INTRODUCCIÓN
La acción de posponer una determinada actividad o la realización de otra que no es necesaria, pero se prefiere, se denomina procrastinación.1) En el ámbito académico, este fenómeno constituye un constructo multidimensional que abarca las esferas cognoscitivas, afectivas y conductuales, relacionadas con la realización o intención de realizar una actividad, así como la ausencia de disposición para su inicio y desarrollo.2
En las ciencias de la salud, el hecho de posponer las tareas constituye una problemática con efectos no solo en la esfera académica, sino también en la emocional. La combinación de la docencia, las guardias y las actividades extracurriculares implican cambios en los hábitos alimentarios y de descanso. De esta forma, algunas tareas tienden en ocasiones a ser postergadas, causando problemas personales y académicos, como el estrés, la ansiedad, déficit de atención y bajo rendimiento escolar.2
Las causas de la procrastinación académica (PA) son disímiles; se recogen entre ellas el miedo al fracaso escolar, la aversión a las tareas, problemas para gestionar el conocimiento y el tiempo, e incluso se ha considerado el perfeccionismo del estudiante.3) En países anglosajones se estima que entre un 80 % y 95 % de los estudiantes universitarios adoptan en algún momento comportamientos procrastinadores, y un alto porcentaje (75 %) se consideran procrastinadores, mientras que el 50 % aplaza con frecuencia la entrega al estudio.4
En el ámbito latinoamericano, diversos investigadores vienen abordando este problema. Un estudio realizado en Colombia por Rodríguez y otros5 encontró que entre el 80 y el 95 % de los estudiantes universitarios presentan en algún momento de su carrera conductas dilatorias, cerca del 75 % reconoció ser procrastinador en algún momento y más del 50 % aplaza frecuentemente sus estudios y tareas. Una investigación6) realizada en estudiantes peruanos de ciencias de la salud encontró que el 39,5 % presentó PA, relacionada principalmente a la ansiedad. Otro estudio peruano,7 determinó algunos factores académicos asociados a la procrastinación en 5 812 estudiantes en facultades ubicadas en la ciudad de Huancayo. La PA se asoció a menor edad, menos horas diarias de estudio y menores promedios ponderados en el ciclo anterior, entre otros. En México, Zárate y otros8 investigaron el constructo en 707 estudiantes de quinto año de medicina de una universidad pública y encontraron que el 58,3 % de los hombres y el 61,9 % de las mujeres tienden a procrastinar; sin embargo, no lo aceptan abiertamente. No obstante, el 9,1 % de los hombres y 3,7 % de las mujeres sí procrastinan y lo refieren.
En el pregrado de Estomatología son escasas las investigaciones que abordan este problema. Por ejemplo, un estudio9 realizado en Malasia evidenció que altos niveles de PA pueden afectar la autoeficacia para el trabajo con pacientes. Investigaciones10,11,12 realizadas en estudiantes de la India reportan que aquellos con baja autoestima procrastinaban más y que la PA tiene un impacto negativo en el rendimiento académico. En Turquía,13 se halló que los estudiantes procrastinadores tenían problemas con la gestión del tiempo, dudas y creencias irracionales sobre el estudio, además de un bajo rendimiento. En Irán, Bolbolian y otros14 encontraron una relación significativa entre la ansiedad ante los exámenes y la PA. En Latinoamérica, estudios peruanos15,16 encontraron que la PA se relacionaba de forma positiva con el estrés académico y las estrategias para afrontarlo. En Cuba, según la revisión de la literatura, no se tienen investigaciones que aborden el constructo en estudiantes de ciencias de la salud y es probable que existan ciertas características socioeducativas de los estudiantes que se relacionen con este. Dichas características han sido poco investigadas, de ahí que se tengan escasos reportes, como el de Mejia y otros.7 En aras de generar evidencias desde una perspectiva novedosa que no tiene antecedes en Cuba, se desarrolló la presente investigación a fin de determinar algunos factores asociados a la procrastinación académica en estudiantes cubanos de Estomatología.
MÉTODOS
Estudio multicéntrico, observacional, analítico y transversal. La población estuvo constituida por los 1 808 estudiantes de Estomatología del curso académico 2019-2020 de 7 universidades cubanas de ciencias médicas: Pinar del Río, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Granma y Santiago de Cuba. La muestra (n= 738; 40,8 %) se obtuvo mediante un muestreo no probabilístico e intencional. Se incluyó a los alumnos de todos los años que desearon participar. Se excluyó a los que no asistieron a clases en los días de aplicación de la encuesta. Como criterio de salida se consideró la no respuesta a los ítems de la escala utilizada, situación que no se presentó.
La variable dependiente fue la PA, evaluada mediante la escala EPA-11-Odonto,17) la cual es un instrumento validado en el pregrado de Estomatología en Cuba. Posee una estructura bifactorial de 11 ítems con 5 opciones de respuesta (Nunca, Pocas veces, A veces, Casi siempre y Siempre) y se le asigna a cada pregunta la puntuación de 1 (Nunca) a 5 (Siempre). Todos los ítems del factor 1 se califican en escala invertida, pues por su significado/ formulación miden en sentido contrario al resto del cuestionario (se tuvieron que invertir las respuestas para hacer la sumatoria total y para el análisis estadístico). Posee un coeficiente α de Cronbach de 0,786 (IC 95 % = 0,75 - 0,81), lo cual indica que su consistencia interna es buena.
