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versión On-line ISSN 2411-9970

ARCIC vol.9 no.24 La Habana sept.-dic. 2020  Epub 18-Ene-2021

 

Dossier monográfico

Ventana Rebelde: narrativa sonora de la colaboración médica cubana en tiempos de pandemia

Ventana Rebelde: sound narrative of Cuban medical collaboration in times of pandemic

0000-0001-9561-5144Zenaida Costales Pérez1  *  , 0000-0002-9639-6788Lys Alfonso Bergantiño2 

1Universidad de La Habana, Facultad de Comunicación. La Habana, Cuba.

2Revista Bohemia. La Habana, Cuba.

RESUMEN

Ante la situación sanitaria generada por la pandemia, la radio cubana ha tenido que reorganizarse, reinventar maneras de ser y hacer para acompañar a la ciudadanía. En un contexto que demanda información, cercanía y credibilidad, la radio ha tendido nuevamente un puente necesario para la conversación social. Durante el confinamiento los oyentes e internautas se acercaron al medio radiofónico para burlar el aislamiento social. El formato radio revista y, en especial, el programa Ventana Rebelde, de la emisora nacional Radio Rebelde, propició el intercambio con el personal de la salud en misiones internacionalistas, amoldándose a los tiempos de las redes sociales y las nuevas tecnologías.

Palabras-clave: radio cubana; nueva radio; Ventana Rebelde; colaboradores médicos

ABSTRACT

Faced with the health situation generated by the pandemic, Cuban radio has had to reorganize itself, reinvent ways of being and doing to accompany citizens. In a context that demands information, proximity and credibility, radio has once again built a necessary bridge for social conversation. During the confinement, listeners and Internet users approached the radio medium to circumvent social isolation. The radio magazine format and, especially, the Ventana Rebelde program, on the national radio station Radio Rebelde, fostered exchanges with health personnel on internationalist missions, adapting to the times of social networks and new technologies.

Key words: Cuban radio; new radio; Ventana Rebelde; medical collaborators

Introducción

La crisis sanitaria causada por la COVID-19 ha impulsado una reorganización en los medios de comunicación. Las audiencias, confinadas, acuden a los medios en busca del relato y la compañía. En un contexto de incertidumbre se muestran ávidas de información veraz, entretenimiento y participación. La radio no escapa a estos cambios y durante el periodo de pandemia experimenta reajustes en sus rutinas productivas y su programación.

Los sonidos ahora están en los hogares, los centros de aislamiento, hospitales. Las cifras son crudas secuelas de un mundo que sufre y aguarda; se necesita del calor de la palabra que recuerde la conversación afable, que acerque lo lejano, que cuente la leyenda épica de estos días.

Todos quieren aportar sus historias y escucharse para comprobar que no estamos solos. ¿Quién mejor para ello que la radio? Ese medio centenario que se refuerza ante cada crisis, abriendo sus micrófonos a la narrativa de quienes, de una forma u otra, viven la actual situación en Cuba y el mundo. La radio sabe pulsar esas emociones y acudir a la oralidad, a la imaginación para calmar la ansiedad y desencadenar sentimientos y prácticas a través de nuevas formas de narrar la realidad.

“Todo muta, pero no lo que mueve lo humano: las historias. Mutan las formas y dispositivos de contar, pero la pasión por las historias nos sigue habitando” (Rincón, 2019, p.151).

Las tecnologías y las redes sociales han sido aliadas incondicionales del medio para acercar a la audiencia durante la pandemia. Los mensajes a través de WhatsApp, Messenger, el audio real en Internet, han posibilitado involucrar al público en la elaboración y planificación de los contenidos.

En este sentido, el ejemplo de los profesionales de la salud es loable no solo por su reivindicación como héroes por excelencia en esta contingencia sanitaria, sino también por apropiarse de las herramientas tecnológicas para participar activamente en los procesos de producción radiofónica. Sus relatos no podían estar ausentes en la radio; el quehacer cotidiano de médicos, enfermeras y demás trabajadores en el enfrentamiento a la Covid-19 requería protagonismo en el medio, por su alto valor. Ellos se convirtieron en productores de contenido y se desdoblaron en roles como realizadores, periodistas o locutores.

La experiencia de la radio revista Ventana Rebelde, de la emisora nacional Radio Rebelde, merece especial atención por lo que ha significado como un programa que desde su concepción, hace dos décadas, procuró ser el puente a través del cual iba y venía la voz de los galenos que cumplían misión internacionalista. En aquellos años, (finales del siglo XX) cumplió su propósito y en la actualidad, reaparece como el espacio idóneo para situar en primera persona a quienes viven y combaten desde diferentes fronteras el nuevo coronavirus.

