Introducción
La enfermería y las tecnologías de la salud como ramas de las ciencias médicas muestran un constante desarrollo en su arsenal teórico y práctico con vistas a satisfacer las necesidades de salud del paciente, la familia y la comunidad, en correspondencia con las exigencias sociales, políticas, económicas y tecnológicas, de las cuales han sido dependientes las reformas de las políticas educativas de los países.1
Ahora bien, en Cuba, con el inicio del proceso revolucionario y el desarrollo progresivo de la sociedad, la formación pedagógica y científico-investigativa de los profesionales de enfermería y tecnología de la salud ha transitado desde la instrucción empírica hasta la institucionalización de la enseñanza y el surgimiento de las actuales facultades en todas las provincias del país. En las universidades, los procesos formativos en los órdenes pedagógico e investigativo permiten la interacción de docentes y estudiantes, quienes, desde sus roles, pueden encontrar soluciones a problemas relacionados con las carreras y perfiles profesionales.1,2
Por ende, la finalidad del proceso docente-educativo es preparar a los individuos en una determinada rama del saber para toda su vida, de manera que sean capaces de enfrentar las nuevas situaciones y los problemas, así como solucionarlos con gran impacto.3 En tal sentido, se hace necesario que los docentes profundicen en corrientes, paradigmas y tendencias pedagógicas actuales, dada la influencia de los nuevos avances científicos y tecnológicos de estos tiempos.
Desde el punto de vista pedagógico, el término tendencia designa a un conjunto de ideas relativamente sistematizadas que han tenido una influencia significativa en el terreno educativo en diferentes siglos y que, a partir de una concepción del hombre, han elaborado una propuesta acerca de la educación y sus protagonistas.4
Las tendencias pedagógicas tienen un sentido etnográfico y cultural en la formación teórica y práctica de los docentes y estudiantes de estas carreras, pues influyen en los modos de actuación, el conocimiento de los métodos científicos y de enseñanza, así como en el cumplimiento de sus funciones profesionales y sociales, al desarrollar capacidades para buscar alternativas y solucionar problemas, innovar y crear.4
Sobre la base de las consideraciones anteriores, se decidió analizar las principales tendencias de la formación pedagógica y científico-investigativa de los profesionales de enfermería y tecnología de la salud de Santiago de Cuba.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo, de corte longitudinal y toma de datos prospectivo, en un universo de 45 docentes de la Facultad de Enfermería-Tecnología de la Salud de Santiago de Cuba vinculados al proceso docente-educativo, desde septiembre del 2021 hasta julio del 2022, los cuales dieron su consentimiento para participar en la investigación.
Para ello, se emplearon los siguientes métodos del nivel teórico: histórico-lógico, análisis documental, sistémico-estructural-funcional, análisis y síntesis, así como sistematización; y del nivel empírico: observación.
Las variables analizadas fueron nivel profesional de los docentes, nivel de preparación pedagógica y científica e investigativa, sector de formación de los profesionales y tendencias pedagógicas utilizadas.
Para la recolección de los datos se confeccionó una encuesta y para el análisis estadístico se utilizó el paquete SPSS, versión 22.0, que permitió determinar frecuencias absolutas, suma, resta, porcentajes y media.
Los autores declararon su compromiso de confidencialidad y protección de la información; para su ejecución también se solicitó la autorización a la Dirección del centro y la aprobación del Comité de Ética y del Consejo Científico.
Resultados
Respecto a la formación de los docentes (tabla), se observó un predominio de los que procedían del sector de la salud (42, para 93,3 %) en relación con los graduados por el Ministerio de Educación Superior (3, para 6,7 %).
Todos los profesores plantearon que habían recibido preparación pedagógica y científico-investigativa, pero solo 10 (22,2 %) consideraron que esta fue óptima.
En cuanto a la definición sobre las tendencias, todas se aceptaron por tener puntos comunes con la que se adoptó en este estudio.
Al abordar el sentido de las tendencias pedagógica y científico-investigativa, 18 (40,0 %) encuestados plantearon que fue etnográfica, 15 (33,3 %), cultural y solo 12 (26,7 %) abarcaron ambas categorías.
Por su parte, 40,0 % de los docentes expresaron que como tendencia pedagógica e investigativa utilizaban la desarrolladora y 60 %, la problémica.
