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ACIMED

versión impresa ISSN 1024-9435

ACIMED v.19 n.4 Ciudad de La Habana abr. 2009

 

PÁGINA DEL EDITOR

 

 

Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas: aniversario 44 de su fundación

National Center of Medical Sciences Information: 44th Anniversary of its Foundation




Pedro Urra González

Licenciado en Relaciones Internacionales. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas-Infomed. Ciudad de La Habana, Cuba.





El sentido de lo histórico, aunque parezca paradójico, está estrechamente relacionado con el presente. Es histórico aquello que reconocemos como trascendente para vivir el presente y para proyectar el futuro. Necesitamos de la historia para explicarnos de dónde venimos y hacia dónde queremos ir; para comprender mejor porqué estamos donde estamos y qué nos puede impedir ir a donde queremos. "Los datos obtenidos únicamente a partir de relatos y las anécdotas puntuales sólo adquieren un sentido histórico, es decir, un valor presente, si se inscriben en el contexto de los proyectos que (…) se concibieron como posibles y se materializaron con hechos. Dicho de otra manera, mucho más importante que contar quién hizo qué cosa, es empezar a analizar por qué o para qué se hizo lo que se hizo. Las acciones emprendidas sólo tienen sentido si se comprende cuáles eran sus objetivos".1

En nuestra cultura, muchas veces se confunde lo histórico con lo épico. Esto parece ser el resultado de nuestra propia historia, en la que construir una nación ha costado grandes esfuerzos y muchas vidas. Pero la historia es también todos aquellos acontecimientos y procesos sin los que no podemos vivir hoy día. Sin ella estaremos siempre condenados a reinventarlo todo, lo bueno y lo malo; a no saber de dónde venimos, a ignorar los esfuerzos de otros y a desestimar nuestra propia obra. Se ha dicho que subdesarrollo es, entre otros aspectos, pérdida de la memoria histórica, incapacidad para relacionar los hechos y los procesos*.

El Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (CNICM) se creó en el contexto de una profunda revolución en el campo de la salud pública para construir un sistema único de alcance universal destinado a atender y proteger la salud de todos los ciudadanos cubanos. Y eso terminó plasmado como un derecho constitucional, que fue vocación de la revolución desde el Programa del Moncada, que ha sido el referente fundamental de todos los esfuerzos por construir un sistema de información científica y técnica para la salud.2,3 La historia de ese sistema, de la cual forma parte el Centro, así como la red de instituciones y personas que le aportaron contenido, sus productos y servicios, sus fuentes de información, sus aciertos y desaciertos, está por escribir y cada día es más necesario que se realicen investigaciones sobre los acontecimientos y procesos que la explican y que explican las relaciones del sistema con el sistema de salud, con otros sistemas de información nacionales e internacionales y con la sociedad cubana.

Cuando se creó el CNICM, se inició un proceso para la construcción de lo que hoy identificamos como el Sistema Nacional de Información en Salud. Este se creó como parte del sistema de salud y con el objetivo de garantizar el acceso a la información de calidad que respaldara, con lo mejor del conocimiento científico y técnico, nacional y universal, el proyecto de salud para todos. Se hizo porque se reconoció tempranamente la importancia de la ciencia y de la técnica para los procesos sociales y porque no eran suficientes los esfuerzos aislados de algunos científicos y editores que habían venido luchando para mantener un grupo de revistas médicas y de algunas bibliotecas que habían acumulado fondos importantes, pero cuya vinculación con el naciente sistema de salud era insuficiente. Se hizo además como parte de un esfuerzo nacional para desarrollar un sistema nacional de información científica y técnica.4 Para una revolución de esta magnitud se necesitaba un esfuerzo mayor.

Los sistemas de información en salud, y entre ellos los sistemas de información científica y técnica, surgieron vinculados con las necesidades del desarrollo de los sistemas en esta esfera; sus exigencias sociales y políticas y en contextos históricos concretos en los que tuvieron un peso importante las relaciones y el intercambio internacional entre los países. Y no se puede hablar de ellos en abstracto ni desvinculados de la historia y del contexto económico, político y social en que se pretende ubicar el análisis. El sistema de información científica y técnica en salud, y su propio nombre, es el reflejo de una época en que se pretendía superar el modelo supuestamente tradicional de las bibliotecas y se hablaba de centros de información y documentación. La vida demostraría después que la realidad constituida por lo que social e históricamente se reconocía entonces como actividades de información científica y técnica por nuestra sociedad, se refería a todas y cada una de esas modalidades y a muchas otras que surgirían después.

De ahí que, dar una importancia desproporcionada a las tecnologías y a las soluciones aparentemente más innovadoras, es ignorar que la función de cualquier tecnología o modelo es adecuarse a la realidad de cada sociedad y a las necesidades de la organización que las crea; es responder a sus propósitos. No existen sistemas viables desligados de propósitos y de contextos. Si no se quiere terminar construyendo caricaturas de sistemas surgidos en otras realidades económicas políticas, sociales, geográficas y culturales, la historia tiene que ser referente permanente de los procesos actuales. Hoy más que nunca necesitamos de la historia. No de una acumulación acrítica de relatos inconexos; no de una lista de éxitos desconectados de sus propósitos y sus contradicciones. Necesitamos saber mejor lo que hemos sido y lo que somos para reafirmarnos y saber bien hacia dónde marchamos o pretendemos marchar. Debemos saber qué somos realmente y no sólo lo que pretendemos ser. Aunque se han publicado muchos trabajos históricos sobre el CNICM y su sistema, son muy pocos los que nos ayudan a conocer adecuadamente cómo se ha construido el sistema de información científica y técnica en salud en los últimos 44 años. Se necesitan más investigaciones que busquen en esa historia aquello que nos ayudará a consolidar el sistema y a hacerlo cada día más un sistema fiel a los objetivos de su fundación.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. García R. A dónde marcha la Universidad: Discurso del Dr. Rolando García en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires, el 12 de mayo de 2006. Disponible en: http://www.iade.org.ar/modules/noticias /article.php?storyid=1296 [Consultado: 12 de abril de 2009].

2. López Espinosa JA. (2001). Apuntes para la historia del Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas de la República de Cuba. Acimed. 2001;9(1). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol9_1_01/aci071001.htm [Consultado: 12 de abril de 2009].

3. del Valle Molina D. Sistema Nacional de Información de Ciencias Médicas: el inicio. Acimed. 2005;13(5). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol13_5_05 /aci12505.htm [Consultado: 12 de abril de 2009].

4. Mena Díaz N. Breve reseña cronológica del IDICT. Acimed.16(5). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol16_5_07/aci116107.html [Consultado: 12 de abril de 2009].




*Tomás Gutiérrez Alea, Titón, puso estas ideas en boca de Sergio en su ya "histórica" y necesaria película Memorias del subdesarrollo.