Estimado Director:
La inestable y cada vez más crítica situación epidemiológica producida por la pandemia COVID-19 ha generado una emergencia de salud pública global. Esta ha requerido una estricta disciplina, apoyo ciudadano y capacidad de dirección de los gobiernos para lograr el alcance de su posterior control y erradicación.
Ante el convulso escenario internacional y con motivo de fortalecer la educación en el trabajo en los estudiantes de las ciencias médicas, en Cuba se decidió a partir del mes de mayo de 2020 la incorporación voluntaria de los futuros profesionales a instituciones de salud y centros de aislamiento para pacientes sospechosos y positivos a la enfermedad.1,2,3,4,5,6 Actualmente existe una pequeña cantidad de investigaciones al respecto, recogidas en artículos científicos,1,2,3 periodísticos 4,5) y una página web de un centro de educación médica superior.6 Estas iniciativas, favorecen una aproximación a la relevancia del tema y resaltan el ejemplo de estos jóvenes en momentos donde debe existir un sentido de pertenencia y solidaridad.
La Universidad de Ciencias Médicas de La Habana fue la primera en dar el paso al frente con la incorporación de estudiantes del quinto año de la carrera de Medicina en los procesos asistenciales, higiénicos y epidemiológicos en instituciones de aislamiento, así como en los servicios de urgencias de hospitales. Se realizó esta selección puesto que en este año académico los educandos habían adquirido un extenso recorrido de las habilidades de la carrera y de esta forma se introducían en los procedimientos diagnósticos y terapéuticos de la COVID-19. Fueron preparados en contenidos relacionados con la seguridad biológica y los protocolos de prevención y control y durante su apoyo realizaron constante monitoreo del estado de los pacientes y procederes de enfermería.1,2,3,4,5,6
Según testimonios de estudiantes que transitaron por estas instituciones: «[…] son de inestimable valor las experiencias adquiridas, de forma que resultan únicas, en momentos donde debe primar una elevada sensibilidad humana, voluntariedad y un compromiso intachable con su organismo formador, el Ministerio de Salud Pública y la nación».2 «Resulta un orgullo representar a los jóvenes de ciencias médicas que de una forma u otra aportan a la prevención de la enfermedad y la promoción de salud […]. Estamos haciendo una tarea humana, ese es el valor que caracteriza a los médicos cubanos […] estén confiados y seguros que sus estudiantes saldremos vencedores y con la labor cumplida».5
Este nuevo espacio dirigido a potenciar las tareas asistenciales en el estudiantado de ciencias médicas permite demostrar la capacidad de resiliencia y valentía ante el actual contexto epidemiológico. Es una representación de sacrificio, abnegación y responsabilidad asumidos por las nuevas generaciones para disminuir y erradicar los efectos de la COVID-19 en la sociedad.