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Cuadernos de Historia de la Salud Pública
Print version ISSN 0045-9178
Cuad Hist Salud Pública no.95 Ciudad de la Habana Jan.-June 2004
La reforma universitaria de 1962 en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de La Habana*
Introducción
La reforma de estudios universitarios de 1962 constituyó un hecho histórico de extraordinaria relevancia en el desarrollo posterior de la enseñanza superior en Cuba, por lo que ha sido muy oportuna la convocatoria a reflexionar sobre ella en este Coloquio, que nos hace la Casa de Altos Estudios de la Universidad de La Habana que lleva el nombre de esa figura mayor de nuestra cultura científica y humanística que es el doctor Fernando Ortiz Fernández.
Cuarenta años de su proclamación es tiempo suficiente para poderla contemplar en toda su perspectiva histórica y valorar lo mucho que en ella se alcanzó y lo que representó en la plena realización del proyecto educacional de la Revolución Cubana.
Porque pensamos que la reforma universitaria de 1962 fue la culminación de siglo y medio de luchas de ideas en Cuba por darle una formación científica y humanística adecuada a nuestros profesionales y una proyección social a su labor, de acuerdo a las necesidades del país y que en los años de las décadas que van de 1920 a 1960 fue el movimiento estudiantil el motor impulsor de la misma, es que expondremos en nuestra ponencia los siguientes tres aspectos: primeramente, los antecedentes en Cuba y América del hecho que conmemoramos; después, el papel del movimiento estudiantil en su realización y por último la proyección social que él le dio a la formación de los profesionales, todo dentro del marco de las ciencias médicas, comprendiendo como tal las antiguas Facultades de Medicina y Odontología de la Universidad de La Habana.
Antecedentes en Cuba y América de la reforma universitaria de 1962
Los estudios médicos superiores comienzan en Cuba oficialmente el 5 de enero de 1728 cuando se inaugura la Real y Pontificia Universidad de La Habana y con ella su Facultad Mayor de Medicina, aunque dos años antes, por tener la Orden de Predicadores el Breve Apostólico autorizado por el Rey de España para fundar la Universidad, comenzaron a impartirse las primeras clases de medicina en el Convento de San Juan de Letrán a partir del 12 de enero de 1726. Estas clases, al fundarse dicho centro superior de enseñanza, fueron incorporadas y reconocida su validez académica.
En 1734 se pusieron en vigor los estatutos de la Universidad y con ellos el primer plan de estudios de medicina, este plan con muy ligeros cambios se mantuvo durante ciento catorce años, pero en 1842 se llevó a cabo uno de los hechos más importantes de la historia de la enseñanza médica superior en Cuba, la secularización de la Real y Pontificia Universidad de La Habana y con ella la reforma de estudios más profunda realizada en nuestro país.
Las cinco cátedras del viejo plan dieron paso al doble de asignaturas, se crearon otras diez de importancia fundamental, con un ordenamiento mucho más científico y didáctico y sus contenidos actualizados. Pero quizá lo más importante fue que se dio al nuevo plan una proyección social y humanística al incluir asignaturas como Higiene Pública, Higiene Privada, Medicina Legal, Jurisprudencia Médica, Policía Médica e Historia de la Medicina y se creó el antecedente más lejano del año del internado al exigirse a los graduados un año de práctica, sin cursar ninguna asignatura, antes de realizar los ejercicios para el grado de doctor. En conclusión se pasó de la Edad Media al siglo XIX en la enseñanza médica.
La influencia de esta reforma, con nuevos planes de estudios en 1863, 1880 y 1887, se mantendrá en la enseñanza de las ciencias médicas hasta el final de la dominación española en Cuba.
De 1899 a 1902 sufrirá nuestro país una vejaminosa etapa de ocupación militar de los Estados Unidos en la cual se va a llevar a cabo en 1900 la segunda reforma de estudios universitarios de la historia nacional.
Nombrado en 1899 el ilustre jurisconsulto y profesor universitario, doctor José A. González Lanuza, Secretario de Instrucción Pública del gobierno de ocupación, puso en vigor nuevos planes de estudios en las carreras de la universidad habanera, que llevan en general el nombre de Plan Lanuza y que tuvieron como característica la profusión de cátedras, el aumento del número de profesores y la falta de visión sobre la realidad económica del país.
Un año después el doctor González Lanuza era sustituido como Secretario de Instrucción Pública por el eminente pedagogo y filósofo, doctor Enrique José Varona Pera, quien va a llevar a cabo una profunda reforma de la enseñanza general en Cuba que abarcará los estudios secundarios y universitarios.
Inspirado en las más modernas concepciones del pensamiento positivista aplicadas a la enseñanza superior, tomando en cuenta las más urgentes necesidades del pueblo cubano para salir de la crisis económica de la posguerra independentista y asesorado por pedagogos eminentes, como entre otros: Alfredo M. Aguayo Sánchez, Carlos de la Torre Huerta, Esteban Borrero Echeverría, Claudio Mimó Cava, José Varela Zequeira y José M. Valdés Rodríguez, su reforma suprimió cátedras obsoletas, dejó para más adelante la inclusión de otras, dio paso en todas sus formas a la enseñanza práctica para que predominara sobre la teórica, creó carreras tan necesarias al país como las de ingeniería, arquitectura, pedagogía y estomatología y la de medicina, de ocho años de duración, la redujo a cinco, con evidente superioridad en la enseñanza práctica de la física y química aplicadas a las ciencias médicas, la disección anatómica y las clínicas, pero su gran error fue limitar el enfoque salubrista a una sola asignatura, la de Higiene, pensando más en el médico en su ejercicio individual, que en su labor social.
