I. INTRODUCCIÓN
Las empresas contemporáneas que sobreviven en los mercados actuales se caracterizan por el uso intensivo de sus recursos; sin embargo,la movilización y gestión de los mismos, específicamente los tecnológicos, también depende del grado de conocimiento, comprensión y asimilación que sus empleados alcancen sobre estos[1]. La tecnología, además de ser un conjunto de conocimientos e informaciones, constituye una de las principales fuentes de competitividad, experiencia, equipos, instalaciones y software que debe ser sostenible y estar alineada con el desarrollo económico, social y ambiental del país, el territorio y la organización[2; 3]. Philbin (2013) habla sobre el rápido acceso a la tecnología, aunque también establece nuevos retos y ofrece oportunidades que involucran, no solo el nivel empresarial, sino también las dimensiones social y ambiental [4]. Su capacidad de gestión e integración dependerá en buena medida su posición competitiva que permita a su vez, que tanto los desarrollos exitosos como la adopción de nuevas tecnologías, requieran de modelos de gestión que incluyan elementos sociales y ambientales que permitan incrementar también la sostenibilidad de un determinado sector[5].
Desde la perspectiva de la sostenibilidad, el procedimiento de evaluación propuesto se basa en un enfoque de integración de tres dimensiones: la económica, la ambiental y la social que incorporadas a la gestión corporativa, se denomina “triángulo de la sostenibilidad” (Schaltegger y Burritt, 2005 ápud Schalteggeret al., 2016) [6]. En este sentido, Días Duque y Gómez Sal (2013)señalan que la concepción tridimensional ha transitado hacia un enfoque multidimensional con la adición de nuevas perspectivas de análisis[7]. Así, se destacan también, entre otras, la tecnológica que si bien enriquece el análisis, también hace más compleja la aplicación de este concepto en la práctica empresarial, en particular para las Pequeñas Y Medianas Empresas (PyMEs) que no siempre disponen del “cómo hacerlo”. Sin embargo, en lo conceptual, se considera pertinente denominar a la primera dimensión (económica) como “técnico-económica”, donde el primer término del par se refiere a su viabilidad técnico-tecnológica.
Otro aspecto de interés conceptual asociado a este tema es el referido a la equidad de las dimensiones en el “triángulo de la sostenibilidad”, a la hora de evaluar integralmente el proceso de transferencia de tecnologías. En tal sentido, se considera que este “triángulo debe ser equilátero” (refiriéndose a su forma geométrica) en concordancia con los elementos técnico-económico, ambiental y social. Así, por ejemplo, en aquellas que no sean ambientalmente compatibles, tendrían en la inmensa mayoría de los casos, la oposición de un candidato ecológico (o con “etiqueta verde”) con similares prestaciones técnico-tecnológicas en condiciones económicas que no resistirían una comparación racional. Un enfoque similar puede ser aplicado a la dimensión social, asociado a sus correspondientes variables para casos concretos.
Este enfoque equitativo o responsable de la transferencia de tecnología basado en estas tres dimensiones que deben ser objeto de análisis en cualquier proceso de este tipo que actualmente se desarrolle, constituye más que una necesidad, en un imperativo del momento. En la figura 1 se representa este enfoque, incluso con una propuesta de denominación de las tecnologías que permiten mantener “unidas” casuísticamente cada par de dimensiones (tecnología eco-justa; tecnología eco-efectiva y tecnología socio-efectiva); para aquellas que lo logran en todos los “puntos de unión” entre sus tres dimensiones podría ser denominada como “tecnología viable y sostenible” (TVS), sintetizando en este último término de la denominación propuesta, la responsabilidad social y ambiental que asume la misma.
Este enfoque forma parte también de la solución conceptual-metodológica que contribuye al conocimiento de las bases de la gestión de tecnologías ecológicamente sanas, socialmente pertinentes, económica y financieramente atractivas, y técnicamente viables, formuladas, entre otros,por Miranda et al. (2011). La incorporación de los factores económicos, sociales y ambientales en la planificación, diseño y evaluación de proyectos de inversión resulta indispensable para lograr un verdadero desarrollo sostenible[8]; con una correcta evaluación y control que deberá incidir directamente sobre la responsabilidad social de la empresa.
