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Referencia Pedagógica

versión On-line ISSN 2308-3042

RP vol.8 no.2 La Habana jul.-dic. 2020  Epub 21-Dic-2021

 

Artículo original

Aprender a aprender

Learning to learn

Rigoberto David García Mauri1  * 
http://orcid.org/0000-0001-6074-9222

1 Universidad de las Ciencias Informáticas, UCI, La Habana, Cuba

Resumen

En el proceso de preparación para el ejercicio de la docencia, se destaca la importancia de aprender a aprender, adquirir hábitos necesarios para desarrollarse intelectualmente. Se incluye la capacidad de enfrentarse con ideas nuevas, entender un texto, ejercitarse para permanecer horas leyendo, elaborando ideas que suscita la lectura, anotando dudas, comentarios, referencias, relacionando nuevos conceptos con los ya adquiridos. Se aprende a desarrollar la capacidad de sostener un gran esfuerzo intelectual, con objetividad, para plantearse de qué se duda, se discrepa, qué relación tiene lo que se está aprendiendo con conocimientos anteriores que se poseen. Toda situación de aprendizaje significa una ruptura de un equilibrio logrado. Se aprende, al encontrarse frente a una situación que cuestiona los puntos de vista anteriores, se logra cambiarlos para hacerlos compatibles con los nuevos hechos conocidos, en vez de asumir la seguridad subjetiva, el equilibrio que se había alcanzado en el conocimiento anterior. El objetivo del presente artículo, es socializar contenidos acerca de la construcción de conocimientos, entre profesores y estudiantes universitarios, como ayuda en la aplicación del método de aprender a aprender, a la luz de las nuevas transformaciones de la Educación Superior. Como resultado se podrá disponer de un material de apoyo, para aprender a construir su propio conocimiento, a partir de experiencias y aprendizajes anteriores, empleando el método de aprender a aprender.

Palabras Clave: Aprender a aprender; enseñar; estudiantes; profesores

Abstract

In the process of preparation for the practice of teaching, the importance of learning to learn is emphasized, which means to acquire the necessary habits to develop intellectually. Some of these habits are: the ability to deal with new ideas; to understand a text; training to stay reading for hours, developing ideas from the reading, taking notes, comments, references and linking new concepts to those already acquired. You learn to develop the ability to sustain a great intellectual effort, objectively, to consider what is doubted, what you disagree with, what is the relationship between what is being learned and previous knowledge that is possessed? Every learning situation means a break in a balance achieved. Learning is possible when facing situations that challenges previous points of view and changes are achieved to make them compatible with the new facts, instead of assuming the subjective security, the balance that had been reached in previous knowledge. The objective of this article is to socialize contents about the construction of knowledge, among university students and professors, as help in the application of the method learning to learn, as part of the new transformations of Higher Education. As a result, there will be support material available to learn how to build their own knowledge, based on previous experiences and learning, using the method learning to learn.

Keyword: Learning to learn; teach; students; professors

Introducción

A cien años de la Reforma Universitaria de Córdoba, la Educación Superior cubana se une a los esfuerzos por consolidarla como “un bien público social, estratégico, un deber del Estado, un espacio del conocimiento, un derecho humano y universal”, que “responde a los objetivos de desarrollo sostenible de forma integrada” [1]

La educación es un derecho de todas las personas y responsabilidad del Estado, que garantiza servicios de educación gratuitos, asequibles y de calidad para la formación integral, desde la primera infancia hasta la enseñanza universitaria de posgrado [2]. El Estado promueve el avance de la ciencia, la tecnología y la innovación, como elementos imprescindibles del desarrollo económico y social [3]. Se estimula la investigación científica con un enfoque de desarrollo e innovación [4]. Ante los múltiples desafíos que plantea el desarrollo socioeconómico cubano, el Ministerio de Educación Superior trabaja en varias transformaciones, entre las que se encuentran [5]:

  1. La creación de un nivel de enseñanza entre la Universitaria y la Preuniversitaria, adecuar algunas carreras a un plan de estudio de cuatro años.

