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versão On-line ISSN 2411-9970

ARCIC vol.8 no.20 La Habana maio.-ago. 2019  Epub 01-Jun-2019

 

Dossier monográfico

Televisión local y desarrollo cultural en el contexto municipal cubano

Local television and cultural development in the Cuban municipal context

MSc. Beatriz Drake Tapia1  * 

1Instituto Cubano de Investigación Cultural “Juan Marinello”. La Habana, Cuba.

RESUMEN

El presente artículo se enfoca en las relaciones entre la gestión del desarrollo cultural comunitario y la gestión de la televisión local en el espacio municipal cubano, así como en los principales aprendizajes, certezas, oportunidades y desafíos que se derivan del estudio de caso presentado. Para este propósito, se arriba a una propuesta de dimensiones empírico-conceptuales para analizar la relación entre las categorías definidas; se explica el funcionamiento de la política cultural y el desarrollo cultural en el espacio municipal cubano; es caracterizado el modelo de televisión local en Cuba como parte del sistema de televisión territorial en el país y se valoran las articulaciones/ fragmentaciones que se derivan de las interacciones/ divorcios de los actores que configuran la relación a analizar.

Palabras claves: televisión local; desarrollo cultural; comunicación; cultura; espacio local

ABSTRACT

This article focuses on the relationships between community cultural development management and local television management in the Cuban municipal space, as well as the main lessons learned, certainties, opportunities and challenges that arise from the case study presented. For this purpose, we arrive at a proposal of empirical-conceptual dimensions to analyze the relationship between the defined categories; the functioning of cultural policy and cultural development in the Cuban municipal space is explained; The local television model in Cuba is characterized as part of the territorial television system in the country and the articulations / fragmentations that are derived from the interactions / divorces of the actors that shape the relationship to be analyzed are valued.

Keywords: local television; cultural development; communication; culture; local space

Introducción

Desde la comprensión de que el ser humano es el sujeto de su propio desarrollo entendemos que la comunidad constituye un espacio propicio para enfocar el desarrollo cultural. En este proceso la comunicación se erige en un arma fundamental para la trasformación de la sociedad, si se asume como dimensión constitutiva del desarrollo y como condición indispensable para su consecución.

Estas relaciones entre comunicación y cultura expresadas en los vínculos entre el sistema comunicativo y el sistema social en su conjunto, pueden constatarse, desde el punto de vista empírico, en el espacio local.

En tal sentido, el hecho de entender la implicación de los medios ubicados en los microespacios en el desarrollo local significa arribar a la comprensión de la dimensión sociocultural del cambio social.

Estudios anteriores a la investigación actual (Cabrera y Legañoa, 2007; Herrera, 2008; Herrera, 2015) permiten afirmar que existe un modelo de televisión local en Cuba conformado en la práctica sistemática, aun cuando desde su nacimiento no haya sido concebido con tal objetivo. En adición, en los espacios locales cubanos opera una gestión institucional de la cultura amparada en una política cultural que impulsa y contempla programas de desarrollo cultural en cada territorio.

La premisa de que el modelo de desarrollo local cubano otorga un fuerte protagonismo a la iniciativa municipal así como a los procesos de dirección y planificación territorial, conduce a interrogarnos acerca de cómo la gestión del desarrollo cultural en el municipio se articula con la gestión del medio televisivo de la localidad. Para este empeño, decidimos centrarnos en una televisora local en específico en aras de adentrarnos, desde la experiencia empírica, en las articulaciones de las que forma parte la televisión local en Cuba al integrar un sistema de comunicación pública nacional que mantiene relaciones de dependencia con el sistema social y político cubano (García Luis, 2004; Elizalde, 2013, Herrera, 2015). En este sentido, resultan interesantes las transformaciones operadas como resultado de las recientes reestructuraciones político-administrativas que dieron surgimiento a las provincias Artemisa y Mayabeque. Bajo la premisa de que dichos cambios han impactado necesariamente el sistema de comunicación pública así como la gestión municipal en todas las esferas, incluida la cultura, decidimos enfocar nuestro estudio de caso en la televisión local e institucionalidad cultural del municipio Santa Cruz del Norte, provincia Mayabeque.

El estudio realizado contribuye a una mejor comprensión y análisis de los procesos comunicativos y culturales en los territorios, a un posible redimensionamiento de la televisión local y la institucionalidad cultural municipal como ejes dinamizadores del desarrollo local y arriba a algunas consideraciones necesarias para el desarrollo de las interrelaciones entre la gestión institucional de la cultura y la gestión de la televisión que se gesta y desarrolla en los municipios cubanos.

