INTRODUCCIÓN
El búbalo, búfalo de agua o arni (Bubalus bubalis), es un gran bóvido procedente del sudeste asiático; se ha introducido en muchos otros lugares (1). En la actualidad se encuentra tanto en estado salvaje como doméstico, y es un animal multipropósito: produce leche, carne, pieles, trabajo y estiércol para diferentes usos (2,3).
Mitat (4) comunicó que la especie bubalina (Bubalus bubalis) fue introducida en Cuba en el año 1983. Fueron importados de Trinidad-Tobago, Panamá y Australia (5). Las infecciones, infestaciones y lesiones en la especie bufalina son las mismas que padecen los vacunos, aunque los procesos patológicos difieren en prevalencia, patogenicidad y sintomatología; por tanto, el diagnóstico, la prevención y el control de las enfermedades no son completamente similares (6,7).
El estado de salud de estos animales en Cuba es muy favorable, ha demostrado resistencia a la mayoría de las enfermedades presentes en el territorio (8). Sin embargo, algunos estudios indican que sirven de reservorio a varios agentes etiológicos, incluidos los zoonóticos, y pueden servir como fuente de infección para otras especies de animales y con graves perjuicios para la salud humana (9). Esta situación ha motivado el interés de los investigadores y especialistas en los últimos años y hoy existe consenso sobre la necesidad de conocer esta realidad y evaluar el impacto de la introducción de la especie en los ecosistemas cubanos, sobre todo para la salud pública veterinaria.
Al igual que otras especies, el búfalo requiere una atención adecuada, desde el punto de vista del manejo, la sanidad y el ambiente (10). La ganadería ecológica es un sistema de producción que adopta una serie de criterios, técnicas y medidas para evitar, corregir y controlar los riesgos de daños, garantizar la inocuidad de los productos, proteger al ambiente, a los animales, a los trabajadores y productores; además, se fundamenta en los principios del desarrollo sostenible (3).
En la explotación de animales con fines de obtención de leche, las buenas prácticas lecheras, según FAO/IDF (11), incluyen el aseguramiento en el suministro de agua limpia como medida para lograr que, durante la rutina de ordeño, no se lesione a los animales ni se introduzcan contaminantes en la leche.
El agua es fundamental para todas las formas de vida, lo que la convierte en uno de los recursos esenciales de la naturaleza. La calidad del agua potable es una cuestión que preocupa en países de todo el mundo, en desarrollo y desarrollados, por su repercusión en la salud (12). Se denomina agua potable o agua de consumo humano (ACH) al agua "bebible", en el sentido que puede ser consumida por personas y animales sin riesgo de contraer enfermedades (13). No debe poseer materias orgánicas, gérmenes patógenos ni sustancias químicas (12).
Se debe suministrar agua de calidad y en cantidad suficiente para que los animales suplan sus necesidades. Las aguas utilizadas para consumo de los animales, lavado de las instalaciones y riego de potreros y cultivos deben provenir de fuentes seguras, por lo que es necesario realizar regularmente análisis del agua y establecer un programa para la protección y el manejo adecuado de las mismas (14).
Chambi y Ramos (15) plantean que la contaminación del agua es la incorporación al agua de materias extrañas, como microorganismos, productos químicos, residuos industriales y de otros tipos, o aguas residuales. Estas materias deterioran la calidad del agua y la hacen inútil para los usos pretendidos.
Dentro de los métodos utilizados para la gestión de los riesgos sanitarios del agua, el sistema HACCP (Hazard Analysis and Critical Control Points) ha sido utilizado para controlar estos riesgos desde la década de los años 90. Este método se desarrolló para la industria agroalimentaria y consta de 12 etapas. Las dos etapas más importantes la constituyen el análisis de los peligros y la determinación de los Puntos Críticos de Control (PCC), que son las fases del proceso dedicadas a controlar la eliminación de un determinado peligro (16).
