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Revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina

versão On-line ISSN 2308-0132

Estudios del Desarrollo Social vol.9 no.3 La Habana set.-dez. 2021  Epub 01-Dez-2021

 

Artículo original

Superación docente en el contexto de la modalidad flexible de Educación Básica Acelerada en El Salvador

Teaching improvement in the context of the flexible modality of Accelerated Basic Education in El Salvador

0000-0001-8848-545XMarcela Isabel Hernández González1  * 

1Universidad de El Salvador (UES). San Salvador, El Salvador.

RESUMEN

La Educación Básica Acelerada es una modalidad educativa flexible, diseñada para ofrecer una opción de escolarización a la niñez y la adolescencia en condiciones de vulnerabilidad, que se encuentra fuera del sistema educativo o que está en riesgo de abandonarlo. El presente trabajo persigue como objetivo presentar los fundamentos teóricos y metodológicos de la modalidad flexible de Educación Básica Acelerada en El Salvador, a fin de destacar la necesidad de desarrollar procesos de superación docente que incluyan los principales elementos pedagógicos para su implementación como un factor clave para la restitución del derecho a la educación en El Salvador.

Palabras-clave: educación básica; modalidades flexibles; Educación Básica Acelerada; aprendizaje por proyectos; superación docente

ABSTRACT

Accelerated Basic Education is a flexible educational modality, designed to offer a schooling option to children and adolescents in vulnerable situations who are out of the educational system or who are at risk of dropping out. The present work aims to present the theoretical and methodological foundations of the flexible modality of Accelerated Basic Education in El Salvador, in order to highlight the need to develop teacher improvement processes that include the main pedagogical elements for its implementation as a key factor for the restitution of the right to education in El Salvador.

Key words: basic education; flexible modalities; Accelerated Basic Education; project-based learning; teacher improvement

INTRODUCCIÓN

En El Salvador la educación básica se fundamenta en los principios de integralidad; protagonismo; experiencia, actividad y trabajo; flexibilidad, relevancia y pertinencia; interdisciplinariedad; integración y participación; compromiso social; y gradualidad, continuidad y articulación (MINED, 1994). De esta manera, sienta las bases y habilita a los estudiantes para ingresar al siguiente nivel educativo.

En correspondencia con el principio de flexibilidad, los centros escolares deben elaborar su Proyecto Educativo Institucional (PEI), a fin de garantizar la protección de sus trayectorias educativas, lo que implica tener presente al estudiantado con sobreedad «dos años o más de la edad oficial en relación con el grado en el que está» (MINED, 2008, p. 18)- y a aquellos que han desertado del sistema educativo o se encuentran en riesgo de abandonarlo.

De acuerdo con los Fundamentos Curriculares de la Educación Nacional: la educación flexible responde a las necesidades y aspiraciones de sus estudiantes; tiene una administración flexible y capaz de ajustarse a las condiciones de las personas que aprenden; y las experiencias de aprendizaje parten del contexto en el que se desenvuelven las personas que se asocian al proceso educativo, y se estructuran en función de sus necesidades educativas básicas, lo que les permite progresar y pasar de lo que son a lo que deben ser (MINED, 1994).

Efectivamente, la educación flexible se constituye por estrategias basadas en principios de flexibilidad y pertinencia, que permiten atender a la población estudiantil en condiciones de vulnerabilidad, con metodologías innovadoras, horarios y calendarios alternativos, apoyados en materiales didácticos que optimizan el proceso pedagógico, lo que compensa los vacíos y retrasos en la atención formal de la educación en algunos sectores de la población estudiantil, la cual está motivada por el abandono prematuro de la escuela debido a situaciones forzadas como fracaso escolar reiterado, ingreso tardío, sobreedad, maternidad, violencia, entre otros.

DESARROLLO

Modalidad flexible de Educación Básica Acelerada. Tendencias y desafíos

La educación flexible se encuentra fundamentada en los fines y objetivos trazados por las normas que rigen la educación básica y media en El Salvador; a su vez, resulta una oportunidad que ofrece el Estado para que la población estudiantil de extrema vulnerabilidad sea promovida, certificada y titulada, y con ello habilitarla para continuar sus estudios en el nivel de la educación superior o en la educación para el trabajo y el desarrollo humano.

