Introducción
La aparición de una parálisis facial no solo afecta al área motora, sino también a la psiquis, por ser el rostro la imagen representativa de la persona.
Al respecto, la parálisis facial periférica o parálisis de Bell consiste en la debilidad o la pérdida completa del movimiento o la sensibilidad de la musculatura facial, generalmente unilateral y de forma aguda, como resultado de una disfunción del nervio facial de causa desconocida. Esto provoca diversas deformidades, tanto desde el punto de vista de la apariencia personal como funcional, con características tales como dificultad para comer, beber y hablar; pérdida del parpadeo espontáneo y disminución del lagrimeo. También pueden aparecer otros síntomas, como dolor o molestias alrededor de la mandíbula y detrás del oído, zumbido en un oído o en ambos, dolor de cabeza, pérdida del sentido del gusto, hipersensibilidad al sonido del lado afectado, deterioro en el habla, mareos.1,2,3,4
Existen diferentes tipos de parálisis facial, clasificadas en dependencia de sus causas, entre las que figuran la parálisis facial de Bell, que es el tipo más común, y la parálisis facial traumática, que se produce por traumatismos externos debido a accidentes de tránsito con golpes en la cabeza, a partos o heridas de arma blanca, entre otros.4
Cada año, aproximadamente 40 000 personas presentan parálisis facial periférica, tanto hombres como mujeres, predominantemente en el rango etario de 15 a 50 años, pues la enfermedad es menos común antes de los 6 años de edad y después de los 60 años. Puede aparecer con gran frecuencia en embarazadas, ancianos, personas con diabetes mellitus, hipotiroidismo o enfermedades respiratorias agudas superiores, como la gripe o un resfrío.1,5
En determinadas épocas del año existe tendencia al aumento de la enfermedad, que aparece en forma de brotes epidémicos, provocados por los cambios bruscos de temperatura; por ello se le denomina también parálisis facial a frigore.6
Respecto al tratamiento, se pueden aplicar medicamentos: esteroides, analgésicos, antibióticos, ungüentos, lágrimas artificiales, ozono y hasta toxina botulínica, para el mejoramiento de la estética de la cara; así como procedimientos quirúrgicos.6,7,8
A pesar de los diversos tipos de tratamientos existentes, desde el punto de vista fisioterapéutico también hay criterios y puntos de coincidencia, que incluyen fundamentalmente la aplicación de agentes físicos, como el láser, la magnetoterapia, la corriente eléctrica.9-12
Igualmente, en la recuperación se utilizan con mucha frecuencia el masaje y los ejercicios de la mímica facial, además de técnicas de medicina natural y tradicional, como la acupuntura, la electroacupuntura y la digitopuntura.3,5,13,14
Cabe destacar que la digitopuntura es un procedimiento terapéutico de la medicina tradicional china, basada en los mismos principios de la acupuntura, pues consiste en realizar presión con los dedos sobre los puntos acupunturales para mantener o recuperar la normalidad fisiológica del cuerpo humano.
En esta investigación se pretendió utilizar las bondades de la digitopuntura en el restablecimiento de pacientes con parálisis facial, y se aplicó la técnica fotográfica para la medición de los ángulos de los indicadores de recuperación propuestos.
Métodos
Se desarrolló un estudio longitudinal y experimental de tipo panel, con el diseño de un pretest y un postest, en el Servicio de Fisioterapia del Hospital Clínico-Quirúrgico Militar Central Dr. Carlos Juan Finlay, en el municipio de Marianao, La Habana, en el período comprendido de mayo a julio del 2016, a fin de evaluar la influencia de la digitopuntura en la rehabilitación de pacientes con parálisis facial, a través de la aplicación de la técnica fotográfica para la medición de ángulos según los indicadores de evaluación propuestos.
Para ello fueron conformados dos grupos: uno de control y otro de experimento, con un total de 12 pacientes, seleccionados de forma aleatoria en una proporción de 1:1 para una muestra probabilística sistemática. Todos los participantes dieron su consentimiento informado.
Se realizó una evaluación inicial, antes de comenzar el tratamiento, y otra final. No aparecieron efectos secundarios y todos los pacientes culminaron el tratamiento que consistió en 3 a 4 ciclos de 10 sesiones (10 días) con un descanso de 2 días por semana.
Los 6 pacientes del grupo de control (con 50 % de cada sexo) recibieron tratamiento convencional para mejorar la parálisis facial; en tanto, los 6 integrantes del grupo de experimento (2 del sexo femenino, para 33,3 %, y 4 del sexo masculino, para 66,7 %) fueron tratados con digitopuntura adicionada al tratamiento convencional.
En la investigación se utilizaron las variables: edad, sexo y tiempo de evolución. Para la evaluación inicial y final se midieron, como indicadores, la desviación de la comisura labial (DCL), la desviación de la comisura palpebral (DCP), la simetría del eje central de la boca (SECB) y la contracción muscular (CM), a través de una técnica fotográfica y un programa para la medición de los ángulos, que va revelando la mejoría de los indicadores en la medida que dichos ángulos disminuyen su amplitud. Se tuvo en cuenta que los pacientes no tuvieran más de un año de evolución.
