Servicios personalizados
Español (pdf)
Articulo en XML
Referencias del artículo
Enviar articulo por email
Citado por SciELO 
Similares en
SciELO 
Permalink
Señora editora:
La educación médica superior dirigida a formar los profesionales de la salud bucal ha sido particularmente afectada por la pandemia que azota al mundo en estos tiempos. En Cuba sus procesos formativos no se han detenido, pero han estado sujetos a diversos ajustes. El proceso enseñanza aprendizaje en pregrado ha apelado, entre otras alternativas, a las posibilidades que brinda la ya establecida “educación a distancia”, la cual se sustenta en las denominadas tecnologías disruptivas o de la información y la comunicación (TIC).1,2,3
El objetivo de esta carta es reflexionar sobre el posible uso de la educación a distancia en el pregrado de las carreras que tributan a la formación de profesionales de la Estomatología en Villa Clara, bajo el influjo de la COVID-19, asumiéndola no solo como adversidad sino como oportunidad.
Si el análisis toma en cuenta los componentes no personales del proceso enseñanza aprendizaje analizados en los documentos normativos y curriculares, hay asignaturas que por sus objetivos a lograr y las características del contenido que incluyen, pudieran impartirse prescindiendo de actividades docentes presenciales, o solo con algunas de ellas. Estudios comparativos entre la enseñanza virtual y presencial de asignaturas de ciencias básicas en estudiantes de Medicina y Odontología demuestran que el aprendizaje en entornos virtuales refleja mejores resultados.4
Resultaría difícil replicar esta práctica en las asignaturas clínicas,1,2) cuyos objetivos presuponen el contacto directo con personas-pacientes y sus familiares y miembros del equipo de salud, así como con medios existentes solo en las instituciones de salud, debido a que su contenido de enseñanza incluye habilidades, hábitos y valores orientados preponderantemente a la formación de competencias profesionales, lo cual no podría lograrse a plenitud mediante una educación a distancia.
Hay países donde estrategias como la videoconferencia, discusiones de casos clínicos o contacto inicial con los pacientes a través de la telemedicina, son habituales en el pregrado.3 Algunas universidades utilizan desde hace tiempo maniquíes como simuladores y la aplicación de sistemas de realidad virtual, en un entorno tridimensional inmersivo e interactivo, donde los estudiantes realizan el examen físico de rutina y practican intervenciones desde una cabina con hardware y software especializados, mientras son monitoreados a distancia por los docentes.5
Si bien es cierto que actualmente no se transita por una situación financiera que permita al país invertir en las mencionadas tecnologías, se cuenta con lo principal para suplirlas: el capital humano y sus reservas innovadoras. Se impone, con el apoyo de las plataformas virtuales disponibles como medio, y sin pretender prescindir de la presencialidad como forma, incorporar progresivamente métodos de enseñanza basados en estudio previo, también conocidos como inductivos o aula invertida.6,7
He aquí una arista de esta reflexión que permite asumir la COVID-19 como oportunidad. Sí, ha sido una oportunidad para descubrir y desarrollar las potencialidades del proceso enseñanza aprendizaje no presencial en Estomatología, dentro de la educación médica cubana, especialmente las relacionadas con las posibilidades de la vía virtual, todo lo cual favorece a los estudiantes desempeñar un papel cada vez más proactivo. También se han abierto puertas para incrementar la colaboración profesional en los proyectos investigativos, lo que en educación es válido dado que esta es esencialmente un fenómeno social.
Nótese que ya este análisis se ha tornado hacia los componentes personales del proceso: estudiantes y docentes. Si se enfoca específicamente en la preparación que tienen para utilizar las TIC, se podría considerar que la totalidad de los primeros exhibe actualmente un nivel satisfactorio; pero no ocurre así con el claustro porque la mayor parte de sus integrantes no clasifican, según Prensky,8) como “nativos digitales”y no han experimentado la necesidad de superarse en esta dirección, no han tenido la oportunidad, o no se les ha exigido hacerlo.
En tal sentido, le corresponde a la institución garantizar la preparación de los docentes con vistas a lograr una gradual transición hacia una docencia soportada en plataformas digitales, a través del trabajo metodológico o de la superación profesional. Esto no debiera ser asumido como una respuesta temporal a la situación que se enfrenta, sino como un lineamiento en función de satisfacer uno de los indicadores de calidad que exige la excelencia académica.
En resumen, la educación a distancia para las carreras que forman los profesionales de la salud bucal en la provincia enfrenta los mismos retos y desafíos que otros autores han descrito.1,2) Sin obviar las limitaciones tecnológicas o de infraestructura -que aún se perciben- para proporcionar una conectividad de calidad a todos los estudiantes en los lugares donde residen, suponiendo que cada uno de ellos disponga de un dispositivo móvil o equipo terminal.
Finalmente, si los aspectos abordados anteriormente se comportaran favorablemente, ¿podrían las TIC sustituir totalmente la presencialidad en el proceso enseñanza aprendizaje en el pregrado? Estos autores consideran que no. En primer lugar, no sería congruente con la aplicación del modelo pedagógico que tiene en su centro a la educación en el trabajo. En segundo lugar, la didáctica nos enseña que las TIC en este proceso constituyen solamente medios (de enseñanza-aprendizaje) y que la figura presencial del docente es insustituible. No obstante, la factibilidad de usar la modalidad a distancia en la formación de profesionales de la salud bucal deberá ser propósito de investigaciones futuras.
Ya se habla de la etapa pos-COVID-19; estamos en una llamada “nueva normalidad” para enfatizar que ya nada será como antes. O sea, ocurren cambios en todas las esferas de la vida incluida la universitaria, donde deberán ser introducidos los avalados por la ciencia, pues conocido es que los errores que se cometen en materia de formación de recursos humanos tienen consecuencias graves a largo plazo.