De tal forma, las modalidades flexibles buscan garantizar las trayectorias educativas de los estudiantes; pero no las «trayectorias escolares teóricas», como las llama Terigi (2008), al referirse a los «itinerarios de los alumnos y alumnas que siguen la progresión lineal prevista en los tiempos marcados por una periodización estándar que estipula niveles, grados y años» (p. 14), sino a lo que la misma autora denomina «trayectorias no encauzadas», al analizar aquellas más reales, y reconocer que «gran parte de los niños y jóvenes transitan su escolarización de modos heterogéneos, variables y contingentes» (p. 14).

En este sentido, las modalidades educativas flexibles suponen una verdadera «flexibilidad» para la protección de las trayectorias escolares, al centrar su atención en el estudiante y no en los procesos. De este modo, se destaca el aprendizaje sobre la enseñanza; además de cuidar la transición entre los niveles educativos, que, según Terigi (2009), «[…] son puntos críticos de las trayectorias reales de los alumnos» (p. 16), por lo que en las modalidades flexibles se adecua el material educativo con actividades específicas, de tal forma que sea sencillo y contextualizado, a fin de priorizar los aprendizajes que deben alcanzar los estudiantes para transitar entre los grados o niveles educativos.

Únicamente en primero y segundo ciclos de educación básica se cuenta con una modalidad flexible: la Educación Básica Acelerada, creada para brindar una oferta educativa a la niñez y adolescencia que se encuentran fuera de la escuela -o dentro- y están en situación de sobreedad, lo que genera condiciones de riesgo para abandonarla.

Mediante esta modalidad de educación, los estudiantes logran avanzar cinco grados en dos años, de acuerdo con la siguiente organización:

  • año 1: segundo, tercero y cuarto grados.

  • año 2: quinto y sexto grados.

Uno de los principales objetivos es incluir a los estudiantes que por distintas razones han abandonado la escuela, para que puedan nivelarse, recuperar el tiempo perdido y continuar su educación formal.

Se fundamenta en aspectos políticos, legales y curriculares que establecen lineamientos precisos que justifican y determinan su implementación. Su fundamento metodológico es el aprendizaje por proyectos, que, desde una perspectiva histórico-cultural de la educación, se aplica como respuesta a las necesidades, los intereses y los recursos de los centros escolares nacionales, con atención especial al fortalecimiento de la autoestima de los estudiantes.

Su implementación como una modalidad educativa flexible está legalizada mediante un acuerdo ejecutivo, a fin de lograr los siguientes objetivos:

  1. Desarrollar y fortalecer la autoestima de los educandos.

  2. Posibilitar a los estudiantes la adquisición de las habilidades cognitivas, procedimentales y actitudinales básicas fundamentales como: leer bien y comprender lo que se lee; expresarse de forma oral y escrita con claridad y seguridad; emplear las herramientas básicas de matemática en situaciones cotidianas concretas; planear, ejecutar y evaluar su desempeño en las actividades que realiza; participar en trabajo de equipo con objetividad, para contribuir al logro de las metas establecidas por el equipo y al aprendizaje de sus compañeros; aprender a organizarse y a considerar el estudio y la escuela con seriedad y alegría; creer y confiar en sí mismo y estar listo para autosuperarse en todo lo que hace; alcanzar los logros de las áreas básicas del conocimiento de los tres niveles de educación básica (MINED, 2001).

Así se pretende mitigar las barreras personales de los estudiantes, la escuela, la familia y la comunidad, que ocasionan el abandono del sistema educativo por situaciones forzadas como: fracaso escolar reiterado, ingreso tardío, sobreedad, maternidad temprana, violencia, entre otros.

Se establece por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (MINEDUCYT) que el aprendizaje por proyectos sea el sustento pedagógico y metodológico que, desde una visión constructivista de la educación, se aplica como respuesta a las necesidades, los intereses y los recursos de los centros escolares nacionales, con atención especial en el fortalecimiento de la autoestima de los estudiantes.

