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Cuadernos de Historia de la Salud Pública
Print version ISSN 0045-9178
Cuad Hist Salud Pública no.95 Ciudad de la Habana Jan.-June 2004
Los Institutos de Investigaciones en Ciencias Médicas y el Tercer Nivel de Atención Médica en Cuba*
Introducción
Convencido estoy que la gran utilidad que encierran las conmemoraciones de efemérides históricas, no es sólo por el reconocimiento muy merecido que en ellas se hace al trabajo desarrollado por destacadas personalidades o instituciones, sino también por la reflexión a que nos llevan sobre la labor realizada, en la que evaluamos los aciertos alcanzados y los errores cometidos, para a punto de partida de esa experiencia ganada, analizar la realidad presente y proyectarnos sobre base segura hacia el futuro.
La fundación el 25 de noviembre de 1966 de ocho institutos de investigaciones médicas en La Habana, en los inicios del período Revolucionario Socialista de nuestra historia, nos lleva a reflexionar, aunque brevemente, sobre el largo recorrido de algo más de un siglo de instituciones de investigaciones en Cuba y detenernos en la significación que tiene, en la historia de la salud pública cubana, la efemérides que hoy conmemoramos.
Las instituciones de investigaciones médicas en el Período Colonial
En estudio anterior1 hemos precisado que las primeras investigaciones llevadas a cabo en Cuba en el campo de las ciencias médicas fueron las realizadas por el doctor Tomás Romay Chacón para comprobar la efectividad de la vacunación antivariólica en los primeros años del siglo XIX, pero estas no se hicieron en el seno de ninguna institución sino por voluntad propia del investigador en su hogar o en el de las personas investigadas.
La Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana fundada el 19 de mayo de 1861 no era un centro de investigaciones propiamente dicho. Al estilo de las academias francesas, ella era una institución donde se presentaban y discutían los resultados de las investigaciones que sus miembros, todos grandes figuras de las ciencias en el país, llevaban a su seno.
La primera verdadera institución de investigaciones científicas en Cuba, correspondió al campo de las ciencias médicas y lo fue el Laboratorio Histobacteriológico e Instituto Antirrábico de la Crónica Médica Quirúrgica de La Habana, fundado por el doctor Juan Santos Fernández Hernández, la más importante figura de la oftalmología cubana, el 8 de mayo de 1887, en parte de la antigua Quinta de Toca, de su propiedad, en la actual avenida "Salvador Allende". En este importante centro se inició en Cuba la vacunación antirrábica, tres días antes de su inauguración oficial, por los doctores Diego Tamayo Figueredo, Francisco I. Vildósola González y Pedro Albarrán Domínguez, quienes se entrenaron en París con Louis Pasteur e iniciaron, los dos primeros, las investigaciones bacteriológicas en nuestro país, ese mismo año y en el propio centro.2
A pesar de que en distintas oportunidades se trató de oficializar la institución, el gobierno colonial de la Isla nunca le dio su reconocimiento, ni le prestó la menor ayuda económica, no obstante, los trabajos tan notables que se realizaron en ella sobre tuberculosis humana y bovina, difteria, muermo y otros, de indiscutible ayuda a la labor de la administración de salud pública colonial.
Fue pues el Laboratorio Histobacteriológico e Instituto Antirrábico de la Crónica Médico Quirúrgica de La Habana la única institución de investigaciones médicas en la colonia.
Las instituciones de investigaciones médicas en el Período Republicano Burgués
El 17 de mayo de 1902, tres días antes de acceder Cuba a su independencia formal, se dispone la creación del Laboratorio de la Isla de Cuba, aunque no va a ser hasta octubre de ese año que se nombra su personal y al mes siguiente que comienza su labor, ya como laboratorio de investigaciones de la Jefatura Nacional de Sanidad.
En él se van a continuar los estudios del doctor Juan N. Dávalos Betancourt, primer médico cubano dedicado completamente a la bacteriología, sobre tuberculosis, difteria y muermo que venía realizando en el Laboratorio Histobacteriológico, e iniciar otros orientados por el doctor Carlos J. Finlay Barrés como Jefe Nacional de Sanidad y años más tarde se van a realizar en él importantes estudios sobre vacunación antitífica por el doctor Alberto Recio Forns, profesor de Microscopía y Química Clínica de la Universidad de La Habana y nuestro más competente médico laboratorista.3
El 17 de enero de 1927 se crea el Instituto "Finlay" como primera Escuela Sanitaria Nacional, el que desarrollará varias líneas de investigaciones en el campo de la medicina tropical. En este centro llegaron a ser notables los estudios sobre hígados de fallecidos de fiebre amarilla en África, realizados por el profesor germano-cubano Wilhelm H. Hoffmann con los que demostró la endemicidad de dicha enfermedad en el Continente Negro.4También se iniciaron en él los estudios sobre virología en nuestro país por el doctor Filiberto Ramírez Corría.