  2. El perfeccionamiento de la formación de pregrado en carreras de perfil amplio, e inicio de un proceso de diseño de una nueva generación de planes de estudios.

  3. Adecuaciones al ingreso en los cursos de las modalidades de cursos por encuentros y la educación a distancia.

  4. El perfeccionamiento de la enseñanza del inglés.

  5. Buscar nuevos incentivos para que se opten por las carreras pedagógicas.

  6. Avances en el aumento de la eficiencia académica, en la disposición de los estudiantes para asumir tareas de orden social, y en el tránsito de cuadros por la Escuela Superior de Cuadros del Estado y del Gobierno.

  7. La integración de las diversas casas de altos estudios, un proceso que solo queda pendiente en La Habana, y en el que hay que avanzar más en la articulación de la vida universitaria.

  8. El despliegue de la ciencia y la técnica.

  9. La acreditación de Universidades, Carreras, Programas de Doctorados y Maestrías.

  10. El desarrollo infocomunicacional del sistema de universidades.

En el XII Congreso Internacional de Educación Superior “UNIVERSIDAD 2020”, el Ministro de Educación Superior de Cuba planteó:

“En consecuencia, el perfeccionamiento de la vinculación de la Universidad con toda la sociedad, con su entorno económico productivo, con énfasis en los sectores estratégicos y el desarrollo territorial y local, se expresan en los objetivos de la Planificación Estratégica 2017-2021 del Ministerio de Educación Superior (MES, 2017) y en su sistema de trabajo. Constituye para las Universidades un desafío multiplicar su papel como instituciones de conocimiento, aumentando la calidad, cantidad y pertinencia de la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación para un desarrollo sostenible inclusivo”.

En estos propósitos se prevé el estímulo al aprendizaje autónomo y colaborativo de los estudiantes con mayor y mejor aplicación de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Se asumen nuevos indicadores de calidad y eficiencia académica, y se elevan las exigencias respecto al conocimiento del idioma inglés [6].

Teniendo en cuenta que el escenario actual asiste a un continuo período de cambios que reclaman con mayor exigencia conocimientos y destrezas a sus ciudadanos, se precisa entonces de nuevos aprendizajes y de la posibilidad de disponer de múltiples preparaciones en el dominio del conocimiento humano.

En el arte de aprender, se trata siempre de atreverse a abandonar el cómodo equilibrio alcanzado en un tema, aunque haya llevado muchos años de estudio alcanzarlo para aceptar un nuevo concepto, una teoría que no se conocía, un punto de vista que antes no se había considerado. En la Pedagogía actual cada vez se hace más insistencia en la idea de que el estudiante debe jugar un papel activo en su propio aprendizaje, ajustándolo de acuerdo con sus necesidades y objetivos personales.

Por tanto, se aboga por introducir estrategias de aprendizaje en el currículum de las carreras de la educación superior, para que el alumnado se beneficie aprendiendo a utilizarlas desde el inicio de su formación profesional. Una de estas estrategias es la de enseñar al estudiante a aprender a aprender y será a los profesores a quienes se les encomendará la tarea de "enseñar a aprender", y a los estudiantes a aprender a aprender.

La palabra aprendizaje no siempre ha contado con una definición clara. Se ha pasado de una concepción conductista del aprendizaje a una visión del aprendizaje donde cada vez se incorporan más componentes cognitivos [7]. Existen tantos conceptos de aprendizaje como teorías elaboradas para explicarlo, se podría afirmar que el aprendizaje sería "un cambio más o menos permanente de conducta que se produce como resultado de la práctica" [8] y las estrategias de aprendizaje serían aquellos procesos o técnicas que ayudan a realizar una tarea de forma idónea.