Desarrollo

Una de las principales estrategias que se propuso la dirección de la radio en Cuba a raíz de la situación generada por la Covid-19 fue incrementar las horas de transmisión y organizar la programación para establecer un diálogo ameno y creativo con los oyentes, así como proyectar la transformación de los diseños de programas con un incremento notable del audio en vivo.

Con este fin, se apostó por la radio revista como ese “contenedor donde todo cabe”, como la describiera el investigador José Ignacio López Vigil (1997), en su Manual Urgente para Radialistas Apasionados. Este formato contribuyó en gran medida a aportar flexibilidad a la programación radial pues permitió insertar secciones de noticias, música, mensajes de bien público, entrevistas, entre otras propuestas informativas y de entretenimiento en un mismo segmento.

A partir de estas fórmulas, la radio en Cuba durante la pandemia contribuyó a elevar la percepción de riesgo, informar acerca de las medidas para la prevención del virus y, a su vez, transmitir seguridad y optimismo a la ciudadanía. Utilizando los recursos del lenguaje radiofónico, los contenidos de las emisoras entraban a las casas de los cubanos en un tono de complicidad, cumpliendo el rol social que le fue concedido a este medio como dueño del aire.

El valor del medio radiofónico en esta coyuntura se encuentra en que les distrae, les hace sentir en compañía, reduce su soledad, les hace sentir felices y reduce sus niveles de ansiedad y sus preocupaciones. Podemos decir que la radio tiene un impacto psicológico muy importante en situaciones de crisis o incertidumbre. Estas características, ligadas a la parte emocional, también podrían explicar en parte la confianza que tienen en la radio”. (Rodero, 2020, p. 12)

La emisora líder de la información en Cuba, Radio Rebelde, rescató la radio revista Ventana Rebelde durante esta etapa, un proyecto que se mantuvo en el éter aproximadamente diez años desde el 8 de mayo de 1999, con el objetivo de contar las historias de los médicos cubanos en las misiones internacionalistas.

En aquel entonces, los relatos eran narrados en sus propias voces y la realidad se tornaba más que privada, colectiva. La familia encontró en la radio un espacio para hablar entre todos y Ventana Rebelde funcionó con la excepcional conducción de Carlos Rafael Jiménez, “El caballero de la calle”, quien en cada emisión les describía detalles de la realidad cubana que ellos extrañaban: paisajes, lugares, voces. Junto a los entrevistados y sus familiares lograba la gran conversación social.

Ante la expansión del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, otra vez Cuba brinda su medicina humanista al mundo como muestra de altruismo e inmensa vocación solidaria. Más de 3 mil profesionales de la salud integran el contingente cubano que marcha en la batalla contra la Covid-19 en países como Italia, España, Andorra, Suriname, Jamaica, Guyana, Haití, Venezuela, Islas Turcas y Caicos, la lejana Togo en África.

En tales circunstancias, la Ventana vuelve a abrirse para ventilar las historias de estos tiempos; poner al aire y a través de la página web, las voces y la imagen de los héroes de la salud desde la propia construcción sonora.

Sin embargo, el oyente de la actualidad es muy distinto al de hace dos décadas, cuando la radio solo a través del hilo telefónico lograba conectar a quienes cumplían misión internacionalista con sus familiares en Cuba y todos los oyentes. En el contexto presente, las redes sociales y los medios online forman parte del panorama mediático de la sociedad, y en este escenario de convergencia digital el gran reto de la radio es amoldarse a las nuevas exigencias para posicionarse en la preferencia por la calidad de sus propuestas comunicativas.

Para ello, una de las prioridades es renovar el concepto de actualidad (Soengas). “La radio tiene que desprenderse de estructuras y de fórmulas obsoletas y proponer alternativas con lenguajes adaptados a los códigos de los nuevos públicos, tanto en el ámbito de la información como en el de la ficción” (2013, p. 34).

Con internet, los recursos sonoros se articulan en un discurso más amplio y no se pierden en la fugacidad del éter. Con estas potencialidades, el medio logra insertar también sus contenidos en diferentes soportes comunicativos y aprovecha los rasgos de la comunicación en red que distinguen al periodismo digital: hipertextualidad, multimedialidad e interactividad, para que la audiencia participe de este proceso.

Las redes sociales ofrecen herramientas para el intercambio que han demostrado de manera visible la capacidad de adaptación de la radio en la era digital. Correos electrónicos, foros debates, video llamadas, entrevistas vía WhatsApp, podcasts, páginas web más parecidas a sus emisoras en antena.

