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 ISSN 2411-9970

        24--2020

 

Itinerario de Investigación

Nuevas narrativas mediáticas y disputas de sentido

New media narratives and meaning disputes

0000-0003-3899-0364Andrea Ximena Holgado1  * 

1Universidad Nacional de La Plata. Buenos Aires, Argentina.

RESUMEN

Nos proponemos analizar las estrategias políticas-ideológicas de las tecnologías comunicacionales de las corporaciones internacionales, revisar los paradigmas sobre discursos, subjetividad y medios, describir el poder de los discursos mediáticos de las nuevas tecnologías y las redes sociales y abrir debates sobre estrategias necesarias para enfrentar el objetivo político, cultural y social de las corporaciones comunicacionales.

Palabras-clave: Comunicación; subjetividad social; tecnologías; medios; discurso social

ABSTRACT

Its objectives are: to analyze the political-ideological strategies of communicational technologies of international corporations, to review the paradigms on discourses, subjectivity and the media, to describe the power of media discourses on new technologies and social networks, and to open debates on necessary strategies to face the political, cultural and social objective of communicational corporations.

Key words: Communication; social subjectivity; technologies; media; social discourse

1. INTRODUCCIÓN

Mucho se habla en las últimas décadas de la era de la comunicación mundo, sobre la caída de las fronteras espaciales y la conectividad inmediata. Lo que pocas veces se explicita es que la comunicación mundo, es un concepto político y no un término descriptivo de los cambios tecnológicos. Y decimos que es un concepto político porque implica una perspectiva del poder económico mundial del capitalismo - que es de donde surgen los avances tecnológicos - sobre lo que buscan en torno a la conformación de nuevas formas societales hiperconectadas en redes virtuales pero aisladas en la práctica material-social concreta. Donde son las tecnologías las que pautan y reconfiguran “lo comunicable”.

Una de las características centrales es que la percepción de la comunicación sustituye a la percepción del mundo. Es decir el mundo es todo lo que es comunicado. Entonces, ser es ser visto.

Las pantallas, en toda su extensión, son un dispositivo de mantenimiento del orden simbólico mundial. La capacidad de la imagen, por ejemplo, de crear efecto de realidad, mostrar y hacer cree en lo que muestra, la transforma en un dispositivo con capacidad de producción de “reales”. En un mundo hipermediado, donde las redes sociales constituyen un lugar de sociabilidad y producción de sentido colectivo, lo real se desvanece en el discurso. Las puestas en escenas, donde la imagen de una hambruna está en el mismo plano que una ficción sobre hambrunas, desdibujan ese real, y fundamentalmente inocula. La indiferenciación entre real y ficción lleva a que triunfe el verosímil, y su poder de “verdad”, su capacidad para anclar en la subjetividad social e instalarse como verdad. Y esto no es inocente, como no los son los avances en las tecnologías de las comunicaciones.

La base de la mediatización de las pantallas, es una puesta en escena negada. Es decir, negar que en esa construcción de realidad podría haber otra cosa. La “realidad de la actualidad”, solo existe porque se oculta sistemáticamente y rigurosamente la enunciación, es decir lo que tiene de puesta en escena y por lo tanto de mirada política en su línea editorial. Las tecnologías comunicacionales actuales ocultan mostrando. Por eso frente a todo lo que se muestra debemos preguntarnos de que se quiere desviar la mirada. Que se quiere ocultara, a que prejuicio se orienta la mirada. Esto es la operación de la hegemonía de las corporaciones comunicacionales mundiales, subsumir lo no dicho en lo impensable.

Una de las preguntas sería ¿Qué mundos virtuales construyen las redes para quienes las buscan como un canal alternativo de difusión, comunicación o información? Internet y las redes sociales con el cúmulo informativo aportan a la inoculación, confusión y generar burbujas donde los participantes de las redes viven en sus micro climas y hacen uso de las redes desde las prácticas pautadas por la intencionalidad política de estas tecnologías. A partir de inyectar información a granel donde se mezclan operaciones, políticas, datos, mercadeo, ficción, fotoshop en imágenes, información falsa etc. es tan abrumador y es tan poca la capacidad de dilucidar que termina generando apatía. La sobresaturación de información es la mejor estrategia para la desinformación. Las democracias liberales ahora no censuran, bombardean con información falsa, entremezclada con formatos ficcionales, datos descontextualizados, operaciones, etc logrando mayor eficacia que la censura. A causa de la sobreinformación que existe en Internet y en particular en las redes sociales, paradójicamente las personas están cada vez más desinformados. Las “fake news”, los trolls y los boots se han convertido en una práctica difícil de controlar y las últimas campañas electorales y fenómenos sociales han demostrado que sus usos pueden condicionar las conductas de las personas. Reproducen innumerables veces una misma información, que a su vez los usuarios de redes sociales comparten sin antes comprobar su veracidad. Si pensamos en la campaña de Trump por fuera de las corporaciones mediáticas, solo a través de redes tenemos un alerta. Sin embargo, profundizando en el análisis, la pregunta podría extenderse e interrogar ¿Qué fue lo que los demócratas y sus aparatos comunicacionales monopólicos en los medios tradicionales no interpretaron del clima social? Es decir, las redes funcionaron como catalizadores de lo que no se decía, lo que no se halaba pero estaba en la subjetividad de la sociedad.