El aprendizaje cuenta con variadas teorías que tratan de explicar este proceso, [9] lo define como “dotar al estudiante de herramientas para aprender y de este modo desarrollar su potencial de aprendizaje”. Esta definición las aclaran [10] quienes afirman que serían "las secuencias integradas de procedimientos o actividades que se eligen con el propósito de facilitar la adquisición, el almacenaje y/o la utilización de información o conocimiento", de tal manera que el dominar las estrategias de aprendizaje permite al alumnado planificar u organizar sus propias actividades de aprendizaje.

La educación, en el tercer milenio, está basada en la concepción de que la persona no tiene límites para el conocer y que el saber tiene múltiples dimensiones de cambio continuo, los que pueden ocurrir durante toda la vida de las personas [11]. Si esto es entendido así, los educadores debieran llegar a provocar en sus estudiantes una facilitación continua de procesos que posibiliten un eficiente aprendizaje a lo largo de la vida por sobre todo otro logro educativo a conquistar.

El aprendizaje se transformaría así en un proceso multidimensional, siempre acumulativo, que utiliza lo que ya se conoce, se siente y se sabe hacer para seguir aprendiendo, filtrando y seleccionando la información que ha de transformarse en nuevos saberes, y que inevitablemente redistribuirá el espacio del saber ya conocido hasta entonces por la persona.

Esta situación plantea que la base del verdadero aprendizaje en la era del conocimiento, requiere procesos intencionados que necesitan reconocerse como mecanismos de procesamiento de información para transformar a esta última en algún tipo de saber, y mecanismos de control y seguimiento de estos procesos, que permitan a la persona que aprende lograr el objetivo último que persiga en su aprendizaje. El que aprende, por tanto, debe llegar a ser consciente de su propia manera de aprender y de cómo debe hacer para controlar los procesos que le permiten llegar a saber eficientemente. Para muchos, lo verdaderamente importante de aprender tiene que ver con la utilidad de: qué aprendo; cómo aprendo; cuándo debo aprender; por qué y para qué debo aprender. Es decir, la educación debiera estar orientada en la actualidad a enseñar y desarrollar en las personas un conocimiento metacognitivo de su propio acto de aprender y de los procesos de control metacognitivos en sí, que sean necesarios para sistematizar y hacer eficiente el aprendizaje [12].

La formación permanente, en el contexto de la educación avanzada y el aprendizaje desarrollador del enfoque histórico-cultural, se traduce en una formación con principios psico-socio-pedagógicos, por lo cual es pertinente ver la fundamentación filosófica y pedagógica en la que se sustenta este sistema que tiene la finalidad de perfeccionar la práctica educativa.

Se identifica al Marxismo - Leninismo como base teórica y metodológica al considerar la práctica social como principio y fin de la realidad, la representación de la relación entre hombre y medio social en un proceso histórico - concreto como máxima de cualquier empeño educativo, donde el hombre transforma al mundo en la medida en que se transforma a sí mismo. El materialismo dialéctico ofrece una sólida teoría del conocimiento, entendido el conocimiento como resultado de la interacción dialéctica del sujeto y los objetos de la realidad. Este es un presupuesto del cual se parte para emprender cualquier obra científica y es precisamente la idea que se defiende. Todo cambia, todo se transforma, todo está en constante movimiento.

Las concepciones dialéctico-materialistas que consideran al hombre como ser social, históricamente condicionado, producto del propio desarrollo de la cultura que él mismo crea, obliga necesariamente a analizar la educación como medio y producto de la sociedad, como depositaria de toda la experiencia histórico- cultural. Esta concepción define al proceso educativo como la vía esencial de la sociedad para la formación de las nuevas generaciones y que necesariamente responde a las exigencias de la sociedad en cada momento histórico.

Se sustenta por el autor que toda actividad programada, organizada y ejecutada en las diferentes modalidades de educación, debe servir de modelo de actuación. Desde esta perspectiva, teniendo en cuenta que la pedagogía, establece la relación entre los componentes del proceso pedagógico que posibilitan su instrumentación, siempre partiendo de que lo formativo: con ello se corrobora que todo profesor debe complementar su labor estrictamente docente con un concepto más integral que es el de pedagogo.

