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Humanidades Médicas

versión On-line ISSN 1727-8120

Rev Hum Med vol.14 no.2 Ciudad de Camaguey Mayo.-ago. 2014

 

ARTÍCULO

 

Precisiones teórico-metodológicas para la comprensión de la ética y la bioética médica

 

Theoretical-methodological precisions for understanding the ethics and the medical bioethics

 

 

Jorge L. Flores Rodríguez,I Yoan Milton Flores AlborII

I. Licenciado en Filosofía. Máster en Humanidades Médicas. Profesor Auxiliar y Consultante. Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey. Departamento de Filosofía e Historia. Carretera Central Oeste, km 4 ½, Camagüey, Cuba, CP 70 700. jflores@finlay.cmw.sld.cu
II. Licenciado en Higiene y Epidemiología. Profesor Instructor. Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey. Carretera Central Oeste, km 4 ½, Camagüey, Cuba, CP70 700.

 

 


RESUMEN

El pensamiento ético y bioético es una de las áreas de conocimiento recurrentes en el ejercicio reflexivo del profesional de la salud en Cuba; sin embargo, se detectan insuficiencias relacionadas con imprecisiones y falta de claridad en el pensamiento ético-moral por parte de este personal, según se observa en materiales evaluados para su publicación, en los ejercicios para el proceso de obtención de categorías docentes y en la presentación de las evaluaciones de posgrados. El artículo tiene el objetivo de argumentar precisiones teórico- metodológicas para la elaboración de trabajos en ética y bioética.

Palabras clave: moral, ética, bioética.


ABSTRACT

The ethical and bioethical thought is one of the recurrent areas of knowledge in the reflexive exercise of health professionals in Cuba. However, according to the observations of evaluated materials for their publication, in the exercises for the process of obtaining educational categories and in the presentation of postgraduate evaluations, inadequacies related with imprecision and lack of clarity are detected in the ethical-moral thought on the part of health professionals. The article has the objective of arguing theoretical- methodological precisions for the elaboration of works in ethics and bioethics.

Keywords: morale, ethics, bioethics.


 

 

 

INTRODUCCION

El fortalecimiento de los valores y la lucha contra las indisciplinas sociales es objeto de una atención especial en la actualidad por parte del Gobierno cubano y del Partido Comunista de Cuba. En específico en el sector de la salud, estos aspectos adquieren una significación muy amplia por la connotación humanista del ejercicio médico, lo que reclama la atención del profesional del sector para elevar la calidad de los servicios con una dirección ético-humanista.1,2

Actualmente hay una presencia significativa del tratamiento de las problemáticas asociadas al pensamiento ético y bioético por parte del profesional de la salud, bien sea a través de materiales para publicar; trabajos para los ejercicios de obtención de categorías docentes; en la presentación de las evaluaciones de posgrados, así como en talleres u otros eventos donde se abordan los aspectos ético-humanistas y se reflejan como una de las cuestiones más actuales y necesarias en este sector.

La Ética y Bioética no se imparten por separado, salvo excepciones, solo como parte de una disciplina en la que aparecen con diversa cantidad de horas en los planes de estudio de pregrado de las universidades de Ciencias Médicas; sus contenidos se reservan fundamentalmente para los programas de posgrado, por ello no es casual que se encuentren dificultades en el dominio de estas disciplinas e insuficiencias en el manejo de las complejidades conceptuales, normativas y funcionales.

Estas dificultades e insuficiencias que se han podido constatar durante años, aún persisten y se manifiestan en la falta de dominio y precisión conceptual sobre la ética y la moral y del aparato teórico-normativo de las disciplinas éticas, falta una contextualización del pensar ético, lo que conduce a problemas en la utilización de los principios al no adecuarse su contenido al sistema de valores vigente, también se muestra una escasa labor de reflexión crítica asociada al predominio de la mala práctica de la copia de modelos foráneos.

Estudios realizados con antelación recogen de una u otra forma estas dificultades, en trabajos como los expuestos en el año 2000 por Pérez Cárdenas3 donde se exhorta a una asimilación contextualizada de la bioética. González Pérez4 por su parte, precisa la ubicación de la ética, la bioética y la ética médica en el campo del conocimiento, y la necesidad de establecer las distinciones conceptuales necesarias de dichos términos.

Resulta de significativa importancia el estudio sobre artículos relacionados con la temática que fueron publicados en el periodo del 2004-2007 en la Revista Cubana de Enfermería y que se recoge en el trabajo de Lino Luis, Quintana Torres y Flores Rodríguez,5 donde resaltan entre otras, las dificultades en el tratamiento de los principios de la bioética que no posibilitan una distinción adecuada respecto a sus contenidos, sustentada en la falta de contextualización y la asimilación acrítica de los mismos.

En trabajos posteriores se amplía y profundiza en la necesaria contextualización de la bioética médica en forma de una ética de la salud, y adelanta la propuesta de un sistema de valores para la misma, al mismo tiempo que se alerta de las dificultades relacionadas con los contenidos de los principios bioéticos y de lo riesgoso que resulta realizar acercamientos acríticos en el pensar ético y bioético.6,7

Lo anterior reafirma la necesidad de insistir, y desde otra óptica más cercana a los problemas concretos que se presentan, exponer algunas consideraciones de carácter teórico y metodológico, sobre el acercamiento desde la ética y la bioética médica a la vida moral.