La hiperconectividad comunicacional, las redes, los medios, más que tener impacto sobre nuestras opiniones impactan sobre nuestros modos de percepción. Es decir las personas se acomodan a nuevas formas de comunicación, intercambio y comunicación y desde allí vemos la realidad. Y esas tecnologías, decíamos, tienen intencionalidad política. La forma de lectura en internet va produciendo una pérdida en la capacidad de concentración y profundización; la dispersión que se genera en la práctica de saltar de un enlace a otro produce un tipo de lectura que se define como escaneo, es decir se buscan los cortes de texto relevantes sin pasar por la lógica de lectura de arriba hacia abajo. Velocidad y fragmentación definen la forma de acceso al conocimiento. Hay más información y menos conocimiento. Las tecnologías también impactan en el lenguaje. La variación y diversidad de un lenguaje permite la elaboración de pensamientos más complejos. En un punto la reducción del lenguaje en la escritura corta de msn, ws, etc re configura el modo en que nos comunicamos: Imágenes, símbolos y palabras reducidas. Podríamos arriesgar que lo que denominamos pensamiento complejo se ve limitado en su elaboración a partir de una mayor tecnologización.

2. DESARROLLO

El relato en el periodismo como estrategia de control

El investigador francés Christian Salmon define al story telling como “un arma de distracción masiva” Se utilizan los relatos como una estrategia de narración que presenta una explicación tranquilizadora de los acontecimientos más allá de “la realidad”, es una visión que trabaja sobre el verosímil. No se trata de ficción, sino de una construcción discursiva que no genera contradicción ni ansiedad y permite vivir el cotidiano complejo en un marco más asequible. El story telling establece engranajes narrativos según los cuales los individuos son conducidos a identificarse con unos modelos y conformarse con unos protocolos (Salmon, C. 2017)

Antes se decía quiero hechos no palabras, y ahora se comprueba que las historias pueden tener efectos reales sobre los hechos. El éxito del discurso entonces, está en el relato que comunica. Ni siquiera por quién lo enuncia, resulta creíble no por lo que dice sino por las historias que representa. "Al alinear un enunciado con una visión del mundo (y al confundir así deliberadamente las expectativas), se puede contar fácilmente una historia que nos ayudan a mentirnos a nosotros mismos y nuestras mentiras nos ayudan a satisfacer nuestros deseos" concluye. En una de las marchas en Buenos Aires, Argentina, denominadas Ni Una Menos, contra la violencia de género y los femicidios, se viralizó en redes una foto de un grupo de mujeres con una bandera que decía Cristina presente. El epígrafe insultaba a las congéneres por la bandera suponiendo que hacía alusión a la es presidenta argentina, cuando las mujeres se referían a una joven llamada Cristina víctima de femicidio. Ejemplos como este podríamos repetir por cientos de miles.

Bajo la inmensa acumulación de relatos que producen las sociedades modernas en el marco creciente de las tecnologías comunicacionales, nace un "Nuevo Orden narrativo" (NON) dice Salmon, que preside el formateo de los deseos y la propagación de las emociones, y concluye que hay una violencia simbólica que pesa hoy en los debates a partir de las máquinas de narrar donde el tema desaparece ante la narración. Nuestros ojos cuando enfocan para mirar algo necesitan dejar de ver otras cosas dentro de ese todo que es lo observable. Por esto - dice Salmon- desenfocar es volver a encontrar el tema, y concluye que el desafío último es ver sin mirar: desenfocar, en un mundo en que los medios de comunicación se prosternan ante el altar de la nitidez, y al hacerlo vacían la vida de toda visa, el desenfocador - dice -será el comunicador de nuestra época.