Estado del arte y basamentos teóricos del estudio

A pesar de la carencia de investigaciones que analicen la relación entre la gestión del desarrollo cultural comunitario y la gestión del proceso de producción cultural de la televisión local, existe una amplia preocupación académica por la televisión local, fundamentalmente desde dos grandes corrientes. La primera se basa en los estudios sobre comunicación alternativa, que desde los años setenta defienden que la radio y la televisión locales son elementos clave para la reestructuración democrática del sistema de medios. La segunda, parte de los estudios promovidos desde el Consejo de Europa en los años ochenta, y ha encontrado continuidad en la aproximación a los fenómenos de comunicación local asociados al desarrollo de comunidades culturales y lingüísticas de pequeñas dimensiones, en el marco de la Unión Europea.

Bajo las nociones “televisión regional”, “televisión en las regiones”, “televisión de proximidad”, “televisión local”, “televisión alternativa”, “televisión popular”, “televisión ciudadana” “televisión comunitaria”, entre otras denominaciones, han sido estudiadas las experiencias televisivas locales. Entre los contenidos abordados se encuentran los referentes a las políticas y a los marcos legislativos que amparan y sustentan estas experiencias, los cuales también reflejan el vacío legal y el tardío desarrollo normativo que han tenido que enfrentar tradicionalmente. Otros aspectos estudiados tienen que ver con los soportes tecnológicos y los sistemas de difusión. En este marco de análisis, han sido objeto de reflexión “la estructura del sector televisivo local; las políticas de comunicación; los contenidos y servicios de la televisión local en el marco de la digitalización; la recepción y el público de la televisión digital local; y la comunicación política en el contexto de la digitalización televisiva” (Marzal y Casero, 2008: 83). La evolución y situación económica de dichas televisoras, sus sistemas de financiación y gestión empresarial, han constituido también motivos de interés. La programación y los contenidos de las televisiones locales han estado en el foco de atención de algunas investigaciones. En los diferentes contextos han sido sistematizadas algunas de estas experiencias para dar cuenta de las causas de sus orígenes, sus encargos sociales, los aspectos estructurales y de política, los requerimientos tecnológicos, así como sus potencialidades para el cambio social.

Específicamente desde Europa, resaltan los aportes de Prado (1985), Moragas (1988), Moragas y Corominas (1988), Prado y Moragas (1991), Bernat López (1996, 1998), Moragas y Garitaonandía (1997), investigadores pioneros en esta área de estudios; y de otros como los españoles Xosé López (1998), Marzal y Casero (2008) e Iñaki Zabaleta (2010). Una buena parte de la investigación en televisión local ha sido desarrollada en España, aun cuando “la televisión local se ha configurado, históricamente, como un territorio menor o secundario, quedando lejos de los principales núcleos de interés de la comunidad académica” (Marzal y Casero, 2008, p. 85). De América Latina, y a partir de las disímiles experiencias nacionales, hemos incluido las contribuciones de Gutiérrez (1998), Gumucio (2001, 2005), Fuenzalida (2012), Krohling (2004), Angulo (2010, 2012), entre otros.

Las profundas transformaciones operadas en el Sistema de Televisión Cubana a partir de la incorporación progresiva de canales y corresponsalías en cien municipios del país desde el año 2004, trajeron el interés investigativo por el novedoso fenómeno. Desde entonces, se ha ido desarrollando en Cuba un cuerpo representativo de investigaciones que dan cuenta de las peculiaridades de la televisión local en el país. A la vanguardia de estas pesquisas se encuentran la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y la Facultad de Humanidades de la Universidad Central “Marta Abreu” de Villa Clara. Desde la Facultad de Humanidades de la Universidad de Oriente, la Universidad de Pinar del Río y la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Cienfuegos, también han sido realizadas algunas de estas investigaciones. En el orden metodológico, predominan los estudios de tipo descriptivo y la perspectiva cualitativa de investigación.

La mayor parte de las investigaciones se ubican en experiencias televisivas específicas. Algunas pesquisas, ya no ubicadas en casos particulares, dan cuenta del surgimiento y evolución de la televisión provincial y municipal en Cuba (Cabrera y Legañoa, 2007; Herrera, 2008); así como de la caracterización de los elementos estructurales de estas televisoras (Herrera, 2008; Martín, 2009).

