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Mendive. Revista de Educación

On-line version ISSN 1815-7696

Rev. Mendive vol.14 no.1 Pinar del Río Jan.-Mar. 2016

 

ARTÍCULO ORIGINAL

 

Algunos elementos teóricos acerca de la orientación profesional en la especialidad Carpintería

 

Some theoretic elements about vocational guidance in the specialty Carpintería

 

 

Odelmi Miló García1, Jesús Torres Domínguez2

1Centro Politécnico «Leonides Blanco González». Pinar del Río.
2Dr. C. Universidad de Pinar del Río «Hermanos Saíz Montes de Oca» Correo electrónico: jesus.torres@upr.edu.cu

 

 


RESUMEN

En el presente artículo se presentan las bases teóricas conceptuales metodológicas que sustentan de manera esencial la orientación profesional en la especialidad Carpintería en estudiantes del primer año del Politécnico Leonides Blanco González, a partir de la problemática de que los estudiantes no se sienten motivados por la especialidad.

Palabras clave: Estrategia, Orientación, profesional.


ABSTRACT

Presently article the methodological conceptual theoretical bases are presented that sustain in an essential way the cultural historical theory, The objective of the same one is to elaborate a methodological strategy for the development of the professional orientation toward the specialty carpentry in students of the first year of the Polytechnic Leonides Blanco González, being given the problem that the students are not motivated by the specialty.

Key words: Strategy, orientation, professional.


 

La orientación profesional en el ámbito educativo. Antecedentes y tendencias actuales

El avance impetuoso del siglo XX, con su revolución científico - técnica y sus convulsiones sociales, ha planteado a la educación retos cada vez más complejos. Si partimos de la máxima martiana de concebir la educación como la preparación del hombre para la vida, entonces educar en la época actual es preparar al ser humano para enfrentar los requerimientos de un mundo muy diverso, desigual y cambiante.

Desde comienzos de siglo, la preocupación de cómo mejorar la escuela y salvar al ser humano de la alienación, el pobre desarrollo intelectual y espiritual o la tecnocratización deshumanizante, estimuló, con perspectivas y matices políticos y socioeconómicos diferentes, la creación de nuevas alternativas y vías para la educación escolar. En 1972, la O.N.U. reflejaba dramáticamente la necesidad de enfrentar la llamada crisis de la escuela y valoraba los cambios que debían sufrir ésta y los educadores para responder a las nuevas exigencias (El correo, # 5, 1972).

La proliferación, a lo largo del siglo, de las concepciones y prácticas de la orientación educacional en el mundo pedagógico, fue una de las respuestas o nuevos paradigmas técnicos que se establecían como parte de los esfuerzos por desarrollar a plenitud a los estudiantes y ayudarlos a resolver los problemas esenciales que se les presentaban. La orientación vocacional - profesional será la esfera que marcará el inicio sistemático de estas prácticas (Fitch, J. 1935; Ferretti, C. 1987; Marnette, D.1993; Martínez, A. 1993.).

En América Latina, parece obvio que esta necesidad histórica haya sido vivenciada por nuestros educadores con más angustia y sentimiento de urgencia, pues somos un continente obligado a compensar, con nuestros recursos humanos, los privilegios tecnológicos de los países industrializados.

El desarrollo de la orientación educacional en el siglo XX devendrá como una consecuencia de tres factores fundamentales:

1) Las particularidades y retos del mundo contemporáneo.

2) El desarrollo específico de la educación y la búsqueda de respuestas a la llamada «crisis de la escuela».

3) El desarrollo de la Psicología y su aplicación al campo educacional.

La historia de la propia orientación educacional ha ido planteando diferentes interrogantes sobre cómo concebir la orientación, la relación entre los conceptos de orientación y educación, el papel del maestro frente a la necesidad (incuestionable) de orientación del alumno, etc. (Calviño, M. 1994; González, F. 1995, González, V. 1994, Vega, L. 1990)

Hay tres corrientes de la orientación educacional que han sido identificadas por una serie de autores y que dominaron durante las primeras siete décadas del siglo: la Psicométrica, la Clínico - Médica y la Humanista (Roger, C. 1969, Vega, L. 1990; Martínez, A. 1993).

Las dos primeras lideran con su presencia la primera mitad del siglo. Una hiperboliza el diagnóstico a partir esencialmente del test, la segunda el estudio de caso desde un gabinete escolar.

La irrupción posterior del humanismo, sin embargo, traerá enfoques más holísticos, que buscan rescatar y utilizar el carácter activo del sujeto. Las ideas de Carl Roger, especialmente, ganaron espacio entre los orientadores y a través de él y otros representantes de los nuevos tiempos, comenzó una dura crítica al carácter represivo y limitante de la institución escolar tradicional y al modelo directivo que permeaba la práctica de la orientación de la época. (Roger, C. 1988).