Por ser una modalidad educativa diferente, con un fundamento pedagógico y metodológico basado en el aprendizaje por proyectos, requiere de docentes técnicamente preparados para atenderla -con dominio de las teorías que la sustentan-, empoderados de este enfoque pedagógico y capacitados en metodologías activas para trabajar de manera efectiva con los estudiantes, y para facilitar el logro de aprendizajes significativos y la nivelación académica exitosa.

Sin embargo, los centros escolares que actualmente implementan esta modalidad no cuentan con el personal docente calificado para asumirla. Picardo y Libreros (2009) afirman que estas instituciones se ven obligadas a organizar su planta docente en correspondencia con la matrícula y el recurso humano disponible en la institución, para lo cual seleccionan al docente de acuerdo con un perfil básico requerido: “que tenga entusiasmo -a juicio del director- y que le guste trabajar con casos especiales” (p. 57). En tanto, para el MINED (2016) «debe ser una persona dispuesta a asumir desafíos, proactiva, dinámica, flexible, sensible y comprometida con la problemática social, abierta a la diversidad, inclusiva y con buena disposición para atender a la población estudiantil meta» (p. 4). Esto evidencia cierta incongruencia entre lo establecido y lo que deciden hacer las autoridades institucionales.

De este modo, resulta fundamental crear un proceso de superación docente para la modalidad flexible de Educación Básica Acelerada, que fortalezca a los docentes en el dominio del fundamento pedagógico que la sustenta y les permita apropiarse de técnicas de enseñanza adecuadas para su implementación. En este sentido, se hace imprescindible tratar el tema de la superación del docente para la referida modalidad educativa, sus fundamentos y finalidades en El Salvador.

Superación docente como fundamento de la Educación Básica Acelerada

La Educación Básica Acelerada se fundamenta metodológicamente en la interdisciplinariedad, el aprendizaje autónomo y el trabajo cooperativo; además de desarrollar la personalidad de los estudiantes mediante el fortalecimiento de la autoestima, la resiliencia y la orientación para la creación de un proyecto de vida. Por ello, requiere de docentes técnicamente preparados para atender a esta población estudiantil, a fin de facilitar el logro de aprendizajes significativos y su nivelación académica exitosa.

Sin dudas, requiere de docentes comprometidos con la educación, que comprendan que el aprendizaje va más allá de los contenidos -es para la vida y está ligado a las emociones-; que interioricen la idea de que cada persona aprende de forma diferente y de manera permanente, y que las nuevas experiencias generan nuevas conexiones neuronales, fortalecen las existentes y modifican la estructura y el funcionamiento del cerebro.

De tal forma, desde una visión integral, el docente de Educación Básica Acelerada debe ayudar a los estudiantes a identificarse a sí mismos, animarlos a que expresen sus emociones, a reconocerse como personas capaces de soñar y de construir un proyecto de vida, a motivarlos para superar dificultades y establecerse metas, a creer en ellos y a valorarse. Se requiere docentes actualizados, que sea orientadores, facilitadores y creativos para apoyar las demandas de atención de sus estudiantes. Además, capaces de propiciar un ambiente de libertad y entusiasmo y, sobre todo, generadores de una interacción dinámica y positiva entre docentes, estudiantes y sus familiares. En síntesis, se necesita un docente que ofrezca alternativas y genere los espacios para que niñas, niños y adolescentes desarrollen disciplina personal, solidaridad, participación y cooperación entre pares, con su familia y comunidad.

Como puede notarse en el perfil del docente que atiende la referida modalidad, no se destaca el área de formación profesional, tampoco los dominios teóricos y metodológicos que debe poseer con relación al fundamento pedagógico de la Educación Básica Acelerada. Aunado a esto, la capacitación recibida equivale a 24 horas anuales, distribuidas en tres jornadas de ocho horas, cada tres meses en un año lectivo; en ella se trabajan someramente temáticas relacionadas con planificación didáctica, evaluación de los aprendizajes, estrategias metodológicas para desarrollar los proyectos, utilización de espacios adecuados para el aprendizaje y el apoyo en la lectura y escritura, entre otras.