Se considera además un modelo de aprendizaje entendido como proceso de construcción y reconstrucción, por parte del sujeto que aprende, de conocimientos, habilidades, modos de actuación, actitudes, valores y sentimientos, que se producen en condiciones de interacción social, que lo conducen a su desarrollo personal y profesional. Esta concepción permite la participación activa y consciente del sujeto en la interacción con los otros, de manera que construye y reconstruye conocimientos para transformar la práctica educativa a partir de la revalorización que hace de la misma, y descubre su significado personal en correspondencia con las nuevas características de la enseñanza en que despliega su labor.

Este proceso de interacción entre estudiante - profesor es parte de un aprendizaje recíproco que bien conducido provoca el desarrollo de ambos, y reafirma la necesaria afiliación al enfoque histórico cultural de Vigotsky que asumen varios investigadores y con los que se coincide en los referentes teóricos y de diagnóstico. Ello a su vez se convierte en demanda de superación del docente universitario para lograr una mejor actividad pedagógica mediante el diseño de un sistema, que permite utilizar variadas acciones, formas organizativas docentes interrelacionadas dialécticamente y el rediseño oportuno en el marco de nuevas necesidades surgidas.

Asimismo, las acciones del sistema consideran el carácter mediatizado que la psiquis humana, en la que subyace la génesis de la principal función de la personalidad, la autorregulación y su papel en la transformación de la psiquis, función que tiene como esencia la unidad de lo afectivo y lo cognitivo. Este elemento psicológico se encuentra en la base del sentido que adquiere un contenido para el sujeto. De esta forma, el contenido psíquico sobre la base de la reflexión se convierte en regulador del comportamiento.

Otro de los postulados de la teoría vigostkyana que recobra gran importancia para la formación es el relacionado con el concepto de zona de desarrollo próximo. Esto posibilita determinar las potencialidades y necesidades para poder ofrecer la ayuda en cada caso, hasta alcanzar niveles superiores que no es más que su zona de desarrollo próximo.

El presente trabajo tiene el objetivo socializar contenidos acerca de la construcción de conocimientos, entre profesores y estudiantes universitarios, como ayuda en la aplicación del método de aprender a aprender, a la luz de las nuevas transformaciones de la Educación Superior.

Materiales y métodos

Fueron utilizados como materiales: libros, artículos y otras publicaciones consultadas, que abordan el aprender a aprender desde diferentes definiciones. Se aplicaron los métodos: análisis documental, para estudiar la bibliografía sobre el tema, histórico-lógico, para analizar las tendencias en el desarrollo de aprender a aprender reflejadas en las investigaciones realizadas por otros autores, que sirven como base a este trabajo y para analizar los aspectos más significativos en el devenir del proceso de formación, análisis-síntesis, e inducción - deducción, para apoyar el estudio bibliográfico, el análisis específico del objetivo y arribar a conclusiones.

Discusión de resultados

Desde aprender a aprender, como plataforma teórica, los estudiantes, pueden construir su aprendizaje, a partir de sus experiencias vitales, con el fin de reutilizar y aplicar conocimientos y habilidades en una variedad de contextos, resultando una necesidad la estimulación de la motivación y la confianza.

Para entender la idea de aprender a aprender y aplicarla en la realidad de las aulas universitarias, se requiere sustentarla en aquellos elementos que le aportan ciencias tan importantes como la Psicología y la Pedagogía, que han contribuido a comprender y explicar el aprendizaje y, en particular, la autorregulación del mismo.

De este modo, aprender a aprender puede ser expresado, si se considera que su núcleo esencial, puede ser explicado sobre la base de la autorregulación del aprendizaje propio de los estudiantes en la búsqueda y apropiación de conocimientos [13].