En los últimos años, bajo la influencia nada despreciable del pensamiento social marxista, el desarrollo de nuevas corrientes pedagógicas, la propia psicología humanista, los estudios de dirección científica de la escuela y otras tendencias contemporáneas, han surgido perspectivas más abarcadoras, que buscan una mayor integración de la orientación con la institución escolar y otros factores sociales, ampliando además el número de profesionales que desde sus funciones pueden realizar acciones de orientación.

Estas corrientes se han caracterizado por tener un enfoque más pedagógico y social, con tendencia a integrar aspectos positivos de las tradicionales. Han sido denominadas con diferentes nombres y agrupadas según sus diferentes tendencias y matices (Sociológicos, Didácticas, etc.) (Vega, L. 1990, González, F. 1995, Willians, N. 1993; Marnet, D. 1993.)

El carácter protagónico y primado de la orientación vocacional- profesional

La ciudad de Boston, vio nacer en 1908, el primer centro profesional destinado a brindar asistencia a jóvenes que reclamaban ayuda para seleccionar su carrera y orientarse en el mundo profesional. Este primer «Buró Vocacional» fue organizado por Frank Parsons, siendo el primero en acuñar el término de orientación vocacional (Vocational Guidence). La idea fue muy bien vista en el mundo empresarial, como una vía para optimizar su fuerza laboral. Entre los jóvenes (y sobre todo sus padres), se consideró una ayuda para encontrar caminos seguros al éxito profesional.

Ya en 1921, la iniciativa ha ido diseminándose a varias ciudades y se crea la Asociación Nacional de Orientación Vocacional que va generando todo un proceso de teorización y de experiencias metodológicas en este campo.

Hacia 1930, definen el término orientación vocacional como «…el proceso de asistencia individual para la selección de una ocupación, preparación para la misma, inicio y desarrollo en ella» (Fitch, J. 1935, pag. 3).

Obsérvese que ya en esta temprana definición, se incluye la idea de que la orientación vocacional no sólo comprende la preparación para la selección de una ocupación (o carrera), sino que incluye la «asistencia individual» para ayudar en el inicio y desarrollo en la misma. Resulta interesante esta observación pues el desarrollo histórico posterior tomó poco en cuenta el papel de la orientación en el proceso mismo de la formación universitaria.

A lo largo del siglo, infinidad de estudios y experiencias han sido realizadas en el área de la orientación profesional desde perspectivas teóricas diferentes (enfoque de rasgos y factores, psicoanálisis, psicología marxista, etc.).

En nuestra consideración, la mayoría de ellas (a pesar de grandes diferencias teóricas y metodológicas) y sobre todo durante las primeras siete décadas del siglo, han estado centradas en dos temáticas esenciales:

1) El problema de la selección profesional.

2) El abordaje de la motivación profesional como elemento determinante de la calidad de esa selección.

Los intentos de clasificación de las diferentes tendencias teóricas desarrolladas sobre este tema, han tomado como criterio central la consideración del autor sobre la naturaleza de estos fenómenos y la posición metodológica que asume el orientador frente a los mismos en su práctica profesional.

Celso. J. Ferretti (1988) distingue cuatro perspectivas teóricas fundamentales muy bien definidas:

· Teoría de rasgos y factores (Parsons).

· Teorías Psicodinámicas (Bordin, Nachman, Roe, Holland).

· Teorías evolucionistas (Super, Ginzberg, O'Hara).

· Teorías centradas en la decisión (Gellat, Holton).

Estas corrientes, en la línea precisa de la orientación vocacional (profesional) se han expresado en una u otra medida en las tendencias generales de la orientación educacional vistas anteriormente. Se trata pues de otro punto de vista clasificatorio, que no es difícil correlacionar con el anterior.

La Teoría de los rasgos y factores marcó el inicio de la Orientación Profesional y estimuló desde sus formulaciones las dos corrientes tradicionales de Orientación Educacional que hemos mencionado (psicométrica y clínico-médica). La idea de Parson concebía la identificación de los rasgos personales de los sujetos y su correlación con los exigidos para cada profesión. El orientador debía dirigir este proceso, investigando profesiones y sujetos y guiando la selección a través de entrevistas de orientación, que eran generalmente muy directivas. Esto es perfectamente comprensible dada la confianza que deposita la teoría en que la correlación rasgos - profesiones encierra la clave del éxito de la vida profesional.

