SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.23 issue85The administration of the preparation of the bosses of educational departments in the university institutionsThe management of the qualified work force: an approach to its main components author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

My SciELO

Services on Demand

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


EduSol

On-line version ISSN 1729-8091

EduSol vol.23 no.85 Guantánamo Oct.-Dec. 2023  Epub Oct 05, 2023

 

Artículo original

Resiliencia comunitaria en la reducción del riesgo de desastres con líderes barriales peruanos

0000-0003-1954-4318Carmen Rosa Flores Sánchez1  *  , 0000-0002-0842-0347Orfelinda Elizabeth García Camacho1  , 0000-0002-7946-3643María Eugenia Rivadeneyra Rivas1 

1 Universidad Nacional Federico Villarreal, Perú.

RESUMEN

El artículo caracteriza la resiliencia existente en dos comunidades urbano-marginales conformadas por poblaciones pobres y vulnerables, con el propósito de reconocer los recursos potenciales para la reducción del riesgo de desastres en los líderes y lideresas de las organizaciones sociales de los barrios El Independiente y Santa Isabel en el distrito de El Agustino. La investigación es cualitativa, basada en la estrategia metodológica Investigación Acción Participativa. Se encontró que, en el contexto de crisis en tiempos de COVID-19, se generó una dinámica de construcción de saberes que aportaron al desarrollo de las capacidades sociales de autonomía, autoestima colectiva, autogestión, respuesta creativa y solidaria.

Palabras-clave: Prevención de desastres; Resiliencia; Participación comunitaria; Capital social

Introducción

La investigación es significativa porque permite conocer las capacidades sociales desarrolladas por los líderes residentes en zonas de alto riesgo de desastres, sus perspectivas e involucramiento en iniciativas como recursos del capital social.

Los estudios y experiencias sobre la resiliencia en la reducción del riesgo de desastres (Yncera 2019; Centro de Estudios y Prevención de Desastres 2019; Acuña et al. 2021) reconocen el papel de los grupos sociales vulnerables como actores clave, para encarar y sobreponerse a determinados impactos catastróficos, así como, mejorar las condiciones de riesgo y vulnerabilidad. Lo esencial son las capacidades concebidas como fortaleza y al mismo tiempo como recursos que tienen las comunidades para afrontar la crisis (Suarez, 2007, citado en Uriarte 2014), aprender de ella, adaptarse y gestionar el cambio; estas capacidades se construyen en el día a día como producto de la interacción de las cualidades individuales, sociales, culturales y los factores externos (García, 2017).

El Agustino es uno de los 17 distritos vulnerables frente al riesgo de desastres en Lima Metropolitana, el mismo que está constituido por dos zonas geográficas: una zona plana que se ubica a los 180 m.s.n.m. y una zona alta (cerros) situada a 450 m.s.n.m. en la que se asientan comunidades caracterizadas por su posición subvertical con pronunciados desniveles, con suelos de baja resistencia y escarpes rocosos que los expone a la caída de rocas fracturadas y piedras. En este distrito, el cerro El Agustino constituye una de las zonas más críticas, debido a la amenaza de desplome del suelo por la existencia de excavaciones subterráneas de yacimientos mineros (CENEPRED, 2020).

Los barrios El Independiente y Santa Isabel ubicados en las laderas del cerro El Agustino se configuraron hace seis décadas, sin considerar criterios técnicos respecto a las fuertes pendientes y estructura geofísica del suelo (Municipalidad de El Agustino, 2021). El Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI, 2016) da a conocer que 6187 pobladores de estos barrios ocupan 1257 viviendas de construcción informal, edificadas con deficiencias técnicas sobre pircas inseguras y muros agrietados, presentan rajaduras y humedad en las paredes por filtraciones de redes de agua. Los pasajes y escaleras de ambas comunidades son estrechas, dificultan el acceso peatonal y vehicular; además, existe carencia de espacios públicos libres a ser utilizados como zonas de seguridad ante una emergencia.