Otras investigaciones, más que a la descripción del fenómeno, se encaminan a la proposición de elementos conceptuales y prácticos para la praxis comunicativa y comunitaria de experiencias locales de televisión (Rega y Pérez, 2007; Montano, 2007; Muñoz, 2009; Díaz, 2013; Herrera, 2015; Martínez, 2016; Diez, 2017; Valdés, 2017).

En el análisis del estado del arte, una de las principales regularidades encontradas es que la mayoría de los estudios se centran en el emisor. Cobran mayor protagonismo las investigaciones referentes a las rutinas productivas de determinados programas y espacios, y al proceso de producción de noticias.

Un recorrido por estudios referidos a la televisión latinoamericana en los espacios comunitarios, da cuenta de la capacidad de articulación de las televisiones locales con las culturas minoritarias, su vocación por ampliar la voz de los sujetos sociales, así como su potencialidad para el empoderamiento ciudadano; sin embargo se adolece de estudios que analicen la relación entre la gestión del desarrollo cultural comunitario y del proceso de producción cultural de la televisión local. En ello reside uno de los aportes de esta investigación, en tanto contribuye desde el punto de vista teórico, metodológico y de la praxis a la articulación de los sistemas comunicativos y culturales en las localidades en pos del desarrollo cultural comunitario.

Diseño de la investigación

El objetivo general de esta investigación fue analizar la relación entre la gestión del desarrollo cultural comunitario y la gestión del proceso de producción cultural de la televisión local en el municipio de referencia. En tal sentido, fue necesario plantearse como objetivos específicos: sistematizar los principales fundamentos teórico-conceptuales y metodológicos para el análisis de la gestión del desarrollo cultural comunitario y la gestión del proceso de producción cultural de la televisión local; proponer un conjunto de dimensiones empírico-conceptuales para el análisis de la relación entre la gestión del desarrollo cultural comunitario y la gestión del proceso de producción cultural de la televisión local; definir los principales elementos contextuales del objeto de estudio a partir de la expresión de la política cultural del país y el modelo actuante de televisión local en el municipio de referencia; analizar la gestión del desarrollo cultural comunitario en el municipio y la gestión del proceso de producción cultural del canal municipal a través de sus componentes fundamentales; y determinar los rasgos distintivos de la relación existente entre la gestión del desarrollo cultural comunitario y la gestión del proceso de producción cultural de la televisión local, a partir de las dimensiones propuestas.

El trabajo descansó en una perspectiva cualitativa de investigación, la cual viabiliza la inserción en las relaciones contextuales de los sujetos, desde una visión amplia, integral y flexible, proporcionando profundidad de comprensión.

Como investigación de carácter empírico, el acercamiento a la gestión del desarrollo cultural comunitario y a la gestión del proceso de producción cultural de la televisión local requirió del contacto directo con los actores sociales involucrados para conocer las vivencias, interpretaciones y resignificaciones que los mismos otorgan a sus prácticas comunicativas y culturales.

El método seguido fue el estudio de caso por su utilidad para abordar el objeto en su escenario concreto de acontecimiento, de forma holística y contextual, captando la complejidad propia de la vida social y recuperando la presencia, el rol y el significado de los actores en el desenvolvimiento de los procesos sociales (Neiman y Quaranta, 2007: 233-234).

Las técnicas de investigación empleadas fueron el análisis bibliográfico y documental, la entrevista -semiestructurada y en profundidad-, la encuesta, los grupos de discusión, la observación participante y el análisis de contenido cualitativo, aplicado a documentos normativos, institucionales y audiovisuales. Fue usada la triangulación, resultante de la combinación de fuentes, procedimientos, enfoques, a partir de la relación de complementariedad establecida entre estos elementos y el cruce de toda la información empírica y teórica recopilada, en aras de lograr una comprensión más completa del objeto de estudio.

Principales resultados

1. Televisión local y desarrollo cultural comunitario: dimensiones para tejer la articulación

Para pensar la comunicación en términos de cultura y los medios desde el terreno de las mediaciones se requiere trascender cualquier enfoque que desconozca las múltiples dimensiones sociales, económicas, políticas que atraviesan los fenómenos socioculturales. En tal sentido, el escenario local se torna fundamental para comprender las relaciones entre comunicación y cultura, así como la incidencia de dichas implicaciones en el desarrollo cultural de las localidades.

La relación entre la gestión del desarrollo cultural comunitario y la gestión del proceso de producción cultural de la televisión local, puede establecerse a partir de cuatro dimensiones fundamentales: estructural, normativa, simbólica y operativa. Estas artistas son resultado de la confluencia de múltiples factores, en lo cual ocupan un peso importante las subjetividades y prácticas sociales que sustentan el tejido social y que constituyen contenido esencial de las políticas públicas.