La perspectiva psicodinámica fue sin dudas resultado del impacto de las concepciones psicoanalíticas de principios de siglo sobre el área de la Orientación Profesional. En ellas la selección profesional es una sublimación de instintos, necesidades y conflictos de las primeras edades. Estos autores ponen su atención en las posibilidades de las distintas profesiones para canalizar los instintos del sujeto y le dan un peso decisivo a las experiencias infantiles tempranas, subestimando otros factores como son los elementos sociohistóricos.

Más que desde la óptica teórica - metodológica de la orientación, estos autores trabajaron desde los esquemas interpretativos e interventivos del psicoanálisis.

Es oportuno aquí destacar que una premisa teórica importante para estos autores, está contenida en la propia obra de S. Frued, padre del psicoanálisis. En «Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci» deja explícita su teoría de la derivación de los instintos sexuales hacia la actividad profesional. (Freud,S. 1948, pag. 372), como explicación del desarrollo de inclinaciones motivacionales fuertes y de talentos asombrosos. En este interesante ensayo nos dice: «Parece, en efecto, que solo un hombre de una vida infantil como la de Leonardo puede pintar la Mona y la Virgen con el niño Jesús y la Santa Ana y elevarse al mismo tiempo tan vertiginosamente en su actividad investigadora...» (Freud,S. 1948, pag.400).

Este enfoque psicodinámico se corresponde metodológicamente, ante todo, con el enfoque clínico-médico, aunque justo es decir que más modernamente, las derivaciones más progresistas del pensamiento psicoanalítico en esta área, utilizan en la práctica tácticas grupales y análisis institucionales que la acercan metodológicamente a lo visto en las propuestas humanistas y a las actuales tendencias integrativas.

Las teorías evolucionistas, por su parte, van a marcar un nivel cualitativo nuevo en las elaboraciones teóricas sobre la Orientación Profesional.

Conciben la inserción del sujeto en una profesión como un proceso único, que se da a lo largo de la vida del mismo y que conlleva diferentes etapas. Esta idea será planteada también por diferentes autores marxistas, como Bozhovich, L. I. 1981; I. S. Kon. (1990). En nuestro país: González, F. 1995; González, V 1994; Castro, P. 1990.

Estas teorías aportan el importantísimo término de Identidad Vocacional (Tiedman, D. y O'Hara R. 1963) que será retomado desde posiciones diferentes por otros autores (Bohoslavshi, R. 1984; Glez, F. 1995.)

Entre los evolucionistas merece especial atención la obra de Donal Super, (1957) quien destacará la posibilidad del orientador y la educación en general para facilitar el proceso de maduración de intereses y habilidades, en diferentes etapas y para desarrollar el autoconcepto del sujeto, como elementos básicos en el proceso de Orientación Profesional.

Para Super «…el desarrollo vocacional es un proceso en marcha, continuo y generalmente irreversible» (Hill,G. 1987 pag.326) y que su calidad depende en gran medida de la felicidad del sujeto. Super fue además un defensor persistente y respetado de la necesidad de la Orientación Profesional en las escuelas.

Por último, las teorías centradas en la decisión, como su nombre lo indica, han centrado su atención específicamente en este hecho, de tanta significación en la vida de una persona. Lo han valorado como un proceso. Estos autores han profundizado en los elementos que pueden intervenir en el mismo, como el autoconcepto, conocimiento del mundo laboral, etc.

El objetivo más general parece haber sido encontrar un modelo de selección, es decir, un algoritmo que permita orientar, guiar al sujeto en este camino.

Componentes de la orientación profesional

En los estudios realizados hemos podido concluir que existen cuatro componentes básicos de la orientación profesiones, estos son: Componente cognitivo, Componente afectivo, Componente autovalorativo y Componente de proyección futura.

Componente cognitivo: La información que adquiere el sujeto sobre las profesiones es muy importante porque ella le permite formar una imagen inicial a partir de la cual opera pero: ¿Qué información es importante sobre la profesión? ¿Cómo ha de transmitirse?

El estudiante debe conocer el objetivo de su profesión, la intelectualidad social de la misma, sus perceptivas de desarrollo así como cualidades esenciales para su desempeño. Al respecto González Rey (1995) plantea «…la información pierde su sentido fuera de quien la exprese, cómo la expresa, y quién la expresa»

No pensemos que hubo orientación al estudiante porque se impartió una conferencia sobre una especialidad determinada. Mientras esa información no se personalice, ni sirva de punto de partida para reflexionar y buscar de, manera independiente más conocimientos sobre el suceso profesional al que está evocado, no estamos haciendo una orientación efectiva.