La condición de vulnerabilidad de las familias residentes de ambos barrios, ante cualquier amenaza los predispone a vivir el impacto de un fenómeno natural con pérdidas de vidas y bienes materiales; lo cual sería de difícil recuperación de no mediar el fortalecimiento de las capacidades de resiliencia de la población para reducir los riesgos de desastres. Por ello, el presente estudio da respuesta a la siguiente interrogante:

¿Qué recursos potenciales, relacionados con la capacidad de resiliencia comunitaria para la reducción del riesgo de desastres tienen los lideres de las organizaciones sociales de los barrios El Independiente y Santa Isabel en el distrito de El Agustino?

Desarrollo

A través del método cualitativo, se buscó conocer el mundo subjetivo de los actores sociales de la zona de estudio e identificar sus conocimientos, saberes, experiencias, capacidad de abordaje de los problemas y necesidades afrontadas. Desde el enfoque sociocrítico - hermenéutico, la Investigación Acción Participativa permitió la reflexión de los actores clave para valorar sus saberes y capacidades en el afrontamiento de la amenaza en un escenario de desastre en su comunidad, debido a las condiciones de vulnerabilidad.

La investigación se llevó a cabo en los barrios El Independiente y Santa Isabel del distrito de El Agustino, en los meses de enero a diciembre del 2022. Los informantes fueron: en un primer acercamiento, las lideresas de seis ollas comunes y 20 promotoras barriales contra la violencia familiar; al respecto, se llevó a cabo 13 entrevistas hasta alcanzar el punto de saturación. En un segundo acercamiento, se desarrollaron dos grupos focales con 17 líderes de dos juntas directivas centrales y comités vecinales zonales. Por último, se llevó a cabo dos talleres de diagnóstico participativo a los que asistieron ocho líderes y 37 vecinos.

Las técnicas de recolección de datos fueron la entrevista semi estructurada, el grupo focal y el taller. La selección de informantes se basó en los siguientes criterios: ser varón o mujer entre los 20 y 35 años, residir por más de tres años en las zonas de estudio, ser lideresa de una olla común, promotora de la prevención contra la violencia familiar o ser dirigente de organizaciones territoriales en la zona de estudio, haber manifestado su voluntad de participar y aceptar lo señalado en el consentimiento informado.

Capacidades sociales identificadas en las lideresas de ollas comunes y promotoras barriales contra la violencia familiar.

El contexto de crisis económica y sanitaria generada por la pandemia del COVID-19 que impactó en nuestra sociedad, permitió visibilizar y comprender la capacidad de respuesta de las mujeres que subsisten en condiciones de pobreza y vulnerabilidad. Tal como se evidencia en las zonas de estudio, en donde las mujeres movilizadas por la urgencia de abordar necesidades sentidas por las familias de su comunidad, como fueron la carencia de recursos para alimentar y atender la salud de sus miembros, además de las tensiones y conflictos familiares, asumieron la iniciativa de formar ollas comunes y reactivar la promotoría barrial contra la violencia familiar.

Ante el riesgo de contagio y muerte, las familias en situación de pobreza fueron las más afectadas por el COVID-19, debido a la informalidad laboral (sin protección social), precariedad en la que vivían, hacinamiento familiar, entre otros factores de riesgo de naturaleza física, emocional y social. En relación con lo señalado, las líderesas expresan: “La pandemia nos trajo mucha tristeza y dolor, por el fallecimiento de familiares, amigos y conocidos…muchos vecinos no tenían dinero y muchas de esas personas eran madres solteras y adultos mayores” (lideresa olla común La Carretera, Santa Isabel). “Muchas de mis vecinas eran maltratadas psicológicamente por sus esposos” (lideresa olla común Parque Infantil, Santa Isabel).

