1. Introducción y Metodología
Aunque parezca paradójico, obtener información sobre los hábitos, expectativas y costumbres de aquellos que se dedican cotidianamente a informar no ha constituido históricamente una prioridad en las agendas de los investigadores en periodismo. De manera particular, escasean las indagaciones sistemáticas sobre quienes se preparan para ejercer esta profesión (Mellado y Scherman, 2015).
Sin embargo, en las últimas dos décadas se registra un crecimiento exponencial de los trabajos orientados al análisis, en primer lugar, de las percepciones de los estudiantes universitarios de periodismo y, en segundo, la influencia de la educación en su configuración profesional. Dentro de ese contexto se enmarca el presente artículo, que pretende contribuir con la revelación de algunos de estos aspectos en la realidad cubana.
Como parte del proyecto “Cultura periodística pre-profesional de Cuba”, los resultados aquí expuestos se derivan del primer acercamiento científico que asume como unidad de análisis a todos los estudiantes de periodismo del país. Sin embargo, desde la Facultad de Comunicación en la Universidad de La Habana es posible hallar estudios que constituyen referentes en el tema (ej: Estrada, 1996; Estenoz y Martínez, 2006; Tembrás, 2006; Argüelles, 2011; Hernández, 2011; Sosín, 2012; Piñera, 2013; Torres, 2014; González, 2015).
Como parte de la investigación fueron encuestados 383 estudiantes de las distintas sedes universitaria donde se estudiaba la carrera de Periodismo en Cuba durante el año 2016: Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saiz Montes de Oca”, Universidad de La Habana, Universidad de Matanzas “Camilo Cienfuegos”, Universidad Central de las Villas “Marta Abreu”, Universidad de Camagüey, Universidad de Holguín y Universidad de Oriente.
A partir de una tasa de respuesta del 82,2% (N=383), se consiguió un 99% de nivel de confianza y un margen de error del 2.78. Por ende, el estudio refleja una visión generalizada de las percepciones de los estudiantes. Para la elaboración del cuestionario se tomó como referente el instrumento asumido en el proyecto Journalism Students Across the Globe, siendo las respuestas procesadas a través del software SPSS 21.
El texto se propone definir algunos de los principales aspectos constitutivos de la cultura pre-profesional de los futuros periodistas en Cuba, tales como el rol profesional y las posturas éticas que ellos consideran deberán asumir una vez incorporados al ámbito laboral.
Vale destacar que en la descripción de esa conciencia colectiva se considera el escenario en el que los encuestados generan sus percepciones. El mismo, se encuentra tipificado por su inserción sistemática en las dinámicas mediáticas, el intercambio constante con los profesionales de los medios, la interacción que, desde su vida cotidiana han tenido con el ejercicio del periodismo, así como por la comprensión de ciertas condiciones restrictivas/potenciadoras del desenvolvimiento de la prensa en Cuba (Oliva,2016).
Asimismo, destaca el carácter humanista de la carrera, conocida por su “énfasis en la profesión como un servicio a la sociedad y a la ciudadanía” (Oliva, 2016, p.111).
2. Roles profesionales y orientaciones éticas: elementos constitutivos de una cultura pre-profesional
El estudio de la cultura de los periodistas permite delimitar el perímetro que rodea a su actividad laboral y “construye los rasgos identitarios de los roles y de las rutinas que, en un plano abstracto, representan el marco simbólico de un colectivo” (Oller y Barredo, 2013, p. 10).
Entre los principales atractivos que envuelve el conocimiento de esta cultura profesional destaca la posibilidad de obtener la información necesaria para conocer el desarrollo del periodismo en un país o región debido a que ella contiene la forma típica y tradicional de su desempeño (Oller, Olivera, Hernández, Arguelles, 2016).
En coherencia con la importancia que tiene dominar de antemano las características de las próximas generaciones de periodistas, una gran parte de las indagaciones internacionales en torno a este grupo estudiantil se ha centrado en las últimas décadas en describir sus percepciones sobre la profesión (Boyd-Barrett, 1970; Bowers, 1974; Holtz-Bacha, 2002; Frith y Meech, 2007; Hovden y Bjørnsen, 2009; Nygren, Degtereva y Pavlikova, 2010; Hanna y Sanders, 2007; Sanders, Hanna, Berganza y Sánchez Aranda, 2008; Spyridou y Veglis, 2008; Mensing, 2010; entre otros).