La capacidad de aprender a aprender tiene como finalidad la promoción de formas de vida que generen y preserven por sí mismas el desarrollo autónomo de los estudiantes. Se observa cómo se propone el término "habilidades conformadoras del desarrollo", ya que a partir de su grado de generalización se colocan de forma tal que constituyan la columna vertebral de los currículos. Estas habilidades posibilitan que el individuo en la actividad y la comunicación, al ser parte de la base de todo aprendizaje, construyan para sí mismos mecanismos de autodesarrollo (cognitivo, contextual, conductual y emocional), dinámicos, los cuales constituyen invariantes específicas que posibilitan y miden cómo los estudiantes aprenden a aprender y se relacionen de manera satisfactoria con las estrategias de aprendizaje que poseen los estudiantes [14].

Aprender a aprender no es una tarea simple, sin embargo, los sustentos básicos radican en la relación entre los estudiantes y entre estos y sus profesores, entre el contenido de lo que se debe aprender y el cómo hacerlo, entre otras importantes cuestiones [15]. Aprender a aprender sería el procedimiento personal más adecuado para adquirir un conocimiento. Ello supone impulsar el aprender a aprender, como una forma de acercamiento a los hechos, principios y conceptos. Por tanto, aprender a aprender implica:

  1. El aprendizaje y uso adecuado de estrategias cognitivas.

  2. El aprendizaje y uso adecuado de estrategias meta cognitivas.

  3. El aprendizaje y uso adecuado de modelos conceptuales (andamios del aprendizaje y del pensamiento).

Desde esta perspectiva el aprender a aprender supone dotar al estudiante de "herramientas para aprender" y de este modo desarrollar su potencial de aprendizaje (las posibilidades del aprendizaje que posee).

El conocimiento más importante es el conocimiento de uno mismo, o "meta cognición": esto implica el conocimiento sobre el propio funcionamiento psicológico, en este caso, sobre el aprendizaje. Es decir, ser conscientes de lo que se está haciendo, de tal manera, que el sujeto pueda controlar eficazmente sus propios procesos mentales.

Por tanto, al estudiante no sólo habrá que enseñarle técnicas eficaces para el estudio, sino que también deberá tener un cierto conocimiento sobre sus propios procesos de aprendizaje. La vía fundamental para la adquisición de ese meta conocimiento será la reflexión sobre la propia práctica en el contexto [16].

El método de aprender a aprender, implica desarrollar aspectos tanto cognitivos como emocionales. Supone adquirir capacidades que permiten al estudiante conocer y regular sus propios procesos de aprendizaje. La autoestima, la capacidad de aceptar el rechazo que provoca el error, la tensión que implica mantener el esfuerzo, son algunas de las dimensiones de aprender a aprender que con mayor claridad revelan su naturaleza emocional.

Destacar esta doble dimensión tiene como objetivo principal enfatizar que los profesores deben trabajar ambas. No se trata por tanto de enseñar únicamente determinados recursos que ayudan a planificar y desarrollar una tarea estratégicamente, sino de acompañar al estudiante desde el inicio en un largo proceso que le permita conocerse como aprendiz, aceptarse y aprender a mejorar.

Enseñar a aprender a aprender significa lograr que los estudiantes experimenten a lo largo del proceso el placer que produce entender algo que antes no comprendían, resolver un problema, en fin, sentirse capaces. A continuación, se hace referencia a algunos principios metodológicos especialmente relevantes para este ámbito del conocimiento.

El primero de ellos se refiere a la importancia que tiene explorar las concepciones que estudiantes y profesores tienen sobre el aprendizaje. Los conceptos sobre la inteligencia pueden influir específicamente en el proceso de aprender a aprender a través de tres ideas fundamentales: qué piensan los estudiantes que significa ser inteligente, sus juicios sobre el carácter estable o modificable de la inteligencia y sus ideas sobre el origen de las diferencias individuales.

