INTRODUCCIÓN
Las plantas medicinales constituyen, desde épocas muy remotas, un recurso terapéutico útil y accesible para resolver problemas de salud. Las investigaciones realizadas en diferentes latitudes del planeta justifican los planteamientos de que el uso de las plantas con fines curativos se remonta a muchos años atrás y guarda relación con la flora existente en los territorios. Existen informes en China, en Egipto y en la India y trabajos de mucho valor relacionados con el uso de plantas medicinales en Suramérica y otras regiones.1,2,3
A pesar del tiempo transcurrido en la actualidad mantienen su efectividad y son aceptadas por la mayoría de la población. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha considerado que la fitoterapia constituye un importante eslabón dentro de los sistemas médicos tradicionales para el mantenimiento de la salud.4
La COVID-19 ha sido el reto de salud más difícil que el hombre ha enfrentado en el siglo XXI y, para combatirla, ha acudido a todas las opciones terapéuticas posibles, incluidas las plantas medicinales. Como enfermedad nueva y desconocida para el hombre ha sido enfrentada inicialmente de manera algo empírica y luego, con la información científica disponible y las experiencias acumuladas, se establecieron protocolos de tratamientos efectivos.5,6
La Provincia de Villa Clara ha presentado altos índices de contagio por COVID-19 y la Ciudad de Santa Clara, su capital, muestra los mayores indicadores del territorio. La población cubana posee tradición en el uso de plantas con fines medicinales, la que se ha afianzado aún más en los últimos tiempos. El uso de los recursos naturales está muy arraigado en la población de la Región Central del país, por lo que las plantas medicinales han formado parte del arsenal terapéutico ante esta nueva enfermedad. Por este motivo se realizó este trabajo, con el objetivo de describir el uso de plantas medicinales ante la COVID-19 por parte de la población del Municipio de Santa Clara.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo transversal de tipo exploratorio en el Municipio de Santa Clara, de la Provincia de Villa Clara, durante los meses de enero y febrero de 2021, en el contexto de la realización de las actividades de pesquisa de personas con síntomas respiratorios por parte del personal de salud. Previo consentimiento informado se aplicó una encuesta (Anexo 1), elaboradas por los autores, a personas seleccionadas de manera aleatoria (muestreo aleatorio simple) de tres consejos populares de la ciudad (20 por cada consejo popular), para indagar sobre el uso de plantas medicinales ante esta enfermedad. Se investigó sobre plantas empleadas con fines medicinales relacionadas con la pandemia de COVID-19 y se definieron, con la mayor exactitud posible, la planta en cuestión, la forma de preparación, la forma de utilización, el objetivo de su uso (preventivo o curativo) y la forma de obtención del conocimiento medicinal.
Fueron revisados los protocolos de tratamiento propuestos por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) en sus versiones desde el 1.2 a la 1.6 con el objetivo de indagar sobre el uso de recursos fitoterapéuticos en ellos. También se realizaron búsquedas bibliográficas de literatura científica que permitieran contrastar los resultados obtenidos. Fueron empleados los métodos empíricos (análisis documental y encuestas) y teóricos (análisis y síntesis, inducción-deducción). Los resultados obtenidos fueron procesados por métodos de estadística descriptiva.
RESULTADOS
Se obtuvo una muestra de 60 personas procedentes de los Consejos Populares Centro, Vigía-Sandino y Hospital-Chambery. Predominaron el sexo femenino (63,3%) sobre el masculino (36,6%) y el nivel medio de escolaridad. La muestra estudiada incluía personas que habían sido consideradas sospechosos y confirmados (o ambos) de la enfermedad (9) y contactos de pacientes COVID positivo (13), además de otras que no habían sido incluidas en ninguna de las categorías anteriores (38).
De los encuestados 33 refirieron el uso de fitopreparados caseros o farmacéuticos (55%). De ellos, el 21,19% empleó preparaciones caseras y el resto utilizó fitofármacos elaborados y vendidos en la red de farmacias. Los preparados más empleados fueron los elaborados a partir de Aloe barbadensis (sábila), Plectranthus amboinicus (orégano francés), Citrus aurantium (naranja dulce) y Allium cepa (cebolla) -Tabla 1-.
En relación al uso de los preparados de plantas medicinales se encontró que 31 personas refirieron emplearlos para tratar síntomas que en algún momento presentaron como tos, congestión e irritación en las vías respiratorias, ronquera o malestar general. Solo dos personas refirieron su uso como medida preventiva para evitar un posible contagio.
Al indagar sobre la forma de obtención de los conocimientos sobre los usos medicinales de las plantas se obtuvo como principal vía la transmisión de información tradicional en las familias, de generación en generación (20 personas). Otras también referidas, aunque en menor número, fueron la información recibida en la farmacia (cinco personas), recomendaciones de vecinos y amigos (cuatro), informaciones recibidas por internet (tres) y lectura de libros de plantas medicinales (una persona).