Dichas pesquisas sostienen que los estudiantes son capaces de conformar la mayoría de ese entramado de actitudes, valores, convicciones e ideologías (cultura) durante el proceso de formación en los estudios de nivel superior (pre-profesional). Para los estudiantes, el ambiente educativo (Hanusch y Mellado, 2015), la práctica laboral (Hanitzsch, 2007), o los mismos productos publicados en los distintos medios que ellos consumen (Humanes y Ortega, 2000), constituyen alguna de las fuentes de conformación de su identidad profesional.
De ahí que, al hablar de una cultura periodística pre-profesional entre los estudiantes apostamos por la comprensión de un futuro profesional que en realidad ya ha comenzado y que condiciona la conducta actual, pese a no estar totalmente realizado. Esta tensión entre el “ya”, “pero todavía no” se mantiene de forma constante durante ese proceso en el que transcurre la construcción de orientaciones, prácticas y valores compartidos por el gremio al cual, una vez graduados, pertenecerán los estudiantes.
Al revisar la bibliografía sobre el tema se reconoce la investigación sobre varios componentes de esa cultura pre-profesional. Algunos estudios se concentran en las aspiraciones laborales, (Hanusch, y Mellado, 2015) y otros en el papel de la formación profesional (Splichal y Sparks, 1994; Plaisance, 2007). En el caso de “Estudiantes hoy, periodistas mañana…” nos centramos, en primer lugar, en los roles profesionales, el objeto de investigación más constante en los estudios sobre periodistas desde la década del 60 del siglo pasado (Hanitzsch y Maximilians, 2013).
Los roles aluden al encargo social del periodista en un contexto socio-histórico específico, es decir, se asocian a los distintos posicionamientos que pueden asumirse en el desempeño profesional (Mellado y Scherman, 2015; Hanitzsch, 2007). Una de las líneas de investigación sobre este tema ha sido la percepción de los periodistas sobre la función de la prensa.
La práctica de los roles puede ser entendida como un resultado periodístico colectivo, inevitablemente afectado por las diferencias internas en la redacción de noticias y las restricciones externas al medio, así como por el trabajo individual de cada uno de los actores. Además, permite entender la práctica de noticias a través del lente de las concepciones de los roles profesionales, dándonos un sentido real de cómo la retórica de las funciones equivale al contenido de las noticias (Mellado y Dalen, 2013).
Para identificar los tipos de roles existen posturas diversas, pero en general se definen a partir de dimensiones que aluden a los niveles de implicación de los periodistas en una historia, la relación del periodismo con el poder, así como por la forma en que el periodismo se acerca al público. Con base en estos criterios, las investigadoras chilenas, Claudia Mellado y Claudia Lagos (2014) proponen seis dimensiones: difusor- intervencionista, leal- facilitador, vigilante- perro guardián, cívico, infoentretenimiento y servicio. Tomando en cuenta sus criterios, cada uno de estos roles pueden definirse del siguiente modo:
1. Difusor- intervencionista: se centra en los ideales del papel difusor del periodismo, dándole importancia a la distancia entre el periodista y los hechos. En esa línea, este rol oscila entre una postura activa-pasiva del periodista en sus relatos. Mientras que en la pasiva el periodista hace énfasis en la neutralidad, por lo que se muestra objetivo y toma distancia de los hechos, en la activa tiene voz en la historia y algunas veces abogan por determinados grupos sociales.
2. Como organismo de control, el vigilante- perro guardián toma los ideales de la función de guardián de la prensa, tratando de contener a los poderes de facto.
3. Leal- facilitador: toma los ideales del rol propagandista o “perro faldero”. Se materializa en dos maneras. En su primera variante, el periodismo coopera con aquellos en el poder y protege el status quo. En su segunda variante se centra en fomentar el sentido de pertenencia a la patria, el fortalecimiento del Estado-nación y el prestigio nacional.