En tal sentido, se necesita establecer un proceso de superación docente que incluya aspectos técnicos propios del fundamento pedagógico y metodológico de la referida modalidad, que contribuya a fortalecer las capacidades del profesorado para elaborar un diagnóstico de la situación de sus estudiantes; además de robustecerlo en los procesos de planificación, orientación, ejecución, control y evaluación de las acciones metodológicas -en función del aprendizaje de sus estudiantes-, y que lo orienten a asumir su responsabilidad en un ambiente agradable, donde se establezcan vínculos de confianza con el grupo, a fin de propiciar un aprendizaje desarrollador.

Para lograr que los estudiantes superen su experiencia de fracaso escolar y logren la nivelación académica exitosa, la Educación Básica Acelerada apunta a los siguientes aspectos relacionados con el perfil del docente, necesarios para tener en cuenta en un proceso de superación:

  1. comprensión de la modalidad flexible y las estrategias necesarias para su implementación;

  2. promoción del aprendizaje desarrollador;

  3. empoderamiento sobre temas relacionados con la personalidad, la autoestima, la resiliencia, el proyecto de vida, el aprendizaje significativo, el trabajo por proyectos, la interdisciplinariedad y la atención a poblaciones vulnerable; y

  4. control de emociones.

En un primer momento, se considera el estudio de la personalidad, pero no solo orientada a promover el desarrollo integral del educando, como lo establecen Castellanos, Castellanos, Lliviana, Silverio, Reinoso y García (2002) en relación con el primer criterio básico del aprendizaje desarrollador, sino con la comprensión de la personalidad del docente en función de su formación, en atención a su motivación por ejercer la docencia y por prepararse para esta modalidad. En este sentido, se necesita centrar este proceso formativo en la personalidad; es decir, «ubicar los diferentes aspectos o momentos del proceso educativo en el sujeto que aprende, en la relación de cada proceso particular con los diferentes elementos psicológicos que le dan un sentido subjetivo definido” (González, 1991, p. 2). Así, por ejemplo, el desarrollo de las habilidades emocionales debe vincularse con un interés particular del docente y asociarse a la necesidad de desempeñarse mejor, de consolidar su nueva habilidad en la práctica.

Por otro lado, el docente debe gozar de autoestima equilibrada, capacidad de resiliencia y tener definido un proyecto de vida. Esto es necesario porque la Educación Básica Acelerada busca fortalecer estos elementos en el estudiantado. De acuerdo con De Mézerville (2004), la autoestima resulta la valoración que una persona tiene sobre sí misma, se construye a lo largo de la vida y se desarrolla a partir de las relaciones que se establecen con los demás. En el desarrollo de la autoestima intervienen de manera decisiva las personas significativas que rodean al individuo. Para los de edad escolar esta figura es el docente, debido a que la imagen que se los alumnos hacen de sí mismos depende en gran medida de la aceptación recibida por parte de su profesor (Sánchez, 2010).

Por tanto, en concordancia con el enfoque psicológico humanista, este último ha de demostrar las actitudes básicas que Rogers (1972) destaca para lograr el cambio en los demás e incidir en su desarrollo: autenticidad, comprensión empática, aceptación incondicional de la otra persona y confianza infinita en el ser humano. En tal sentido, cuando el proceso de educación estimula la autoestima positiva, favorece la seguridad emocional en el niño; en palabras de González (1991), «convierte al niño o al joven en un individuo activo, interrogador de la realidad y labrador de su propio conocimiento» (p. 3).

Luego, el desarrollo de la resiliencia. En psicología este término describe la «capacidad de la persona o de un grupo para seguir proyectándose en el futuro, a pesar de condiciones de vida adversas» (Vinaccia, Quinceno & Moreno, 2007, p. 141). Como ya se ha explicado, la mayoría de los estudiantes se encuentra con sobreedad y han enfrentado el fracaso escolar; algunos están inmersos en una situación social difícil marcada por la pobreza, las dificultades en las dinámicas familiares y, en algunos casos, la violencia.

Una de las preocupaciones centrales de esta modalidad es fortalecer en estos niños y niñas la capacidad de proyectarse al futuro, a pesar de las adversidades y crisis que han vivido; incluso, se espera que puedan sacar algún provecho de esas situaciones difíciles. Esto en correspondencia con el segundo principio básico del aprendizaje desarrollador: «potenciar el tránsito progresivo de la dependencia a la independencia y a la autorregulación, así como el desarrollo en el sujeto de la capacidad de conocer, controlar y transformar creadoramente su propia persona y su medio» (Castellanos, Castellanos, Lliviana, Silverio, Reinoso & García, 2002, p. 33).