Una concepción en la que el aprendizaje se entiende como una copia de la realidad y el papel del aprendiz depende de rasgos que no es fácil modificar. La influencia de estas concepciones sobre la práctica docente es muy importante y los estudiantes a su vez van construyendo su forma de entender el aprendizaje a partir de las prácticas educativas en la que se ven insertos.

Por lo tanto, la responsabilidad del profesor que enseñe a aprender a aprender, implica ante todo ayudarle a tomar conciencia de lo que piensa y a modificar sus concepciones. Supone hablar explícitamente en clase con los estudiantes sobre lo que es aprender y discutir lo que piensan.

Un segundo principio metodológico implica enseñar a regular sus propios procesos de aprendizaje. Es decir, a planificar, supervisar y evaluar su comportamiento cuando se enfrentan a cualquier tarea. Mientras se realiza la actividad, hay que enseñar a los estudiantes a centrar la atención fundamentalmente en saber si el camino emprendido se adapta a los objetivos establecidos anteriormente y cómo poder actuar en caso contrario.

Finalmente, es preciso supervisar los resultados. Este aspecto no solo tiene como objetivo mejorar el resultado específico logrado sino también, y especialmente, revisar el proceso de aprender. La primera pregunta a realizar es si la tarea está concluida y para ello, se debe traer a la mente los objetivos trazados y los criterios de logro. Supone asimismo analizar la eficiencia al resolver el problema y muy importante, reflexionar sobre los nuevos conocimientos aprendidos.

Enseñar a aprender a aprender se apoya en tercer lugar, en ayudar a los estudiantes a que realicen atribuciones adecuadas de sus éxitos o fracasos, para prestar atención a la dimensión emocional a la que se hizo referencia en el apartado anterior.

El cuarto recurso metodológico es la escritura epistémica. Son diversos los estudios que ponen de manifiesto la gran capacidad del lenguaje para hacer explicitas ideas y conocimientos que se tienen o que se aclaran al expresarlas. La prioridad debería centrarse por tanto en que los equipos docentes acordaran realizar en todas las materias y a lo largo de todos los cursos resúmenes, mapas conceptuales, síntesis, comentarios de texto, reflexiones sobre el aprendizaje, en síntesis, tareas de lectura y escritura reflexiva.

El trabajo colaborativo constituye asimismo uno de los pilares de aprender a aprender. Trabajar con otros ayuda a tomar conciencia de los propios procesos cognitivos y emocionales. Este modo de trabajo obliga a lograr un entendimiento mutuo acerca de objetivos y, por tanto, pensar sobre ellos, se debe acordar cómo lograr avanzar, pensar sobre las estrategias y pasos, detectar errores propios y ajenos y dar explicaciones de por qué se consideran algunos elementos erróneos, llegar a una solución compartida y explicar a los compañeros de trabajo por qué se defiende una idea como la solución correcta.

El trabajo colaborativo permite que cada participante se explique a sí mismo y frente a los demás. Contribuye además a controlar y a inhibir las respuestas brindadas al colectivo, a lograr flexibilidad y adaptarse a la situación y al grupo. Para ayudar a los estudiantes a aprender a aprender es preciso que los profesores evalúen de acuerdo a los principios de la evaluación formadora. Se trata de evaluar de tal manera que el proceso, además de servir al profesor para regular la enseñanza, le permita al estudiante autorregular su aprendizaje. La autoevaluación y la coevaluación son procedimientos útiles para poner en marcha la evaluación formadora.

Aprender a evaluarse no es tarea fácil y necesita ejercitarse para llegar a formar parte de las capacidades consolidadas del estudiante, por ello es importante que sea una práctica que se utilice, aunque lógicamente vaya modificándose a lo largo de las etapas.

Una estrategia de aprendizaje es el resultado de un proceso de toma de decisiones (de manera consciente, controlada e intencionada) por medio de las cuales el estudiante planea su actuación, seleccionando los procedimientos idóneos, que utilizará como instrumentos flexibles para aprender y para la autorregulación en función de las tareas u objetivos de aprendizaje [17].