No obstante, las condiciones de pobreza, vulnerabilidad, sentimientos de tristeza y temor individual y familiar, las mujeres lideres de ambas comunidades, decidieron hacer frente a las demandas que se constituían en amenazas para la vida, la salud, el bienestar individual y colectivo de las familias. Ellas, por iniciativa propia organizaron las ollas comunes y reactivaron la promotoría barrial contra la violencia familiar, que en tiempos de pandemia se estableció como uno de los problemas álgidos, principalmente para las mujeres, tal como lo manifiestan: “El dirigente central convoca a los siete dirigentes, la mayoría mujeres, a una reunión para conversar sobre lo que se puede hacer porque muchos vecinos no tenían dinero ni trabajo, empieza la primera olla común” (lideresa olla común Parque Infantil, Santa Isabel).

Como se observa, en estos barrios hay un lazo territorial e identidad cultural en los que se valora las experiencias previas de trabajo colectivo presentes en su imaginario, estas capacidades se constituyen en recursos importantes para afrontar la situación de crisis que los interpela ante la existencia de dos nuevas situaciones que afectan la vida y el bienestar de sus familias, como son la amenaza de muerte por COVID-19 aunado a la agudización de la violencia familiar en los hogares. Esta coyuntura se constituye en un nuevo punto de encuentro en el que ellas idean como estrategia de afronte el consumo colectivo y la reactivación de la promotoría familiar.

La experiencia desarrollada aporta a la generación de conciencia para visibilizar los grupos más vulnerables en su comunidad y así reconocer, tanto la mayor fragilidad de las condiciones de vida de los ancianos y personas con discapacidad, como la existencia de violencia sexual a niños y niñas en sus hogares, sobre lo cual expresan: “Aprendí a apoyar a la gente que necesita, que no puede caminar, los ancianos me dan pena y trato de ayudarlos con lo que tengamos” (Olla común, La Carretera Santa Isabel).

El funcionamiento de las ollas comunes no solo pasó por dificultades de orden material; sino también, enfrentaron los conflictos y oposiciones de algunos vecinos. No obstante, las mujeres buscaron colectivamente resolver las dificultades presentadas, sostenidas en el espíritu solidario, el compromiso, el trabajo cooperativo y responsable con sus vecinos, tal como lo refieren: “La mayor dificultad fue que no teníamos insumos para cocinar, sentimos impotencia porque no podíamos recolectar lo suficiente” (lideresa olla común Mujeres Vencedoras, El Independiente). “No teníamos agua en el sitio donde funcionaba la olla común, teníamos que cargar agua del local central, luego juntamos de sol en sol para comprar una manguera y traer agua” (lideresa olla común Las Nazarenas, El Independiente).

Las vivencias de tensión también estuvieron presentes, lo que es relatado por la lideresa de la olla común La Carretera, Santa Isabel “las personas no estaban satisfechas con nada de lo que les dábamos, cuando comenzaron a venir donaciones querían en crudo y solo porción personal, decidimos no responder y seguir adelante”. Los desencuentros emergentes en situaciones de crisis también son referidos por Ruano et al. (2022) quienes encontraron que en el proceso de construcción de la resiliencia comunitaria de la comunidad de Mapachico-Colombia, están presentes el anhelo de salir adelante a pesar de las adversidades y las tensiones en los grupos organizados.

En la experiencia se observa momentos de reflexión para superar las dificultades presentadas en la atención de la demanda de alimentos preparados, es así como deciden reorganizarse y mejorar la estructura y funcionamiento de su trabajo en las ollas comunes y atender a los enfermos por COVID-19 que vivían en la zona alta, sobre lo cual expresan: “Notamos que lo que producía la primera olla común no abastecía a toda la zona y decidimos dividirnos: zona alta-olla común Parque Infantil, zona media-olla común La Carretera, zona baja-olla común Erasmo Rodríguez (lideresa olla común Parque Infantil, Santa Isabel).

Estos hallazgos coinciden con Acuña et al. (2021) al afirmar que uno de los elementos fundamentales para la conformación de estrategias al interior del Campamento Dignidad-Chile, de la mano de los liderazgos femeninos y su articulación con redes solidarias externas e internas al territorio, tiene que ver con la gestión comunitaria, cuyo eje central son los principios éticos como el cuidado y la solidaridad.

