo-Farnés2 

1Universidad Técnica de Manabí, Ecuador.

2Universidad de La Habana, Cuba.

RESUMEN

El presente trabajo propone una guía metodológica para el desarrollo de una estrategia de intervención nutricional educativa, diseñada por profesionales universitarios y dirigida a adolescentes de una comunidad rural ecuatoriana, basada en el paradigma cualitativo de la investigación intervención acción participativa y que responde a los principios de responsabilidad social universitaria y mejoramiento humano comunitario. El instrumento propuesto se sustenta en las perspectivas filosófica, pedagógica y sociológica y puede constituir una herramienta para el cambio de modos y estilos de vida alimentarios en poblaciones y en contextos vulnerables.

Palabras clave: adolescente; educación en salud; estrategias; población rural

ABSTRACT

This paper propose a methodological guide for the development of an educational nutritional intervention strategy, designed by university professionals and aimed at adolescents from an Ecuadorian rural community, based on the qualitative paradigm of participatory action intervention research that responds to the principles of university social responsibility and community human improvement. The proposed instrument is based on the philosophical, pedagogical and sociological perspectives and can be a tool for changing dietary ways and lifestyles in populations and in vulnerable contexts.

Keywords: teenager; health education; strategies; rural population

INTRODUCCIÓN

Según la Organización Mundial de la Salud, la adolescencia es el periodo de vida comprendido entre los 10 y 19 años, es una etapa compleja de la vida que marca la transición de la infancia al estado adulto, con ella se producen cambios físicos, psicológicos, biológicos, intelectuales y sociales (Borrás, 2014).

La adolescencia es un proceso evolutivo dinámico, en la que se producen profundos cambios físicos y funcionales, entre los que se encuentra el crecimiento físico que se manifiesta con el incremento en las dimensiones corporales, constituye además un período vulnerable para la aparición de conductas de riesgo y adquisición de estilos de vida relacionados con la alimentación, que forman parte de importantes determinantes de la salud presente y futura (Llanes, García, Yedra & Vargas, 2016).

La adolescencia es una etapa en la que aumenta la necesidad de energía y nutrientes esenciales (proteínas, vitaminas y minerales), y se hace especialmente importante tener una dieta de alta calidad nutritiva. Una alimentación saludable en la infancia y la adolescencia promueve un crecimiento y desarrollo óptimos, previene problemas de salud. Además, los hábitos alimentarios adquiridos en la adolescencia se convertirán en la edad adulta en rutinas, que pueden favorecer de manera significativa la calidad de vida en las edades avanzadas (Alfaro, Vázquez, Fierro, Rodríguez, Muñoz & Herrero, 2016).

Es indiscutible que la adolescencia es una etapa prioritaria de atención en salud, si se tiene presente, que el ambiente donde se encuentran la mayor parte del tiempo los adolescentes, contribuye a la adopción de comportamientos alimentarios poco saludables, que impide cumplir con los requerimientos nutrimentales necesarios para su óptimo desarrollo y crecimiento, destacando también, la excesiva o escasa importancia a la imagen corporal, la cual se considera un factor vital en la socialización de los grupos de adolescentes y de su entorno, y eje motivante de la eliminación de algunos alimentos con el propósito de tener una apariencia según los parámetros estéticos (Mata, Morales, Vaca & Castro, 2017).

Ante la necesidad de impulsar cambios en el mejoramiento de la salud y la calidad de vida de los adolescentes, la promoción de la salud desde hace varios años ha buscado perfeccionar la efectividad de los mensajes utilizando como herramienta fundamental la comunicación participativa. Esta herramienta sugiere que previo a la producción de materiales que apoyen estrategias, programas o campañas educativas, éstos deben ser sometidos a un proceso de validación que demuestre que son apropiados y efectivos en la trasmisión de información, faciliten el proceso enseñanza-aprendizaje y propicien una comunicación horizontal entre el investigador y la población objeto de interés (Coronel, Levy, Izeta & Aguilar, 2016).