Se concuerda con Sánchez Berriel (2018) en que no basta con una evaluación integral, debe sinérgicamente demostrar su sostenibilidad[9]. La evaluación de esta integralidad se lleve a cabo de múltiples maneras, que van desde evaluar conexiones entre intereses globales y locales, estratégicos y tácticos de diferentes metodologías, hasta evaluar los pilares económico, ambiental y social [10; 11]. No obstante, esta integración evaluativa es generalmente compleja y difícil de realizar, dada la relativa ausencia de metodologías y procedimientos adecuados generalmente la incertidumbre es alta, sobre todo al aplicar herramientas como el análisis multicriterio[9; 11]. Sin embargo, la evaluación desde una concepción integrada, considerando las interconexiones entre estas y su interpretación combinada, ayuda a reducir considerablemente la incertidumbre[12]. Pero, en la práctica existen aplicaciones orientadas a una evaluación integral de la transferencia de tecnologías, como por ejemplo, los aportes de Cegesti (2005), Poch Ambiental S.A. (2009) y Cervea y Ureña (2017)[13; 14; 15]. En Cuba, se aprecian ejemplos de aplicaciones de este enfoque integrador en decisiones tecnológicas, como los planteados por Hernández Oro (2014, Abreu Ledónet al. (2016) y por Sánchez Berriel (2018). El trabajode Hernández Oro (2014), se refiere a la variable fiabilidad en proyectos de instalaciones hidráulicas. Ledónet al. (2016) apoya los procesos decisorios vinculados con decisiones inversionistas de equipamiento productivo en pequeñas ymedianas empresas (PyMEs) manufactureras. Dichos trabajos constituyen obligados referentes por su vínculo de alguna u otra manera, con procesos de transferencia de tecnologías en sus respectivas aplicaciones[9; 16; 17]. Como se puede evidenciar, es claro que la evaluación integral y su aplicación en otros campos y contextos, no solo contribuyen a generar nuevos métodos y aplicaciones para apoyar procesos decisorios específicos, sino que permiten visualizar desde múltiples perspectivas el vínculo e interacción entre varios factores para definir medidas que contribuyan al desarrollo sostenible en general.
En Ecuador, las PyMEs manufactureras contribuyen en un 12 % al PIB y constituyen el rubro más importante luego de la producción petrolera; se caracterizan por importar bienes y servicios de mayor valor agregado y de alta tecnología en el mercado internacional[18]. Sin embargo, su competitividad se expone a factores limitantes, tales como:
la contracción de la economía nacional
una inadecuada distribución del ingreso que resta capacidad y tamaño al mercado interno e incentiva la importación de bienes de consumo, alentando la dependencia tecnológica como consecuencia de una lenta innovación que afecta a la productividad[19]
falta de una reactivación sostenida de la capacidad productiva y escasos encadenamientos de producción y consumo, además de una reducida vinculación con el sectorial industrial[20].
Esto se refleja en el desfavorable posicionamiento alcanzado por el país de acuerdo con indicadores en competitividad e innovación, con una caída del puesto 71 alcanzado en 2013 al puesto 86 en 2018 de entre 140 países evaluados en el ranking mundial de competitividad y de cinco lugares en el ranking mundial de innovación en 2018, por debajo de su posición en 2017 y del mejor lugar alcanzado en 2013 (lugar 83) [21; 22].
Para mitigar esta situación y dentro del proyecto de inversión pública como parte de la “Estrategia nacional para el cambio de la matriz productiva” del país, se ha trazado la Política Industrial del Ecuador para el periodo 2016-2025, priorizando a la industria manufacturera. En estos documentos programáticos se han definido los lineamientos respecto a la gestión de la tecnología, con la particularidad de enfocarse entre otros aspectos, en procesos de transferencia y asimilación para la inversión productiva de tecnologías que favorezcan el desempeño competitivo de la industria ecuatoriana, pero con responsabilidad social[23], lo que requiere de procederes evaluativos como el propuesto.
II. MÉTODOS
El trabajo investigativo en que se basó este resultado se inició con la revisión y análisis de varias fuentes bibliográficas y otras que permitieron caracterizar el estado del conocimiento y de la práctica ecuatoriana sobre la gestión estratégica de la transferencia de tecnologías en PyMEs manufactureras, para establecer fundamentos y criterios científicos y metodológicos respecto a la transferencia de tecnologías y los métodos para su evaluación integral.