En relación con el desarrollo de las capacidades individuales de las lideresas, se observa que la calidad de las interacciones en la experiencia desarrollada, aportaron a consolidar un vínculo especial con sus familias y vecinos: “Siempre nos veíamos y nos saludábamos, pero ahora conversamos y hemos logrado formar un grupo unido entre nosotras y no me gustaría que eso se acabe, que sigamos juntas contándonos nuestros problemas y ayudándonos” (olla común Erasmo Rodríguez, Santa Isabel).

Otro aprendizaje desarrollado al interior de las organizaciones se relaciona con el fortalecimiento de la autoestima colectiva, ellas aprendieron a valorar su involucramiento en la atención de las necesidades de las familias de su comunidad, a creer en ellas mismas, afirmar su voluntad y transformarla en fuerza conjunta para la ayuda solidaria; sobre ello expresan: “Sé que puedo dar la iniciativa y seguir ayudando…aprendí que juntas podemos resolver cualquier dificultad” (promotora barrial, Santa Isabel).

Lo mencionado coincide con el hallazgo de Flores y Sanhueza (2017) al sostener que, a partir de las vivencias colectivas, las lideresas de la caleta Tumbes construyen una red de significados culturales que son incorporados en la memoria individual y colectiva, de utilidad para el desarrollo de capacidades sociales en el afronte de adversidades.

A partir de la crisis sanitaria, las lideresas han mantenido una participación organizada en torno a redes comunitarias y con determinadas instituciones, entre ellas Servicios Educativos El Agustino (SEA), Qali Warma, iglesia, municipalidad, empresas; las mismas que interactúan con la comunidad para encontrar el bienestar común.

Consecuentemente, las vivencias desarrolladas por las lideresas y promotoras de ambas comunidades, permitió la construcción de saberes y valores que incorporaron en su matriz cultural, el fortalecimiento y desarrollo de capacidades sociales como el sentido de pertenencia, la autoestima colectiva y la solidaridad; los mismos que contribuyeron al ejercicio de las capacidades de organización, autonomía, autogestión en la resolución de problemas (García, 2017), que a su vez alimentaron el desarrollo de procesos estratégicos para hacer frente al hambre, al riesgo de muerte y a situaciones de violencia familiar en un contexto adverso, con la esperanza de un futuro mejor. Estos elementos se constituyen en pilares de la resiliencia (Suarez, 2007, citado en Uriarte, 2014).

Papel asumido por los líderes y lideresas de organizaciones barriales para la reducción del riesgo de desastres.

En la memoria individual y colectiva de los representantes de la junta directiva central y comités zonales de los barrios referidos, está presente saberes sociales construidos que se constituyen en referentes importantes para la implementación de acciones colectivas solidarias en la atención de sus necesidades. Previo a la pandemia, en ambas comunidades funcionaba el comité de promoción de desarrollo como espacio de articulación de acciones descentralizadas que se realizaban en cada comité zonal, lo cual da cuenta de su capacidad de autoorganización.

Una representación común presente en su imaginario es asociar la prevención con las prácticas de simulacros de sismo realizada hace cuatro años, que movilizó a la población de la zona alta, media y baja en la que participaron diversas instituciones, al referir: “Se hicieron muchos estudios de evacuación, los simulacros, en los cuales participaron zona media hacia abajo y zona media hacia arriba, traer a los heridos, dónde llegar y dónde evacuar, se hicieron muchos simulacros con los señores del SEA y Defensa Civil, con jóvenes que estaban heridos” (lideresa comité nueve, Santa Isabel).

Los aprendizajes derivados de la participación en los simulacros, los llevó principalmente a desarrollar acciones con su familia: donde ubicarse, cómo protegerse y proveerse de agua. Sólo algunos tienen presente las zonas de la comunidad a las que deben trasladarse ante un sismo; al respecto manifiestan: “Yo soy dirigente del comité nueve, de todos estos trabajos que se hicieron anteriormente, los del comité ocho y nueve, cuando pasa un temblor en el día, uno sube y el otro baja” (lideresa comité vecinal nueve, Santa Isabel). Ellos reconocen que su capacidad de respuesta a situaciones de riesgo de desastres evidencia la falta de previsión: “Y lo que también hemos visto son incendios y es curioso porque no tenemos un plan contra incendios. Acá tenemos una vecina que se le quemó su casa y nadie tenía grabado el celular de los bomberos” (líder junta directiva central, Santa Isabel).