Se consideraron las siguientes variables de respuesta o independientes: la edad, el sexo, el realizar ayudantía, el tener tutor, el haber estudiado previamente una carrera, la participación en cursos extracurriculares de investigación, proyectos de investigación, eventos científicos y la obtención de premios en estos últimos, así como el haber publicado al menos un artículo científico.
Para la aplicación de la escala se coordinó con los docentes de cada aula o prácticas asistenciales un espacio de tiempo de 10 minutos aproximadamente. Los encuestadores solo respondieron consultas relacionadas con la tipología y forma del instrumento, evitando así sesgar los resultados con opiniones o respuestas a los ítems.
Se creó una base de datos en Microsoft Excel (versión 2019 para Windows). Se calculó la potencia estadística de todos los cruces y casi todos tuvieron valores superiores al 93 %. Solo para el cruce de la carrera previa (73 %) y el realizar cursos extracurriculares de investigación (16 %) no se alcanzó una potencia estadística adecuada, por lo que, estos 2 cruces deben considerarse con precaución y únicamente como exploratorios. Esto por ser una técnica que permite estimar post hoc si se cuenta con los encuestados suficientes.
Para el análisis de los datos se sumaron los puntajes de la escala. Los estudiantes cuyas notas se ubicaron en el tercil superior de la totalidad de los puntajes fueron catalogados procrastinadores. Según esta clasificación, se generó una tabla bivariada versus cada una de las variables, en las cuales se dispuso las frecuencias/ porcentajes de las variables categóricas y las medianas/ rangos intercuartílicos de las cuantitativas; los valores p se calcularon mediante el ji cuadrado (χ2) y la suma de rangos, respectivamente. Luego se generaron los análisis bivariados mediante los modelos lineales generalizados (familia Poisson, función de enlace log y ajuste para varianzas robustas y por la universidad de estudio). Los que obtuvieron un valor p< 0,30 pasaron al modelo multivariado (con el uso de la misma regresión). El programa estadístico utilizado fue Stata versión 11.1 (StataCorp LP, College Station, TX, USA).
Para participar en el estudio, fue necesario manifestar por escrito un consentimiento informado. Se respetaron los aspectos de la Declaración de Helsinki para la investigación en seres humanos. El proyecto de la investigación se aprobó en el comité de ética del Hospital General Universitario “Carlos Manuel de Céspedes”.
RESULTADOS
Participaron 738 estudiantes, mujeres (n= 470; 63,69 %) y varones (n= 268; 36,31 %), con una media de 21,67 años (DE= 1,70). La distribución por años académicos es la siguiente: primero (n= 73; 9,89 %), segundo (n= 118; 15,99 %), tercero (n= 136; 18,43 %), cuarto (n= 191; 25,88 %) y quinto (n= 220; 29,81 %). Según el estar en el tercil superior de los puntajes para ser considerado como procrastinador, se encontró que hubo diferencias en cuanto a las edades (p< 0,001), el sexo (p< 0,001), el ser alumno ayudante (p= 0,014), el tener tutor (p< 0,001), el haber participado en proyectos científicos (p= 0,002) y en eventos (p< 0,001), así como el haber obtenido premios en estos últimos (p< 0,001) y haber publicado al menos un artículo científico (p< 0,001) (tabla 1).
*Variable tomada en su forma cuantitativa. **Con respecto a investigación. Los valores p fueron obtenidos con el χ2 cuadrado (para las variables categóricas) y la suma de rangos (para la edad).
El 17 % de los encuestados declaró que siempre posterga los trabajos de los cursos que no le gustan, mientras que el 14 % posterga las lecturas de los cursos que no le gustan y el 5 % que nunca trata de motivarse para mantener el ritmo de estudio (tabla 2).
* Ítems que se califican en escala invertida (se tuvieron que invertir las respuestas según la recomendación en la validación de la escala y para un mejor análisis).
En el análisis multivariado se encontró que estuvo asociado a una mayor frecuencia de procrastinación el tener más edad (RPa: 1,16; IC 95 %: 1,05-1,29; p= 0,003) y contar con el apoyo de un tutor (RPa: 1,81; IC 95 %: 1,24-2,64; p= 0,002). Por el contrario, hubo menos procrastinación entre los que habían publicado al menos un artículo científico (RPa: 0,62; IC 95 %: 0,40-0,97; p= 0,036); ajustado por el sexo, el haber obtenido premios y la universidad (tabla 3).
RP: razones de prevalencia; IC 95 %: intervalos de confianza al 95 %. *Variable tomada en su forma cuantitativa. **Con respecto a investigación. Al modelo multivariado ingresaron las variables con p<0,030 del bivariado; con los modelos lineales generalizados (familia Poisson, función de enlace log y ajuste para varianzas robustas y por la universidad de estudio).