Así, esta propuesta busca desarrollar la resiliencia de los docentes para que la fomenten en los estudiantes. Durante las clases, el profesor debe identificar los aprendizajes que los alumnos han podido lograr a partir de sus vivencias y las habilidades que han desarrollado para enfrentar situaciones adversas, con el fin de diseñar estrategias de apoyo en la medida en que se requiera.

Al tener en cuenta que la mayoría de ellos se halla en la adolescencia, conviene que, desde el trabajo de aula, se oriente la construcción del proyecto de vida que los impulse al logro de sus objetivos. El proyecto de vida es «una construcción ideal sobre lo que la persona quiere ser y hacer, que se concreta cuando se parte de las disposiciones reales y de las posibilidades, tanto internas como externas, para planear cómo lograr ese ideal» (Sánchez, 2010, p. 14). En este sentido, Maslow (1985) considera que la planificación del futuro es expresión de la naturaleza humana saludable, mientras Rogers (1989) analiza como elemento fundamental el logro de un self o «sí mismo» estructurado.

Igualmente, el docente ha de resultar una persona emocionalmente estable y propiciar el reconocimiento de las emociones en sus estudiantes, teniendo en cuenta que «las emociones son estados internos de los organismos superiores que regulan de manera flexible sus interacciones con el entorno y sus relaciones sociales» (Adolphs, 2002, p. 137), por lo que resulta fundamental considerarlas en los procesos de aprendizaje, sobre todo en esta modalidad, que pretende la formación del ser de las personas y busca la transformación de su realidad.

Estos atributos resultan susceptibles de desarrollarse y fortalecerse en el aula. A partir de la realización de los proyectos y la aplicación adecuada de la metodología de la referida modalidad pueden lograrse. Para la Educación Básica Acelerada resulta vital que los estudiantes fortalezcan sus habilidades para enfrentar situaciones difíciles y retadoras, mediante la construcción de recursos socio-afectivos que les faciliten su paso al aula regular, puedan usarlos en la vida cotidiana, y los motiven a continuar sus estudios y proyectarse a futuro.

Aunque se consideran algunos elementos del enfoque humanista, los supuestos psicológicos antes mencionados se sustentan en el enfoque histórico-cultural, al tomar como base su tesis más significativa: una enseñanza desarrolladora permite un buen aprendizaje (Sanz & Rodríguez, 2000).

Como se mencionó, los estudiantes que acceden a la modalidad flexible de Educación Básica Acelerada han pasado por situaciones de vida difíciles, de ahí la necesidad de que el docente que los atiende se sensibilice ante su realidad y considere los fundamentos de un aprendizaje desarrollador.

En primer lugar, dentro de los protagonistas del proceso se destacan los grupos, entendidos como: «conjunto de personas que interactúan entre sí durante un tiempo determinado en la realización de una actividad común para alcanzar un objetivo grupal» (Castellanos, Castellanos, Lliviana, Silverio, Reinoso &García, 2002, p. 125), en los que se propicia la mediación social que da lugar a la transformación individual de las personas. De ahí la importancia del grupo como un sujeto protagónico en el proceso de enseñanza y aprendizaje, entendido como «un órgano vivo, con identidad propia, que se conforma en las interacciones y la comunicación» (Castellanos, Castellanos, Lliviana, Silverio, Reinoso & García, 2002, p. 48).

Para esta modalidad, el grupo constituye la posibilidad de fortalecer los lazos afectivos con el docente y entre los mismos estudiantes, lo que propicia actitudes que permiten la compensación de las carencias que puedan tener

Un segundo elemento es la concepción de la unidad de lo afectivo y lo cognitivo, bajo la premisa de que existe una interrelación entre ambos procesos y de que no hay separación entre ellos: el desarrollo se da en su conjunto. En tal sentido, los procesos afectivos influyen en los cognitivos para el desarrollo, mientras que los cognitivos organizan los afectivos.

