Introducción
El histiocitoma fibroso maligno, denominado así por O’Brien y Stout en 1964, y conocido hoy día como mixofibrosarcoma (MFS) o mixosarcoma, es una neoplasia fibroblástica, clasificada por Weiss como tumor de grados bajo, intermedio o alto según el origen mixoide, mixto (mixoide y celular) o celular, respectivamente. Por su parte, Angervall redefinió estos términos y excluyó de esta clasificación las lesiones mixoides con diferenciación lipoblástica, mioblástica o condroblástica.1,2
Entre los sarcomas de tejidos blandos, el MFS es un subtipo hístico muy raro en la cabeza y el cuello, con solo 1 % de presentación en estas regiones;3 mientras que Zhenjiang et al4) informan 20 afectados entre 1975 y 2014, con menor incidencia en la mandíbula.
Algunos autores hacen alusión a localizaciones diferentes, como glándulas tiroides, senos paranasales, maxilar, cavidad nasal, senos piriformes y laringe.1,2,3,4 Otros consideran que este tumor es uno de los más nocivos y aparece entre la quinta y séptima décadas de la vida, sin mucha diferencia en cuanto al sexo; también refieren que son más comunes en las extremidades superiores, el tronco, el retroperitoneo y el mediastino, con menor frecuencia en la piel, el corazón y la pared abdominal.5,6
Teniendo en cuenta lo infrecuente que resulta este tipo de tumor y los escasos informes en la bibliografía médica especializada, se presenta el siguiente trabajo para describir el procedimiento médico y quirúrgico en un paciente con mixofibrosarcoma en la región mandibular.
Caso clínico
Se describe el caso clínico de un paciente de 61 años de edad, con antecedente de buena salud, atendido en el St. Paul’s Milennium Medical Hospital de Etiopía por presentar, desde hacía 2 años, una lesión en la encía marginal, de crecimiento lento pero continuo, que no le ocasionaba síntomas. Según refirió, en los últimos 6 meses, dicha lesión comenzó a desarrollarse rápidamente, con abombamiento de ambas corticales y se extendía desde el primer premolar inferior derecho hasta el izquierdo. La masa descansaba sobre el labio inferior sin infiltrarlo, con un patrón exofítico que la hacía notable fuera de la cavidad bucal. Se decidió ingresarlo en el Servicio de Cirugía Maxilofacial para su estudio y tratamiento.
Se realizó la anamnesis para buscar una posible asociación con alteraciones genéticas relacionadas con la naturaleza de estos tumores, como el síndrome de Li-Fraumeni, la neurofibromatosis de tipo 1, la poliposis adenomatosa familiar, el síndrome de Gardner y otros considerados como de alto riesgo.
Examen físico intrabucal
Se observó una lesión exofítica en la región anterior de la mandíbula, de aproximadamente 10 cm, que se extendía desde el primer premolar derecho hasta el izquierdo, de aspecto friable y abombada, que afectaba los huesos alveolar y mandibular, con movilidad de las estructuras dentarias e incisivos centrales y laterales, en sentido bucolingual y mesiodistal (clase III de Miller).
Examen físico extrabucal
Se palparon linfonodos bilaterales en los niveles I, II, III, IV y V, de aproximadamente 3 cm, de consistencia dura, pétrea y con tendencia a la fijación, que eran visibles en el nivel I.
Exámenes complementarios
Radiografía de la mandíbula (vistas anteroposterior y laterales oblicuas derecha e izquierda): Se observó una imagen radiolúcida, unilocular, de bordes irregulares, que infiltraba toda la región anteroinferior y se extendía a ambos lados hasta los premolares.
Radiografías de tórax (vistas anteroposterior y lateral): No presentaba lesiones metastásicas visibles.
Ecografía de la región anterior del cuello: Las imágenes mostraron múltiples adenopatías hipoecogénicas en los niveles I-V, con diámetro transverso de 7,5 mm, una relación longitud-ancho de 1,1 y vascularizadas al Doppler.
Ecografía de barrido abdominal: No se apreciaron adenopatías profundas.
Hemoglobina: 10 g/L.
Coagulograma: valor normal.
Serología: negativa.
Prueba para detectar la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana: negativa.
Test para el diagnóstico de la COVID-19: negativo.
Perfil renal: creatinina: 87 mmol/L; filtrado glomerular:110mL/min.