4. Servicio: está relacionada con los derechos e intereses de la audiencia (relación cliente/profesional entre periodista y público), llevando al periodista a aportar información, conocimientos y consejos sobre bienes y servicios de la vida diaria del público
5. Infoentretenimiento: entiende a los receptores como espectadores. Cuando dicha función o está presente, elementos como la personalización, el escándalo, el sensacionalismo y el morbo están contemplados dentro de las noticias.
6. Por último, el cívico se ocupa de la educación del ciudadano en asuntos controversiales y/o complejos, alentando a la población a participar en el debate público y en los eventos políticos, sociales y culturales.
Otro de los elementos que integran y definen la cultura y el grado de profesionalización de un periodista es la ética (Oller et al, 2016). Desde la mirada de las orientaciones éticas, las investigaciones han estado más interesadas en conocer cuál es la conducta que los periodistas consideran que debe dirigirlos durante el tratamiento noticioso. De ahí que pueda encontrarse una conexión con el estudio de los roles, ya que su desempeño profesional está contenido en su marco ético (Faundes, 2003), que rige y describe su comportamiento. Uno de los marcos teóricos que amparan este tema de estudios es el de las orientaciones ideológicas morales (Plaisance, Skewes y Hanitzsch, 2012), en el que los investigadores vinculan los grados de idealismo y de pensamiento relativista a las tendencias.
De acuerdo con Plaisance et al (2012), los idealistas se inclinarán por decisiones que causen menos daño a los demás y reflejarán una sensibilidad kantiana que enfatiza las obligaciones morales, mientras que los individuos menos idealistas tienden a creer que es inevitable cierto grado de daño, incluso con la más noble de las intenciones, reflejando un resultado más utilitario. Los individuos con altos grados de idealismo suponen que las consecuencias deseables siempre pueden obtenerse con la acción “correcta”, mientras que otras están más orientadas a los resultados, ya que admiten que el daño a veces será necesario para producir un bien social mayor.
Por otro lado, se encuentran los relativistas, quienes generalmente rechazan la afirmación de que las leyes morales externas deben guiar el comportamiento e insisten en que los juicios morales son principalmente situacionales. Desde su enfoque, el relativismo denota la medida en que los individuos basan sus filosofías morales personales en reglas éticas universales. Mientras que algunos individuos creen y hacen uso de absolutos morales, otros pueden ser reacios a confiar en reglas morales universales.
Según Donsbach, Rentsch y Mende (2012), uno de los elementos que pudieran influir en la distorsión de las orientaciones éticas de los periodistas es su experiencia profesional. Para el estudioso, los periodistas pueden volverse más cínicos mientras más tiempo llevan recopilando información, pues así están expuestos a intentos de engaño y situaciones de hermetismo.
3. Resultados
3.1 Género, universidad y año académico
Dos de cada tres estudiantes de periodismo (67,8%) son mujeres. La edad media de los estudiantes masculinos es superior a la de las estudiantes femeninas en siete meses (mujeres: 20,6; hombres: 21,3). Aunque entre los varones hay una mayor dispersión etaria (DE: 1,963) con respecto a sus compañeras (DE: 1,806), no es lo suficientemente representativa como para afirmar que ellos se incorporan a la carrera cuando ya se encuentran ejerciendo el Periodismo. En realidad, la media y la baja dispersión etaria de todos los estudiantes indica que, si un joven tiene el propósito de ser periodista en Cuba, considera como primera opción pasar por las aulas universitarias antes de ejercer la carrera.
Los estudiantes están organizados en las siete sedes universitarias de forma irregular, dependiendo, ante todo, del tamaño de la institución y la situación geográfica: 6 en Pinar del Río, 167 en La Habana, 45 en Matanzas, 44 en Villa Clara, 39 en Camagüey, 40 en Holguín y 42 en Santiago de Cuba. Estos resultados indican que cuatro de cada diez estudiantes (43,6%) están matriculados en La Habana, mientras que en el resto de universidades mantienen un marcado equilibrio, con excepción de Pinar del Río. Los datos muestran que más de la mitad de los estudiantes de periodismo (56,9%) están matriculados en una universidad del occidente del país, una quinta parte en el centro (21,7%) y otra quinta parte en el oriente (21,4%).