Con el propósito de proporcionarle al profesional de la salud los instrumentos conceptuales básicos para profundizar en la moral y la ética y corregir las dificultades e insuficiencias existentes; ofrecer elementos para ampliar el nivel de reflexión ante los dilemas morales que se le presentan en el ejercicio de la profesión; así como enfrentar las investigaciones éticas cuando los problemas morales así lo requieran desde una fundamentación ética de base marxista, de carácter emancipatorio y una propuesta de Ética de la Salud, el artículo se orienta a argumentar precisiones teórico- metodológicas para la elaboración de trabajos en Ética y Bioética por parte de los profesionales de la salud.

 

DESARROLLO

Primera idea: La moral es una necesidad social a la que se le debe prestar mayor atención

Es una parte de la vida social que surge como forma específica de aprehensión práctico-espiritual del hombre, procede de la necesidad vinculada a la aparición del sentido de lo individual, es decir, de la toma de conciencia de su especificidad y valor en el marco de las relaciones sociales. Para hacer concordar el comportamiento del individuo con los intereses de la colectividad a fin de afianzar el equilibrio en la vida de la sociedad. Se orienta a superar la contradicción entre el individuo y la sociedad, conjuntamente con otros controles sociales, que para ese fin se generan. Desde esta óptica, la moralidad no es una colección de prescripciones y prohibiciones a través de principios, normas y reglas abstractas, sino una función positiva de la sociedad conformada por hombres reales y para ajustar su convivencia como individuos sociales.

La moral es una dimensión inexorable del hombre. Los seres humanos somos ineludiblemente personas morales, aunque en ocasiones el comportamiento sea inmoral o amoral. Es decir, la condición o la dimensión moral no es un añadido ornamental a la existencia, sino "justo el ser inexorable del hombre",8 una característica de la actividad humana, del comportamiento del hombre, al responder a una necesidad social y humana a satisfacer. Existe no solo en calidad de necesidades esenciales para el funcionamiento de la sociedad, sino también como característica indispensable de la actividad del hombre, del comportamiento humano, que es a su vez, el modo de materializar tal necesidad.

Adentrarse en la moral precisa responder: qué es el hombre. Este existe como parte de la naturaleza y como ser natural, es un ser con necesidades y capacidades para establecer una relación metabólica con la misma para satisfacerlas. También es un ser independiente, un ser por sí mismo, o sea, que se sustenta a sí mismo. De igual forma es un ser objetivo al tener otro ser por objeto que deviene esencial para su existencia, de ahí que la esencia del hombre está en algo fuera de él y no en atributos espirituales u otros, como ser egoísta, o altruista por naturaleza.

El hombre es además, un ser natural específico: un ser natural humano. Y aquello particular, que le hace ser específicamente humano, es la actividad productiva: (Hombre ? Actividad Productiva ? Naturaleza). El hombre, por ser específico, posee necesidades específicas y capacidades concretas cambiantes y dentro de estas últimas resaltan el trabajo, ser objetivo y la sociabilidad.

Interesa aquí la sociabilidad, como capacidad base de las demás, que significa reconocer al hombre como un producto social y un ser de relaciones (con las cosas y los hombres), en especial con otros hombres, por lo que el vivir, se presenta en términos de convivir, de un coexistir con los demás. Aunque ese convivir con otros, no solo sea fuente de sociabilidad sino también de insociabilidad, al decir de Kant.

¿Por qué es importante saber del hombre para comprender la moral? Porque la moral es un producto, una creación humana. Si el hombre es un ser que se crea así mismo, a través de su actividad y ese hacerse se da en un marco de la convivencia social con otros; así mismo, en ese contexto social, se hace ser moral y también un ser político.

Al contrario, la otra comprensión alternativa es la de reconocer que es un ser totalmente espiritual, divino, lo que implica un conjunto de ideales morales en función de liberar al hombre de su naturaleza animal y que se han de cumplir, inspirado en el deber, asociado a un sentimiento de gratitud al ser al cual debe su existencia.9

Incluso no solo en el terreno de la moral, ninguna teoría que haga referencia, a la transformación político-social del mundo, no mueve o moviliza, sino parte de la comprensión del hombre y de la mujer en cuanto individuos hacedores de la historia y además como seres hecho por ella, por lo tanto seres de creación, de decisión, de la opción, de la ruptura.10

Una idea que requiere de precisión, es la concerniente al hecho de que el hombre, al tener su naturaleza, su esencia fuera de él, significa que su esencia no es algo que la naturaleza deposita en él, y que el hombre no deviene egoísta, ni altruista, ni benevolente o malevolente, ni sublime, ni bestial, por lo tanto ni moral ni amoral por naturaleza, sino que él, por sí mismo, en su actividad y en las circunstancias que transcurre la misma adquiere una u otra característica.

Nada es "sembrado", "implantado" en la naturaleza humana. Esta es social no es algo fijado por la natura, sino que es hecha por el hombre en sus actos de autosuperación como ser natural. Sin estos actos de autosuperación (superación consciente), acto de llegar a ser a través de la actividad, y es en dicha actividad, en la que los apetitos y propensiones se transforman en algo inherentemente humano, sin ello la moral no hubiese existido.