Para crear un instrumento metodológico alternativo y complementario que contempla un sistema de procedimientos para la gestión de transferencia de tecnologías en este tipo de empresas, se analizó toda la información obtenida que se sintetizó de manera creativa en uno de los procedimientos específicos orientado a la evaluación integral de la tecnología en procesos estratégicos de transferencia [24; 25]. Este procedimiento incorpora un conjunto de herramientas de ingeniería y de gestión que en su conjunto han sido validadas mediante los métodos de evaluación de expertos en la temática y redes de flujo de trabajo derivadas de las tradicionales redes de Petri.
III. RESULTADOS
Derivado de la identificación y análisis de las tecnologías consideradas estratégicas para los procesos de transferencia hacia la PyME manufacturera a ejecutar en el marco de los correspondientes planes por periodos (por ejemplo, anuales y de menor alcance) en que se ha desagregado la estrategia de transferencia de tecnologías (ETT) en la PyME en cuestión. Se desarrolla el procedimiento propuesto mediante la consecución de cuatro pasos, cuyo objetivo se centra en evaluar un grupo de opciones tecnológicas ( OT q ) existentes en el mercado tecnológico para su futura transferencia (obtención) en función de sus tres dimensiones (técnico-económica, ambiental y social) como apoyo a los procesos decisorios para mejorar el desempeño competitivo con responsabilidad social en la PyME en cuestión, mismos que se describen a continuación.
La evaluación técnico-económica de las diferentes OT q debe enfocarse en primera instancia (evaluación técnica), a la solución de los puntos débiles de las tecnologías patrimoniales “i” de los procesos “k”. Para ello pueden ser utilizadas herramientas de ingeniería y gestión, tales como la adecuación casuística del método de la matriz de comparación propuesta por Cegesti (2005), del Índice de Funcionalidad propuesto por Abreu Ledónet al. (2016) o la metodología del Análisis Complejo de Procesos(ACP) para casos específicos de mayor complejidad y precisión evaluativa[13; 16; 26].
Por su parte, Hidalgo Nucheraet al. (2002),recomienda que para el análisis económico correspondiente a la evaluación a que se somete cada OT q para ser transferida a la PyME, pueden utilizarse métodos cuantitativos y/o cualitativos, en dependencia; entre otros factores, de si el nivel de incertidumbre que se maneje es escaso o elevado, en función de si la tecnología a transferir es madura (métodos cuantitativos) o inmadura (métodos cualitativos), respectivamente. También señalan que para el caso en que se decida el empleo de métodos cuantitativos, pueden utilizarse los clásicos métodos del Valor Actual Neto ( VAN ) y de la Tasa Interna de Rentabilidad(retorno) ( TIR )[27].
Un análisis integral y casuístico de ambas variables de esta dimensión, presupone que individualmente para cada OT q , debe cumplirse que VAN q >0 en el periodo de tiempo (años) “n” de vida útil económica estimada de la tecnología candidata a ser transferida (expresión 1), y que su TIR q >r (tasa de interés, rentabilidad, descuento, etc.) o que el costo de oportunidad del capital invertido para un VAN = 0 (expresión 2).
Donde:
C 0 : valor de la inversión inicial realizada en la OT q , en ($)
C a : flujo de caja en el año “a” (a =1,n), en ($)
r: tasa de interés (rentabilidad, descuento, etc.) que el proveedor (cedente) de la tecnología demanda por la aceptación del pago aplazado (generalmente constante para el periodo)
Cuando se justifica y decide aplicar métodos cualitativos, los autores antes referidos proponen la utilización de las tradicionales listas de chequeo para el cálculo de los que denominan Índice de Mérito Relativo ( IMR ) y Global ( IMG )[27], calculados por medio de las expresiones 3 y 4, respectivamente, a partir de la información contenida en la Tabla 1.
Nº | Grupos de criterios / criterios de factibilidad | Pond. (ptos.) | Calificación cualitativa |
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Bien (10) | Medio (5) | Mal (1) | ||||
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1.1. Probabilidad de éxito técnico | 10 | x | ||||
1.2. Propiedad industrial | 7 | x | … | |||
1.3. … | ||||||
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2.1. Oportunidad / necesidad | 10 | x | ||||
2.2. Posición competitiva | 8 | x | ||||
2.3. |
… | … | ||||
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||||||
3.1. VAN / TIR | 10 | x | ||||
3.2. |
… | … | ||||
… | … | … | … | … | … | … |
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Fuente: adaptado de Hidalgo Nuchera et al. (2002) [27].