La gran mayoría de representantes manifiestan que desde la pandemia por el Covid-19, no desarrollan actividades para la prevención del riesgo de desastres; no obstante, las lideresas evidencian sensibilidad ante la necesidad de prepararse para afrontarlos, asimismo expresan su voluntad de estar presentes en las capacitaciones sobre cómo organizarse y saber actuar ante un desastre, para replicarlo con sus vecinos: “Yo pertenezco al comité 1, llamaría a todo mi comité, los citaría y empezaríamos a conversar con ellos acerca de los temblores, terremotos, conversar si tienen familia, cuántos hijos y hablaríamos de las mochilas que debemos tener listas; y así, todos los comités deberían hacer para poder apoyarnos. (lideresa comité vecinal uno, Santa Isabel). Una fortaleza existente en los líderes y lideresas vecinales de ambos barrios es la capacidad de articularse con instituciones locales para viabilizar propuestas, en este caso, relacionadas con la prevención y afrontamiento de desastres; en su memoria colectiva está presente la institución SEA al referir “cuando uno toma un plan de trabajo tenemos que ver las fortalezas y las debilidades, para las fortalezas tenemos a la mano a SEA y a la municipalidad” (lideresa comité vecinal nueve, Santa Isabel).

En síntesis, desde la creación de las comunidades en estudio, los líderes y lideresas de organizaciones sociales no han incluido la reducción del riesgo de desastres en su agenda como necesidad colectiva, en su imaginario están presentes prácticas y propuestas de acción que se enmarcan en el enfoque reactivo para la gestión del riesgo de desastre.

Propuestas para el fortalecimiento de la capacidad de respuesta a las situaciones de riesgo de desastre, producto del diagnóstico participativo

Percepción del riesgo de desastres

Desde la mirada de los vecinos de las comunidades en estudio, la percepción del riesgo construida en base a vivencias individuales y colectivas, se relaciona con peligros de orden geológico (sismo, desprendimiento de rocas), hidrometereológico (lluvias intensas), biológico (pandemia por Covid-19) y antrópico (incendio), peligros que se ilustraron en el mapa de riesgo de desastres elaborado en los talleres de diagnóstico participativo.

En primer lugar, reconocen el riesgo de fenómeno antrópico (incendio) en la zona baja media y alta de Santa Isabel y en la zona media y alta de El Independiente; en segundo lugar, un mayor riesgo de desastre por caída de rocas en la zona alta de los dos barrios; y, en tercer lugar, el riesgo de desastre por un evento sísmico en la zona media y alta de ambas comunidades.

En las situaciones de peligro experimentadas están presentes la angustia, desesperación e incertidumbre: “Yo quería correr hacia mi casa porque estaba preocupada por mis hijos que estaban arriba” (vecina).

El saber construido en estas vivencias, les permite tener conciencia sobre la fragilidad física de las viviendas, entender que ello se asocia a la fragilidad social, los efectos que se generarían ante un sismo y la forma en que les afectaría: “Pero lamentablemente arriba lo que pasa, no sé qué le pasa a la gente que está construyendo casas de dos, tres y cuatro pisos y justo pues a mi espalda, las paredes están húmedas y de verdad da miedo si se te cae encima” (lideresa de junta directiva central). La condición de vulnerabilidad en la que subsisten las familias, principalmente la fragilidad estructural y por exposición, logra ser identificada en el diagnóstico participativo, tal como se aprecia en la Figura 1.

Figura 1 Vulnerabilidad como factor del riesgo de desastres, Barrios El Independiente y Santa Isabel, distrito de El Agustino 

Los vecinos de Santa Isabel y El Independiente precisan que sus viviendas, en términos estructurales, se ubican en zonas inestables, inseguras y frágiles; fueron construidas sin asesoría técnica, existe excesiva humedad por el deterioro de la red de desagüe, lo que acentúa la exposición al riesgo de desastre ante la ocurrencia de un evento sísmico.