La moral tiene entonces que ver con los apetitos y propensiones asociados a las necesidades (secundarias), es decir, creadas por el hombre y no con las determinaciones (biológicas) directas e inalterables del ser humano. Donde no hay alternativas no hay lugar para la moral.9

Esto no significa la inexistencia de personas egoístas o benevolentes. Por lo que entonces, la tarea es buscar las causas, que en determinadas circunstancias, hacen ser egoístas o benevolentes y darlo por sentado, porque de lo que se trata es de explicarlo.

De aquí se puede extraer una conclusión: reflexionar, indagar, investigar en torno a estas cuestiones (egoísmo, malevolencia, injusticia, deshonestidad, inmoralidad) implica ir a las razones, a las múltiples causas que en diversas circunstancias se promueven, eso sí, con la intención práctica de revertir tal orden de cosas, por ejemplo: ¿Qué conjunto de circunstancias explican el estado actual en la deformación de los valores en la realidad cubana actual, en la Universidad de Ciencias Médicas, en un Hospital o policlínico docente? ¿Por qué en estos tiempos se acrecienta la "ética" del tener consumista, más que la "ética" basada en el ser? ¿Qué acciones teóricas o prácticas pueden poner fin a tal orden de cosas?

El hombre se presenta como un ser portador de propiedades naturales, sujeto a ellas; como ser social, a través de la actividad humana, al ser la vida un construirse a sí mismo, sujeto de propiedades que se adquieren por apropiación, gracias a un proceso de elección; de esta forma son inadecuadas, expresiones tales como: inculcar o transmitir valores: en todo caso resultan de un proceso de apropiación. Con la apropiación se modela, configura, la personalidad; un modo de ser social, moral, político, profesional, resultado de la elección o el querer ser, que da forma a la vida.

La vida es dada, pero sin hacer, sin personalidad, sin modo de ser. El hombre no puede dejar de vivir (que es un convivir) sino apropiándose de posibilidades por elección y este peculiar modo de ser es la realidad moral.8 Nadie nos "hace moral", es cuestión de decisión personal, de la libre elección, de adquirir la condición de persona moral.

La moral en su versión más inmediata y abarcadora es el conjunto de normas, de actos o conductas, ajustadas a dichas normas, orientadas al bien, así como de juicios morales de aprobación o no de dichos actos, para lo que es necesario, en ocasiones, utilizar argumentos o razones para justificarlos. Moral es cuestión de decidir, acorde a principios, normas y obrar libremente en una situación concreta en base a las circunstancias. Es un problema de comportamiento moral-práctico, que implica obligaciones y por tanto deberes y responsabilidad.

La cuestión se dificulta al preguntar: ¿A partir de qué se forman las normas?, ¿Por qué guiar la conducta por normas? y ¿Cuál norma ha de guiar la conducta hacia el bien? tales cuestiones no se pueden resolver desde la moral, porque esta se refiere a los actos de la vida práctica-moral del hombre, en la búsqueda de la solución acude la Ética.

Al comportamiento práctico-moral sucede, posteriormente, la reflexión sobre él. Más exactamente, los hombres no solo actúan moralmente (se enfrentan a ciertos problemas en sus relaciones mutuas, toman decisiones y realizan ciertos actos para resolverlos, y a la vez juzgan, valoran de un modo u otro esas decisiones y esos actos), sino que también reflexionan sobre ese comportamiento, y lo hacen objeto de su reflexión o de su pensamiento. Se pasa así del plano de lo práctico-moral al de la teoría de la moral, y que algunos llaman pasar de la moral efectiva, a la moral reflexiva o simplemente la ética.11

La Ética se encarga de revelar lo concerniente al origen, la esencia o rasgos esenciales de la vida moral: qué es lo bueno, qué es la responsabilidad, la obligación moral, lo concerniente a la fundamentación de las normas. Otra cosa es: ¿Cómo es concebido el saber ético? Para muchos desde Aristóteles la Ética es la ciencia que tiene por objeto la moral, para otros, provenientes de posiciones positivistas, y otras corrientes, le niegan el reconocimiento de ciencia, aunque la reconocen como reflexión, forma de conocimiento de la moral.

1. ¿De dónde proceden las normas? Para decirlo del modo más concreto, del valor, de lo que adquiere significación social valedera. Lo que deviene valioso y por ello deseable para todos o la mayoría, se erige en "material" para "construir" las normas. A su vez el valor tiene su fundamento y su base natural en las necesidades del hombre. Al margen de estas no hay valores. Así los seres humanos consideran algo como valioso si se vincula a las necesidades. En estos tiempos de "reforzar valores", esto se debiera tener muy presente. Dice además que "inculcarlos" a una persona que no reconoce su necesidad, es tarea harto difícil, a lo sumo lo que se obtiene es la doble moral.