El 8 de diciembre de 1937 el eminente profesor de Parasitología y Enfermedades Tropicales de la Universidad de La Habana, doctor Pedro Kourí Esmeja, funda en el pabellón "Domingo Cubas" del Hospital "General Calixto García", unido a su cátedra y en unión de los notables profesores doctores José G. Basnuevo Artiles y Federico Sotolongo Guerra el Instituto de Medicina Tropical, primer centro de investigaciones en la larga historia de la Universidad de La Habana.5 Este Instituto fue el único del período Republicano Burgués en alcanzar renombre internacional por sus notables investigaciones en el campo de la infectología y toda su obra está recogida en su órgano publicitario, Revista Kuba de Medicina Tropical y Parasitología y en su importante libro Lecciones de Parasitología y Medicina Tropical, en sus diferentes ediciones, la más completa obra de texto publicada en Cuba.
En 1944 se inaugura el Instituto Nacional de Higiene, al que se unirá en algunos momentos de su historia el Hospital de Enfermedades Infecciosas "Las Ánimas", lo que será de gran importancia para la realización de sus investigaciones.
El Instituto Nacional de Hidrología y Climatología bajo la dirección del doctor Víctor Santamarina Salanueva y el Instituto Nacional de Alimentación abrirán sus puertas en 1947, pero ambos con poco apoyo oficial no podrán aportar investigaciones de valor.6
En 1951 el doctor Agustín Castellanos González, profesor de Patología y Clínica de las Enfermedades de la Infancia de la Universidad de La Habana, estableció en el segundo piso del Hospital Municipal de la Infancia de la capital de la Isla la Fundación Agustín Castellanos, para el estudio de las cardiopatías congénitas, donde continuará sus importantes investigaciones sobre angiocardiología, por las que sería nominado, junto con su ayudante el radiólogo doctor Raúl Pereira Valdés, para el Premio Nobel de Fisiología y Medicina.7
Aprovechando que había establecido su residencia en La Habana el eminente cardiólogo cubano-francés doctor Domingo Gómez Gimeranes y de su gran amistad con el dictador Fulgencio Batista Zaldívar, se funda en 1953, bajo su dirección, el Instituto Nacional de Cardiología y en 1955 abre sus puertas el Instituto del Consejo Nacional de Tuberculosis, los que no llegaron a realizar labor de investigación de alguna importancia.
Ya a finales del período que estudiamos la Universidad de La Habana, con muy escasos recursos se dará a la tarea de unir a alguna de sus cátedras institutos de investigaciones relacionados con ellas. Así se aprueba en 1954 el reglamento del Instituto de Medicina Legal y en 1956 el de Neuropsiquiatría y el de Fisiología "Solano Ramos", los que salvo este último, donde se realizaron algunos trabajos experimentales por los profesores Tomás Durán Quevedo y Rubén de Velasco Castellanos, los demás no pasaron de nobles proyectos.6
Las instituciones de investigaciones médicas en el Período Revolucionario Socialista
Con el triunfo revolucionario del 1ro de enero de 1959 alcanza el pueblo de Cuba su verdadera independencia y soberanía y comienza un proceso de grandes cambios políticos, económicos y sociales que lo llevan al establecimiento de una república socialista con base ideológica marxista-leninista, la que desde sus inicios ha estado asediada por el más férreo bloqueo económico de los Estados Unidos de Norteamérica, quien no ha cesado en más de cuatro décadas de estimular y sufragar agresiones militares y actos terroristas contra nuestro pueblo.
En el campo de la salud pública estos cambios van a determinar una etapa de integración del sistema nacional de salud estatal, la medicina privada y el mutualismo médico que culminará en los años finales de la década de 1960 con el establecimiento del primer sistema nacional de salud único en América. En esta primera etapa quedarán establecidos también los principios que la regirán y la convertirán en ejemplo a imitar para los países del tercer Mundo: la accesibilidad a sus unidades de la totalidad de la población del país, la gratuidad de los servicios médicos, el marcado acento preventivo y de promoción de salud de sus acciones, la participación del pueblo organizado en las mismas y la solidaridad con los pueblos más necesitados del planeta.8
Con el establecimiento del Servicio Médico Social Rural en enero de 1960 se comienza a extender la atención hospitalaria a los lugares más apartados del país y con la puesta en vigor del Policlínico Integral en 1964, primer modelo de atención médica primaria del período Revolucionario Socialista, quedaba establecida e iniciado su desarrollo la política oficial del Ministerio de Salud Pública en la atención médica primaria y secundaria, como parte del proyecto social del Gobierno Revolucionario Cubano.