La radio en Internet ha permitido estrechar la relación con sus oyentes a través de nuevos modos de interacción más próximos e instantáneos, como las redes sociales, que han logrado horizontalizar la comunicación entre emisora y oyentes. Las social media han redimensionado el concepto de participación de la audiencia radiofónica; ya no se puede hablar de productores y consumidores como papeles separados, sino que interactúan en función de nuevas reglas. (Piñeiro-Otero y Videla, 2013, p.69)

La dinamización de la participación de las audiencias y el empleo de las nuevas tecnologías, como elemento distintivo de la radio moderna, ha permitido que los escuchas puedan tomar parte activamente en el enfrentamiento a la pandemia. Es el caso de la radio revista Ventana Rebelde, un programa donde los profesionales de la salud comparten historias conmovedoras que denotan el desprendimiento del ejército de batas blancas, reconocido por la calidad y competencia profesional de sus médicos, enfermeros, técnicos, profesores y especialistas de todas las ramas.

El interés por llegar con la información oportuna en tiempos de pandemia ha propiciado que, a través de la colaboración y el cambio de roles, muchos galenos cubanos se conviertan en auténticos realizadores y periodistas de la radio. Desde sus misiones, hospitales, lugares de residencia en múltiples confines del mundo contaron sus historias en audio real, matizadas con ruidos ambientales, relatos de resistencia personal, interrupciones propias de una comunicación por WhatsApp a la distancia, muchas veces, a miles de kilómetros.

Para Bruno Suárez, director de la radio revista, Ventana Rebelde no requiere de exagerados o marcados elementos de realización, porque las mismas voces de los entrevistados, los tonos utilizados por el lugar donde están o incluso elementos sonoros que entran dada la comunicación por WhatsApp, semantiza de una manera peculiar la estética del programa y ello determina un sentido artístico que está construido con esos elementos. (Comunicación personal, octubre 2020)

La radio revista transmitió estos sonidos y dejó la huella en la página web de la emisora y en sus transmisiones por Facebook Live. Las historias personales se convirtieron en las narrativas sonoras de cooperación y solidaridad. Coincidiendo con López Vigil, (2019) “nuestras radios no pueden ser frías, teóricas, conceptuales. La radio es un medio caliente, de emociones, un lenguaje de pasión. Si es un noticiero, radiorevista o programa cultural, siempre tiene que ser narrado, relatado, contado de una manera emocionante”.

En el Ventana Rebelde de finales de los años noventa y principios de siglo no ocurrió así, ahora el personal de la salud está mejor preparado para enfrentarse a la comunicación digital y tiene más interés mediático. Dominan WhatsApp, Messenger y guardan sus propios archivos para legitimar lo que hacen; cumplen doble función y están atentos a los detalles para socializarlos. Además, atienden a la puntualidad para participar en las llamadas; quieren escucharse y verse reflejados, porque eso es legitimarse, autoreconocerse también.

Los colaboradores de la salud entrenaron la imagen sonora que habita en sus sentidos al lograr registrar representaciones y sonidos de sus realidades. Los médicos cubanos en Azerbaiyán, por ejemplo, grabaron con sus teléfonos móviles el momento en que declaraban sus vivencias a Ventana… Sus audios e imágenes fueron publicadas en la página web de Radio Rebelde donde el relato proporciona una serie de roles que los oyentes y protagonistas al mismo tiempo pueden asumir mientras recrean aspectos de la historia a lo largo de su vida diaria.

Con la pandemia, el tema de salud se ha puesto en la palestra pública. A nivel mundial, esta ha sido la gran sombrilla para el debate político, lo cual respalda la valía de la profesión y recupera la significación del médico, y en eso la radio ha jugado un papel fundamental, pues ha sido capaz de reaccionar con inmediatez a los sucesos provocados por la Covid-19, incorporando al oyente como otro reportero de la sociedad.

“Somos la sonoridad de los integrantes del contingente Henry Reeve en tiempos de pandemia. Tenemos un banco de sonidos y eso es una joya, es la huella de una leyenda épica que pasa por Ventana Rebelde” (Suárez, comunicación personal, octubre 2020).

En estas narrativas pandémicas hay que resaltar a los coordinadores de las brigadas médicas, quienes se multiplicaron en sus roles al asumir el de auténtico gestor de contenidos. El jefe de la brigada en Argelia, por ejemplo, facilitaba al programa textos escritos que explicitaban los antecedentes de su estancia en aquellas tierras al norte de África, al tiempo que ofrecía contactos para localizar a los protagonistas en el mismo corazón del desierto del Sahara.