La distribución de los estudiantes en los distintos años de la carrera muestra que las mayores matrículas se encuentran en el primer (22,7%) y último (27,7%) año, mientras que en los años intermedios se mantienen porcentajes inferiores y similares (segundo año: 16,7%; tercer año: 18,3%; cuarto año: 14,6%). Estos datos representativos exhiben un dato muy positivo, ya que en las facultades de Periodismo cubanas el índice de abandono de los estudiantes de la carrera es nulo.
3.2 Tipos de roles profesionales con los que se asocian los estudiantes de periodismo en Cuba
Los estudiantes fueron consultados sobre la importancia conferida a 25 funciones que el periodismo y los medios de comunicación en general pudieran cumplir en la sociedad cubana y la relevancia que podrían tener para ellos en su futuro trabajo periodístico. Con este objetivo, se le solicitó a los encuestados utilizar una escala de 5 puntos para evaluar cada una de estas funciones, donde 1 es nada importante, 2 es poco importante, 3 es algo importante, 4 es muy importante y 5 es extremadamente importante. Estas funciones fueron agrupadas en los roles: difusor-intervencionista, vigilante, leal-facilitador, comercial, de entretenimiento y cívico.
A partir de las valoraciones de muy o extremadamente importante de cada uno de los ítems, el rol cívico es el que recibe mayor apoyo entre los estudiantes (78,4%). Concretamente, aspectos como: promover el análisis de la actualidad (86,4%), apoyar el desarrollo nacional (82,8%), promover la tolerancia y la diversidad cultural (81,9%), dejar que la gente exprese sus puntos de vista (80,3%), apoyar el cambio social (78,1%), educar a la audiencia (76,6%) y proveer información que la gente necesita para tomar sus decisiones políticas son los más populares al interior de este rol cívico.
Si tenemos en cuenta que una de las tipicidades de la formación en Periodismo es el carácter humanista, con énfasis en la profesión como un servicio a la sociedad y la ciudadanía, no es de extrañarse que el rol cívico sea el más popular entre las respuestas de los estudiantes. De hecho, desde las aulas se potencia este aspecto. Ello, unido a la inserción de los estudiantes en las dinámicas de los medios, el intercambio constante con los profesionales de la prensa y la interacción que desde su vida cotidiana han tenido los jóvenes con el ejercicio del periodismo como profesión tipifican el escenario desde el que los encuestados destacan al rol cívico como el más importante para su futuro desempeño laboral [Tabla 1].
Tabla 1. Roles profesionales | Respuestas (%) | Total | ||
---|---|---|---|---|
Mucha importancia | Extrema importancia | |||
Rol Difusor-Intervencionista | Ser un observador distante | 8.2 | 6.3 | 14.5 |
Reportar las cosas como son | 16.6 | 66.1 | 82.7 | |
Rol Vigilante | Monitorear y fiscalizar las empresas | 23.7 | 16.4 | 40.1 |
Monitorear y fiscalizar a los líderes políticos | 18.8 | 23.9 | 42.7 | |
Monitorear y fiscalizar a la sociedad civil | 24.8 | 19.7 | 44.5 | |
Monitorear y fiscalizar a otras instituciones | 19.9 | 14.4 | 34.3 | |
Ser un adversario politico | 5.4 | 6.4 | 11.8 | |
Rol Leal-Facilitador | Transmitir una imagen positiva de los líderes políticos | 12.2 | 7.2 | 19.4 |
Apoyar las políticas gubernamentales | 22.2 | 17.2 | 39.4 | |
Cultivar el patriotism | 29.2 | 30.5 | 59.7 | |
Rol Servicio | Entregar consejo para la vida diaria | 25 | 32.6 | 57.6 |
Rol de Entretenimiento | Proveer entretenimiento y relajación | 22 | 14.6 | 36.6 |
Proveer el tipo de noticias que atraiga una mayor audiencia | 24.3 | 40.6 | 64.9 | |
Rol cívico | Proveer información que la gente necesita para tomar sus decisiones políticas | 27.2 | 44.2 | 71.4 |
Apoyar el cambio social | 24.8 | 53.3 | 78.1 | |
Proveer el análisis de temas de actualidad | 23.2 | 63.2 | 86.4 | |
Motivar a la gente a participar en actividades políticas | 21.6 | 17.6 | 39.2 | |
Educar a la audiencia | 24.1 | 52.5 | 76.6 | |
Apoyar el desarrollo nacional | 23.3 | 59.5 | 82.8 | |
Dejar que la gente exprese sus puntos de vista | 22.8 | 57.5 | 80.3 | |
Promover la tolerancia y la diversidad cultural | 25.5 | 56.4 | 81.9 | |
Mixtas | Transmitir una imagen negativa de los líderes políticos | 6.2 | 3 | 9.2 |
Contar historias sobre el mundo | 33.6 | 34.7 | 68.3 | |
Establecer la Agenda política | 26.6 | 26.9 | 53.5 | |
Influir en la opinión pública | 25.6 | 54.9 | 80.5 |
(Fuente: Elaboración propia).