3. CONCLUSIONES

Una regulación necesaria

En este marco urge a los países de Latinoamérica y el mundo independiente o que busca serlo de los poderes económicos transnacionalizados del capital, un profundo debate torno a lo virtual y las redes sociales, donde los frenos inhibitorios, que hacen posible la convivencia social parecieran diluirse. Lo que aparece como horizontalidad en la participación y en la libertad para opinar, se desliza hacia opiniones “Libres” direccionadas. La ausencia de control o de regulación sobre el formato digital de los grandes medios, de los medios chicos, alternativos, blogs, redes, etc. donde vía comentarios de lectores (que son filtrables y clasificables) se permite la difamación, la apología al delito y la promoción de la violencia amparados en el anonimato o perfil falso, no parecería ser inocente o en pos que los “ciudadanos” opinen. Si sumamos la práctica de los trolls y las fake news el panorama es más preocupante. Diego Cano, en Jungla 3.0 destaca que las redes sociales y la perdida de referencia material, es decir la virtualidad construyen escenarios donde la crueldad se pone de manifiesto sin la inhibición que produce la presencia física del otro (Cano, D. 2017) En Argentina, se llegó a un punto que ante el caso de violación y asesinato de una joven militante política y social, los diarios La Nación y Clarín tuvieron que cerrar los foros por la violencia y apología al delito de sus foristas.

Los denominados comentarios de lectores, no son más que un refuerzo de la línea editorial del medio, o del formato digital. Con el plus que permite la apología al delito, la divulgación de datos falsos y las imputaciones de delitos a figuras públicas, sin tener que dar cuentas ante la justicia. El investigador brasilero Denis de Moraes( dice que los medios monopólicos realizan un doble papel estratégico en la reproducción ampliada del capital: primero, son agentes retóricos que legitiman las ideas capitalistas y las transforman en discurso social hegemónico naturalizándolo. Por otro lado se configuran como agentes económicos prominentes en los mercados mundiales donde venden sus propios productos e intensifican la visibilidad de sus anunciantes y patrocinadores a partir de su capacidad de irradiación (De Moraes, D. 2005)

En nombre de la libertad pregonada por el liberalismo capitalista, los seres humanos nunca estuvieron tan controlados como en estos tiempos. Si no regula el Estado, es el mercado el que regula e impone sus reglas. Internet y las llamadas redes sociales deben estar sujetas a regulación. La violencia, agresiones, denuncias sin ningún tipo de sustento y al margen de la punibilidad no son efectos no deseados, creo que está perfectamente pensado porque esa es la sociedad que necesita el poder mundial: personas aisladas, sin identidades culturales y territoriales históricas, volcadas al consumo donde las prácticas culturales se desdibujan y con ellas la capacidad de los países de sostener su soberanía política, tan necesaria como la independencia económica.

En los próximos años, o bien la tecnología destruirá el orden social comunitario, con sus prácticas culturales y particularidades territoriales como lo conocemos o las políticas públicas va a imponer su autoridad sobre el mundo digital. Concluyo esta ponencia con una definición del filósofo coreano Byung -Chul Han que nos advierte que no todo está perdido. El Big Data es totalmente ciego ante el acontecimiento. No lo estadísticamente probable, sino lo improbable, lo singular, el acontecimiento determinará la historia, el futuro humano. Así pues, el Big Data es ciego ante el futuro.(Byung-Chul, 2015)

REFERENCIAS

Angenot, M. (2010). El Discurso Social. Buenos Aires: Ediciones Siglo XXI. [ Links ]

Byung Chul H. (2015). Psicopolítica. España: Editorial Herder. [ Links ]

Castel, R. (2009). El ascenso de las incertidumbres. Buenos Aires, Argentina: Ediciones del Fondo de Cultura Económica. [ Links ]

Cano, D. (2017). Jungla 3.0, trolls, información y desinformación. Buenos Aires: Editorial Pluma Digital. [ Links ]

De Moraes, D. (2005). Cultura mediática y poder mundial. Cali, Colombia: Grupo Editorial Norma. [ Links ]

Harvey, D. (2005). Breve historia del neoliberalismo. Madrid, España: Ediciones Sección Foresta. [ Links ]

Recibido: 10 de Marzo de 2020; Aprobado: 16 de Abril de 2020

*Autora para la correspondencia: aholgado@perio.unlp.edu.ar

La autora declara que no existe conflicto de intereses.

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