Señor Editor:
El virus SARS-CoV-2 ha sido de interés mundial, debido a la diversidad de síntomas y manifestaciones clínicas en los pacientes contagiados. La COVID-19 es una enfermedad provocada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, identificado por primera vez en el 2019 en Wuhan, provincia de Hubei, China.1)
La vertiginosa trasmisión de la COVID-19 y la inquietud por la transmisión viral resalta la importancia de identificar síntomas tempranos o subclínicos de la infección.2 Este virus, presenta múltiples características clínicas que van desde síntomas respiratorios leves a graves, y pueden desencadenar en síndrome de dificultad respiratoria aguda (SARS), síntomas gastrointestinales y neurológicos pues de igual manera, puede afectar tanto neuronas como células gliales del sistema nervioso.3
Por un lado, provoca la liberación de citoquinas y puede generar daño auditivo, endotelitis y afectación de la función microcirculatoria. Por otro, puede irrumpir el nervio coclear, al causar una neuritis, o afectar a los tejidos blandos de la cóclea y originar una cocleitis.4) Los coronavirus además de neuroinvasivos y neurotrópicos, inducen necroptosis y liberación de patrones moleculares asociados a un daño. Estos mecanismos proinflamatorios instauran un ciclo con producción de moléculas como quimiocinas y citosinas, las que exacerban el proceso neuroinflamatorio y neurodegenerativo. El SARS-CoV-2 se fija mediante la proteína espiculada S al receptor de la enzima convertidora de la angiotensina ll. En el sistema nervioso central existe una alta expresión de receptores de ECA2, lo que hace posible que este virus lo afecte.5
La hipoacusia neurosensorial súbita demanda un tratamiento rápido y adecuado, con el objetivo de mejorar el pronóstico auditivo del paciente. Lograr conciencia sobre esta presentación atípica e inespecífica de la enfermedad por el virus del SARS-CoV-2, permitirá no solo detectarla y diagnosticarla, sino tratarla de forma oportuna.6
El primer caso, que evolucionó a la pérdida auditiva neurosensorial positivo a SARS-CoV-2, fue revelado por Sriwijitalai y Wiwanitkit en abril del 2020. Este virus provoca una respuesta inflamatoria y un aumento de citocinas como el factor de necrosis tumoral α, la interleucina 1 y la interleucina 6.5, tanto la penetración directa en la cóclea como la inflamación que induce estrés celular, son mecanismos implicados en la pérdida de la audición neurosensorial persistente y podrían acaecer en la infección por SARS-CoV-2.7
Este virus, al considerarse neuroinvasivo, podría casualmente tener repercusiones a corto y a largo plazo en el sistema auditivo o vestibular.8 En la práctica médica hemos registrado varios pacientes recuperados de coronavirus que presentan pérdida de audición de tipo neurosensorial.
Muchos han pensado en la posibilidad de que la infección por SARS-CoV-2 se podría presentar como un nuevo agente etiológico en la sordera neurosensorial. Se impone en futuras publicaciones realizar un análisis profundo con fundamentos sólidos, y estudios en varias poblaciones para poder establecer la viable relación entre la infección por este virus y su papel en la lesión auditiva.