El segundo peligro potencial reconocido fue la ocurrencia de un incendio generado por el cableado informal y precariedad de las instalaciones eléctricas, así como las inadecuadas condiciones de almacenamiento de gas y venta informal. Además señalan la mala gestión del gobierno local, al no haber planificado el desarrollo de ambos barrios en zonas seguras con vías de acceso y servicios sociales necesarios para el bienestar de sus familias.

La fragilidad social como dimensión de la vulnerabilidad es reconocida, cuando se refieren a las condiciones estructurales y coyunturales afrontadas para alimentar a sus familias:

“Hay gente bastante vulnerable, casas con bastante hacinamiento, eso es lo más peligroso que puede haber. Además, las tuberías que están rajadas y como bajan por el cerro, humedecen las paredes y las están debilitando poco a poco. Hay construcciones rústicas que no tienen columnas sino están cruzadas nada más con la misma arena o cemento, prácticamente, con un terremoto fuerte, como galleta se va para el piso… acá hay familias que son de escasa economía, ellos no tienen, a las justas juntan de sol en sol para poder comprar su comida o para poder subsistir” (vecino).

Factores asociados a situaciones de desastres identificadas.

En el diagnóstico participativo se reconoció que la vulnerabilidad estructural y por exposición los expone al riesgo de desastres ante la eventualidad de un fenómeno natural y/o antrópico; en su opinión, cuatro de los factores identificados pueden ser cambiados por la comunidad, mientras que los otros cuatro no pueden ser modificados, como se observa en la Figura 2.

Figura 2: Barrios El Independiente y Santa Isabel, distrito de El Agustino: factores asociados al riesgo de desastres según posibilidad de modificación por la comunidad 

En ambos barrios reconocen que la construcción de las viviendas sin asesoría técnica y el mal estado del sistema de cableado pueden ser modificados. Para El Independiente, es posible generar condiciones que permitan abordar la precariedad e inseguridad del almacenamiento de balones de gas; mientras que, para Santa Isabel existe la posibilidad de corregir la falta de proyección y planificación del desarrollo urbano en su comunidad.

De otro lado, indican que la zona media y alta de sus barrios no constituyen áreas seguras por las características morfológicas del tipo de suelo. Para Santa Isabel, la ampliación de los pasajes y de las vías de acceso en la zona alta implicaría afectar las viviendas, lo cual no es viable. En tanto que, El Independiente, considera que la fragilidad por exposición es el resultado de una ineficiente gestión del gobierno local, que no ejerce su autoridad ni viabiliza la renovación de la red de agua autoconstruida por los fundadores de la comunidad; la fuga de agua permanente en distintas zonas no sólo humedece el suelo, sino las paredes de las viviendas acentuando su fragilidad.

Propuesta de acciones para la modificación de factores del riesgo de desastres

La jerarquización de las actividades que a continuación se presenta, se basó en los siguientes criterios de valoración: a) cuenta con el apoyo de institución(es)-hasta 25 puntos; b) la comunidad cuenta con recursos para financiarlo-hasta 25 puntos; c) el efecto de la actividad es favorable a corto plazo- hasta 10 puntos; d) la comunidad puede continuar con la actividad a futuro (sostenible)- hasta 25 puntos; e) el efecto de la actividad es favorable a largo plazo- hasta 15 puntos.

La Figura 3 presenta las actividades priorizadas por la población de los barrios en estudio orientadas a transformar los factores de riesgo de desastres existentes en su comunidad.

Figura 3: Barrios El Independiente y Santa Isabel : propuestas priorizadas para cambiar factores asociados al riesgo de desastres  

Nota: La figura muestra lo planteado en el diagnóstico participativo y en la entrevista grupal con los líderes de ambos barrios.