Tras el rol cívico, entregar consejos y orientación para la vida diaria -rol de servicio- (59,3%) recibe la mayor atención por parte de los estudiantes. Tras estos roles, los estudiantes destacaron funciones como influir en la opinión pública (80,5%), contar historias sobre el mundo (68,3%) y establecer la agenda política (53,5%). La función más destacada dentro del rol de infoentretenimiento es la de promover noticias que atraigan a una mayor audiencia (64,9%).
En cambio, los roles difusor-intervencionista (52,6%), leal-facilitador (41,1%) y vigilante-perro guardián (36,3%) son los menos escogidos por los estudiantes, pero la percepción de cada uno de ellos tiene sus características. Por ejemplo, dentro del difusor-intervencionista, si bien ser un observador distante (14,5%) es uno de los ítems de menor importancia para los estudiantes, reportar las cosas tal y como son (82,7%) es el tercero más popular entre todos los aspectos del cuestionario.
Al interior del leal-facilitador, por su parte, los aspectos considerados como menos importantes están ligados a la primera variante del rol, pues los encuestados se muestran menos interesados en cooperar con los poderes políticos (39,4%), proteger su status quo (19,4%) e, incluso, cultivar el patriotismo (59,7%) dentro de la nación. Asimismo, en el caso del rol vigilante, monitorear y fiscalizar a los líderes políticos (42,7%) es una cuestión importante para los alumnos, mientras que ser un adversario del gobierno no lo es en absoluto (11,8%).
En relación con el género de los estudiantes, se aprecian múltiples coincidencias. Tanto las mujeres como los hombres consideran como más importante el rol cívico (79,4% y 76,3%, sucesivamente) y destacan el de servicio (62,2% y 54,1%, sucesivamente) [Gráfico 1].
Aun siendo el rol cívico el más destacado por los estudiantes en todos los años académicos, existen pequeñas diferencias en cuanto al resto de los roles considerados como muy y extremadamente importante. Los alumnos de 1er año, tras el rol cívico, confieren más relevancia al rol de servicio (68,6%), al de infoentretenimiento (54,8%) y, posteriormente, al de difusor (53,1%). Por su parte, aunque los estudiantes de 2do y 3er año coinciden respecto al cívico y de servicio (el 58,7% y el 55,3% respectivamente), los de 2do le confieren mayor importancia al rol de infoentretenimiento (51,2%) y los de 3ero, realzan el rol difusor (52,8%).
Los estudiantes de cuarto curso plantean el rol de infoentretenimiento como el segundo más relevante (65,7%), seguido por el comercial (58,8%). En 5to año, los estudiantes destacaron funciones como contar historias sobre el mundo e influir en la opinión pública y a los roles de servicio (54,9%) y difusor (52%).
En las sedes universitarias también se aprecia que el rol más relevante para cada una de las provincias es el cívico. Los estudiantes de La Habana, tras el rol cívico, valoran en mayor medida el de servicio (55,1%) y el rol de infoentretenimiento (53,3%). Los alumnos matanceros resaltan el de servicio (69,8%) y, posteriormente el difusor (55,5%). Los villaclareños le confieren mayor importancia al rol difusor (59%) y al rol comercial (56,9%). Los camagüeyanos, por su parte, ponderan en segunda instancia el rol de servicio (80,5%), el de infoentretenimiento (62,5%) y el de difusor (52,8%). Los holguineros enaltecen, luego del cívico, el rol de servicio (51,3%) y el difusor (50,7%). Por su parte, los santiagueros se decantan por el rol de servicio (58,5%) y el de infoentretenimiento (57%).