2. ¿Por qué guiar la conducta por normas? La moral es cuestión de decisión libre personal, pero por ser libres los actos de los hombres, no solo son justificables sino que han de ser justificados. ¿Por qué? pues porque el vivir -quiéralo o no- es un convivir, por lo que las decisiones siempre atañen, afectan a otros. ¿Con qué se justifica la elección de uno u otro acto? Pues en principios, en las normas morales. Ellas justifican, dan razón de ser racional, orientan la conducta hacia el bien moral. Se elige en base a principios y normas, pero teniendo en cuenta las circunstancias, incluido los otros <yo>.Soy yo, con las circunstancias y los otros yo.

Se elige en base a principios y normas, pero teniendo en cuenta las circunstancias, incluido los otros <yo>.Soy yo, con las circunstancias y los otros yo.

3. ¿Qué es lo específico de la norma moral? ¿Qué la diferencia de otras normas? Las sociedades no solo regulan la vida social con la moral, ellas se valen de otras formas de regulación como la jurídica, los usos sociales y otros, conjuntamente con la moral, son denominados de control social y que tienen de común el uso de normas, que se engloban en la denominación general de normas sociales.

Las normas morales se distinguen, por ser normas interiorizadas, es decir, que suponen una conciencia (moral) como conciencia de un deber, aceptado libremente por cada uno y considerado como una obligación por sí misma, sin que a ello obligue coactivamente una fuerza o poder institucionalizado, y cuyo incumplimiento no comporta una sanción extrema del grupo social.8

La cuestión del bien. ¿Qué es el bien? Se dice que el hombre tiende al bien, a la felicidad. Pero la cuestión es más compleja. Es decir ¿Cuál es el bien que se debe apropiar para de acuerdo con ello, ordenar la vida y conformar un modo de ser, una personalidad moral? Es más complejo porque el bien, la felicidad, está en dependencia de intereses de grupos o clases, de creencias, de los más diversos objetos: placer, felicidad, utilidad, deber, Dios. Ello da lugar a disímiles posiciones y corrientes éticas, lo que conduce a una nueva idea.

Segunda idea: conocer, pensar, exponer e investigar a la moral desde la Ética, implica delimitar cuestiones en extremo significativas y que en ocasiones son pasadas por alto:

I. ¿Desde qué tipo de racionalidad ética se piensa la moral: clásica o no clásica, desde la ética tradicional, o desde una nueva ética (Bioética)?

II. ¿Desde cuál concepción filosófica o religiosa se sustenta el pensamiento ético: materialista o idealista; desde una Ética cristiana (católica, ortodoxa, protestante) o musulmana?

III. ¿Desde qué nivel de pensamiento ético se investiga en torno al problema moral o cuestión ética: Ética General, teórica o desde una Ética Normativa? O si dentro de esta última, en el nivel de una Ética Profesional (Ética médica profesional).

IV. ¿Desde qué posición ética: de contenido hedonista, eudemonista, utilitarista, de valores. Ética formal: Ética formal de Kant (Ética: autónoma, del deber y formal). Desde el formalismo existencial de Sartre o el formalismo analítico. O bien desde el relativismo ético, el pluralismo moral, una ética consecuencialista?

A la hora de exponer en un trabajo, artículo u exposición sobre la moral, o hacer la crítica a cierta posición ética; se precisa dejar sentado en qué posición filosófica, religiosa, concepción ética se fundamenta el mismo.

Tercera idea: ¿Cómo se piensa la moral (personal, profesional y social) desde nuestra concepción Ética?

Cuando se habla del origen y el fundamento de la moral, y sus normas en la literatura es usual encontrarse dos expresiones: moral heterónoma: cuando se señala que su origen procede o tiene su causa, en algo distinto al hombre; como la concepción religiosa de la moral que busca el origen y fundamento en Dios, otros la buscarán en la naturaleza o en la sociedad. La moral autónoma: es la denominación que reciben los que buscan el origen de la moral en el hombre mismo. Tal es el caso de la concepción ética de Kant o de los existencialistas.

Desde el marxismo se asiste a un nuevo replanteo de la ética y la moral:

  • La moral es un ámbito de la vida social, una característica de la vida del hombre que está condicionada socio históricamente, es decir, es un producto social, pero con una peculiaridad: el hombre es un producto de la historia de la sociedad, al igual que sus propiedades específicas (moral), al mismo tiempo que es su creador. La moral tiene un origen y fundamento en una sociedad históricamente concreta, es decir, que su contenido objetivo expresa el carácter de determinadas relaciones sociales. Pero al mismo tiempo es la esfera donde el impulso interno subjetivo del hombre deviene esencial, para su realización y comprensión. Por lo que no nos inclinamos por una (heterónoma) u otra (autónoma) sino por ambas en interrelaciones mutuas.

  • Comprendida la moral en sus condicionamientos, por el carácter de las relaciones sociales, implica la aparición de diversas posiciones morales. Las relaciones sociales y su expresión en intereses y aspiraciones de distintas clases o grupos sociales, incidirán en diversidad de tipos de moral; cambios en las relaciones y transformaciones sociales; en la vida moral de la sociedad. Los cambios en la sociedad cubana de los últimos tiempos, tienen por fuerza que reflejarse en la esfera de los valores y en particular los morales.

  • Otra idea que fija la posición ética acerca de la moral, es el reconocimiento de su carácter clasista. Si se reconoce como válido que el carácter de las relaciones sociales condiciona el contenido de la moral, estas relaciones se manifiestan o expresan en las relaciones de clases y la moral que la refleja y construye, por lo que lleva la impronta del carácter clasista. De aquí se desprende que la ética y la política están estrechamente vinculadas.