Como se aprecia, En el barrio El Independiente, un primer grupo de actividades propuestas son de carácter técnico, la capacitación en prevención de desastres y atención de situaciones de emergencia alcanza 90 puntos, actividad que coincide con la propuesta formulada por los líderes de las organizaciones barriales al enfatizar acciones preventivas para concientizar a la población. La segunda actividad se centra prioritariamente en aspectos técnicos para reducir la fragilidad de las viviendas en términos estructurales, el puntaje asignado fue 54 puntos.

Un segundo grupo de actividades propuestas por este barrio son de naturaleza social, como es el caso de la faena comunal que implica un trabajo organizado, cooperante y articulado de los directivos con la población para reforzar las estructuras de sus viviendas (78 puntos).

En correspondencia con lo mencionado, la comunidad propuso seis (6) actividades para reducir el riesgo de desastres. Su ejecución involucra a las distintas organizaciones de los diferentes comités zonales de la comunidad; a la ONG SEA como aliado estratégico, INDECI, Municipalidad de El Agustino y Universidad Nacional Federico Villarreal.

Del mismo modo, el primer grupo de actividades sugeridas por la población del barrio Santa Isabel también son de carácter técnico, destaca con mayor puntuación, el requerimiento de una inspección técnica de la empresa proveedora del servicio de luz, para que evalúe el deterioro del sistema de cableado que los expone a un incendio (96). A continuación, se registra la necesidad de asesoría y capacitación para la reconstrucción de viviendas como propuesta centrada prioritariamente en aspectos técnicos que permita superar la fragilidad existente en términos estructurales, el puntaje asignado varió de 65 a 80 puntos.

Un segundo grupo constituyen las actividades de naturaleza social, como son el trabajo conjunto de los comités y el diálogo con los vecinos para sensibilizarlos y capacitarlos en cómo fortalecer las estructuras de sus viviendas, la reducción del peligro que los expone al riesgo de desastre y la atención de situaciones de emergencia, a las cuales asignan de 55 a 64 puntos. También relievan, la importancia de desarrollar acciones organizadas, cooperantes y articuladas para la prevención del riesgo de desastres (72 puntos), estas actividades también están presentes en las acciones propuestas por los líderes de la comunidad.

Acorde a lo señalado, la población consideró cuatro actividades para la reducción del riesgo de desastres. De manera estratégica proponen reactivar el COPRODE como ente articulador de la junta directiva central con los comités zonales. Esta comunidad también reconoce a SEA como un aliado estratégico para impulsar iniciativas y acompañar el proceso de reducción del riesgo de desastres; asimismo, identifican como recursos institucionales a INDECI, la Estrategia Agustibarrio, la posta médica y la Universidad Nacional Federico Villarreal.

A modo de resumen, la experiencia de afronte en un contexto de crisis por la pandemia COVID-19 ha permitido visibilizar el posible impacto de la ocurrencia de un terremoto con el colapso de sus viviendas y la inminente pérdida de vidas, lo que motiva el interés de los líderes y vecinos por trabajar en forma organizada el componente preventivo. En este proceso, destaca el interés y disposición de las lideresas, para involucrarse en el fortalecimiento de capacidades que aporten a la resiliencia comunitaria, lo cual constituye un recurso potencial para la reducción del riesgo de desastres, a ser tomado en cuenta por el gobierno local del distrito de El Agustino.

Al respecto, Torres et al. (2018) manifiestan que, en la respuesta a situaciones de emergencia ante un desastre, las mujeres de Talcahuano-Chile asumen un rol clave para la coordinación de acciones en la distribución de alimentos a las familias, la atención de enfermos y de población vulnerable en sus comunidades; en razón a las capacidades previas, construidas en experiencias y prácticas colectivas desarrolladas en situaciones de crisis.

De ahí la importancia de considerar que una población bien informada sobre los riesgos a los que está expuesta, con autoestima colectiva, activo organizativo y prácticas solidarias, está en la capacidad de aportar con respuestas creativas y asumir niveles de compromiso para la reducción del riesgo de desastres.