Aquí radica la importancia de incorporar el estudio de las emociones en el proceso de superación de los docentes de Educación Básica Acelerada. En este sentido, Hannaford (2005) establece que los niños procesan la información a través de sus emociones y aprenden aquello que les es más emocional, lo que les resulta emocionalmente más relevante; esto debido a que «las intricadas conexiones del sistema límbico muestran que para aprender y recordar algo debe haber un estímulo sensorial, una relación emocional personal» (p. 55).

Por tanto, debe promoverse una relación docente-estudiante afectiva y horizontal. El docente ha de estar dispuesto a aprender junto con su grupo, a darle un lugar de mayor protagonismo a los estudiantes en su proceso de aprendizaje, a privilegiar el trabajo en equipo, y a considerar que cada uno de sus estudiantes puede contribuir a un aprendizaje colectivo desde sus conocimientos, destrezas y habilidades.

Efectivamente, en un proceso de superación docente se necesita tener en cuenta el concepto de «enseñanza desarrolladora», que Carnero (2019) define como «aquella que propicia la dirección de la actividad cognoscitiva del estudiante; considerándolo sujeto activo en el proceso de enseñanza-aprendizaje» (p. 56). Esto implica una interacción continua con el estudiantado, a fin de generar nuevas experiencias fundamentadas en sus intereses y necesidades para evitar que el aprendizaje resulte estéril, y se traduzca en la memorización y mecanización de datos y procedimientos carentes de valor y sentido.

De esta manera, el trabajo por proyectos favorece el desarrollo de habilidades para identificar necesidades, intereses y problemáticas; la elaboración de planes de acción; la evaluación de la disponibilidad de recursos; y el planteamiento de respuestas pertinentes y sistemáticas a diferentes situaciones (Sánchez, 2010). Estas habilidades pueden canalizarse hacia la formulación de planes de vida. Durante el desarrollo de los proyectos, los estudiantes se encuentran con situaciones de aprendizaje que desafían sus expectativas hacia el futuro y les plantean diferentes oportunidades para empezar a esculpir su proyecto de vida.

Hay un cuestionamiento permanente por los propios gustos, intereses y habilidades. Se hace una invitación a identificar las posibilidades de realización personal que encuentran en el contexto y se reflexiona sobre la forma como pueden transformarlas para lograr lo que se proponen. Esto en correspondencia con el tercer principio básico del aprendizaje desarrollador: «capacidad para realizar aprendizajes a lo largo de la vida, a partir del dominio de las habilidades, las estrategias y las motivaciones para aprender a aprender, y de la necesidad de una autoeducación constante» (Castellanos, Castellanos, Lliviana, Silverio, Reinoso & García, 2002, p. 33).

Por tanto, es importante que el docente aprenda a diseñar situaciones de aprendizaje que favorezcan la seguridad del estudiante, al orientarlo para que acepte sus errores como parte de un proceso para lograr cambios, a partir de su voluntad y compromiso.

CONCLUSIONES

A partir de la revisión bibliográfica realizada, se concluye que los fundamentos teóricos y metodológicos de la Educación Básica Acelerada determinan su pertinencia como una modalidad educativa fundamental para restituir el derecho a la educación de la niñez y adolescencia en condiciones de riesgo por abandono escolar, ya que se orienta al desarrollo integral del estudiantado, lo que propicia la superación de su experiencia de fracaso escolar y la nivelación académica exitosa. Sin embargo, para alcanzar esta meta se necesita de docentes formados desde sus principios pedagógicos.

En efecto, la dinámica de esta modalidad flexible permite pasar de métodos tradicionales a métodos activos, con posibilidad de aprovechar los recursos para que el aprendizaje sea más significativo, a partir de una enseñanza desarrolladora y de la construcción de una base orientadora de la acción. Se precisa incluir metodologías que permitan compartir experiencias, reflexiones, valoraciones y resultados, según los hechos y las vivencias personales de los estudiantes, y las observaciones propias de la naturaleza y la sociedad.

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Recibido: 13 de Octubre de 2020; Aprobado: 27 de Julio de 2021

*Autor para la correspondencia: marcela.hernandez@ues.edu.sv

La autora declara que no existe conflicto de intereses.

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