Descriptores DeCS: ADYUVANTES INMUNOLOGICOS/uso terapéutico; TRASTORNOS NUTRICIONALES/quimioterapia; LEVAMISOL/uso terapéutico.
La frecuencia de las infecciones en los niños desnutridos, se atribuye principalmente a un déficit de la inmunidad celular. Estas infecciones repetidas no sólo profundizan y agravan su estado nutricional, sino que también incrementan su mortalidad.3 Durante la desnutrición se produce una involución tímica, proporcional a la severidad de ella, que ocasiona un desbalance inmunológico el cual se manifiesta clínicamente por la aparición, persistencia o recurrencia de cuadros infecciosos.4-8
En Cuba con el desarrollo creciente de la Industria Farmacéutica y Biotecnológica, se han comenzado a producir inmunomoduladores como: factor de transferencia (FT) y biomodulina T (BMT). Como en la desnutrición el déficit inmunológico es predominantemente celular, nos decidimos a utilizar inmunomoduladores en niños desnutridos menores de 1 año de edad y explorar la frecuencia y gravedad de las infecciones, el estado nutricional y tamaño del timo, antes de un ciclo de tratamiento con estos agentes y después de él.
Se dividieron los pacientes en 3 grupos. Un primer grupo de 20 pacientes, en el cual se aplicó terapia inmunoestimulante con FT y levamisol. Un segundo grupo de 20 pacientes en el que se utilizó BMT y levamisol. Los desnutridos de estos 2 grupos se asignaron al azar. Un tercer grupo de 40 pacientes tratados con levamisol, y éstos fueron seleccionados por cuestiones de ética, entre los desnutridos ingresados con anterioridad a la fecha de inicio de este estudio, por ser ésta la terapia inmunoestimulante que se utilizaba en aquel momento por el Servicio. Además todos los pacientes recibieron un suplemento diario de cinc.
Para caracterizar el criterio del desnutrido infectado, se aplicó una escala de puntaje utilizada por el Servicio basada en: factores de riesgo, criterios clínicos y analíticos. El criterio de incursión en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI), fue siempre que el desnutrido se hallara en etapa de descompensación.
A todos los niños se les realizaron mediciones antropométricas de peso y talla, ultrasonografía de timo, antes, durante y después del tratamiento. La ultrasonografía tímica, no se pudo emplear en el tercer grupo de pacientes, por ser ésta una técnica novedosa de reciente aplicación en Cuba.
El modo de utilización de los inmunomoduladores fue el siguiente: FT, dosis de 2 U/m2 de superficie corporal/día, 3 veces por semana en las 2 primeras semanas, manteniendo una dosis semanal, hasta completar un ciclo de 6 a 10 semanas, por vía subcutánea. La BMT: dosis de 6 mg/semana, en 2 a 3 subdosis semanales, durante 6 a 10 semanas, vía subcutánea; levamisol: dosis de 2,5 mg/kg/día, 3 veces por semana, de 6 a 10 semanas, vía oral; sulfato de cinc: 2 mg de cinc elemental/kg/día.
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Grupo | | | | | ||||
Edad (meses) | | | ]]> No. | | | | | |
0-5 | | | | | ]]> 32 | | | |
6-11 | | | | | | | ]]> 18 | |
Total | | | | | | | | |
En la tabla 2 se aprecia una disminución de la incidencia de intercurrencias infecciosas, clínica y estadísticamente significativa (p < 0,0014), después de aplicar la terapia inmunomoduladora. En el primer grupo, antes del tratamiento el 100 % de los pacientes se encontraba infectado y después de él la cifra disminuyó hasta el 5 %. Resultados similares se obtuvieron en el segundo grupo de pacientes. En el tercer grupo, se logró disminuir esta incidencia en más del 50 %.
Grupo | | | | | ||||
Intercurrencias infecciosas | | ]]> % | | | | | | |
Antes | | | | ]]> 80,0 | | | | |
Después | | | | | | ]]> 42,5 | | |
En la tabla 3 vemos cómo antes del tratamiento, en todos los grupos se registraban incursiones a la UTI. Después del empleo de inmunomoduladores se observó una reducción en la gravedad de las infecciones; sólo necesitaron traslado a la UTI el 10 % de los pacientes tratados con levamisol y cinc. En el resto de los grupos no se reportaron incursiones a la UTI.