Finalmente, la evaluación correspondiente a la
Donde:
Sin embargo y según señalan Abreu Ledónet al. (2016), en aquellos casos en que el período de vida útil económica de la tecnología en cuestión, sea menor que el periodo en que se enmarca el análisis (por ejemplo, un año), se deben realizar estimaciones de inversiones futuras en estas tecnologías para permitir la comparación entre las posibles alternativas[16]. Así, el valor correspondiente a la evaluación técnico-económica [
La evaluación ambiental de las OT q consideradas en la proyección estratégica de los procesos de transferencia para el plan correspondiente al periodo fijado por la PyME en cuestión, está condicionada por la normativa vigente en Ecuador según el Artículo Nº. 1 de la Ley de Gestión Ambiental. Para ello se utiliza como guía lo estipulado en el Libro VI del Texto Unificado de Legislación Secundaria del Ministerio del Ambiente (TULSMA) con carácter obligatorio, en el cual se detallan las actividades de protección ambiental que tiene que cumplir toda actividad económica, diferenciadas en siete (7) anexos que comprenden las normas técnicas ambientales dictadas y amparadas por el Acuerdo Nº. 061 del Ministerio del Ambiente (2015), contentivas de los límites máximos permisibles de las emisiones de diferente tipo que pueden provocar contaminación ambiental[28].La evaluación ambiental parte de la identificación casuística de las variables ambientales influyentes que interactúan entre los procesos productivos, el medio ambiente y su impacto provocado en la PyME, así como las normas técnicas ambientales implicadas en esta evaluación. Un ejemplo sintético de este proceder se muestra en la Figura 2 para el caso de unaPyME manufacturera metalmecánica.
La evaluación ambiental de la opción tecnológica ( OT q ) objeto de transferencia se realiza mediante una valoración cuantitativa, de acuerdo con el cumplimiento de los parámetros ambientales establecidos por el TULSMA y sus normas referidas anteriormente. No obstante, también pueden ser utilizadas otras herramientas de ingeniería y gestión, tales como: el Índice Relativo de Impacto Ambiental (IRIA) propuesto por Sotolongo Sánchez (2004) adaptado del método Fine (Fine, 1971) o el Análisis de Ciclo de Vida (ACV) para casos específicos en los que se requiera de un análisis más detallado por su complejidad y precisión[29; 30]. Sin embargo, el empleo de estas herramientas alternativas requiere de una adecuación para ser integradas en el procedimiento propuesto.
Identificados los parámetros a evaluar, se determina el nivel de importancia de la norma técnica ambiental correspondiente( N I(y) ) dentro del proceso productivo específico estudiado, donde se involucra la tecnología considerada como opción de transferencia OT en los marcos de este procedimiento, apoyados en una guía de evaluación, como se observa en la Tabla 3.
Escala (ptos.) |
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---|---|
5 | Altamente importante en el proceso que se estudia |
3 | Moderadamente importante |
1 | Poco importante |
Esta evaluación se integra a una valoración ponderada de cada OT q como swe refleja en la Tabla 4, utilizando una escala cualitativa en las categorías siguientes: cumple (C; 5 ptos.); cumple parcialmente (CP; 3 ptos.); no cumple (NC; 0 ptos.).
OpciónTecnol. |
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---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
|
|
… |
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5 |
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3 | … |
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C | CP | NC | C | CP | NC | … | C | CP | NC | ||
5 | 3 | 0 | 5 | 3 | 0 | … | 5 | 3 | 0 | ||
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5,0 | |||||||
… | |||||||||||
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1,6 | |||||||
… | |||||||||||
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2,6 | |||||||
… | |||||||||||
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En la Tabla 5 se expone una guía general para aplicar esta escala, aunque se reitera también el carácter casuístico de este análisis valorativo con el uso de los anexos antes señalados.
Categoría de la escala | Criterio de evaluación |
---|---|
Considera todas las variables ambientales que aplican en el caso considerado y con todos los requisitos de las normas técnicas ambientales asociadas a esta | |
Considera todas las variables ambientales que se corresponden con el caso y parcialmente (la mayoría) de las normas técnicas ambientales que aplican | |
No considera todas las variables ambientales que se corresponden con el caso y ninguna / solo algunas de sus normas técnicas ambientales asociadas |
Fuente: elaboración propia.