Si bien los roles vigilante y leal-facilitador son los menos populares en cada una de las sedes, es válido destacar que el primero encuentra los mayores índices de respuesta en Pinar del Río (43,4%) y en Santiago de Cuba (41,1%). Mientras, el segundo, lo hace en Santiago de Cuba (53,7%) y Camagüey (52,3%).
A propósito de las percepciones de los estudiantes de Periodismo en torno a la importancia de los roles profesionales en su futuro desempeño laboral, podría destacarse, que, los estudiantes que entran a la carrera sienten una fuerte vocación por la transformación social y por el compromiso intelectual con su entorno (Oliva,2016).
4.2 Orientaciones éticas de los estudiantes de periodismo en Cuba
Con el propósito de indagar en la percepción de los estudiantes sobre determinadas conductas controversiales dentro del Periodismo cubano, se conoció en qué medida las justificarían durante una cobertura noticiosa dada. Como se observa en la Tabla 14 (donde 1 es siempre justificada, 2 justificada en algunas circunstancias y 3 no aprobada bajo ninguna circunstancia), la impune justificación de dichas acciones es prácticamente inexistente.
De un conjunto de 12 prácticas sugeridas, la mayoría de los encuestados no aprobaría 6 bajo ninguna circunstancia. En este grupo, las más rechazadas son la publicación de noticias con contenido no verificado (86,4%), no proteger la confidencialidad de la fuente (82%) y aceptar de ella dinero, regalos o favores (81,2%).
Sobre estas opciones, prevalece una orientación idealista por parte de los entrevistados, ya que dan prioridad al hecho de que al quebrantar la confidencialidad podrían causar daños a ese informante, además de que -como la aceptación de regalías y favores- una actitud de ese tipo supone el quebrantamiento de leyes morales globalmente reconocidas en el periodismo.
En cuanto a las otras 6 prácticas conflictivas desde un punto de vista ético, son más los encuestados que las consideran justificadas en determinados contextos. Al evaluarlas de esta manera, los estudiantes son menos categóricos. Ellos muestran una orientación más relativista sobre asuntos como el uso de micrófonos o cámaras ocultas (60,1%), conseguir empleo con el fin de acceder a determinada información (59,3%) y fingir ser otra persona (58,2%).
Cada una de estas acciones está asociada a la necesidad de obtener cierta información de difícil acceso, con el fin de publicar el trabajo periodístico deseado y, bajo ciertas circunstancias de hermetismo, los estudiantes aprueban ese daño para hacer un bien mayor. El hecho de que las justifiquen en ciertas ocasiones sugiere la tensión moral que estos casos pueden provocarles, pero se inclinan a evaluarlos en un contexto específico y, si la situación lo ameritara, cumplir con la obligación que la mayoría de los encuestados prepondera: la de informar [Tabla 2].
De manera general, se observa que las mujeres tienden a rechazar acciones cuestionables con mayor frecuencia que los hombres, quienes presentan menos problemas para justificarlas en dependencia del contexto [Gráfico 2].
La ubicación geográfica de la sede no genera diferencias marcadas entre las posturas éticas de los estudiantes. Sin embargo, los encuestados en la sede holguinera justifican en mayor medida ciertas prácticas que en el resto de las universidades son rechazadas. Entre ellas se encuentra el uso de documentos personales sin permiso (M: 2,375; DE: 0,62788), recrear o dramatizar noticias por parte de actores (M: 2,250; DE: 0,63043) así como pagar por información clasificada. De acuerdo con los resultados obtenidos, los estudiantes de la capital también suelen justificar en determinadas circunstancias algunas de estas prácticas rechazadas por la mayoría, tales como la desprotección de la confidencialidad de la fuente (M: 2,3252; DE: 0,62739) y pagar por información (M: 2,3252; DE:) [Gráfico 3].
Al analizar las prácticas más aprobadas por los encuestados según la ubicación geográfica se percibe que son los estudiantes de las sedes camagüeyana y santiaguera quienes tienden a justificarlas en menor medida. Hacerse pasar por otro y usar documentos del gobierno no son aprobadas por la mayoría de los estudiantes de estas sedes, mientras que la tendencia en el resto de las provincias es la inversa [Tabla 3].