En función de la etapa por la que transita el sujeto el aspecto cognitivo tendrá ciertas peculiaridades en el elegir la profesión. Se le debe proporcionar información que le permita hacer una elección profesional a partir de su auto- determinación. Esta información debe considerar la importancia que tiene el área profesional en la vida de una persona, la significación de una profesión, en general, las repercusiones extrañas y por su puesto la responsabilidad que contrae con su estudio.

Componente afectivo: La unidad de lo afectivo y lo cognitivo es una tesis de L. S Vigotski reconocido y aceptado por psicólogos de diferentes corrientes. Sin embargo, sus encubrimientos en la práctica no siempre se observan en la orientación. Lograr una implicación afectiva positiva del sujeto es indispensable en el desarrollo de intereses profesionales.

Un aprendizaje significativo es lograr que la información que reciba tenga para él un sentido que satisfaga determinadas necesidades y sea de superación, afecto, realización personal. Educar a nuestro estudiante es demostrar la satisfacción que siente por lo que hacen, manifestar su aprobación o rechazo hacia algo que enriquece el desarrollo de su personalidad. Así mismo reconocer la ambivalencia afectiva, es decir, como una misma cosa puede extrañar gratificaciones y dificultades. El estudio de una profesión por ejemplo, reporta beneficios personales y también determinados sacrificios que el estudiante debe estar en condiciones de reconocer.

El momento propicio a la elección de la carrera debe estimularse la significación que tiene estudiar, elegir una profesión, propiciar el análisis de las ganancias y pérdidas que reporta una decisión de este tipo. Comprometer la efectividad del sujeto con la elección que hará.

Componente auto valorativo: El predominio del aspecto informativo en la orientación profesional, obvia la importancia de componentes auto valorativos, de la valoración que hace el sujeto de lo lejos que está el conjunto de cualidades esenciales para el desempeño de la profesión.

Componente autovalorativo: Diferentes investigaciones han detectado insuficiencias en el análisis auto valorativo del sujeto (Domínguez García 1992, Rodríguez Robustillo 1996, López Suárez, 1997).

Esto ha llevado a algunos autores a concluir que la autovaloración generalmente en los adolescentes tiende a ser inadecuada por exceso, sobre todo en adolescentes con rendimientos docente medio o bajo, los que conducen a tomar decisiones sin un análisis acertado. El proceso pedagógico profesional debe ir encaminado a propiciar de manera consciente el entrenamiento del alumno en el conocimiento de sí mismo.

Los elementos que relacionamos a continuación afectan al desarrollo de una adecuada autovaloración según los resultados de algunas investigaciones:

  • Profesores poco orientados a la educación de las cualidades importantes para la actuación personal en el estudio y la profesión futura.
  • Los colectivos pedagógicos orientan su trabajo al análisis del resultado docente y poco al de las cualidades, habilidades y otras potencialidades importantes para la actuación de estas áreas.
  • Sistema estimulativo y de evaluación predominante orientado a los resultados.
  • Empleo casi nulo de la auto evaluación.
  • Falta de confianza en los alumnos para el aprendizaje independiente.
  • Poca estimulación de la responsabilidad por el aprendizaje y auto desarrollo de los alumnos.
  • Profesores en ocasiones poco cercanos al modelo del profesional competente.

Aunque proveniente de un contexto afectivo a la Educación Técnica - Profesional estos elementos tienen gran coincidencia con el trabajo de los profesores en los Institutos Politécnicos

Componente de proyección futura: Forma parte de la personalidad de cualquier individuo la construcción de metas y proyectos de vida que configuran sus expectativas personales. A ellos debe integrarse los relativos a la profesión, a las perspectivas de su ejercicio. Sin embargo en los estudios realizados en adolescentes y jóvenes se ha podido constatar que no hay claridad en sus perspectivas en el mundo del trabajo, lo que debe ser tenido en cuenta por los colectivos pedagógicos en la conformación de las estrategias educativas correspondientes.

A modo de conclusión

Todo proceso pedagógico constituye un fenómeno complejo y dialéctico. Su realización está determinada por un grupo de condicionantes, entrelazadas entre sí con un carácter general.

La problemática se torna más compleja en la ETP, en tanto esta debe tener lugar en escenarios reales que permitan la modelación de un profesional competente en la especialidad de Carpintería.

A tal modo que este trabajo está encaminado a la formación de un profesional competente en dicha especialidad el cual sea capaz de dar solución a problemas profesionales al insertarse en la vida laboral.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido: 12 de febrero 2016.
Aprobado: 17 de marzo 2016.

 

 

Odelmi Miló García. Correo electrónico: jesus.torres@upr.edu.cu.

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