Las intervenciones educativas dirigidas a fomentar hábitos saludables, prevenir las enfermedades y mejorar la calidad de vida, se consideran un pilar fundamental para la atención de la salud y tienen el propósito de informar y motivar a la población para adoptar y mantener prácticas saludables. En los últimos años se han venido realizando múltiples abordajes con diversas metodologías para llevar a cabo las intervenciones educativas, destacando una tendencia hacia la participación más activa del individuo (Menor, Aguilar, Mur & Santana, 2017).

Este trabajo tiene como objetivo proponer una guía metodológica para el desarrollo de una estrategia de intervención nutricional educativa diseñada por profesionales universitarios y dirigida a adolescentes de una comunidad rural ecuatoriana, en la que se tiene en consideración su vulnerabilidad, tanto como grupo fisiológico por el aumento de sus requerimientos nutricionales; y como habitantes de un contexto de situación socioeconómica baja (Mataix, 2009), situaciones que los ubica en el escenario adecuado para este tipo de intervenciones.

Con estos antecedentes los autores sugieren el contexto comunitario para desarrollar este tipo de actividad educativa y asumen el concepto de comunidad expuesto por F. Violich y citado por Medina y Del Cisne (2017): “grupo de personas que viven en un área geográfica específica y cuyos miembros comparten actividades e intereses comunes, donde pueden o no cooperar formal e informalmente para la solución de los problemas colectivos”.

1. CRITERIOS PARA SELECCIONAR ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, 1983) existen múltiples criterios a la hora de seleccionar las intervenciones, a los que se hace referencia a continuación:

  • Factibilidad: Indica el grado en el que una intervención puede ser implementada con éxito. Está determinada por la presencia o la ausencia de aquellos requerimientos o recursos esenciales para la implementación. Deben identificarse también las dificultades subjetivas que pueden impedir su desarrollo.

  • Sostenibilidad: Capacidad de una intervención de mantener sus requerimientos técnicos, financieros y políticos durante el tiempo que sea necesaria (Varela, Atienza & López, 2017).

  • Relevancia: Una intervención es relevante cuando esta es potencialmente capaz de solucionar el problema alimentario y nutricional para el que fue implementada.

  • Integración: Debe ser capaz de integrarse satisfactoriamente a una infraestructura existente o a cualquier otro programa o intervención de cualquier sector de forma tal que ambos se fortalezcan sin requerir nuevas estructuras.

  • Efectividad: Es una expresión de la magnitud en la que los resultados se corresponden con los objetivos. Para evaluar la efectividad es necesario, primero, tener una clara definición de los objetivos. Muchas veces la efectividad se relaciona con la cantidad y calidad de los recursos que se dispone para la intervención y entonces se define el concepto de costo-efectividad, en el que se hace una evaluación del “precio” que ha costado alcanzar los objetivos propuestos.

  • Facilidad para alcanzar el grupo objetivo: Indica el grado en el que se ha focalizado el impacto de la intervención en el grupo seleccionado en lugar de intentar alcanzar a todos los individuos de la población.

  • Oportunidad: Se refiere al tiempo entre la ocurrencia de la condición o problema que se pretende resolver con la intervención y el momento en el que se dispone de los beneficios que se esperan de la intervención.

  • Aceptabilidad: Indica el grado el que el diseño e implementación de la intervención, es aceptado por todos los sectores involucrados, incluido el grupo objetivo.

  • Participación: Las intervenciones que promueven la participación comunitaria a través de diversos grupos que la componen, tienen mucha más probabilidad de éxito que aquellas cuyas actividades son diseñadas, implementadas y evaluadas por actores externos a esta.