Esto no ha de entenderse en el sentido de creer que la moral sea privativa de una u otra clase social, incluso de un grupo social sino como característica de la actividad humana, de la conducta de los hombres, pero como quiera que en la sociedad, los hombres existen formando parte o ligados a una u otra clase y en esta se expresan determinadas tendencia del desarrollo social, las mismas se reflejan en la moral.

La reflexión e investigación se ha de abordar siempre desde una u otra posición ética, que afirma o niega uno u otro sistema de intereses de clases sociales o grupos. En el plano político y en el plano moral, el cubano de hoy, siempre está abocado, a una respuesta de principios, que reafirman o no un sistema de valores y estos son expresión de determinados intereses de clases y grupos sociales.

El reconocimiento del carácter clasista no implica negar su dimensión humana universal. Existen intereses de clases que expresan los de toda la humanidad, y otros que se hacen pasar por los de todos los hombres, cuando en realidad afirman intereses particulares. Cuando se afirma que el hombre es un ser egoísta por naturaleza se intenta convertir en universal, una dimensión particular, inherente al hombre burgués.

  • Es propio de la ética marxista no atribuir las características del comportamiento moral del ser humano, a una supuesta tendencia humana, (egoísta o altruista por naturaleza) sino explicar tales comportamientos característicos a partir de su origen, de su génesis, donde su base natural es el hombre real como ser natural humano.

De igual forma, los ideales morales que se promueven, no se han de reconocer como algo establecido de antemano. Para cada ideal que se postule se ha de ir a la búsqueda de su base natural. La base natural -desde donde el marxismo promueve sus ideales éticos- radica en el reconocimiento del hombre como un ser natural humano, inmerso en un marco de relaciones sociales específicas, históricamente determinado.

  • La ética marxista se sustenta en valores, pero no en aquellos como la utilidad o el placer, sino en la emancipación plena del ser humano, en el perfeccionamiento pleno de las capacidades humanas. Los valores fundamentales de la ética marxista son la libertad y el autodesarrollo humano.

La ética marxista es una ética de la libertad -como autodeterminación consciente y racional- y de la autorrealización plena de las capacidades humanas (incluido el placer, la felicidad, pero racionalmente entendidos). Se trata de promover la autonomía como autodeterminación consciente y racional y el autodesarrollo humano. Por estas razones, muchos la reconocen como una ética emancipadora, una ética de la libertad que descansa en valores tales como: la autorrealización plena del individuo, la libertad y el rechazo a todo tipo de enajenación y discriminación del ser humano, la dignificación del ser humano y la solidaridad.

Desde el marxismo se habla del hombre en términos de realidad (ejemplo el hombre mercancía en el capitalismo) y como potencialidad (el hombre nuevo del Che) a realizarse plenamente en la sociedad comunista. Aquí se hace referencia al ser humano rico porque es el hombre necesitado de una totalidad de manifestaciones de vida humana. El hombre en el que existe su propia realización como necesidad interior.

Si desde la ética marxista se buscara un criterio que se pudiera aplicar a la definición del carácter moral de cada una de las relaciones morales, no existe mejor criterio que: reconocer al ser humano como el hombre necesitado de una totalidad de manifestaciones de vida humana, en el que existe su propia realización plena como necesidad interior. El criterio de la necesidad interna de una totalidad de actividades vitales decidirá qué tipo de relaciones deben ser moralmente rechazadas y combatidas prácticamente.

La comprensión peculiar del deber es opuesto a una consideración abstracta del mismo. Por ejemplo, la lucha por la libertad de todos y cada uno no se toma como un deber, ni su fin como un deber ser moral, al estilo de la ética kantiana. La lucha por la libertad, solo puede llegar a ser realidad efectiva cuando emana de los intereses de la gran mayoría, sin esto, no sería más que una exhortación inútil y una utopía, un deber sin contenido, abstracto.

La ética marxista no es una ética basada en normas abstractas sin historicidad. Desde esta ética, se parte de reconocer el hecho de que un bien llega a serlo en función del contexto en que se hable de él. Por ejemplo la búsqueda de la felicidad individual, si es llevada a cabo a un precio infligido a otros, y la búsqueda de la libertad en detrimento de otros no son ciertamente morales.

La denominación de las normas morales es la misma para cada ética, nación: dignidad, autonomía, beneficencia; pero el contenido, y esto es algo que se omite con mucha frecuencia, es diferente en dependencia del carácter del sistema de valores vigente en la sociedad.

En especial se impone una aclaración respecto a la autonomía y que al mismo tiempo permitirá ilustrar lo que se acaba de exponer, esto es necesario, por cuanto es uno de los aspectos que mayor repercusión tiene, en los trabajos que el personal de salud realiza:

La consolidación de la sociedad capitalista, se asocia al afianzamiento de la propiedad privada y el individualismo, frente a las fuerzas e instrumentos incontrolables de la producción capitalista enajenada, el individuo encuentra refugio en su mundo privado, autónomo. Y no solo eso, realmente la sociedad lo obliga a retirarse a su pequeño reino, en la medida que su papel como consumidor privado es potenciado hasta el cansancio.