La percepción de los estudiantes respecto a ciertas prácticas controversiales varía según el año cursado. Es en cuarto y quinto año donde se encuentra la mayoría de los estudiantes que justifica las prácticas más aprobadas entre la población encuestada; por el contrario, los alumnos de primero y tercero son quienes menos las aceptan. En el año inicial e intermedio de la carrera, los estudiantes son más propensos a no aprobar, bajo ninguna circunstancia, el uso de cámaras o micrófonos ocultos, así como el hecho de no mencionar la fuente en ciertas coyunturas periodísticas [Gráfico 4].
5. Conclusiones
En cuanto a las características sociodemográficas de los estudiantes de periodismo de Cuba, dos de cada tres son mujeres (67,8%) de aproximadamente 21 años de edad. El año lectivo con mayor número de estudiantes es 5to y la región del país con una mayor presencia de estos es Occidente (que agrupa a las sedes de Pinar del Río, La Habana y Matanzas).
Aunque el rol profesional del periodismo más destacado por los estudiantes de Periodismo de Cuba es, con bastante diferencia, el cívico, también están frecuentemente presentes el de servicio e infoentretenimiento. En cambio, los roles difusor-intervencionista, leal-facilitador y vigilante, ejercen un rol secundario.
Los roles profesionales son percibidos de diferente modo de acuerdo al perfil, la situación y el contexto en el que se encuentran los estudiantes. En relación al género, existen muchas más coincidencias de parecer que de semejanzas. Tanto las mujeres como los hombres consideran que los roles más importantes son el cívico y servicio.
De acuerdo al año cursado por los estudiantes, el rol cívico es el más destacado de forma constante sin importar el curso académico. En el caso de los estudiantes que cursan 1ro, los otros roles mencionados son el de servicio, infoentretenimiento y difusor; en 2do, el de servicio e infoentretenimiento; en 3er, el de servicio y difusor; en 4to, el de infoentretenimiento y de servicio y, en 5to, el de servicio y difusor.
Al valorar las cuestiones éticas cuestionables dentro del quehacer periodístico predomina una tendencia idealista entre los estudiantes. De todas las prácticas sugeridas, la mayor parte de los estudiantes cubanos no aprobaría bajo ninguna circunstancia el 50% de ellas. Entre las prácticas más denostadas y criticadas se encuentran las relacionadas con la publicación de rumores o bulos, la no protección de las fuentes y la de dejarse influir a través de “favores”.
Las estudiantes femeninas rechazan en mayor medida estas prácticas profesionales éticamente cuestionables en mayor medida que sus homólogos masculinos. Los estudiantes más lacios con estas prácticas controvertidas se encuentran cursando cuarto y quinto año, un aspecto que debe preocupar seriamente a los encargados de su formación durante esta etapa de formación superior. Una posible causa de esta tendencia entre los estudiantes que están finalizando la carrera podría estar relacionada con su mayor experiencia en el vínculo con los medios, tal y como alerta Donsbach et al (2012). Teniendo en cuenta que la práctica laboral, como asignatura integradora dentro del Plan D, ocupa un lugar importante en la formación de periodistas en Cuba y tiene apartado al final de cada semestre un periodo de estancia en los medios, es posible que allí hayan acumulado vivencias que condicionen su percepción. Una experiencia relacionada, en ciertos casos, con situaciones de hermetismo y sobreprotección que les llevaría a considerar justificables actitudes como el uso de documentos personales no autorizados, el pago por información confidencial y la recreación de noticias por medio de actores, como una vía para poder informar.
Tanto la posición privilegiada del rol cívico entre las respuestas de los encuestados, como la tendencia a un alto estándar ético se puede asociar a una de las fortalezas de la carrera: su carácter humanista y el modo en que se enfatiza en los procesos de enseñanza en el compromiso de la profesión con la sociedad y la ciudadanía. Al mismo tiempo, podría destacarse como un posible factor influyente en las respuestas de los estudiantes de Periodismo la fuerte vocación por la transformación de la realidad social y el compromiso con el entorno (Oliva, 2016).