2. ESTRUCTURA DE LA ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN NUTRICIONAL EDUCATIVA

Los autores del presente trabajo conceptualizan la Estrategia de Intervención Nutricional Educativa (EINE) (Figura 1) como el conjunto de actividades, diseñadas y ejecutadas por un equipo multidisciplinario, concebida a partir de los principios: cumplimiento de la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) y mejoramiento humano comunitario, fundamentada desde las perspectivas filosófica, pedagógica y sociológica, organizada por etapas con objetivos bien definidos, y acciones que, de manera articulada, contribuyan a satisfacer las necesidades cognitivas sobre alimentación y nutrición diagnosticadas en la población adolescente.

Figura 1 Esquema de la Estrategia de Intervención Nutricional Educativa. 

3. FUNDAMENTOS DE LA ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN NUTRICIONAL EDUCATIVA

Una estrategia de intervención nutricional educativa debe establecer en primer lugar, los objetivos, general y específicos, estos últimos deben mostrar el camino de lo que se pretende alcanzar a largo, mediano y corto plazo; de igual manera debe tener un sustento desde diferentes perspectivas que permitan su comprensión y soporte científico.

Desde una perspectiva filosófica

Se asume la filosofía marxista, particularmente la concepción dialéctico-materialista al considerar el hecho de que los conocimientos pueden contribuir a la solución de problemas sociales, el investigador debe tener en cuenta las leyes más generales que rigen la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, en sus categorías dialécticas, así como en la teoría materialista del conocimiento, en las concepciones teóricas y prácticas acerca de las contradicciones como fuente de desarrollo.

Desde una perspectiva pedagógica

La concepción de la estrategia como proceso pedagógico, está amparada en la Constitución de la República del Ecuador, en la que, en su artículo 26 concibe la educación como

Un derecho de las personas a lo largo de su vida y un deber ineludible e inexcusable del estado. Constituye un área prioritaria de la política pública y de la inversión estatal, garantía de la igualdad e inclusión social y condición indispensable para el buen vivir. (Ecuador. Asamblea Nacional, 2008, p. 16)

Por otra parte, tiene carácter pedagógico y metodológico en tanto se concibe como un sistema de acciones derivadas de direcciones que orientan y organizan su desarrollo para lograr la transformación de su estado real al deseado y alcanzar el objetivo propuesto.

Desde una perspectiva sociológica

Desde el punto de vista social, la estrategia propicia el desarrollo de relaciones interpersonales y colectivas de los adolescentes involucrados, que contribuyen a su vez, a la mejora de su estado nutricional (EN). Esta contribución se concreta a través de las acciones previstas en la estrategia, las que, para este fin, y de acuerdo con los investigadores de la educación avanzada se clasifican en tres grupos: “aquellas acciones orientadas hacia sí, hacia el colectivo y las demás personas y hacia la profesión” (Cabrera, 2016), aspectos que se ilustran, para su mejor comprensión en la Tabla 1.

Tabla 1 Acciones por grupo según orientación 

Como se aprecia, la elaboración de la EINE aparece como una acción orientada hacia sí, que genera logros una vez que está encaminada a la mejora del EN de los adolescentes involucrados en el estudio, beneficiando al grupo gestor (quien la elabora), pues le aporta resultados científicos a su currículo personal (orientación hacia sí).

Por su parte la aplicación de la estrategia surge como una acción orientada hacia el colectivo y a las demás personas, pues lo que se logra con ella es la mejora del EN de los adolescentes participantes, siendo ellos los beneficiarios directos.

Y la acción orientada hacia la profesión, donde el diseño y aplicación de la estrategia en adolescentes beneficia a las Ciencias de la Salud, con énfasis en la Nutrición y Alimentación en el ámbito comunitario, aportando un resultado científico novedoso (EINE).

4. PRINCIPIOS QUE SUSTENTAN LA ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN NUTRICIONAL EDUCATIVA

La Estrategia de Intervención Nutricional Educativa se sustenta en dos principios: el cumplimiento de la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) y el mejoramiento humano comunitario.

  • Principio 1. El cumplimiento de la Responsabilidad Social Universitaria: Este principio se refiere a que con la aplicación de la EINE encaminada a mejorar las necesidades cognitivas sobre alimentación y nutrición y el estado nutricional, se promueve una de las funciones sustantivas universitarias consistente en la vinculación con la sociedad encaminada a la solución de los problemas de salud del entorno con un enfoque científico y respondiendo a los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo.