La FAO (17) y OPS/OMS (18) resaltan la identificación de los peligros y evaluación de los riesgos. Sin embargo, aun cuando se identifiquen los peligros, se hace necesario identificar las vías de la contaminación (19) para poder reducirlas.
Por otra parte, no es siempre válido aplicar el sistema HACCP como método para gestionar la calidad de la industria alimentaria, si no se han aplicado previamente buenas prácticas de higiene y de manejo (20,21).
En Cuba, no existen aspectos legislados para la aplicación del sistema HACCP (Hazard Analysis and Critical Control Points) para la gestión de los riesgos sanitarios del agua de consumo animal de las especies productivas, incluyendo al búfalo, por lo que el presente trabajo tuvo como objetivo establecer las bases teoricas-metodológicas para la gestión de riesgos sanitarios asociados a la calidad del agua de uso en una lechería bubalina de Artemisa.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación se llevó a cabo entre los meses de noviembre y mayo de 2016, en una unidad lechera bubalina de una Empresa Pecuaria perteneciente al Ministerio de la Agricultura (MINAG), ubicada en una franja costera pantanosa del sur de la provincia Artemisa, Cuba. Los animales se encontraron bajo un sistema de crianza semiextensivo, sobre pasturas naturales que incluyen el hábitat en dos lagunas recreacionales y una laguna de estabilización de los líquidos residuales; se aplicó un ordeño manual matutino, con amamantamiento restringido como sistema de crianza del bucerro.
El abasto de agua es a través de un pozo con molino de viento y turbina eléctrica, con tanque metálico elevado.
Para establecer las bases técnicas - metodológicas con vistas a la aplicación del Sistema de análisis de peligros y puntos críticos de control (HACCP) en la obtención de agua de calidad de una lechería bufalina, se realizaron las siguientes actividades:
Se elaboró un diagrama de flujo del proceso de obtención y suministro de agua a la lechería bufalina, según las recomendaciones de Pérez et al. (20), Suárez et al. (21), Suasnavas et al. (22) y Casañas et al. (23).
Se tuvieron en cuenta los árboles relacionados con la identificación de los Puntos Críticos de Control (PCC) propuestos por Council for National and Internacional Commercial Arbitration (CNICA) (24) (Figura 1), Marsh (19) (Figura 2) y OPS/OMS en 2017(25) (Figura 3).
Seguidamente se establecieron los límites críticos correspondientes a cada uno de los PCC asociados a la toma, distribución y uso del agua en la lechería bubalina de Artemisa y posibles vías de contaminación en su entorno.
Finalmente, se realizaron propuestas de acciones correctivas para las posibles desviaciones en los límites críticos de los PCC identificados.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la Figura 4 se evidencia el diagrama de flujo del proceso de captación y uso operacional del suministro de agua en la vaquería bufalina en la producción de leche, siguiendo las recomendaciones de Pérez et al. (20), Suárez et al. (21), Suasnavas et al. (22) y Casañas et al. (23).
Al respecto, la Norma Cubana (136-2017) (26) enfatizó que «deberá identificarse el punto o puntos críticos de control, cuando proceda, y habrá que establecer los límites críticos y vigilar la observancia de los mismos. Considerando que existen limitaciones, las instalaciones deberán identificar los peligros y proponer las medidas de control específicas para cada uno de ellos».
La gestión preventiva es el mejor sistema para garantizar la seguridad del agua de consumo y debe tener en cuenta las características del sistema de abastecimiento de agua, desde la cuenca de captación y la fuente hasta su utilización por los consumidores.
La Organización Mundial de la Salud destacó, en 2013 y 2014, que la vigilancia de la calidad del agua de consumo puede definirse como «la evaluación y examen, de forma continua y vigilante, desde el punto de vista de la salud pública, de la inocuidad y aceptabilidad de los sistemas de abastecimiento de agua de consumo» (12, 27).