Aunque por operatividad metodológica estas dimensiones se conciben y estructuran de manera independiente, en la práctica social funcionan más bien como una amalgama de procesos estructurantes de diversos significados y sentidos, en un contexto específico y socialmente estructurado, en los que operan “distintos regímenes institucionales, discursos, reglas, acciones, esquemas cognitivos y/o conductuales” (Linares, 2014: 119).

Las dimensiones estructural y normativa nos remiten al contexto político-institucional, a nivel macro social, pero tienen su correlato y expresión en el contexto micro. La primera de estas dimensiones refiere los vínculos de la institucionalidad cultural municipal y la televisión local con la estructura sociopolítica, los cuales están determinados por la ubicación particular de estas instancias en el sistema de la cultura y el ordenamiento mediático nacional y territorial, respectivamente. Las relaciones estructurales del sistema político se manifiestan en el sistema jurídico, por lo cual la dimensión estructural se vincula estrechamente con la normativa, a este nivel: Estatal y de Gobierno.

La dimensión normativa expresa la regulación de las relaciones entre la institucionalidad cultural municipal y la televisión local a través de leyes, reglamentos, disposiciones, como manifestación de la política cultural y la política de comunicación concerniente al sistema de televisión territorial. En este marco ocupan un lugar fundamental las instancias contextuales, entendidas como las configuraciones y desafíos que asigna el contexto económico, político y social a las políticas públicas relacionadas con las instituciones culturales y comunicativas, y en las que se establecen líneas de continuidad/ruptura, como resultado de la permanencia o modificaciones de dichas situaciones contextuales. Por otra parte intervienen también las instancias institucionales, las cuales aluden a los organismos, instituciones u organizaciones encargados de diseñar las políticas y las plataformas estratégicas para su implementación (Linares, 2014).

Estos elementos gravitan sobre la orientación simbólica de las instituciones culturales y mediáticas a nivel municipal, lo cual se relaciona estrechamente con la siguiente dimensión propuesta.

La dimensión simbólica se conecta con las restantes y las atraviesa, en tanto proceso estructurante que describe los sentidos otorgados por los actores políticos, decisores y gestores de políticas a la gestión cultural y comunicativa y que da cuenta, además, de las prácticas rutinarias, culturas profesionales y constricciones sociales interiorizadas por los actores institucionales de los sistemas cultural y mediático a todos los niveles. En este sentido la subjetividad de los actores sociales funciona como mediadora de los procesos de construcción de sentido, en tanto que expresión de relaciones de poder (García Luis, 2004: 34).

La dimensión operativa expresa las alianzas establecidas entre la institucionalidad cultural municipal y la televisión local, y las acciones conjuntas llevadas a cabo como resultado de la gestión del desarrollo cultural comunitario y la gestión del proceso de producción cultural de la televisión local. Esta dimensión es la manifestación concreta de las relaciones, las cuales pueden expresar desarticulación o independencia, resultado de la descoordinación o divorcio de las acciones; dependencia, cuando uno de los sectores se pone en función del otro en un sentido instrumental o transmisivo, que no tiene en cuenta las posibles interrelaciones entre los procesos; o interdependencia, fruto de los intercambios en función del favorecimiento de procesos colectivos, del empoderamiento ciudadano y la transformación social, a partir de las articulaciones entre los procesos culturales y comunicativos locales.

Por último, resulta necesario señalar que las dimensiones aquí propuestas son el resultado del acercamiento empírico-conceptual al objeto de estudio. Aunque con algunas variaciones pudieran ser empleadas para otros empeños investigativos, debe tomarse en consideración su carácter contextual.

2. Política cultural y desarrollo cultural en el espacio municipal cubano

La creación en 1976 del Ministerio de Cultura (MINCULT) viene a consolidar la institucionalidad cultural cubana, que tenía como antecedentes a la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, encargada de las funciones culturales gubernamentales al triunfo de la Revolución; el Consejo Nacional de Cultura, primera institución gubernamental independiente fundada en 1961, responsable de la política de desarrollo cultural del país; el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), la Casa de las Américas, la Escuela Nacional de Arte (ENA) y otras instituciones surgidas en los primeros años de la Revolución.