  • Principio 2. El mejoramiento humano comunitario: Este principio se refiere a que la estrategia tiene como objetivo principal propiciar el mejoramiento de la conducta humana de adolescentes involucrados en el estudio, una vez que se aumente o module su cognición sobre alimentación y nutrición. A partir de lo expuesto en Hernández (2010), se reconoce este mejoramiento como fin supremo de las acciones que son implementadas a partir de la estrategia.

El mejoramiento humano comunitario está asociado a tres categorías:

  • Causa-efecto: contemplando como causa la implementación de la estrategia en sí y su efecto en la mejora del estado nutricional de los adolescentes involucrados en el estudio.

  • De lo general a lo particular: pues transita desde el mejoramiento humano comunitario al mejoramiento humano de los adolescentes.

  • De lo esencial a lo singular: considerando como esencial la mejora del estado nutricional comunitario y lo singular la mejora del estado nutricional de los adolescentes.

5. ETAPAS DE IMPLEMENTACIÓN DE LA ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN NUTRICIONAL EDUCATIVA

La implementación de la EINE se realiza en un ciclo de 5 etapas como se muestra en la Figura 2.

Figura 2 Ciclo de implementación de las etapas de la Estrategia de Intervención Nutricional Educativa. 

Etapa 1. Diagnóstico: Como su nombre los indica, en esta etapa se identifican las necesidades cognitivas sobre alimentación y nutrición que poseen los adolescentes involucrados en el estudio, en ella se pueden aplicar diferentes instrumentos y herramientas que estarán encaminadas a la identificación de factores de riesgo nutricionales que están afectando la población diana, estos problemas serán priorizados mediante los métodos utilizados para este fin (ranqueo, Hanlon) (Nikulin, Viveros, Dorochesi, Crespo Márquez & Lay, 2017).

Etapa 2. Planeación: Para la planeación se propone estructurar las acciones de manera que respondan a las necesidades cognitivas sobre alimentación y nutrición y factores de riesgo nutricionales identificadas en la etapa diagnóstica. Se propone vincular a actores sociales y padres de familia, además de tener en cuenta las condiciones necesarias y existentes para su implementación, en este sentido se plantea establecer un plan de intervención que comprenda un grupo de actividades que consistan en acciones planificadas de manera sistemática y encaminadas a revertir el problema diagnosticado en conductas y estilos saludables en cuanto a alimentación y nutrición y por consiguiente producir un efecto positivo en la población. Estas actividades deben ser planificadas en fecha, hora y lugar de acuerdo con lo conciliado con los involucrados en el estudio, lo que debe constar en la matriz del plan de acción.

El desarrollo de cada actividad no debe ser superior a una hora en cada jornada de trabajo pues la experiencia del trabajo con grupos demuestra que pasado ese tiempo el nivel de concentración y atención de los participantes decae, atentando contra el cumplimiento de los objetivos.

Cada actividad debe tener un objetivo que representará el fin al que se desea llegar, este permite al investigador, evaluar si la actividad ejecutada estuvo encaminada a resolver el problema o no, permite definir los medios y métodos necesarios para la ejecución de la acción y posibilita trazar la meta que se quiere lograr con lo planificado. Por último, se propone que se refleje en el plan de acción los responsables que darán cumplimiento a cada una de las tareas diseñadas.

Se sugiere además que las actividades estén apoyadas en material didáctico, ameno y comprensible, que contenga información actualizada y científicamente fundamentada, basada en las necesidades cognitivas y problemas identificados en el diagnóstico.