Arcos et al. (28) enfatizaron que los esfuerzos necesarios para una evaluación y recuperación de estos ambientes son mínimos, en comparación con los beneficios que representan en óptimas condiciones (28). Al respecto, Caballero et al. (29) y OPS/OMS (18) definen el punto crítico de control (PCC) como la fase, etapa, o procedimiento en que se puede eliminar, evitar o reducir al mínimo un peligro y, por tanto, donde se puede eliminar, reducir o evitar un riesgo.
Pérez et al. (20) y Suárez et al. (21) señalaron que estos procesos representan un riesgo para la salud pública y que están sujetos a acciones de medidas preventivas. Entre ellas se citan la protección de las fuentes de agua, la integridad de tuberías u otros artefactos de la red de distribución y su desinfección periódica, evitar la escorrentía de aguas negras hacia aguas superficiales o su infiltración al manto freático, entre otras (30, 31, 32). Estas acciones, según OPS/OMS (18), forman parte de los principios de aplicación del sistema HACCP.
Se determinaron los PCC, como la base técnica para la aplicación futura del Sistema de análisis de peligros y puntos críticos de control (HACCP) en la producción lechera bufalina, en correspondencia con los criterios de Pérez et al. (20), Suárez et al. (21), Suasnavas et al. (22), Casañas et al. (23), Caballero et al. (29) y Martínez (33).
La utilización de varios árboles de decisiones, en este caso, posibilita reducir los errores que pueden cometerse al tratar de identificar los PCC del proceso, ya que nos da una visión amplia del problema analizado. En tal sentido, en la Figura 5 se aprecian al pozo, tanque elevado y sala de ordeño como PCC; se destaca que los procesosde captación, conducción y distribución de agua para la obtención de leche están asociadosa las posibles vías de contaminación en su entorno, debido a que están muy próximos a las lagunas de estabilización aeróbica y recreacional “El Palmar 5”, pues se encuentra en la red de distribución dañada.
Es interesante destacar que el pozo, el tanque elevado y la sala de ordeño constituyen PCC, donde:
Se produce la contaminación del agua a partir de la contaminación con aguas negras, con la escorrentía de aguas de lluvia, tierra, sustancias químicas utilizadas como plaguicidas, entre otras.
La presencia de estos contaminantes constituye un riesgo para la salud animal y humana por la presencia de agentes patógenos, sustancias tóxicas, residuos de medicamentos y otras sustancias.
Estos puntos del proceso requieren acciones que, según OPS/OMS (18), son las tomadas cuando los resultados del monitoreo del punto crítico de control (PCC) indiquen una pérdida de control.
También incluye las posibles vías de contaminación de las aguas, lo que constituye la primera etapa que se debe vencer, cuando se pretende establecer un sistema de monitoreo que permita determinar las causas de las contaminaciones de las aguas a analizar y, a más largo plazo, un suministro de agua de calidad segura para el proceso productivo.
Según OPS/OMS (18), los límites críticos (LC) son aquellos que aseguran el control del peligro para cada PCC especificado, y deben definirse como el criterio usado para diferenciar lo aceptable de lo no aceptable. Un límite crítico representa los límites usados para juzgar si se trata de un producto inocuo o no y, cuando se mantienen dentro de los límites, confirman la inocuidad del alimento. En la Tabla 1 se aprecian los principales indicadores que en última instancia definen los límites críticos correspondientes a cada PCC, como los recomiendan Pérez et al. (20), Suárez et al. (21) y Suasnavas et al. (22).