DISCUSIÓN
Los datos obtenidos en relación con el uso de las plantas medicinales se corresponden con plantas de uso tradicional arraigado en la población cubana.7 Las que resultaron más utilizadas han sido estudiadas científicamente para corroborar sus propiedades en los diversos aparatos y sistemas del organismo8,9,10,11 y se han comprobado propiedades antiinflamatorias, inmunomoduladoras, descongestionantes y antisépticas del aparato respiratorio, principal sistema que se afecta en esta enfermedad, aunque no el único.12,13
La revisión de los protocolos de tratamiento frente a la COVID-19 propuestos por el MINSAP en Cuba mostró que, a partir de la versión 1.2, se establece la posibilidad de que el tratamiento de los pacientes sospechosos incluya fitofármacos industriales o dispensariales frente a los síntomas que experimenten el paciente.14 Esta recomendación se mantiene en las versiones posteriores de los protocolos de tratamiento, incluido el 1.6,15 y se ajusta a lo establecido en el Formulario Nacional de Fitofármacos y Apifármacos y la Guía para la prescripción de Productos Naturales.16,17 La revisión de literatura científica mostró la propuesta de las mismas plantas mencionadas y de otras con el propósito de tratar los síntomas y elevar la inmunidad de las personas (o ambos).8,12,18 La política de vinculación de la fitoterapia con la medicina alopática para el tratamiento de la COVID-19 se corresponde con la estrategia cubana de una medicina integrativa,19 pero no es exclusiva de Cuba, pues la OMS se pronunció en relación con la necesidad de potenciar los estudios de los remedios naturales y de medicina tradicional frente a la COVID-19.20 La integración de los recursos terapéuticos de la Medicina Tradicional y Natural debe desarrollarse de manera sostenida para la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de un importante número de enfermedades porque siempre redundará en el aumento de la calidad de vida y de los indicadores de salud de la población.21
El predominio del uso de plantas medicinales con fines curativos antes que preventivos se corresponde con el típico comportamiento humano de recordar tratar los problemas de salud, pero no de prevenirlos. Aunque el hecho de insertar esta modalidad de medicina tradicional en la práctica habitual de la población coincide con la estrategia sanitaria en Cuba, aún hay que avanzar en el uso de estos recursos naturales en la prevención de afecciones y enfermedades. El modelo cubano de estrategia de salud hace énfasis en la prevención de las enfermedades y brinda un gran protagonismo a la Atención Primaria de Salud.22,23,24
La población cubana cuenta con arraigadas tradiciones de uso de plantas con fines medicinales, sobre todo en la población de áreas rurales. La migración de las personas desde el campo a las ciudades trajo consigo la expansión de sus hábitos y costumbres, de manera que, en la actualidad, en cualquier parte del territorio nacional las personas tratan afecciones de salud con recursos naturales, muchas veces cultivados en patios y parcelas. El apoyo que la red de farmacias ha brindado en este sentido ha resultado fundamental porque, aunque han existido dificultades (en ocasiones) con la disponibilidad de algunos renglones, en forma general siempre ha existido una oferta de fitofármacos disponible para tratar los problemas de salud más frecuentes. Igualmente se ha publicado literatura que brinda un soporte informativo al respecto.25
El uso de plantas medicinales para tratar la COVID-19 también ha sido investigado por otros autores.26,27,28 Existen otras investigaciones, con resultados preliminares alentadores, que refuerzan los criterios sobre la utilidad del empleo de recursos derivados de las plantas para el enfrentamiento a esta enfermedad.29,30,31 Resta por trabajar en el aseguramiento del acceso a estos recursos tanto por producciones dispensariales o industriales en la red de farmacias, como por el fomento del cultivo en patios o huertos a nivel de casas y barrios.
Si bien no fue la principal vía de obtención de información, la relacionada con las revisiones en internet si fue la que más preocupó a los autores de este trabajo. No cabe duda que la diseminación de la información a través de las redes sociales y de páginas especializadas o no ha revolucionado las formas de transmisión de información y conocimientos, con la opción de la inmediatez y muchas veces de la veracidad; no obstante, existen no pocas páginas que ofrecen informaciones no científicas o insuficientemente estudiadas que pueden llevar a prácticas inadecuadas por parte de quienes no poseen el conocimiento necesario.
CONCLUSIONES
La población de la Ciudad de Santa Clara emplea plantas medicinales y sus preparados para prevenir y tratar síntomas sugestivos de COVID-19, en correspondencia con lo establecido en los protocolos de tratamiento cubanos. Las revisiones bibliográficas realizadas corroboran estos usos medicinales.