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Sr. editor:
Para el Ministerio de Salud Pública (Minsap) de Cuba constituye una prioridad formar sus profesionales con competencias tanto en el ámbito asistencial como investigativo, motivo por el cual las universidades de ciencias médicas garantizan una preparación acorde con los estándares que rigen la actualidad científico-médica profesional en el mundo; pero es una realidad que este empeño constituye una tarea cada vez más difícil por todas las trabas que impone la dinámica económica en la realidad cubana, así como por el avance constante de la ciencia y los medios necesarios para hacerla.
La preparación de los estudiantes para la actividad científica debe constituir en los centros de educación médica superior parte de la formación curricular y extracurricular, solo así podrán adquirir hábitos, habilidades investigativas y una ética científica en concordancia con las exigencias de los modelos de enseñanza actuales.1
Hasta el año 2018, los estudiantes de pregrado cubanos solo contaban con un espacio para optar por una oportunidad, dentro de su período de vacaciones, para aprender a investigar junto a científicos cubanos y extranjeros reconocidos internacionalmente: la Beca de Investigación “Henrich Quincke” desarrollada por el colectivo de profesores investigadores del Laboratorio Central de Líquido Cefalorraquídeo (LABCEL), de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.2
La demanda de conocimientos por parte de los estudiantes cubanos de las ciencias de la salud, así como la popularidad que ganó la ya mencionada beca en los centros de enseñanza médica superior conllevó a plantear la siguiente interrogante: si se cuenta con el personal calificado, los centros de investigación y los estudiantes interesados, ¿por qué no se dispone de más becas de investigación para los estudiantes de Medicina en Cuba?3
A raíz de esta sugerencia, surgió la idea de crear otra oportunidad para que los interesados recibieran una preparación científica de calidad en forma de curso de verano: la I Beca de Investigación en Psicofisiología Cardiovascular “Iván Pavlov”, sustentada en la posibilidad que ofrece el inmenso potencial científico que poseen los estudiantes de las universidades de ciencias médicas de Cuba, así como la existencia del laboratorio de ciencias básicas biomédicas en la Facultad No. 1 de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, equipado con medios óptimos y dirigido por profesores con vasta experiencia y resultados investigativos.
En la Beca “Iván Pavlov” se investiga lo concerniente a la dinámica de la regulación autonómica cardiovascular de la variabilidad de la frecuencia cardíaca en individuos sanos frente a diversos estímulos: interesante tema que se ha estudiado en Cuba desde 1976.4 Entre sus ventajas es preciso mencionar la oportunidad de realizar una investigación original y legítima, participando tanto en la recogida de datos como en su procesamiento, donde se pone en manos de los estudiantes lo que se conoce como “ciencia abierta”, una novedosa forma de hacer ciencia que consiste en el suministro de los datos primarios obtenidos, para que los participantes los procesen y sean capaces de arribar a resultados e interpretaciones propias.5 Además la investigación realizada cuenta con el respaldo de una cláusula de ética firmada por cada becario, donde se compromete a respetar la colaboración de cada uno de los autores al presentar los resultados en eventos futuros y en su correspondiente publicación.
Conjuntamente a lo ya expuesto, la beca cuenta además con la posibilidad de optar por uno de los tres premios “Iván Pavlov”, otorgado a los trabajos con más calidad científica, creatividad y mejor exposición de los resultados, el cual posee carácter internacional y es válido para optar por el Premio al Mérito Científico en las diferentes universidades y facultades médicas cubanas.
Uno de los objetivos de esta beca de investigación científica es que se propague por el país tan beneficiosa iniciativa, teniendo en cuenta que la actividad científica estudiantil en el contexto de la educación médica superior actual constituye una necesidad que demanda reforzar las acciones hacia un desarrollo superior. La sociedad requiere del concurso de profesionales de la salud para resolver sus problemas de salud aplicando el conocimiento científico; contribuir a acrecentar ese capital es una de las misiones más importantes de las universidades médicas y la herramienta fundamental para lograrlo es la ciencia.6
Si bien la beca lleva el nombre del ilustre investigador Iván Pavlov, a él hacen honor los profesores que la fundaron y que hoy la hacen posible. Llegue así el reconocimiento de los estudiantes que tuvimos la dicha de aprender de ellos.