Indicadores bacteriológicos | Límites Críticos | Indicadores químicos | Límites Críticos |
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OMS (2014); EPA (2016) (43) y UE (2016) : (NC: 827-2012): (NC: ISO/TS 22002-3-2015): (NC: 1133-2016): |
OMS (2014): |
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OMS (2014): ( (NC: 827-2012): ( |
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OMS (2014); EPA (2016) y UE (2016): (NC: 827-2012): (NC: ISO/TS 22002-3-2015): (NC: 1133-2016): |
OMS (2014); EPA (2016); UE (2016) y (NC: 827-2012): |
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OMS (2014): (NC: 827-2012): |
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OMS (2014); EPA (2016) y UE (2016): |
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OMS (2014): UE (2016): |
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OMS (2014); EPA (2016) y UE (2016): |
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OMS (2014): UE (2016): |
Leyenda: OMS. Organización Mundial de la Salud. EPA. United States Environmental Protection Agency. UE. Unión Europea. NC. Norma Cubana.
Esta fuente define a las acciones correctivas o correctoras como "cualquier acción a ser tomada, cuando los resultados del monitoreo del PCC indiquen una pérdida de control" (Tabla 2).
Puntos Críticos de Control (PCC) | Desviaciones del Límite Crítico | Acción Correctiva a Adoptar |
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Aumento de la carga de CT, CF, EF y CP. |
Impermeabilización de su tapa. Limpieza y desinfecciones del área externa cuando déresultados de contaminación. Quitar las aguas estancadas en su perímetro, Chapear los alrededores cuando tenga malezas. Reparar los salideros y tratar, por todos los medios, de buscar otro alejado de la laguna de residuales o construir otra laguna de residuales no próxima al mismo. |
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Aumento de la carga de Alcalinidad Total y Nitritos. | ||
Aumento del número de microorganismo (CT, CF, EF y CP). |
Realizar la reparación capital de todas sus tuberías
Construir una laguna de residuales alejada de la misma. Se debe clorar el agua que se emplea en la unidad de producción u ordeño con concentraciones de cloro residual libre mínimas de 0,5 mg/L y más óptimamente de 1 mg/L, para evitar la presencia de microorganismos que puedan perjudicar la salud humana, la ubre y la calidad de la leche. |
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Aumento de la carga de Alcalinidad Total y Nitritos. | ||
Aumento de la carga de CT, CF, EF y CP. | ||
Aumento de la carga de Alcalinidad Total y Nitrito. |
Según Hernández (34), utilizar el sistema HACCP permite un trabajo sistemático y disciplinado con el objetivo de obtener alimentos inocuos; la inocuidad se demuestra por medio de la verificación de los registros de control auditables en el tiempo.
Los resultados de Sánchez (1) destacan que, por sus bondades, la leche de búfala es recomendada para diversos fines en la alimentación, especialmente la quesería, a partir del estudio realizado en la explotación bubalina en Colombia, sobre la base de la utilización de buenas prácticas de manufactura, así como la aplicación del sistema de análisis de peligros y puntos críticos de control.
En Cuba, se tiene en cuenta las bases teóricas establecidas en el Decreto Ley No.9 (35), con el objetivo de establecer las regulaciones y los principios que garantizan a lo largo de la cadena alimentaria, con un enfoque educativo, preventivo e integral, alimentos inocuos y nutritivos que proveen una adecuada protección de la salud, así como lograr un desarrollo competitivo y responsable de las entidades involucradas, con el fin de lograr la transparencia y la participación que aseguren la confianza de los consumidores.
Es por eso que este producto requiere de un control especial durante todo el proceso tecnológico, que incluyen el control del agua, el control de los residuales sólidos y líquidos, el control de vectores, las buenas prácticas en la elaboración del mismo, así como los procedimientos de limpieza y desinfección a equipos y utensilios utilizados para la fabricación del producto (36).
Se concluye que se establecieron las bases teóricas - metodológicas de la aplicación del HACCP en la obtención de agua de calidad de una lechería bufalina de la provincia Artemisa, así como la identificación de los procesos asociados como puntos críticos de control, por lo que se infiere que la leche producida constituye un riesgo para la salud de los consumidores, debido a que la calidad del agua empleada está comprometida.