En un recorrido por casi treinta países, cada uno de sus protagonistas contribuyó al archivo sonoro y de imagen de la emisora en una suerte de convergencia de lenguajes, que habitaron en sus realidades.

Es una suerte de vivir dentro de la historia: “el poder de la narración no está en contar un evento o la vida de alguien, sino más bien en el cambio de perspectiva en la configuración, los detalles que permiten relatar a partir de la propia experiencia”. (Roig-Vila y Rosales-Statkus, 2016, p.5)

El programa no se ha quedado solo en las emisiones, sino que también tiene presencia en el resto de la programación informativa. Estos testimonios son utilizados para la realización de otros trabajos periodísticos para el Noticiero Nacional de Radio y Haciendo Radio, además de su publicación en la red social Facebook y en el sitio web de la emisora.

La sección De Cuba y de los cubanos de la página web de Radio Rebelde recoge las historias contadas por sus protagonistas. Pablo Rafael Fuentes de la Torre, jefe de la página web de Radio Rebelde, opina que Ventana desempeña un papel significativo dentro del contexto de la llamada Nueva Radio, que implica contenidos sustentados en nuevas competencias profesionales y rutinas productivas. Es parte de la transformación emergente que la radio necesita, una propuesta de comunicación en plataformas diferentes.

Sus contenidos son los mismos, pero está pensado para múltiples plataformas: la radio convencional y la de internet. Llamo la atención que en este último caso comienzan a surgir materiales de factura propia porque son ellos los protagonistas y, a la vez, los fotógrafos de su propia historia y ello facilita la utilización en la página de fotos inéditas, lo que proporciona al medio un banco de sonidos y de imágenes que están en nuestros archivos. (Fuentes, comunicación personal, octubre 2020)

Las narrativas radiofónicas transitaron de la antena a la web, pasando por la audiovisualidad, sin olvidar la oralidad, la riqueza de la palabra, uno de los aspectos más importantes que tuvo en cuenta Ventana desde su concepción. La elección de las voces fue bien pensada, una femenina reconocida, que ya venía de la edición anterior del programa, identificativa de la emisora, y una joven, informativa, asociada al Noticiero Nacional de Radio. Los presentadores se acoplan a las voces de los protagonistas para formar parte de la dramaturgia del programa.

Los entrevistados traen la agenda y los contenidos y los locutores realizan las preguntas en busca de información contextual. De esta forma se va armando la historia, en la conversación coloquial, libre, apoyada con los paisajes sonoros, los efectos de WhatsApp, la música que acompaña, todo eso forma parte de la estética del programa. Bien ilustra esta idea la imagen de un médico humilde, que explicó lo que significaba para él no haber estado en el nacimiento de su hijo y se cortó al aire su relato, no pudo continuar. Esas emociones se transmiten a través de los elementos del lenguaje radiofónico, donde la música cumple un rol primordial.

La musicalización del programa acompaña el sonido de las voces y eso marca una estética bastante singular. Por ejemplo, si estuvimos en África colocamos un tema que tiene que ver con el Apartheid. Ninguno de los recursos expresivos es rebuscado ni fortuito. Este tipo de contexto sonoro de lo natural, tecnológico, de la calidad de la voz humana es muy novedoso. Todo tiene un sentido simbólico. (Suárez, comunicación personal, octubre 2020)

Los colaboradores cubanos se han convertido en comunicadores por excelencia de la realidad social de los países en que prestan servicios. No son profesionales de la comunicación, sin embargo, utilizan las lógicas de las nuevas tecnologías para no dejar escapar su testimonio, su historia.

La mayoría se remite al contexto sociohistórico de las naciones donde brindan servicios, lo que les permite ofrecer al oyente una mejor comprensión del trabajo que realizan; por ejemplo, elementos relativos a la ubicación geográfica del país, su clima, accidentes geográficos, cultura, religión, población, idioma. Y a partir de esas características aportan a la construcción de los relatos, apelando a la experiencia vivida en estas regiones y a la confección de la memoria colectiva.

Jorge Luis Ríos, uno de los locutores del programa, apunta que los entrevistados han logrado “establecer pautas en su narrativa que les permiten explicitar las maneras de realización de su trabajo de forma entendible para todos los públicos y ha primado, por encima de cualquier dato técnico o procedimiento médico, el valor de las emociones” (comunicación personal, octubre 2020).

Los realizadores del programa previeron ampliar la transmisión del espacio, además de nuestras frecuencias en AM, FM, O. Corta y Audio Real, al streaming a través de la red social Facebook. Ello ha permitido establecer contactos con colegas de Cuba y otros países que nutren al programa con información sobre los colaboradores, conocer regiones de origen de los escuchas y su estado de opinión, generar preguntas de la audiencia que muchas veces determinan los cuestionarios y las rutas de cada emisión.