De esta forma, la sociedad burguesa marcha aparejada a la intensificación del culto de la autonomía, que produce una falsa apariencia de independencia, autosuficiencia y autonomía del individuo. Esta última adquiere el reconocimiento de un valor que se enaltece por sí mismo; mientras que lo que está asociado a las relaciones sociales, la sociabilidad y la sociedad, se reconocen como algo negativo que interfiere en la autonomía.

La ficticia autonomía individual se exalta y se convierte en el lado positivo de la moral burguesa. El ideal del mundo burgués descansa en el carácter egoísta del hombre por naturaleza; la búsqueda por sí mismo de la realización egoísta es la camisa de fuerza impuesta al hombre por el desarrollo capitalista, y los valores de la autonomía individual representan su glorificación ética.

La autonomía es privilegiada como el principio rector de la bioética principialista de habla inglesa. En nuestros predios ha resultado muy novedoso y se acude con frecuencia en los trabajos del personal de salud, al parecer en busca de soluciones. ¿Realmente la solución de los problemas éticos en la esfera de la salud cubana está solo en la autonomía?

Esta se presenta, bien como una facultad psicológica, también como un rasgo de la estructura del carácter o bien como un vacío derecho limitado al reino de lo privado, en la bioética principialista, como un principio moral. Lo importante es que se reconozca, que si se puede hacer algo mediante la propia autonomía, no olvidar que necesariamente implica al otro.

Por lo tanto, autonomía individual extrema o absoluta es igual a no tenerla y que si hay alguna forma, donde vale la pena considerar la autonomía es en términos de reciprocidad social, en el curso de la cual los individuos involucrados unos con otros, se adaptan mutuamente a las condiciones del intercambio existente y al mismo tiempo conservar el poder de nuevas iniciativas.

Aquí se impone una aclaración, nuestra concepción ética rechaza la autonomía individual extrema o absoluta al margen y contrapuesta de lo social, y el culto a la misma en estos términos, pero al mismo tiempo postula una autonomía como autodeterminación consciente y racional y esto implica autonomía en términos de reciprocidad social, reconocerla como autonomía integradora.12 Sería recomendable acercarse a los autores cubanos que abordan el tema a los que ya se hizo referencia.

Desde este plano de análisis, es bueno indagar ¿Para qué quiere la autonomía un paciente? Se propone valorar, entre otros, lo siguiente:

a) para convertir el paciente en un sujeto activo en su gestión de salud,

b) para participar activamente conjuntamente con el personal de salud, en el proceso de su curación,

c) para ejercer su derecho de ser merecedor de una atención profesional con calidad y una postura ético humanista consecuente.

Cuarta idea: se asiste a una nueva ética asociada a cambios en la vida socioeconómica de los países

Se trata de los grandes avances que se dan en la ciencia y la tecnología y a los cambios que se producen en el proceso mismo de comprender el propio conocimiento, de donde la Bioética es una de sus manifestaciones.13

Es necesario enfatizar

I. Precisar el contenido del término bioética:

a. Bioética de Potter, de tipo ambientalista, de carácter holista, proporciona una visión integral en función de regular desde la ética las ciencias biológicas en aras de la supervivencia de la humanidad. Se le reconocen varias etapas: bioética puente, global y profunda.

b. Bioética médica, la bioética entró a la actividad médico sanitaria en la sociedad norteamericana, desde una óptica que le permitió acercarse a los dilemas morales en contraposición al paternalismo de la ética médica tradicional y resaltar el lugar prominente del consumidor de la salud como un agente decisor importante en el plano moral. Aborda los problemas morales que emanan del avance científico-tecnológico con un grado de amplitud y de sistematicidad mayor que el de la ética médica tradicional, y caen ahora en su radio la investigación, lo relativo a los recursos de salud, los trasplantes, la inseminación, y el uso de la tecnología.13 Se reconoce como ética de dilema, de carácter más normativista que teórico, que descansa en posiciones pragmáticas, utilitaristas, consecuencialista y relativista radical.

c. Bioética en general, que hace abstracción de las diferencias de la Bioética de Potter y la médica.

II. Distinguir las formas de existencia de la Bioética médica

Diversas perspectivas caracterizan la heterogeneidad del discurso bioético, pues no todos hablan el mismo idioma, ni comparten los mismos presupuestos y objetivos.14

La bioética médica no existe sino a través de una diversidad de formas, entre las que sobresalen:

  • La bioética principialista: hace descansar, la regulación bioética en cuatro principios (autonomía, beneficencia, no maleficencia, justicia).En los países de habla inglesa privilegian el principio de autonomía, mientras que los europeos, por su concepción más humanista, dispensa la justicia, la beneficencia. Bioética como disciplina de carácter deductivista.
  • Bioética casuística: parte de casos clínicos y a partir de ellos extrae máximas morales, que no tienen porqué corresponder necesariamente con los principios, se le reconoce por lo tanto una orientación inductivista.
  • Bioética de las virtudes de Pellegrino.
  • Bioética feminista de Susan Wolf.