Perfil hepático: sin alteraciones.
Después del diagnóstico de mixofibrosarcoma de bajo grado, por el resultado confirmatorio de la biopsia y teniendo en cuenta que se trataba de una enfermedad localmente diseminada, sin afectación del pulmón y con posibilidad de tratamiento local por estar clasificada según el sistema TNM como T4aN1M0 (etapa IV), se le planificó el tratamiento quirúrgico ante el inconveniente de aplicar radioterapia preoperatoria.
Se realizó una incisión en U o en delantal (denominada también pull through en la literatura inglesa), con disección de la fascia superficial, donde se identificaron estructuras nerviosas y vasculares para proceder al vaciamiento del cuello, de forma bilateral, en los niveles I-V. Para la región mandibular se utilizó la misma vía a través del colgajo en delantal y se le dio un margen quirúrgico correcto (2,5 cm). Se colocó la placa de reconstrucción para, una vez finalizado el tratamiento quirúrgico, indicar la radioterapia y quimioterapia adyuvantes (Fig.).
El paciente evolucionó favorablemente en el posoperatorio inmediato y egresó de la institución 7 días después, pero continuó con seguimiento por consulta externa durante 24 meses después de finalizado el tratamiento oncoespecífico y con muy buena evolución.
Comentarios
Según la clasificación de los sarcomas de partes blandas de la Organización Mundial de la Salud de 2013, el MFS pertenece a los tumores de origen fibroblástico y miofibroblástico.2)
En cuanto al diagnóstico es preciso aclarar que solo se obtuvo mediante técnicas de imágenes ―dígase radiografías convencionales de mandíbula, de tipo lateral oblicua y anteroposterior― y el informe de biopsia del Departamento de Anatomía Patológica del mencionado centro hospitalario. No fue posible realizar otras técnicas diagnósticas como la inmunohistoquímica y la hibridación in situ, que son importantes para evaluar la marcación e identificar el tumor, por la presencia del gen MET y la polisomía del cromosoma 7; factores que están relacionados con varios aspectos a saber: progresión del tumor, posible recurrencia local y metástasis, profundidad, asociación con la variante epitelioide y grado hístico, entre otros elementos necesarios para definir el tratamiento.
Por otra parte, se impone realizar el diagnóstico diferencial con los tumores que son similares al MFS, entre los que se encuentran los siguientes: sarcoma fibromixoide de bajo grado, liposarcoma mixoide, mixoma, fascitis nodular, lipoma de células de huso y mixoma de la vaina del nervio periférico,7 de ahí la necesidad de efectuar análisis inmunohistoquímico para el diagnóstico adecuado.
El MFS de bajo grado presenta un potencial maligno menor y con mejor pronóstico, por lo que las metástasis son raras en comparación con los de alto grado. Se ha informado un rango de supervivencia global de 52- 65 % a los 5 años;6) mientras que la recurrencia de estos tumores de bajo grado incrementa el potencial metastásico y se presenta como tumor de alto grado. Al respecto, en diferentes estudios se describe una relación entre los márgenes positivos y la recurrencia local.7,8
Los expertos de la Sociedad Europea de Oncología Médica y de la Red Nacional Integral del Cáncer de los Estados Unidos de Norteamérica, definen a la intervención quirúrgica como la primera línea de tratamiento en adultos con sarcomas localizados y la resección en monobloque, con márgenes quirúrgicos negativos, como estándar para dicho tratamiento.9
Existen discrepancias en cuanto a las disecciones en el cuello; pero lo cierto es que la presencia de adenopatías metastásicas en esta zona está relacionada con un alto índice de recaídas, lo cual indica mayor daño biológico y pobre pronóstico de supervivencia global.
Investigaciones recientes9,10) han mostrado el beneficio y el largo período de supervivencia después de este tratamiento. En uno de estos estudios, al analizar una muestra de 2 127 pacientes, se observó que 75 % de estos presentaba linfonodos palpables al momento del diagnóstico y un período de evolución superior a los 3 años luego de realizada la disección.
Finalmente, este adulto presentaba un tumor poco frecuente, de gran tamaño y con amplia diseminación ganglionar hacia los niveles IV y V de ambos lados del cuello, por lo que fue necesario modificar el tratamiento y realizar el vaciamiento del cuello.