Como Órgano de la Administración Central del Estado, el Ministerio de Cultura tiene el encargo de dirigir, orientar, controlar y ejecutar en el ámbito de su competencia la aplicación de la política cultural del Estado y del Gobierno, así como garantizar la defensa, preservación y enriquecimiento del patrimonio cultural de la nación cubana; mientras que las Direcciones Provinciales y Municipales de Cultura son las responsables de implementar la política cultural en sus respectivos niveles.

Como el resto del sistema político-institucional cubano, el MINCULT evidencia un alto grado de institucionalización del proceso y una amplia diversidad temática, territorial y sectorial “regida por una estrategia y una planificación centralizadas que ha asegurado la unicidad, la universalidad y la cobertura total de dicha política” (Espina, 2008, p. 142). A través de una extensa red de instituciones públicas con fuerte presencia en las instancias municipales y locales, se consolidan múltiples espacios de participación en todo el país (Linares, 2014).

Dado el marcado interés por la democratización de la cultura asumido desde la génesis misma del MINCULT y de la puesta en marcha de la política cultural cubana rectorada por este órgano, sobre todo en la primera etapa se hicieron notables las limitaciones de una lógica esencialmente difusionista de la cultura, desde un modelo de institucionalidad que reducía a la ciudadanía a beneficiaria de sus acciones y punto de llegada de los bienes y servicios culturales. Ello estuvo aparejado a la excesiva ponderación de lo artístico-literario en detrimento de otras manifestaciones de la cultura popular, junto a la legitimación de una jerarquía cultural que privilegiaba a los artistas y a los expertos.

El escenario anterior, unido al excesivo rol del poder central en la definición y gestión de los asuntos culturales, la homogeneidad de las acciones emprendidas, el privilegio otorgado a las manifestaciones de tipo profesional y el limitado papel de la ciudadanía en la elaboración y gestión del trabajo cultural, contribuyó a la implementación de un modelo de gestión por programas y proyectos, en busca de saldar muchas de estas cuestiones (Linares, 2014).

Los programas de desarrollo cultural expresan los lineamientos de la política cultural e involucran a las instituciones del Sistema de la Cultura; a creadores, artistas aficionados, promotores culturales e instructores de arte, así como a diferentes entidades, organismos y organizaciones de otros sectores sociales y económicos, pues su alcance rebasa a las instituciones culturales.

Aun con los cambios implementados, según la investigadora cubana Cecilia Linares (2014) todavía persisten ciertas limitaciones en las lógicas y estructuras que configuran el escenario institucional de la cultura. Algunas de ellas son:

  1. Poco espacio para la participación ciudadana en la gestión cultural. Fórmulas que no rebasan los niveles consultivos y que refuerzan en los ciudadanos la condición de consumidores y beneficiarios.

  2. Restricción de la cultura a lo artístico-literario en consonancia con un modelo de comunicación unidireccional y difusionista.

  3. Permanencia de una concepción de desarrollo cultural parcelada por esferas, según manifestaciones artísticas y culturales, con pocas articulaciones horizontales tanto a su interior como con el exterior.

No obstante, la propia autora reconoce la existencia de aspectos positivos, como son el esfuerzo de la institucionalidad cultural vigente por poner en marcha mecanismos participativos que permitan la consulta a la población y el diagnóstico consensuado de los problemas. Otras cuestiones a destacar tienen que ver con la coherencia entre objetivos nacionales y locales, el esfuerzo por la descentralización del diseño de estrategias y acciones, la creación de espacios de concertación social y una gestión más significativa de la diversidad y las diferencias culturales. Esto no logra borrar algunas contradicciones tales como las divergencias entre la oferta cultural institucional y las demandas de los públicos potenciales, y la tendencia de muchos sectores a buscar en el ámbito privado lo que la institucionalidad cultural no logra suplir. Los elementos planteados hasta aquí hacen pensar, esencialmente, en “la necesidad de articular un modo diferente de acción que promueva el desarrollo de estrategias para la generación de una ciudadanía cultural activa y organizada” (Linares, 2014: 125).

Por otra parte, es preciso señalar que en el contexto municipal cubano operan también otros actores de importancia en la elaboración de estrategias de desarrollo cultural, como son los grupos comunitarios organizados. Estos grupos son amparados y reconocidos por el Estado, que comprende la importancia de favorecer las iniciativas locales que aporten al desarrollo cultural de los territorios y tributen a una mayor implicación ciudadana en los procesos de transformación integral de sus realidades. Entre estas experiencias se encuentran las impulsadas por las personas residentes en las localidades, los promotores de las propias instituciones estatales enclavadas en los municipios y los proyectos comunitarios promovidos por programas de desarrollo de distintas instituciones y organizaciones sociales del territorio.