El concepto de estrategia ha sido transferido al ámbito de la educación en el marco de las propuestas de “enseñar a pensar” y de “aprender a aprender”. También, explica, que las estrategias son el sistema de actividades, acciones y operaciones que permiten la realización de una tarea con una calidad requerida.

El empleo de una estrategia nos orienta al objetivo, nos da una secuencia racional que permite economizar tiempo, recursos y esfuerzo y, lo más importante, nos da la seguridad de lograr lo que queremos obtener y de la manera más adecuada para ello [18].

Las estrategias se analizan de diferentes formas en las que se destacan cuatro diferentes grupos:

  • Cognoscitivas. Son capacidades internamente organizadas de las cuales hace uso el estudiante para guiar su propia atención, aprendizaje, recuerdo y pensamiento.

  • Enseñanza. Se concretan en una serie actividades de aprendizaje dirigidas a los estudiantes y adaptadas a sus características, a los recursos disponibles y a los contenidos objeto de estudio.

  • Didácticas. Son el sistema de acciones y operaciones, tanto física como mentales, que facilitan la confrontación (interactividad) del sujeto que aprende con el objeto de conocimiento y la relación de ayuda y cooperación con otros colegas durante el proceso de aprendizaje (interacción) para realizar una tarea con la calidad requerida.

  • Aprendizaje. Son un conjunto de pasos o habilidades que un estudiante adquiere y emplea de forma intencional como instrumento flexible para aprender significativamente y solucionar problemas y demandas académicas. “Aprender a aprender implica la capacidad de reflexionar en la forma en que se aprende y actuar en consecuencia, autorregulando el propio proceso de aprendizaje mediante el uso de estrategias flexibles y apropiadas que se transfieren y adaptan a nuevas situaciones” [19].

La posición asumida en el presente trabajo por el autor, es asumir el aprender a aprender como método, así como defiende la importancia de enseñar mediante él, siendo esto responsabilidad de todos los profesores en las diferentes etapas del proceso de enseñanza - aprendizaje. De esta manera se logra que los estudiantes se apropien de los conocimientos utilizando diferentes estrategias, sin que ninguna se considere en particular.

Como resultado del trabajo se entrega a profesores y estudiantes universitarios, una síntesis, para socializar contenidos acerca de la construcción de conocimientos, como ayuda en la aplicación del método de aprender a aprender.

Conclusiones

  1. Los profesores a partir de las nuevas transformaciones de la Educación Superior, deben utilizar con mayor énfasis las estrategias de aprendizaje, logrando combinarlas según la situación específica del grupo o estudiante en cuestión.

  2. En el proceso de enseñanza aprendizaje, el método de aprender a aprender ocupa un rol fundamental, debiendo los profesores ser mediadores entre el conocimiento y la habilidad que poseen los estudiantes, teniendo en cuenta la importancia de las orientaciones de estudio y las estrategias utilizadas.

  3. El trabajo colaborativo constituye uno de los pilares de aprender a aprender ayudando a tomar conciencia de los propios procesos cognitivos y emocionales y lograr un entendimiento de los objetivos, alcanzando soluciones compartidas y permitiendo que cada participante se explique a sí mismo y frente a los demás.

  4. La evaluación debe ser de acuerdo a los principios de la evaluación formadora, siendo la autoevaluación y la coevaluación procedimientos útiles para este propósito.

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Recibido: 20 de Diciembre de 2019; Aprobado: 24 de Abril de 2020

*Correo electrónico: rigoberto@uci.cu

El autor es el único responsable de la concepción del trabajo científico, la recolección, interpretación y análisis de datos, así como la redacción/revisión del manuscrito. El autor revisó y aprobó el contenido final.

El autor declara que no existen conflictos de intereses con otros investigadores u otras organizaciones académicas o científicas.

Rigoberto David García Mauri. Máster en Ciencias. Profesor Auxiliar, Universidad de las Ciencias Informáticas, UCI, La Habana, Cuba

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