Señor. director:
Resulta interesante y muy oportuno el trabajo recientemente publicado por Ibraín Enrique Corrales-Reyes y colaboradores1 sobre la baja publicación de las investigaciones presentadas en el Congreso Internacional de Estomatología. La participación en distintos eventos científicos nacionales o internacionales donde los autores muestran los resultados de sus investigaciones, es parte de la génesis y el proceso interno previo a la publicación de un artículo, pero que muchas veces no finalizan el ciclo de la investigación con la publicación.
La investigación constituye el primer paso para crear, comprobar e implementar los nuevos conocimientos.2 La formación académica de posgrado prepara a los médicos para un mundo que combina lo asistencial con la medicina basada en la evidencia, y la producción científica es una forma tangible y objetiva de medir su experiencia y competencias en investigación.3
El artículo en cuestión, propone constatar, mediante una estrategia de búsqueda a través de Google Académico, si las investigaciones presentadas en el Congreso Internacional de Estomatología habían sido publicadas en revistas científicas. Este resultado evidenció un arduo trabajo por parte de los autores. Se demostró que los artículos de investigación solo se publican uno de cada diez trabajos presentados.
Al hacer el análisis y discusión de los resultados no se especifican los factores causales que no permitieron finalizar el ciclo de la investigación y la posterior divulgación de los resultados, desestimando además, todo el esfuerzo e inversión de tiempo que los investigadores realizaron para generar la investigación.
Este fenómeno puede estar relacionado a que muchas veces, el futuro investigador aprende a escribir artículos simplemente a base de probar una y otra vez y fracasar ante los árbitros de las revistas. En muchos casos, cae en el inmovilismo editorial, o sea, en un rechazo a publicar. Resulta por tanto relevante estimular e incentivar a los autores de los trabajos en la difusión de sus resultados para futuras investigaciones.
Llama la atención que un grupo de trabajos que se presentaron fueron realizados conjuntamente con estudiantes. Esto entraña un peligro aun mayor y es que pudiera suceder que estos patrones de cultura de publicación no se estén trasmitiendo adecuadamente a las futuras generaciones de profesionales de estomatología y los estudiantes, una vez graduados, no publiquen sus resultados.
Por lo cual es importante educar a los futuros profesionales en las herramientas necesarias para que este fenómeno no continúe prevaleciendo.
Recientemente se ha establecido dentro del premio anual de la salud en Cuba una categoría especial para premiar los artículos científicos publicados por estudiantes.4
Han aparecido también un grupo de revistas médicas estudiantiles en distintas provincias, que se unen a la revista 16 de abril, lo que constituye una esperanza de cambio en los próximos años.
Es por esto que artículos como este, que develan nuestra realidad en la producción científica cubana son bienvenidos para crear la consciencia necesaria de esta necesidad para las actuales y futuras generaciones.