Estas iniciativas han contribuido a fortalecer la vida material y espiritual de las comunidades; han conseguido motivar y comprometer a los vecinos en la transformación de su entorno, a partir de las potencialidades locales e iniciativas propias; han incidido en la revitalización de tradiciones locales, en el rescate de la memoria e identidad colectiva, en la promoción de diferentes manifestaciones artísticas, así como en la formación de capacidades de diálogo, negociación y relaciones horizontales.

3. La televisión territorial en cuba. El modelo de televisión local

En respuesta a la necesidad de una alternativa televisiva en las provincias del Oriente del país, a las que sólo llegaba uno de los canales transmitidos desde la capital, surge la televisión territorial en Cuba; la cual con el decursar de los años se fue distinguiendo de la televisión nacional dada la singularidad de sus características, misiones y lineamientos. A partir de la expansión de esta experiencia, cada provincia cubana cuenta con un canal de televisión denominado telecentro provincial. Bajo esta nomenclatura se agrupa a estos centros televisivos cuya transmisión sistemática de contenidos propios refleja la vida de los pobladores; así como los intereses sociales, económicos, políticos y culturales de la localidad. De esta manera, “el Sistema de Televisión Territorial, conformado por la unión de todos los Telecentros Provinciales, se va a constituir como un subsistema perteneciente al Sistema de la Televisión Cubana, que se caracteriza por producir y difundir espacios que constituyen un reflejo del quehacer, la labor social, modos de vida y cultura de cada región del país” (Herrera, 2008: 45).

La televisión de cobertura local o municipal en Cuba se origina como resultado de la intencionalidad política-institucional, ligada a los avances de la informática y las comunicaciones. Surge de la pretensión de integrar las posibilidades tecnológicas de los Joven Club de Computación y Electrónica y los recursos locales necesarios para la realización de audiovisuales que pudiesen ser proyectados en las Salas de Video ante situaciones excepcionales. A estos factores se suma la experiencia recorrida por los canales regionales de televisión y la amplia aceptación de las radios municipales en el contexto nacional.

Perteneciente al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y a su sistema de televisión nacional, el modelo de televisión local en Cuba puede ser definido como un modelo de televisión estatal de titularidad pública, sin ánimo de lucro y financiamiento no comercial, compuesto por “centros de producción y transmisión regular de señales televisivas con frecuencias radioelectrónicas propias y emisiones en su mayoría originadas en la ciudad / localidad en la que se encuentran ubicadas y destinadas a la misma y a sus alrededores inmediatos. Las temáticas prevalecientes en la programación responden a la comunidad de intereses del público local. Constituyen un servicio público y están abiertos por lo general a la participación ciudadana” (Herrera, 2015b, p. 17). El perfil de estos centros es fundamentalmente informativo y cultural, se rigen por la Política de Programación del ICRT ajustada a las características del territorio en que se encuentran, y se vinculan estrechamente al Partido y al gobierno de las localidades.

En el presente se cuentan en el país: 10 canales municipales resultado de la extensión de los telecentros provinciales, 15 canales municipales con transmisiones locales y 28 corresponsalías de televisión con transmisiones locales, para una presencia directa en aproximadamente el 47% de los municipios cubanos.

El modelo de televisión local en Cuba, definido por Herrera (2015a), se compone de dos variaciones: una tradicional y otra experimental. La variación tradicional describe la función del telecentro como Dirección de Televisión en su territorio, en cuyo cumplimiento dirige y centra el trabajo de los canales y las corresponsalías municipales. La variación experimental se pone en práctica a partir de 2011 como resultado de las nuevas reestructuraciones político-administrativas correspondientes a la creación de las provincias Artemisa y Mayabeque. Los hasta entonces canales municipales ArTV y Tele San José -antes supeditados a Canal Habana- pasan a ser telecentros provinciales (Tele San José ahora como Telemayabeque) y comienzan a subordinarse a la recién creada Delegación del ICRT en cada una de las nuevas provincias. Esta delegación orienta y organiza el trabajo del sistema de radio y televisión provincial, sin que el telecentro provincial pierda su rol de coordinador de las estructuras televisivas, ahora más enfocado en la programación, en un experimento que se espera implementar a nivel nacional.

Entre las principales características de la televisión de cobertura local en Cuba, determinadas en el estudio antes referenciado, pueden resumirse las siguientes:

  1. Surgen por la voluntad política-institucional de poner los avances de la informática y las comunicaciones en función de la producción audiovisual local.