El diseño metodológico de la estrategia debe estar basado en el paradigma cualitativo y bajo la modalidad de intervención acción participación, que se sustenta en la necesidad de comprender la práctica social sobre la que se pretende actuar, acercándose a ella a través del análisis de los problemas y la actitud de los individuos, ante las diferentes situaciones que vivencian (Melero, 2012), este tipo de trabajo permite que, en la medida que se ejecutan las actividades y acciones, el investigador tiene la posibilidad de conocer las valoraciones y percepciones de los participantes sobre las direcciones estratégicas; se retroalimentan las acciones para un nuevo proceso de planificación, al lograrse un ciclo que garantiza el perfeccionamiento de la estrategia de intervención nutricional educativa (Vinces, Milán & Muñoz, 2018).

Etapa 3. Ejecución: Esta etapa tiene como objetivo la ejecución del plan de actividades elaborado con el propósito de contribuir a la satisfacción de las necesidades cognitivas sobre alimentación y nutrición diagnosticadas.

Es importante señalar que Ecuador cuenta con las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos (GABAS), las que constituyen una fortaleza en la realización de estrategias de intervención sobre alimentación y nutrición pues sirven como referencia para el consumo alimentario adecuado de los diferentes grupos poblacionales, así como también, para orientar políticas públicas sectoriales vinculadas con la Seguridad Alimentaria y Nutricional del país.

Etapa 4. Evaluación: Se basa en el juicio que culmina con el análisis del logro de los objetivos. La evaluación del aprendizaje es una parte esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje que posibilita su propia dirección, así como el control y la valoración de los modos de actuación que el auditorio, en este caso los adolescentes, adquieren en el transcurso de la estrategia, al comprobar el grado con el que se alcanzan los objetivos propuestos.

Esta etapa tiene como objetivo la evaluación de la satisfacción de las necesidades de formación alimentaria diagnosticadas, como resultado de la ejecución del plan de actividades implementado.

Una vez diseñada la estrategia, se somete a un proceso de validación, en este sentido, los autores de este trabajo sugieren el método Delphi que consiste en la utilización sistemática del juicio intuitivo de un grupo de expertos para obtener un consenso de opiniones informadas (Rodríguez, Aldana & Villalobos, 2010).

La esencia de este método consiste en la organización de un diálogo anónimo entre los expertos consultados individualmente mediante cuestionarios, con vistas a obtener un consenso general o, al menos, los motivos de la discrepancia, la confrontación de las opiniones se lleva a cabo mediante una serie de interrogantes sucesivas, entre cada una de las cuales la información obtenida sufre un procesamiento estadístico-matemático (Reguant & Torrado, 2016).

García y Suárez (2013) hacen referencia a las ventajas de este método:

  • Reúne y sintetiza el conocimiento de un grupo de participantes que geográficamente esparcidos o no, nunca podrían reunirse para construir un consenso grupal.

  • Los expertos del mundo actual pueden participar por la vía del correo electrónico con la consecuente disminución en los costos.

  • Un mayor número de individuos de situaciones diversas y áreas de especialización puede ser incluido.

  • Favorece libertad de opiniones.

  • Reduce la influencia del líder en la interacción del grupo y evita el dominio en el acuerdo general de lo que considere la minoría o aquellos que supuestamente tienen mayor autoridad.

  • La confidencialidad de las respuestas permite a los expertos disentir a la luz de un nuevo análisis, incluso de opiniones sostenidas públicamente durante años, sin tener que enfrentarlo ante sus colegas.

CONCLUSIONES

La fundamentación de una estrategia desde las perspectivas filosófica, pedagógica y sociológica permite sustentarla científicamente y diseñarla bajo los principios de responsabilidad social universitaria y mejoramiento humano comunitario, favorece el involucramiento de los implicados en el estudio.

El diseño de la Estrategia de Intervención Nutricional Educativa, dirigida a poblaciones adolescentes con necesidades cognitivas sobre alimentación y nutrición, puede constituir una herramienta para la implementación de proyectos basados en paradigmas cualitativos y bajo la modalidad de intervención acción participación.

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Recibido: 19 de Agosto de 2019; Aprobado: 28 de Agosto de 2019

*Autor para la correspondencia. yiravasquez_1@yahoo.com

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