Por último, también se aplicó una encuesta para evaluar el grado de satisfacción del paciente en cuanto al tiempo de tratamiento.
Resultados
La tabla 1 muestra los resultados de las mediciones para el grupo de control, donde se revelaron cambios en los indicadores, demostrados en las puntuaciones medias y en la diferencia final. El eje central de la boca mostró los mejores resultados, seguido de la contracción muscular.
Respecto a los resultados generales de las mediciones del grupo de experimento (tabla 2), 3 pacientes presentaron modificaciones notables en tres indicadores de evaluación y, de manera general, todos los pacientes mostraron cambios en el pretest y el postest, con preponderancia en la contracción muscular.
En la comparación de los resultados de ambos grupos en el pretest y el postest (tabla 3), a través de la media para cada indicador de evaluación y la diferencia entre las mediciones de cada grupo, se evidenció la incidencia y efectividad de la digitopuntura en el grupo de experimento.
Al aplicar la encuesta para conocer el nivel de satisfacción de los pacientes respecto al tratamiento, el total del grupo de control lo evaluó de bueno, mientras que en el grupo de experimento 50,0 % lo catalogó de excelente y 50,0 % de bueno. En cuanto al tiempo de duración del tratamiento, en el grupo de control 50,0 % lo consideró como normal y el otro 50,0 % como lento; en tanto, en el grupo de experimento 66,6 % determinó que era rápido y 33,4 % que era normal.
Discusión
Según la bibliografía consultada10-13 sobre parálisis facial y el tratamiento al respecto, desde el punto de vista fisioterapéutico no existe un consenso en cuanto a un tratamiento específico, sino que hay diversidad de técnicas aplicables que son beneficiosas en la recuperación de los pacientes, que es el resultado positivo que se pretende lograr.
En algunas publicaciones1,7,12 se aborda la evaluación de pacientes con parálisis facial, desde la función del nervio facial hasta la realización de los ejercicios de la mímica facial, con vistas a otorgar puntuaciones y, en la medida que el paciente evolucione, señalar los mejores resultados. En otros documentos11,14 se refiere la realización de una exhaustiva evaluación diagnóstica y el trabajo con la historia clínica del paciente.
Así, existe diversidad en cuanto a los métodos de evaluación de estos pacientes, como la evaluación general clínica, la gustometría, los signos característicos de la parálisis facial y la escala visual analógica del dolor según el tiempo de evolución y los factores causales, la evolución oftalmológica y la observación clínica de pliegues palpebrales; indicador que fue medido de igual modo en este estudio, pero con la diferencia de medir el ángulo para la recuperación y no por la observación de la desaparición de este.3,5,15
Igualmente, las autoras de esta investigación coincidieron con lo expuesto por otros investigadores5,15 en que la aplicación de técnicas tradicionales, como la digitopuntura, debe ser un complemento en el tratamiento rehabilitador de personas con parálisis facial, puesto que conlleva un menor tiempo de tratamiento y se logra una recuperación más efectiva.
Se ha descrito5,12 un predominio de pacientes del sexo femenino; sin embargo, en esta investigación primó el sexo masculino, lo cual concordó con lo obtenido por Vidal Pérez et al,15 aunque en su estudio se presenta una muestra más pequeña.
Referente a los resultados de ambos grupos de estudio, se hallaron diferencias significativas entre estos, pues en el grupo de experimento se obtuvo un efecto más satisfactorio con la aplicación de la digitopuntura.
Por otra parte, en el grupo de control el sexo masculino mostró mejores resultados en tres de los cuatro indicadores de evaluación, en cambio, el sexo femenino presentó mejores resultados en dos de las cuatro pruebas realizadas. Algunos autores5,12,13,15 no hacen referencia acerca de cuál sexo tiene mejor o mayor respuesta, lo cual podría incidir en cómo se debe orientar el tratamiento mediante el control de este tipo de variables y las particularidades individuales de los pacientes.
En el grupo de experimento el sexo femenino mostró mejores resultados en las cuatro pruebas realizadas; sin embargo, solo uno (de 3 pacientes) de los varones logró resultados sobresalientes en tres indicadores, a pesar de que en este sexo también existieron cambios en los cuatro indicadores, con predominio en el eje central de la boca.
El sexo masculino mostró mejores resultados con el tratamiento tradicional, mientras que, al aplicar otro método, como la digitopuntura, el sexo femenino reaccionó mejor. En este aspecto se coincidió con Mendoza Sierra et al,5 quienes indican la incidencia de la digitopuntura y la respuesta terapéutica en un menor tiempo.
Para dar por concluido, la digitopuntura, como parte del tratamiento rehabilitador en personas afectadas por parálisis facial, influye en una mejor recuperación y disminuye considerablemente el tiempo de tratamiento, con una mayor incidencia en el sexo femenino.