Entre las tendencias que contribuyeron a su formación señalaron a la enseñanza problémica, la enseñanza por proyecto y la competencia.
La totalidad (100,0 %) mostró una estima elevada del uso de dichas tendencias, pues, unido a los avances, favorecen los procesos de aprendizaje en los estudiantes.
Discusión
Existe una cantidad significativa de docentes cuya fuente de promoción proviene del sector de la salud, pues son graduados de los diferentes carreras y perfiles donde desempeñan el magisterio, lo cual representa una fortaleza porque dominan las materias que imparten; sin embargo, se significa que la formación docente debe continuar su perfeccionamiento, debido a que los cursos no complementan la experiencia alcanzada en el ejercicio docente y los cambios que a diario se generan en su arsenal teórico.5,6
De hecho, en la educación la tendencia es una nueva perspectiva que complementa, refuerza o modifica un paradigma, un enfoque, un modelo o una corriente pedagógica. Constantemente surgen nuevas propuestas de enseñanza, las cuales carecen de un cuerpo teórico que las sustente o desconocen las corrientes o los modelos del pensamiento que se configuran en la pedagogía, pues son actualizaciones que incorporan otros aspectos no contemplados por las corrientes o teorías originales del pensamiento pedagógico.5
Por ello, se recomienda indagar en los fundamentos de la pedagogía, para poder comprender e interpretar las diversas propuestas, teniendo en cuenta sus cimientos pedagógicos y científico-investigativos.
En sus inicios la formación en enfermería y de los demás técnicos de la salud fue empírica, un tanto procedimental y de poca teoría, que originó una enseñanza carente de un pensamiento crítico y reflexivo.1
Las tendencias de la formación científico-investigativa y pedagógica de los profesionales de enfermería y tecnología de la salud son un proceso en marcha con nuevas concepciones y modelos educativos que permitirán una mejor cohesión del componente académico con el laboral y el investigativo.
Cabe destacar que la utilidad del conocimiento del método general de la ciencia, y en particular de sus carreras (método tecnológico y atención de enfermería), resultan elementos integradores que transitan como eje vertical en cada una de las asignaturas de sus currículos formativos, lo que aporta un pensamiento lógico y crítico de sus carreras.
Al profundizar en las tendencias de la formación científico-investigativa y pedagógica de estos profesionales de la salud, el uso de las nuevas tendencias de aprendizaje4 constituye un factor de desarrollo en el que deben estar involucrados todos sus docentes como forma de perfeccionamiento de su pedagogía y didáctica para llevar un proceso de aprendizaje desarrollador en los nuevos profesionales en formación. Así podrán lograr su independencia cognoscitiva y una autonomía de la profesión con pensamiento crítico y reflexivo.
De igual manera, es preciso mencionar que se necesitan profesionales que impartan la docencia con una sólida formación pedagógica y una amplia experiencia en la práctica y el desempeño de su profesión.
La pedagogía y la formación científica e investigativa adquieren su fortaleza formativa cuando se vinculan con las actividades asistenciales (principio de la vinculación estudio-trabajo), lo cual permite preparar a estos profesionales como sujetos activos de su proceso de aprendizaje y desarrollo personal, para que sean capaces de interpretar y transformar el mundo en que viven, en la etapa histórica de su vida.7
Tanto la enfermería como la tecnología de la salud han transitado por diferentes modelos formativos y tendencias de aprendizaje, desde el llamado modelo tradicional, caracterizado por una concepción empírica y tecnicista, que da cuenta de una formación fragmentada y carente de atención científico-investigativa y pedagógica, la cual ha transitado atemperada a las nuevas condiciones de la ciencia y la tecnología, aún insuficiente en su formación.
Actualmente se avanza hacia una formación con carácter humanista, desarrollador e interdisciplinario, orientada a la actuación responsable para el cuidado de la salud humana, que caracteriza tanto a los enfermeros como a los tecnólogos de la salud. Se basa en una tendencia dialéctica, encaminada a establecer una integración coherente entre la práctica científica preprofesional y la actuación en el área de la salud, de modo que favorezca la unión entre el progreso científico-técnico y el empleo de las tecnologías de la información y la comunicación.