“Los usuarios se han convertido en participantes activos y a partir de la pandemia no sabemos lo que va a pasar, pero seguro habrá una serie de novedades que tendrán una permanencia y no solo serán cambios fugaces” (Salaverría, 2020).

Ventana descubre a los oyentes la emoción colectiva, que rompe a veces en llanto por la lejanía de la familia, por las vidas salvadas en zona roja, por el dolor de la distancia. Uno de los médicos en Haití describía cómo debían bañar y alimentar a sus pacientes, otro contaba de la hazaña de realizar un parto en una zona rural. Cada uno lleva el mensaje de solidaridad y entrega desde su escenario hasta quienes les escuchan en Cuba y a nivel internacional, a través del audio real en internet.

Conozco a la programación de la radio cubana y puedo asegurar que no existe un programa así con esa estética en el sistema de la radio. Es un programa diferente y no es de promoción de salud, ese no es el objetivo. En el aire descubrimos la historia y conformamos ahí la progresión dramática con los elementos interesantes que surgen de la conversación. (Suárez, comunicación personal, octubre 2020)

Consideraciones finales

La radio revista Ventana Rebelde en este contexto de pandemia demostró nuevamente la amplia trayectoria de la cooperación médica cubana y su vocación solidaria y humanista desde diversos confines de la geografía internacional.

A través de los relatos y las historias contadas en voces de los protagonistas logró convertirse en el puente para el necesario cuento y la “conversación social”. La radio, una vez más, acompañó a los oyentes en momentos de crisis e incertidumbre, llevó la actualidad y las emociones a través de la narración radiofónica para conectarse en el espacio de la sonoridad cotidiana.

El personal de la salud, además de su intensa labor en el exterior, supo desdoblarse desde entrevistados con historias conmovedoras a excelentes productores de contenidos, al punto de planificar y aportar los temas que saldrían al aire en las emisiones. A pesar de no ser profesionales de la comunicación, utilizaron las nuevas tecnologías y las facilidades que brinda el medio radiofónico para compartir con la audiencia sus testimonios e interactuar a través de las plataformas digitales.

El formato de la radio revista resultó en pleno siglo XXI: permitió que las nuevas tecnologías se enseñorearan y participó junto a las nuevas narrativas del WhatsApp. Aceptó el reto del móvil que no solo “liberó la comunicación” sino también al relato, fuente significativa de la construcción de la historia de vida en el programa. Ventana… se convirtió en auténtico creador de contenidos para la programación de la emisora.

Sin embargo, no todo está logrado y la radio cubana debe dar el salto que le permita enfrentar los nuevos hábitos de consumo, adaptarse a los lenguajes y formatos actuales, a la convergencia digital para explotar mayores posibilidades de participación con la audiencia, aspectos estos que implican requerimientos tecnológicos, pero, sobre todo, una nueva manera de pensar la radio.

No obstante, los relatos de Ventana Rebelde están al aire y en la web de su emisora gracias a la labor conjunta de los médicos, enfermeros y demás profesionales de la salud unidos a los realizadores del programa y los oyentes e internautas en una suerte de gran familia sonora. Estos archivos son marca de un tiempo, grabaciones que recogen testimonios de alta carga emotiva y profesional, protocolos diferentes y modos de actuación en cada país ante la situación de crisis pandémica a nivel mundial.

Dentro de algunos años, se querrá conocer cómo la radio realizó la cobertura de la Covid-19 y, en especial, cómo Cuba contribuyó a paliar los efectos de la pandemia en otras regiones del mundo a través de las brigadas Henry Reeve y las misiones médicas cubanas; los contenidos de Ventana Rebelde perdurarán como registro único de una época indudablemente significativa para el país y el medio radial.

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Recibido: 30 de Septiembre de 2020; Aprobado: 11 de Noviembre de 2020

*Autora para la correspondencia: costaleszenaida@gmail.com

Las autoras declaran que no presentan conflicto de intereses.

Zenaida Costales Pérez: Aportó a la conceptualización de la investigación, llevó a cabo la realización de las principales entrevistas y participó en la interpretación de los resultados y la derivación de las conclusiones.

Lys Alfonso Bergantiño: Participó en la conceptualización de la investigación, en el diseño metodológico y tuvo a su cargo la mayor parte de la redacción del borrador del artículo.

Ambas autoras revisaron críticamente el documento y apoyaron la redacción de la versión final del artículo.

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