En el campo de las investigaciones científicas en general y en particular de las médicas los cambios también se inician. La antigua Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, que cumplió un siglo de existencia en 1961, al siguiente año será transformada en una Academia de Ciencias de Cuba, modelo soviético, con recursos para la investigación y cuyas dependencias se extendieron en sus inicios por cinco de las seis provincias existentes entonces y por la Isla de la Juventud, la que más de una década después contaba con 16 institutos de investigación, incluidos 4 en las ramas de las ciencias biológicas, 3 en las ciencias agrícolas, 3 en las ciencias físico-técnicas y matemáticas, 4 en las geociencias y 2 en las ciencias del hombre.9
De los centros de investigaciones médicas existentes al triunfo revolucionario, la Fundación Agustín Castellanos cerró sus puertas en 1960 al marcharse del país su fundador y lo mismo ocurrió con el Instituto Nacional de Cardiología, el Instituto del Consejo Nacional de Tuberculosis y el Instituto Nacional de Alimentación. El Instituto Nacional de Hidrología y Climatología pasó en 1962 al Ministerio de Salud Pública y en 1968 se incorporó a la Academia de Ciencias de Cuba.10
Por Ley No 607, aparecida en al Gaceta Oficial el 21 de octubre de 1959, que regulaba el funcionamiento de la Carrera Sanitaria, el Instituto "Finlay" queda solamente como Escuela de Salud Pública, hasta 1965 en que ésta se traslada al antiguo Hospital de la Policía Nacional y el Instituto vuelve a sus funciones de investigación, pero ahora como Empresa de Biológicos "Carlos J. Finlay".
El retiro por enfermedad, el 8 de octubre de 1963, del profesor José G. Basnuevo Artiles y la muerte del profesor Pedro Kourí Esmeja el 16 de octubre de 1964, disminuyeron notablemente las investigaciones del Instituto de Medicina Tropical, después de esta última fecha con el nombre de su fundador, el que dirigido a partir de entonces por el profesor Federico Sotolongo Guerra, será transformado en 1978 con nuevos locales y modernos equipos, regido desde ese año por el profesor Gustavo Kourí Flores.11 Y el Instituto Nacional de Higiene, que en 1966 será transformado en Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, bajo la dirección del profesor Pablo Resik Habib.
Independientemente de estos cambios se irán produciendo algunas primeras fundaciones. Por Resolución Ministerial de 2 de noviembre de 1962 se cambia el nombre del Hospital Municipal de Emergencias "General Freyre de Andrade" por el de Instituto Nacional de Cirugía y Anestesiología (INCA), bajo la dirección del doctor José L. Cambó Viñas, aunque nunca llegará a alcanzar el nivel de centro de investigaciones.
El 27 de enero de 1962 queda inaugurada la Clínica de Neurología y Neurocirugía en el antiguo Centro Médico-Quirúrgico de La Habana dirigida por el profesor Rafael Estrada González, a la que por Resolución Ministerial de 27 de noviembre de 1962 se le cambió el nombre por el de Instituto de Neurología, al que cuatro años después se le considerará oficialmente como centro de investigaciones con el nombre de Instituto de Neurología y Neurocirugía.10 Y en 1965 se funda el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CENIC) el cual dedicará sus primeros años a la formación de personal científico altamente calificado, consolidándose en la década de los años 1970, bajo la dirección del doctor Wilfredo Torres Iribar, como un importante eslabón en la investigación, en la formación de postgrado y en el desarrollo de las ciencias en general en el país, lo que llevará a su director a presidir la Academia de Ciencias de Cuba.
Ocurre entonces la inauguración el 25 de noviembre de 1966 de ocho institutos de investigaciones médicas, por Resolución del entonces Ministro de Salud Pública doctor José R. Machado Ventura, Comandante del Ejército Rebelde, quien en su etapa de dirección (1960-1968) tuvo a su cargo la trascendental tarea histórica de dirigir la transformación de la medicina capitalista cubana en medicina socialista, para dejar establecido el primer sistema nacional de salud pública único de América.
La importancia que esta Resolución tuvo, no es solamente el impulso extraordinario que imprimió a las investigaciones médicas del país, sino que dejó establecida la política oficial de desarrollo de la atención médica terciaria del Ministerio de Salud Pública, que junto a las políticas de desarrollo de la atención médica primaria y secundaria, que con anterioridad hemos dejado ligeramente esbozadas, constituyen la base estratégica del desarrollo alcanzado por la salud pública cubana.