  2. Constituyen un subsistema dentro del sistema nacional de televisión, actuando como un complemento del mismo y como descentralización de sus transmisiones.

  3. Transmiten producciones de factura propia centradas en el acontecer socioeconómico del municipio, la cultura e identidad local, el quehacer de sus pobladores y las problemáticas sociales del territorio.

  4. Sus mecanismos de participación son insuficientes, generalmente limitados a llamadas telefónicas, cartas, entrevistas, encuestas y encuentros informales; por lo que priman esquemas transmisivos y unidireccionales.

  5. Presentan dificultades con la infraestructura técnica, que en los inicios de la experiencia se correspondía con los estándares internacionales de calidad, pero con el transcurso de los años se ha ido desgastando o quedando inutilizada casi sin posibilidades de remplazo.

  6. Consolidan prácticas y formas de hacer autónomas, aunque persiste la tendencia a imitar los referentes estéticos y formales de la televisión nacional.

4. La relación entre la televisión local y el desarrollo cultural en el municipio santa cruz del norte

Como hemos apuntado en el desarrollo de la propuesta de dimensiones empírico-conceptuales para analizar la relación entre la gestión del desarrollo cultural comunitario y la gestión del proceso de producción cultural de la televisión local, estas aristas deben ser concebidas en una estrecha interrelación por el carácter estructurado y estructurante que les define, al ser el resultado de la confluencia y mediación de diferentes procesos, tanto en el contexto macro como micro social.

Las gestiones de los procesos analizados en el presente estudio se conectan, en primera instancia, en que ambas esferas responden al sistema político cubano. Sobre este particular y en lo relativo a las relaciones sistémicas, es posible afirmar que los aparatos cultural y mediático de la sociedad cubana, aunque en lo formal son sistemas en sí mismos, constituyen parte del sistema político, manteniendo con este último relaciones de dependencia; con lo cual se reafirma una vez más lo concluido por García Luis (2004) en su Tesis Doctoral, al referirse específicamente al sistema comunicativo.

Así como resulta imposible concebir la dimensión estructural aislada de la dimensión normativa como expresión y regulación de esa estructura, la segunda dimensión referida se relaciona estrechamente con la simbólica, dado el carácter estructurante de las configuraciones subjetivas de los gestores y decisores encargados de trazar las políticas y regulaciones de estos sectores. El MINCULT y el ICRT son las instancias desde las que se conciben y generan estas disposiciones.

El examen de los documentos rectores de estas esferas, que explicitan de manera directa la relación a nivel normativo, da cuenta de la visión instrumental de algunas de las disposiciones, centradas en el aspecto informativo y transmisivo de la comunicación y en la concepción de una función difusionista de la cultura.

De manera general, llama la atención que los documentos y disposiciones analizados se concentran en el establecimiento de relaciones en las máximas estructuras de los sectores: MINCULT e ICRT (organismo central). Las escasas alusiones a los medios locales focalizan el reflejo de la cultura local en estos espacios, pero se adolece desde estos documentos normativos de otro tipo de articulaciones para el contexto micro social que pueda orientar las relaciones entre los medios locales y el sistema institucional de la cultura a nivel municipal.

Las concepciones sobre las relaciones entre ambos espacios por parte de los directivos y trabajadores de las instituciones culturales y el canal municipal -dimensión simbólica-, se centran básicamente en la función transmisiva de la comunicación respecto a las actividades, proyectos y espacios culturales del territorio y sus diferentes asentamientos.

A pesar de lo propicio de las circunstancias a partir de una realidad nacional, provincial y municipal en la que se pondera el trabajo comunitario y las iniciativas locales, la institucionalidad cultural y la televisión local en el municipio Santa Cruz del Norte no alcanzan todo su potencial. Ello obedece, entre otros elementos, a la falta de articulación interinstitucional y a la limitada comprensión por parte del gobierno, organizaciones locales y de las propias instituciones culturales y comunicativas del territorio, de la contribución que puede generarse desde la comunicación y la cultura a las estrategias de desarrollo local.

Las relaciones establecidas entre la institucionalidad cultural municipal y la televisión local, desde la dimensión operativa, se concretan fundamentalmente en la proyección televisiva del quehacer cultural del municipio y al actuar la televisión local como agente transmisor de las actividades culturales en el territorio.