Quinta idea: Hacia una construcción de una alternativa cubana de la bioética médica

Lo primero es acercarse al complejo contexto histórico en que se produce la introducción de la Bioética en Cuba. Época del derrumbe del campo socialista, pérdida temporal del prestigio del marxismo, entrada en el denominado periodo especial, y su afectación a la esfera de la salud y el desarrollo ciencia y tecnología en especial en el área de la biotecnología.

El acercamiento a la bioética médica fue más cercano a la copia del modelo que llegó, que a un acercamiento crítico-reflexivo, contextualizado de la misma, en razón a las peculiaridades históricas y especificidad de la práctica y concepción de la medicina socialista.

La bioética médica según, se fue reconociendo en cada región o país, sufrió un proceso de contextualización, acorde a sus características distintivas. ¿Qué impide un acercamiento de la bioética desde las posiciones de la ideología de la Revolución cubana y su núcleo la Doctrina Marxista?

Se manifiesta la necesidad de construir una alternativa a la bioética médica, en forma de una Ética de la Salud, capaz de: a) contextualizar la Bioética médica, asimilando lo que hay de valedero en ella y b) al mismo tiempo, ampliar y profundizar y eliminar lo caduco de la Ética Médica Tradicional. Para ampliar se sugiere consultar:5,6

  • Ética de la Salud en función de regular la vida moral, en unidad de lo teórico y lo normativo, no reducida a ética de dilema (propio de la bioética médica), al margen del profesionalismo estrecho (propio de la ética médica tradicional), una ética de enfoque integral de la esfera de la salud cubana.
  • Las ciencias socio biomédicas (Investigaciones socio biomédicas, producción tecnología.
  • La esfera asistencial (la relación médico paciente, su relación con la profesionalidad y el uso de la tecnología).
  • La docencia médica: (la Ética pedagógica para la formación del personal de salud, reforzamiento de valores).
  • La esfera gerencial (Empleo de recursos, la relación costo-beneficio- relación con los subordinados).

Hacer referencia a una propuesta de una Ética de la Salud requiere una breve incursión por su lado normativo.

Tratar el aspecto normativo en un proyecto ético de la salud cubana no puede pasar sin una propuesta de normatividad como sistema íntegro, cuyos elementos deben funcionar en unidad e interacción. No se trata de un código moral, estrecho, cerrado, sino de un sistema de valores en construcción. Reconocido en este trabajo, en tres grupos básicos interrelacionados, con los subgrupos correspondientes.5,6

Grupo I: El sistema de valores vigentes en la sociedad, que tienen un carácter supranormativo, al margen del cual un código de un grupo social o profesional no es viable y cuando se omite tal nexo degenera en el amoralismo. Este grupo está subdividido en dos.

Subgrupo I: Comprende los valores matrices que tributan el contenido al resto de los valores y orientan la esencia de la conducta de los miembros de la sociedad: la vida, la naturaleza, el bien, la felicidad, lo justo. Esta es la escala más alta de valores que están asociados al existir del hombre, y a sus aspiraciones inmediatas incluidas las del personal de salud. En una Ética de la Salud se ha entendido incorporar a la vida y a la naturaleza por su universalidad, en calidad de valores supranormativos y le permite un nexo más amplio con la bioética ambientalista.

En el subgrupo II: se ubican los valores vigentes en la sociedad que se desean reforzar: solidaridad, dignidad, responsabilidad, laboriosidad, humanismo, honestidad y el patriotismo.

Grupo II: Este grupo comprende los Principios de la Salud Cubana. Actúan como elementos de enlace y elemento concreción de los valores vigentes en la sociedad en la esfera de la salud cubana.

Grupo III: Comprende los principios, exigencias y normas morales que han de proporcionar una orientación socio-ética a las ciencias de la salud en su quehacer investigativo, en la producción de tecnologías, a lo asistencial, la docencia, y lo gerencial en una dirección humanista y solidaria. Se han dividido en dos subgrupos.

El primer subgrupo abarca los principios que representan el ángulo teórico de interpretación ética, que se completan y adquieren valor metodológico cuando dichos principios establecen una relación dialéctica que se expresa en la categoría confluencia de la situación de salud (Cuadro 1).5,6

Este grupo apunta a la gestión de salud en lo fundamental, por lo tanto, dichos valores se ajustan más a la relación del personal de salud con la población respecto a la investigación, a la asistencia y lo organizativo (Cuadro 2).

Estos principios proporcionan junto con el carácter ético una relación digna, democrática, justa, humana y solidaria a la actividad médico sanitaria cubana y que se hacen acompañar de una serie de valores morales de orden empírico: honestidad, decencia, respeto, decoro, bondad, sinceridad, altruismo.

Sexta y última idea

Si bien es cierto lo manifestado respecto a lo inadecuado de expresiones como inculcar, trasmitir valores, incluidos los morales y el hecho de que la moral es asunto de decisión personal libre, no debe significar que los profesores, dirigentes, comunicadores, y profesionales de la salud de los centros docentes, asistenciales y de investigación, acepten una postura inactiva mientras los estudiantes eligen ser personas morales o no. Las necesidades como las capacidades adquiridas, son y pueden ser aprendidas y la institución encargada de ello es la educación en el sentido más amplio (familiar, escolar, laboral y social).