No puedo al nombrar los Institutos cuya fundación estamos conmemorando dejar de decir algunas palabras sobre sus directores fundadores, todos grandes figuras de la medicina cubana.
- Instituto de Oncología y Radiobiología, producto de la unión del dispensario de la Liga contra el Cáncer, el Hospital del Cáncer "Curie", el Hospital "Francisco Domínguez Roldán" y el Instituto del Radium "Juan Bruno Zayas", en cuya organización y desarrollo dio muestras el doctor Zoilo Marinello Vidaurreta, no sólo de su gran capacidad científica, sino también como organizador de hospitales.12
- Instituto de Nefrología, en el Hospital Clínico Quirúrgico "Joaquín Albarrán", cuya obra ha llevado a su primer director el doctor Abelardo Buch López, a figurar en la historia médica cubana.
- Instituto de Angiología, en el Hospital Clínico Quirúrgico "Dr. Salvador Allende", producto de la capacidad científica del doctor Jorge Mac Cook Martínez, quién elevó su servicio en el pabellón "27 de Noviembre" del Hospital Universitario "General Calixto García" a la categoría de centro de investigaciones.13
- Instituto de Neurología y Neurocirugía, del que ya citamos su origen, bajo la dirección del doctor Rafael Estrada González, Alumno Eminente de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana y maestro de neurólogos cubanos.
- Instituto de Gastroenterología, en terrenos del Hospital Universitario "General Calixto García", en este último el doctor Raimundo Llanio Navarro recibió su sólida formación científica y en el Instituto, con su obra, ha creado una verdadera Escuela Cubana de Gastroenterología.
- Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, en la antigua Clínica "Antonetti", al que llevó su prestigio y alcanzó a su vez lugar en la historia médica cubana, el doctor Alberto Hernández Cañero.
- Instituto de Endocrinología, en el Hospital Clínico Quirúrgico "Comandante Manuel Fajardo", el más antiguo de los hospitales cubanos, pues su origen se remonta a los años finales del siglo XVI, con el doctor Oscar Mateo de Acosta Fernández, endocrinólogo de gran capacidad científica y espíritu de investigación.
- Instituto de Hematología, en el Hospital Nacional "Dr. Enrique Cabrera", bajo la dirección del doctor Ernesto de la Torre Montejo, de tan sólido bagaje médico como fervor revolucionario.
Estas instituciones a partir de su fundación se transformarán progresivamente en unidades de ciencia y técnica con funciones de investigación, asistencia médica altamente calificada y formación de personal de nivel científico elevado, en sus especialidades respectivas. De la obra realizada por ellos habrá que hacer en el futuro una valoración profundamente documentada en los resultados de sus investigaciones pero basta por ahora decir, que ellos permitieron alcanzar en los años de la década de 1980 una etapa superior en el desarrollo de la salud pública cubana, que el Comandante en Jefe doctor Fidel Castro Ruz, verdadero propulsor de la medicina cubana con su gran voluntad política, llamara "de Potencia Médica", la que se caracterizó por la incorporación y desarrollo de alta tecnología científica en grandes centros de investigaciones y dispensarización de acciones de salud a la totalidad de la población del país con el tercer modelo de atención médica primaria del período Revolucionario Socialista o del Médico y la Enfermera de la Familia.
En esa etapa se van a fundar instituciones que constituyen el orgullo de nuestro desarrollo científico y con las que Cuba ha accedido a la más moderna tecnología médica mundial: Hospital Clínico Quirúrgico "Hermanos Ameijeiras"; Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ); Centro de Ingenieria Genética y Biotecnología; Centro de Inmunoensayo; Instituto "Finlay" o Centro para la Investigación, Desarrollo y Producción de Vacunas y Sueros; Centro Nacional de Biopreparados; Centro de Histoterapia Placentaria; Centro Internacional de Retinosis Pigmentaria y Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN).6
Con la caída del campo socialista europeo y la consecuente pérdida para el país de sus mejores y seguros mercados, comienza para el pueblo cubano en los años de la década de 1990 una etapa de crisis económica profunda, que se agudiza más al aprobar el Congreso y sancionar el Ejecutivo de los Estados Unidos las leyes Torricelli y Helms-Burton con las que se ha hecho más férreo el bloqueo económico impuesto a nuestro país desde febrero de 1962 y se trata de impedir que empresas de otras naciones, relacionadas con transnacionales norteamericanas, establezcan convenios económicos con Cuba.