Conclusiones

La información expuesta en el presente artículo permite reconocer que entre los recursos potenciales existentes en los barrios El Independiente y Santa Isabel del distrito de El Agustino está la identidad cultural, el vínculo territorial, la mejora de la autoestima colectiva y la estructura organizativa basada en las prácticas solidarias desarrolladas principalmente por las lideresas en tiempos de COVID-19, los que se constituyen en saberes y valores sociales para afrontar la adversidad que impone una crisis. Sin embargo, los actores sociales, a pesar de reconocer la fragilidad estructural y exposición de sus viviendas que los coloca en una situación de vulnerabilidad social frente a los riesgos de desastres, no han agendado este componente en su gestión comunitaria.

Referencias bibliográficas

Acuña, V.; Valdivieso, S. y Juzam, L. (2021). Dignificando la gestión de riesgo de desastres: liderazgos femeninos y estrategias comunitarias en el campamento dignidad, Santiago de Chile. Revista de Estudios Latinoamericanos sobre Reducción de Riesgo de Desastres (REDER), 5 (2), 91-106. http://revistareder.com/handle-0719-8477-2021-096Links ]

Centro de Estudios y Prevención de Desastres. (2019). Reduciendo el riesgo de desastre en Lima Norte. PREDES-Save The Children. https://predes.org.pe/publicaciones/reduciendo-el-riesgo-de-desastres-en-lima-norte/Links ]

Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres. (2020). Escenario de riesgo por sismo y tsunami para Lima y Callao. CENEPRED. https://sigrid.cenepred.gob.pe/sigridv3/storage/biblioteca/10354_escenario-de-riesgo-por-sismo-y-tsunami-para-lima-y-callao.pdfLinks ]

Flores, P. y Sanhueza, R. (2017). Resiliencia comunitaria frente a los desastres naturales: caleta Tumbes, región Biobío, Chile. Cuadernos de geografía: Revista Colombiana de Geografía, 27 (1), 131-145. doi: 10.15446/rcdg.v27n1.59904 [ Links ]

García, J. (2017). Lugar y Resiliencia Comunitaria: Estudio desde la Problemática Ambiental en Comunidades Rurales de Pudahuel. Revista de Geografía Espacios, 1 (2), 177-206. https://doi.org/10.25074/07197209.2.327Links ]

Instituto Nacional de Defensa Civil. (2016). Estudio PCS mapas de peligro, vulnerabilidades y riesgos, plan de usos del suelo, ante desastres, fichas de proyectos y medidas de mitigación de tres barrios del distrito del Agustino: El Independiente, Santa Isabel y Cerro El Agustino. INDECI [ Links ]

Municipalidad de El Agustino. (2021). Plan de desarrollo local concertado, El Agustino hacia el 2021 con proyección al 2030. MDEA. http://mdea.gob.pe/files/PDLC_2030_PROYECTO_FINAL.pdfLinks ]

Torres, M.; Cid, B.; Bull, M.; Moreno, J.; Lara, A.; Gonzales, C. y Henríquez, B. (2018). Resiliencia Comunitaria y sentido de comunidad durante la respuesta y recuperación al terremoto tsunami del año 2010, Talcahuano-Chile. Revista de Estudios Latinoamericanos sobre Reducción de Riesgo de Desastres (REDER) , 2 (1), 21-37. https://www.revistareder.com/ojs/index.php/reder/article/view/9Links ]

Uriarte, J. (2014). Escritos de Resiliencia, la resiliencia individual y comunitaria. URILAN. https://www.academia.edu/32178675/ESCRITOS_DE_RESILIENCIA _LA_ RESILIENCIA_INDIVIDUAL_Y_COMUNITARIALinks ]

Yncera, N.C. (2019). Resiliencia comunitaria frente al riesgo de desastre de origen natural. (Tesis de Doctor), Universidad Autónoma del Estado de Morelos México. http://riaa.uaem.mx/xmlui/handle/20.500.12055/792Links ]

Recibido: 12 de Marzo de 2023; Revisado: 10 de Mayo de 2023; Aprobado: 08 de Julio de 2023

*Autor para la correspondencia:cfloress@unfv.edu.pe

Los autores declaran que no existen conflictos de intereses.

Creative Commons License