La formación humanista proporciona al hombre los elementos cognoscitivos indispensables para comprender mejor el mundo y apropiarse de una educación estética, conjuntamente con la afinación de la sensibilidad y la elevación de las cualidades morales y éticas.8,9
En el proceso docente-educativo existen múltiples tendencias que pueden ser potenciadas por los docentes para el aprendizaje de los alumnos, pues posibilitan la construcción de su propio conocimiento y pensamiento, a fin de promover un aprendizaje desarrollador, con significado de los contenidos recibidos en clases.
Resulta importante señalar que para el uso correcto de las tendencias pedagógicas e investigativas en la enseñanza superior es necesario el dominio, por parte de los docentes, del enfoque sistémico-estructural-funcional del proceso pedagógico, el cual facilita la comprensión de la esencia y la dinámica de dicho proceso como componente de la formación profesional.
El enfoque dialéctico y dinámico de los procesos pedagógicos e investigativos favorece la apropiación de una lógica en el pensamiento científico del estudiante, que incluye la necesidad de la problematización, la teorización y la demostración del proceso de búsqueda científica, con sus estrategias generales, lo que garantiza la introducción de los resultados científicos en la actuación de este personal de la salud.10,11
Asimismo, se enfatiza en la necesidad de lograr tal formación pedagógica e investigativa desde el contexto de las carreras de la salud, sobre la base de la lógica de la construcción científica que debe realizar el estudiante, lo cual incluye la creatividad, la innovación permanente y la solución de problemas de salud que enfrenta en su labor, con la aplicación de los avances ya logrados en la investigación profesional, que inciden también en el desarrollo social.
La pedagogía aporta, a estudiantes y docentes, herramientas instrumentales y procedimentales para poder trasmitir los conocimientos e incentivar la búsqueda, la creatividad, la independencia y la autonomía, al fortalecer los 3 componentes sustantivos de la educación superior.12
En tal sentido, las universidades deben participar de manera activa y con resultados relevantes en las transformaciones que, desde la ciencia, deben recibir los procesos educativos y culturales en la formación de los profesionales para solucionar los problemas y las necesidades del desarrollo social.13
Las investigaciones científicas favorecen el proceso de superación de los profesores, amplían su horizonte intelectual y les permiten estar actualizados en ese orden.
A través de esta actividad, el docente adquiere una serie de habilidades que son fundamentales para la realización eficaz de su futuro trabajo como profesional. Su trabajo integral permite el desarrollo de la capacidad de análisis, el enfrentamiento a situaciones problémicas con enfoque creador, la búsqueda de información, el análisis crítico y autocrítico; desarrolla el hábito de trabajo colectivo, la modestia, la sencillez y el rigor, a la vez que aprende el método científico y los aspectos éticos de su labor.13,14
La preparación de las clases con el uso adecuado del método científico debe llevarse al aula con su carácter solucionador de problemas para que beneficien la actividad científico-estudiantil; elemento importante en la formación científico-técnica del alumnado, pues desarrolla las habilidades investigativas, la iniciativa, la creatividad, así como el logro de su independencia cognoscitiva.
Con el uso del método científico en las clases y el desarrollo de procedimientos productivos, el trabajo científico en estudiantes y profesores manifiesta su carácter transformador y creador, dando a los primeros un significado de lo aprendido para su profesión y para la vida.
La implementación de actividades científicas en los alumnos también conlleva una preparación de los docentes, los cuales deben lograr una actualización de los contenidos y los aspectos científico-técnicos sobre las temáticas impartidas en clases, así como el uso de las tecnologías de la información científica, con el objetivo de crear proyectos que incorporen a los alumnos y que estos puedan presentar sus trabajos de conjunto en diferentes eventos.15
Se pudo concluir que la integración de la docencia, la asistencia y la investigación es precisamente la tendencia más evidente del desarrollo en los profesionales de enfermería y tecnología de la salud. Esta concepción de la actividad científica como proceso y resultado pone de manifiesto la unidad dialéctica entre los componentes de la investigación y la unidad entre teoría y práctica; expresión del proceso formativo y las exigencias sociales para los diferentes perfiles formativos, cuya integración debe ser preocupación de todos los docentes y las instituciones del sector de la salud, donde es importante que primen la calidad, la formación de valores y los conocimientos necesarios en la atención a la salud del pueblo.