Introducción
El estrés es la manera en la que el organismo responde a un reto del entorno, externo o interno, puede ser beneficioso o perjudicial si la situación persiste en el tiempo. En el siglo XXl, el desarrollo científico-técnico impone al individuo desafíos muy estresantes de los que a veces no puede escapar, y esto es la causa de diferentes enfermedades, sobre todo inflamación de bajo grado como en la obesidad, hipertensión, aterosclerosis entre otras afecciones 1,2
La Psiconeuroendocrinoinmunología (PNEI) se define como una ciencia transdisciplinaria que estudia y analiza las interacciones multidireccionales entre el comportamiento (psiquis) y los sistemas nervioso, endocrino e inmune y sus repercusiones en la clínica.
En 1984 Bllacklook conceptualizó la PNEI. En Cuba los primeros acercamientos se deben al profesor Sergio Arce. Actualmente se trabaja sobre este tema en el Departamento de Inmunología del Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas “Victoria de Girón”.1,3
La PNEI brinda una percepción integral del proceso salud-enfermedad, de ahí que sea necesario todos los profesionales de la salud la comprendan. Por eso, el objetivo de este trabajo es actualizar la relación que existe entre el estrés y la psiconeuroendocrinoinmunología en la aparición de algunas enfermedades, entre ellas las reumáticas.
Desarrollo
El sistema psiconeuroendocrinoinmune abarca numerosos órganos y que se dividen en centrales: cerebro e hipotálamo (sistema nervioso), hipófisis (sistema endocrino), médula ósea y el timo (sistema inmune). Los órganos periféricos constituyen el sistema nervioso vegetativo o autónomo con sus ganglios simpáticos y parasimpáticos, el sistema endocrino abarca las glándulas suprarrenales, las adrenales, el tiroides y las glándulas mamarias, entre otras; y el sistema inmune, los órganos linfoides secundarios (bazo, anillo de Waldeyer, ganglios linfáticos y apéndice). El sistema psiconeuroendocrinoinmune comparte también la capacidad de memoria y los sistemas de señales con sus receptores.1
Hoy día casi toda la población está expuesta de manera prolongada a situaciones estresantes lo que provoca agotamiento y desequilibrio del sistema PNEI. Por ese motivo, el estrés se considera una pandemia de nuestra época que está relacionada con el aumento de la obesidad, la hipertensión arterial y la arterosclerosis, entre otras enfermedades.
Muchos pacientes como consecuencia del estrés sufren manifestaciones psicosomáticas como cefalea grave, alteraciones del sueño, sensibilidad exacerbada por los ruidos y la luz. Otros pueden llegar incluso a padecer enfermedades sistémicas inflamatorias que afectan diferentes sistemas de órganos, por ejemplo, depresión, cáncer, enfermedades cardiovasculares, infartos, enfermedad de Parkinson, enfermedades psiquiátricas, fatiga crónica grave. En las mujeres diabéticas el estrés está relacionado con las alteraciones en la organogénesis del feto.4,5,6
Aunque hasta el momento no está totalmente dilucidado el proceso patogénico del estrés, se han encontrado manifestaciones de fatiga por estrés crónico en diferentes afecciones, por ejemplo, en más del 67 % de los pacientes con enfermedad de Sjögren, en el 76 % de los pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES), en el 70 % de los pacientes con artritis reumatoide, más del 80 % de los pacientes con esclerosis múltiple (EM), entre el 57 y el 100 % de los pacientes de cáncer y entre un 37 y un 57 % de los enfermos de parkinson.7,8,9
¿Serán estos indicadores simple casualidad? Precisamente la integración y la visión del hombre como un ser biopsicosocial es lo que permitirá prevenir mejor estas enfermedades y tratar menos enfermos.
Actualmente numerosos equipos de investigación trabajan en diferentes temas relacionados con la PNEI, y a partir de los resultados y las conclusiones a las que se llegue podrá trabajarse para disminuir la aparición de enfermedades reumáticas, inmunes y nerviosas.
Se impone desarrollar entonces estilos de vida más sanos, realizar ejercicios físicos, evitar situaciones crónicas de estrés. Mantener un adecuado funcionamiento del sistema PNEI pudiera ser la solución para muchos de los problemas de salud más acuciantes. Sumar fuerzas en este afán es un elemento decisivo para un futuro más saludable.
Conclusiones
La psiquis y los sistemas nervioso, endocrino e inmune, los cuales se interrelacionan en la ciencia conocida como Psiconeuroendocrinoinmunología, son los encargados de mantener la homeostasis.
En ocasiones, ante acontecimientos desafiantes, la respuesta del organismo no es adecuada en cuanto a la intensidad y duración del estrés, lo que altera el equilibrio y aparecen enfermedades. Cabe destacar que existen otros factores predisponentes de diversa índole que contribuyen a los brotes, crisis o exacerbaciones de estas enfermedades. Se impone profundizar más en la fisiopatología de estos procesos con la visión integradora de la PNEI.