Grupo | | | ]]> Levamisol | | ||||
UCI | | | | | | | | |
Antes | ]]> 8 | | | | | | | |
Después | | | ]]> 0 | | | | | |
En las tablas 4 y 5 se evidencia un incremento estadísticamente significativo del índice ponderal y del área tímica, respectivamente, después de aplicar inmunomoduladores en los 2 primeros grupos de pacientes tratados. No se apreciaron diferencias significativas entre éstos. Al analizar los resultados de ambos grupos, se obtuvo una mayor significación estadística (p = 0,000).
IP Grupo | ]]> Antes | | | ||||
X % DS | X % DS | DM | T | P | |||
FT + levamisol | | | | | | | |
BMT + levamisol | ]]> 78,41 | | | | | | |
Ambos grupos | | | | ]]> 15,44 | | | |
AT | | | | ||||
Grupo | X | DS | X | DS | DM | T | P |
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FT +levamisol | ]]> 473,35 | | | | | | |
BMT +levamisol | | | | ]]> 359,09 | | | |
Ambos grupos | | | | | | | ]]> 0,000 |
En nuestro estudio, primero que se realiza en Cuba en pacientes desnutridos, la combinación de varios inmunomoduladores, logró una reducción significativa de la frecuencia y gravedad de las intercurrencias infecciosas. Este hecho se justifica, pues su efecto lo ejercen sobre la rama celular de la inmunidad, pero por mecanismos de acción diferentes,10-13 lo cual potenciaría la respuesta inmune del desnutrido; por lo que se puede inferir que ayudarían a una más rápida recuperación inmunológica.
A pesar de reconocerse que en la desnutrición ocurre un déficit inmune, principalmente de tipo celular3,5,6 y que en los últimos años se ha incrementado el empleo de inmunomoduladores en enfermedades que evolucionan con inmunodeficiencia,10,12,14,15 son pocos los estudios que se han llevado en el mundo, con la utilización de inmunomoduladores en niños desnutridos.16 Recordemos que la desnutrición representa un problema de salud de los países subdesarrollados1 y dentro de éstos de sus capas más desfavorecidas, sin recursos para pagar este tipo de terapia. A diferencia del nuestro que a pesar de ser un país subdesarrollado y bloqueado, es capaz de ofrecer una terapéutica como ésta, exclusiva de países del llamado Primer Mundo, en aras de mejorar el bienestar de su población infantil.
Chevalier,7 estudió a un grupo de niños desnutridos bolivianos y comprobó que la recuperación de los parámetros antropométricos se alcanzaba en unas 5 semanas; sin embargo, la recuperación inmune basada en: estudios de subpoblaciones linfocitarias y ultrasonido de timo se lograba en 9 semanas. En un estudio posterior, al utilizar un suplemento diario de cinc como tratamiento inmunoestimulante, redujo significativamente el tiempo de recuperación inmune.16
En nuestro estudio, el aumento del índice ponderal coincide con el experimentado por el área del timo. La deficiencia de la inmunidad celular en el desnutrido es bien conocida, pero la recuperación de la competencia inmune raramente se logra durante la etapa de recuperación nutricional, al producirse una más rápida recuperación antropométrica que inmunológica. ]]>
Hoy en día la etapa de recuperación de la desnutrición, no debe ser vista sólo basada en la recuperación de peso y talla. Los egresos tempranos basados solamente en la mejoría nutricional, explican las recaídas frecuentes de los niños recuperados, porque aún se mantienen deprimidos inmunológicamente. Por lo que para impedir esta recaída es necesario recuperar los aspectos nutricionales de la malnutrición y también recuperar la función inmunológica, la que puede ser acelerada con el empleo de inmunomoduladores.4,7,16Además no podemos olvidar que al obtener una más rápida recuperación inmunológica, disminuimos el costo hospitalario al reducir: permanencia hospitalaria, consumo de antibióticos y los traslados a UTI.
Por último, es importante destacar lo que representa contar con un método diagnóstico no invasivo, rápido, de fácil acceso y manejo, como lo es el ultrasonido de timo. Éste nos permite monitorear de manera indirecta la recuperación inmune del niño malnutrido.4,7,16,17
Subject headings: ADJUVANTS IMMUNOLOGIC/ therapeutic use; NUTRITION DISORDERS/ drug therapy; LEVAMISOL/therapeutic use.