Esta crisis económica ha interrumpido el desarrollo del Sistema Nacional de Salud y ha dado paso a una nueva etapa caracterizada principalmente por las dificultades económicas para la obtención de equipos y materiales médicos y medicamentos de toda clase en los mercados capitalistas, pero que se ha singularizado también por la lucha denodada de nuestro pueblo y su dirección revolucionaria por preservar las conquistas logradas en el campo de la salud pública en las etapas anteriores y por continuar su desarrollo en condiciones de crisis económica profunda.
Así no han dejado de funcionar ninguna de las unidades del sistema nacional de salud del país; se ha continuado extendiendo el modelo de atención médica primaria del Médico y Enfermera de la Familia en toda la Isla, con nuevos egresados de las Facultades de Ciencias Médicas; se ha incrementado la solidaridad con los pueblos del Tercer Mundo y se han creado la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas y la Escuela de Medicina Caribeña para estudiantes pobres de los países de América.
Y en el campo de las investigaciones se inauguraron en 1993 las nuevas instalaciones del Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí", que lo convierten con su moderna tecnología, en uno de los principales de América; se han inaugurado instituciones de la importancia del Centro de Inmunología Molecular y el Centro Iberolatinoamericano para la Tercera Edad (CITED) y en las demás instituciones de investigación, entre las que se encuentran los ocho Institutos cuyo 35 Aniversario de fundación estamos conmemorando hoy, se continúa la labor científica, salvando obstáculos, seguros en el futuro luminoso de la Patria y de la Revolución Socialista.6
Referencias bibliográficas
1. Delgado García G. La investigación médica en sujetos humanos en Cuba(1804-1960). En: Delgado García G. Oficiando ante Higea. Cuaderno de Historia de la Salud Pública No. 90. Ed. Cien.Med. La Habana. (En prensa).
2. Quintana Rodríguez J. Louis Pasteur y los médicos cubanos (Nota sobre la introducción de la vacuna antirrábica en Cuba. Bohemia.1949;40:116-119 y 123.
3. Rodríguez Expósito C. Dr. Juan N. Dávalos: el sabio que sueña con las bacterias. Cuaderno de Historia de la Salud Pública No.35. Instituto del Libro. La Habana. 1967.
4. Picaza Pino S. La vida estoica del profesor Wilhelm H. Hoffmann. Cuadernos de Historia Sanitaria No. 12. Ed. Echavarría. La Habana, 1958.
5. Sotolongo Guerra F. Profesor Pedro Kourí. El trabajador infatigable. En: Sotolongo Guerra F. Medicina, Docencia y Política. Cuaderno de Historia de la Salud Pública No. 74. Ed. Cien. Med. La Habana, 1989:106-117.
6. Delgado García G. Conferencias de Historia de la Administración en Salud Pública en Cuba. Cuaderno de Historia de la Salud Pública No. 81. Ed. Cien. Med. La Habana, 1996.
7. Delgado García G., López Espinosa J A. Los Cubanos y los Premios Nobel. Cuaderno de Historia de la Salud Pública No. 86. Ed. Cien. Med. La Habana, 1999.
8. Delgado García G. Etapas del desarrollo de la Salud Pública Revolucionaria Cubana. Rev. Cub. Sal. Pub. 1996; 22(1): 48-54.
9. Sáenz T, Capote EG. Ciencia y Tecnología en Cuba. Ed. Cien. Soc. La Habana,1989.
10. López Serrano E. Efemérides y noticias médicas cubanas (1959-1999). Cuaderno de Historia de la Salud Pública No.91Ed. Cien. Med. La Habana.(En prensa).
11. Sotolongo Guerra F. La Parasitología Cubana pierde a dos notables parasitólogos. En: Sotolongo Guerra F. Medicina, Docencia y Política. Cuaderno de Historia de la Salud Pública No. 74. Ed. Cien. Med. La Habana, 1989:125-133.
12. Delgado García G. El profesor Zoilo Marinello Vidaurreta y las ciencias patológicas en Cuba. En: Delgado García G. En los Dominios de Esculapio. Cuaderno de Historia de la Salud Pública No. 84. Ed. Cien. Med. La Habana, 1998: 111-129.
13. Delgado García G. La angiología en Cuba. Apuntes históricos. En : Delgado García G. En los Dominios de Esculapio. Cuaderno de Historia de la Salud Pública No. 84. Ed. Cien. Med. La Habana, 1998:101-110.
* Conferencia leída en el Hemiciclo " Camilo Cienfuegos" de la Academia de Ciencias de Cuba. Capitolio Nacional. La Habana. Diciembre 13 de 2001.