Así, el valor “normalizado” de la Evaluación Ambiental E A(q) para cada opción tecnológica “q” se determina mediante la expresión 6.
Donde:
La evaluación social de cada opción tecnológica “q”[
No obstante y para los fines de la investigación, se ha realizado una adecuación casuística de este con orientación hacia los procesos de transferencia de tecnologías, considerando específicamente aquellos elementos de evaluación relacionados con el público interno (personal de la empresa) y externo (comunidad) sobre los que impacta un proceso de este tipo, como se observa en la Tabla 6.
Sub-dimens. | Indicadores sociales ( |
---|---|
Público interno | Influencia en la salud, seguridad y condiciones de trabajo |
Desarrollo profesional, formación y capacitación y empleabilidad | |
Desempleo | |
Compromiso con el mejoramiento de la calidad ambiental | |
Gerenciamiento de los impactos sobre el medio ambiente y del ciclo de vida del producto | |
Minimización de entradas y salidas de recursos e insumos | |
Público externo | Empleabilidad |
Trabajo impuesto en la cadena productiva | |
Conocimiento y gerenciamiento de los daños potenciales de los productos y servicios / tecnología enriquecida | |
Gerenciamiento del impacto de la empresa en la comunidad de entorno |
Fuente: adaptado de Ceres (2011)[31].
De esta manera, la evaluación social
Opción Tecnol. | Elemento de evaluación social ( |
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---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
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A | M | B/N | A | M | B/N | … | A | M | B/N | ||
5 | 3 | 1/0 | 5 | 3 | 1/0 | … | 5 | 3 | 1/0 | ||
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5,0 | |||||||
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1,7 | |||||||
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2,6 | ||||||||
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Así, el valor “normalizado” de la Evaluación Social [
Donde:
A partir de los resultados obtenidos de las evaluaciones técnico-económica [
sujeto a las restricciones siguientes:
1)
2)
donde:
d: cantidad de dimensiones de la opción tecnológica evaluada (d = 1, 3)
Un ejemplo de la representación gráfica de una Evaluación Integral de transferencia de tecnología EI (q) con sus diferentes opciones tecnológicas, se muestra en la Figura 3.
IV. DISCUSIÓN
La revisión de la literatura evidencia la complejidad de integrar aspectos evaluativos que a su vez, sean coherentes, sintéticos y prácticos, precisamente por la ausencia de metodologías y procedimientos adecuados que se ajusten a las necesidades y contextos en los que serán aplicados. En este sentido y en correspondencia con los desafíos globales actuales que enfrenta la industria, específicamente en la integración de las dimensiones técnico-económica, ambiental y social de las tecnologías, la responsabilidad social constituye un aspecto clave . Es un elemento distintivo. en la evaluación de las opciones tecnológicas en los procesos estratégicos de transferencia que se ejecuten en las PyMEs manufactureras ecuatorianas que permite superar las “conformistas y pragmáticas” evaluaciones unidimensionales, basadas generalmente solo en su dimensión técnico-económica.
V. CONCLUSIONES
El análisis del “estado del conocimiento y la práctica” puso en evidencia la necesidad de desarrollar nuevos métodos y herramientas científicamente fundamentadas que contribuyan a apoyar los procesos decisorios estratégicos asociados a la transferencia de tecnologías en las PyMEs manufactureras, de manera que les permita mejorar su rendimiento productivo con responsabilidad social y niveles de competitividad más altos.
Desde una perspectiva de sostenibilidad, la tecnología debe responder a los desafíos actuales y específicamente a los relacionados con la responsabilidad social, sin dejar de lado los requerimientos técnico-económicos que cada organización le impone, de manera que puedan ser evaluados integral y simétricamente, particularmente en los procesos requeridos para su transferencia; sin embargo, para lograrlo se requiere de enfoques conceptuales y soluciones específicas de acuerdo con el tipo de PyME, tamaño y entorno / contexto en que esta se desempeña.
El procedimiento para la evaluación integral de las opciones tecnológicas implicadas en sus procesos de transferencia [( EI (q) ], constituye un novedoso y pertinente procedimiento que integra de forma coherente las tres dimensiones de la tecnología (técnico-económica, ambiental y social) mediante el uso de escalas cualitativas ordinales que consideran, tanto elementos cuantitativos como cualitativos de estas tres dimensiones que incluyen el cumplimiento de restricciones, normativas y procedimientos legales vigentes en Ecuador.