Se habla de educación no en términos de proporcionar las definiciones de un sinnúmero de valores, a través de ejercicios escolásticos, no es suficiente que las normas sean conocidas, o descubiertas, es necesario que sean aceptadas por el individuo, asimiladas por él, que correspondan a sus propias convicciones, que se conviertan en motivos personales, que impulsen su voluntad a la acción y se incorporen a la práctica moral.

A la educación le corresponde incentivar e incorporar a los estudiantes a los procesos que les posibilite, viabilice y facilite la apropiación personal y libre de los valores, a través del diálogo franco, el debate sincero y respetuoso, del ejemplo personal y la incorporación activa en la solución de los problemas prácticos de la vida social.

La educación en sentido amplio es la encargada por excelencia de la moralidad, entendida esta como automediación del hombre en su lucha para la autorrealización. Es la única institución posible de la automediación humana que abarca todas las actividades que pueden convertirse en necesidad interna para el hombre, desde las más naturales funciones hasta las más elaboradas intelectualmente.9

La educación, en este sentido, es una cuestión interna, inherentemente personal: nadie puede educar sin la participación activa en dicho proceso. Por eso se dice que el buen educador es el que inspira la autoeducación.10,15

 

CONCLUSIONES

Ante las insuficiencias y limitaciones de orden teórico-metodológico en los trabajos de los profesionales de la salud, se impone adentrarse en el pensamiento ético, no a través de un acercamiento superficial, ni espontáneo, sino que requiere en primer lugar, dominio, claridad y precisión de sus conceptos básicos, y en segundo, saber distinguir desde qué posición ética-filosófica o religiosa se aborda el trabajo, si es de carácter teórico, o en los marcos normativos, delimitar en qué nivel de pensamiento bioético se está situado, así como tener exactitud en torno a las corrientes del pensamiento bioético médico existente.

Incursionar en el terreno del pensar bioético médico, involucra hacerlo en términos de contextualización crítica de la misma y no de copia de los modelos foráneos y en particular moverse en aquella dirección que conduzca a la creación de la propia alternativa bioética, en razón a las peculiaridades del sistema socioeconómico, sistema de valores vigente en la sociedad, y concepción médica socialista.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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2. Cuba. Primera Conferencia Nacional. Partido Comunista de Cuba [Internet]2012 [citado 9 Mar 2013].Disponible en: http://www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2012/02/tabloide_objetivos_conferencia.pdf

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4. González Pérez U. Ubicación de la ética, la bioética y la ética médica en el campo del conocimiento. Rev Cubana Salud Pública [revista en la Internet]. 2002 Dic [citado 2014 Jun 19]; 28(3). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-34662002000300004&lng=es.

5. Lino Luis MB, Quintana Torres JL, Flores Rodríguez JL, Legra Ramírez M. Valoraciones sobre estudios éticos publicados en la Revista Cubana de Enfermería desde el 2004 al 2007. Rev Hum Med [revista en la Internet]. 2008 Abr [citado 2014 Jun 19]; 8(1). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-81202008000100005&lng=es.

6. Flores Rodríguez JL. Fundamentos para una bioética médica contextualizada desde la Ideología de la Revolución Cubana [Tesis de Maestría]. Camagüey: Universidad de Ciencias Médicas; 2008. p 102-103.

7. Flores Rodríguez JL. Moreno Núñez AF. La ética de la salud como alternativa a la bioética médica. En Sánchez A de P, et al. Selección de artículos. Sobre Filosofía, Salud y Sociedad. La Habana: Editorial de Ciencias Médicas; 2011.

8. Calvo Martínez T, Navarro Cordón JM. Filosofía. Madrid: ANAYA; 1998.

9. Meszarov Itsvan. La teoría de la enajenación en Marx. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales;2005.p 127

10. Freire Paulo. Pedagogía de la autonomía y otros textos. La Habana: Editorial Caminos; 2010. p. 53

11. Sánchez Vázquez A. Ética. Barcelona: Editorial Grijalbo; 1978. p.18

12. D' Angelo Hernández OS. Autonomía integradora y transformación social: el desafío ético emancipatorio de la complejidad. La Habana: Centro "Félix Varela". Publicaciones Acuario; 2005.p.81.

13. Delgado Díaz CI. La Bioética en la revolución contemporánea del saber. En: Compilador Núñez Jover J, Macías Llanes ME. Reflexiones sobre Ciencia Tecnología y Sociedad: Promesas y conflictos. La Habana: Editorial ECIMED; 2008. p 325.

14. Automura D. Algunas observaciones sobre el estado actual de la bioética en Argentina. Rev Acta Bioética. 2003:(2):230.

15. D' Ángelo Hernández OS. Sociedad y educación para el desarrollo humano. Ciudad de la Habana: Centro "Félix Varela". Publicaciones Acuario; 2001. p.16

 

 

Recibido: 30/4/2014
Aprobado: 19/6/2014

 

 

Jorge L. Flores Rodríguez. Licenciado en Filosofía, Máster en Humanidades Médicas, Profesor Auxiliar y Consultante. Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, Departamento de Filosofía e Historia. Carretera Central Oeste, km 4 ½, Camagüey, Cuba, CP 70 700. jflores@finlay.cmw.sld.cu