Aun cuando el canal municipal ha realizado un trabajo significativo en cuanto al reflejo del patrimonio, la historia local, la diversidad cultural del municipio, entre otros elementos, se aprecia independencia o desarticulación respecto a la institucionalidad cultural municipal, la cual solo es buscada como fuente de información o referente.

Al mismo tiempo, los actores institucionales de la cultura en el municipio sienten que la televisión no cubre totalmente sus demandas, precisamente porque el medio se concibe principalmente como difusor de las actividades y no como dinamizador del desarrollo sociocultural del municipio ni como aliado para facilitar en las comunidades procesos de transformación, desde la comunicación y la cultura. Ello nos lleva una vez más a la dimensión simbólica y a la necesidad de favorecer procesos de formación que permitan concebir nuevos caminos, que contribuirían cada vez más a disolver las parcelas y a ganar en articulaciones.

  1. Algunas consideraciones para el desarrollo de articulaciones entre la gestión de ambos procesos

El análisis de la relación entre ambos procesos desde la dimensión normativa, ha permitido apreciar que el contexto político, tanto a nivel macro como micro social, es favorable para el desarrollo de la interdependencia entre dichos procesos de gestión.

De tal modo podrían favorecerse aún más las articulaciones entre las esferas cultural y mediática, a través de líneas de acción que les vinculen directamente, en estrecha coordinación, a los procesos que se gestan en el territorio, como es el caso de la Estrategia de Desarrollo Local. No obstante, es preciso señalar que las interrelaciones que se pudieran intencionar en este nivel estructural, deberían haber sido concebidas primeramente desde la dimensión simbólica, mediante el entendimiento de las contribuciones que puede realizarse a la cohesión social y a la dinamización sociocultural del desarrollo, a partir de los procesos culturales y comunicativos. Solo a través de la comprensión del correlato cultural del cambio social, así como del rol de la cultura -en el sentido más amplio de la noción- en la transformación de la sociedad, podrán favorecerse las articulaciones entre los procesos comunicativos y culturales que se gestan en las comunidades, en función del desarrollo local.

La revalorización de la comunidad como espacio estratégico para el desarrollo integral, pasa también por la reivindicación de la comunicación y la cultura, no como instrumentos o mecanismos, sino como ejes facilitadores y dinamizadores de los procesos de cambio. Aquí se ubica precisamente uno de los desafíos culturales del municipio y del país: propiciar cada vez más la participación ciudadana y el empoderamiento de los actores locales en la transformación de sus propias realidades, como elemento vital para la sostenibilidad de las experiencias de trabajo comunitario.

Estas maneras de ver el cambio social, desde una visión integral, articuladora, intersectorial, debe también reflejarse en unas políticas públicas que acompañen estos procesos de producción simbólica, que reconozcan la diversidad cultural de las comunidades, que se conecten con las prácticas culturales locales y que orienten la gestión de la cultura y de los medios locales, en aras de contribuir a la formación de sujetos sociales comprometidos, entendidos como protagonistas de los procesos de transformación.

Consideraciones finales

La aproximación a las relaciones entre televisión y cultura permite entender los procesos comunicativos como procesos de producción cultural. La televisión local tiene considerables potencialidades para favorecer el desarrollo cultural comunitario, en tanto enriquezca las prácticas culturales de la comunidad, gestione los valores culturales locales; propicie una red de articulaciones entre instituciones, organizaciones comunitarias y actores del desarrollo local, funcione como espacio de canalización de los principales problemas de la comunidad, propicie una participación sustantiva de los actores locales en el medio, y estos se apropien realmente de los procesos y contenidos comunicacionales.

Los procesos de cambio llevados a cabo en Cuba y en especial la ponderación del espacio local en la construcción del desarrollo, requieren de la articulación de la gestión cultural y comunicativa en función del despliegue de las potencialidades existentes en los municipios, la capacitación de los actores sociales, la construcción del consenso, la integración comunitaria, el impulso de la participación ciudadana y la movilización de la creatividad colectiva.

El estudio de las relaciones comunicación-cultura-desarrollo, con el punto de mira en la televisión local, puede constituir un camino necesario no solo para teorizar sobre los vínculos entre los procesos comunicativos y culturales que tienen lugar en los territorios, sino que debe situarse en aquella propuesta de investigaciones que promueve la reflexión crítica y activa de los sujetos sociales sobre su propia realidad y propicia cambios estructurales en la sociedad.

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Recibido: 15 de Mayo de 2018; Aprobado: 16 de Junio de 2019

*Autor para la correspondencia: bety.drake@gmail.com

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