DISCUSIÓN
Conocer la conducta académica del estudiante, así como las variables que se relacionan con ella, es importante para las instituciones, pues pueden implementar programas orientados a la mejora de aspectos deficitarios y optimizar las conductas adecuadas. En este panorama, la PA académica es un problema relevante que se ha asociado a inadecuados resultados académicos.18) Procrastinar implica demorar la realización de una tarea, aun sabiendo que de ello pueden derivarse consecuencias negativas, que pueden deteriorar el desempeño estudiantil,19,20 de ahí la necesidad de investigar algunos factores asociados a dicho constructo en el estudiantado universitario cubano de Estomatología.
En esta investigación el sexo no fue una variable asociada a la PA. Aspée y otros20) evidenciaron que ambos sexos contaban con el mismo nivel de responsabilidad ante las actividades académicas. Investigaciones desarrolladas en estudiantes de Estomatología de Malasia,9) la India,11) Turquía13 e Irán14) no encontraron asociación entre el sexo y la PA; sin embargo, Domínguez-Lara y otros18) en un estudio peruano reportan que las mujeres parecen tener una conducta académica más autorregulada, probablemente por las exigencias percibidas en contraste con sus pares masculinos.
Pertenecer al movimiento de alumnos ayudantes no supuso diferencias en cuanto al nivel de postergación de las actividades académicas, lo cual puede relacionarse con varias razones. En el caso de los estudiantes que no poseen ayudantía, se tiene la hipótesis de que poseen mayor cantidad de tiempo para cumplir básicamente con el programa de estudios. En cambio, los que cuentan con una ayudantía asumen más responsabilidad en cuanto a su horario controlado, el cual deben cumplir para poder optar por una buena evaluación mensual de su desempeño; sin embargo, estas son hipótesis que deben ser corroboradas en futuras investigaciones.
Los alumnos que habían publicado al menos un artículo científico presentaron menos tendencia a la PA. Ello puede estar condicionado por el hecho de que al tener experiencias en el envío de propuestas de publicación y su posterior seguimiento en las etapas del proceso editorial, adquieren más responsabilidades y orden, que permite tener la precaución de realizar las tareas con un tiempo adecuado, sin necesidad de postergar. Si bien publicar no forma parte de las actividades docentes cotidianas, Garzón-Umerenkova y otros21) plantean que la ocupación del alumnado en responsabilidades ajenas a la universidad conlleva al incremento de las habilidades de comunicación, relación con otras personas, autoconfianza y también una menor tendencia a perder el tiempo, junto con un mayor desarrollo de las habilidades para gestionarlo.
Se evidenció una asociación entre tener un tutor y ser más procrastinadores. Si bien no se encontraron estudios que hayan investigado esa variable y no es posible establecer comparaciones, ello puede guardar relación con el hecho de que los estudiantes ven a los tutores como elementos de apoyo y descuidan los deberes de autoprepración profesional y planificación de las actividades académicas, hasta el punto de posponer las tareas. No obstante, esta es solo una hipótesis que debe ser verificada en futuros estudios.
Estuvo asociado a una mayor frecuencia de procrastinación el tener más edad. Mejía y otros7) reportan que los estudiantes peruanos de menor edad eran más procrastinadores. Madhan y otros11 no reportan asociación significativa entre la edad y la PA en su investigación con estudiantes de Estomatología de la India; sin embargo, alegan que la dilación tiende a reducirse con el avance de la edad, lo cual se ha atribuido a la capacidad de las personas a aprender y practicar medidas para superar la postergación de tareas. Los autores del presente estudio coinciden con lo aseverado anteriormente pues parece lógico que con el paso de los años las personas ganen en organización y tengan mejores habilidades de planificación.
Por último, algunos de los resultados descriptivos evidencian que los estudiantes postergan más las tareas y lecturas de los cursos que menos les gustan, lo cual es importante para que las instituciones educativas puedan mejorar esta realidad. Navarro-Roldán22 asevera que el incremento del rendimiento académico en los estudiantes se relaciona con la satisfacción con los cursos seleccionados. Cuando el estudiante tiene información sobre la carrera que estudia y se percibe más satisfecho y capaz de cursarla, entonces logra obtener mejores resultados académicos. Por el contrario, si el estudiante se sintiera insatisfecho vocacionalmente, su rendimiento académico decrecería.22
Al considerar el diseño transversal analítico de la presente investigación, no se puede afirmar que hubo más asociaciones entre algunas de las variables, por ejemplo, si primero ocurrió la procrastinación, el tener un tutor o haber publicado un artículo; hecho que debe ser evaluado en estudios longitudinales. Además, los resultados no se pueden extrapolar a la población estudiantil cubana debido al muestreo no aleatorio, pero pueden servir de referencia para futuras investigaciones por el impacto que tiene la PA en el aprovechamiento académico.
Se concluye que existe asociación entre la procrastinación académica, inversamente proporcional con el haber publicado artículos científicos y directamente proporcional al tener un tutor y el tener más edad. Además, los estudiantes postergan más las tareas y lecturas de los cursos que menos los motivan.