El Plan Varona en medicina hecho para cubrir un momento coyuntural de nuestra patria va a durar, sin embargo, más tiempo de lo necesario. Un hecho que estremeció la enseñanza médica de occidente influirá sobre él y lo cambiará.
El estado anárquico de la enseñanza de la medicina en Estados Unidos, en la primera década del siglo XX, llevó a la Asociación Médica Americana a pedir a la Fundación Carnegie para el Progreso de la Enseñanza que realizara un estudio de la educación médica del país, que se extendió también a Canadá y nombró para esa tarea al entonces joven y brillante educador doctor Abraham Flexner.
El doctor Flexner publicó su famoso informe en 1910 y el impacto de su honesto y profundo estudio fue responsable directo de la clausura de 29 escuelas de medicina en ambos países y sentó las bases que se seguirían en el resto, para la formación de un médico en el ejercicio privado de la profesión, pero sin grandes preocupaciones sociales.
La influencia flexneriana va a llegar a Cuba con el plan de estudios médicos de 1919, dejándose establecidas en él las tres agrupaciones que se harán clásicas en todo el mundo, las de ciencias básicas, preclínicas y clínicas. Pero un año antes en la universidad argentina de Córdoba se lleva a cabo una profunda reforma de la enseñanza con gran proyección social, mucho más acorde con los problemas fundamentales de Latinoamérica, que se hará sentir en todas nuestras universidades.
Con motivo del I Congreso Nacional Estudiantil en 1923, inspirado en las prédicas y el pensamiento revolucionario de Julio Antonio Mella, se va a producir una verdadera revolución estudiantil universitaria que exigirá una reforma inspirada en la de la Universidad de Córdoba. En estos hechos juega un papel muy importante el joven médico Gustavo Aldereguía Lima, entonces ayudante graduado de una de las cátedras de Clínica Médica, quien conocedor profundo de la reforma de Córdoba invitó al rector de la Universidad de Buenos Aires, doctor José Arce, de visita en La Habana, para que dictara una conferencia en la que explicara dicha reforma, la cual impartió en el Aula Magna de la Universidad el 4 de diciembre de 1922 y el mismo doctor Aldereguía participará en el congreso estudiantil, a pesar de ser graduado, como delegado de la Asociación de Estudiantes de Manzanillo.
Presionado por estos hechos el claustro de la Facultad de Medicina redactó y aprobó el Ejecutivo de la nación en 1924 un nuevo plan de estudios que aunque incluyó algunas importantes asignaturas, dejó la proyección salubrista confinada a una sola asignatura, como en el Plan Varona, inspirado más en la reforma flexneriana que en la de Córdoba.
En 1928 se agregó un séptimo año a la carrera de medicina al incluirse un curso de premédica, pero dos años después el gobierno dictatorial del general Gerardo Machado Morales clausuraba la Universidad de La Habana, la que se mantuvo inactiva hasta la caída de la dictadura el 12 de agosto de 1933.
Empieza entonces una etapa de crisis de los estudios universitarios en general y en particular de los de medicina. Se ponen en práctica dos planes de estudios (1934 y 1937) de cinco años de duración, más que de transición de compromiso con las exigencias del estudiantado, perjudicado por un nuevo cierre de la Universidad entre 1935 y 1937 y violentos atropellos contra la Facultad de Medicina por parte de la nueva dictadura del entonces Coronel Fulgencio Batista Zaldívar.
Esta situación caótica se resolverá en parte con la puesta en vigor, en 1942, del llamado Plan Vieta, por ser en esos momentos decano de la Facultad de Medicina el doctor Ángel Vieta Barahona, inspirado en las concepciones flexnerianas para formar a un médico en el ejercicio privado de la profesión, pero innegablemente de superior calidad al resto de los establecidos en el período republicano burgués.
Este plan de estudios, que también consolidó los primeros pasos de la carrera docente con sus etapas de adscriptos, instructores y asociados y creó la carrera hospitalaria con las de alumnos internos y médicos internos por expediente y médicos residentes por ejercicios de oposición, se mantuvo en vigor hasta el 28 de noviembre de 1956 en que el Consejo Universitario acordó la suspensión de las actividades de la Universidad de La Habana, ante las violentas agresiones de la segunda dictadura del ya general Fulgencio Batista.
El movimiento estudiantil universitario como impulsor de la reforma universitaria de 1962
Con el triunfo revolucionario el 1ro de enero de 1959 se crean las condiciones históricas favorables para llevar a feliz término los ideales reformistas en las antiguas Facultades de Medicina y Odontología de la Universidad de La Habana.
Este proceso de reforma de estudios que conmocionó principalmente a la Facultad de Medicina se extendió hasta 1962 y se caracterizó por una intensa lucha política enmarcada en el reinicio de las actividades docentes y el apoyo universitario al gobierno revolucionario.
Fue en la Facultad de Medicina donde primero se produjo la designación de un nuevo decano el 2 de febrero de 1959, con el pleno apoyo de la Asociación de Estudiantes de dicha Facultad. Ante esta temprana medida revolucionaria, la gran mayoría del claustro de profesores, en un abierto enfrentamiento, se negó a aceptar la designación y adoptó una postura francamente contrarrevolucionaria.
No solo se abstuvieron de asistir a la reunión del claustro convocada por el nuevo decano, como continuación de la sesión permanente iniciada el 29 de enero de 1959, sino que redactaron un documento emplazando a dicha autoridad y convocaron a una reunión fuera de la Facultad que se celebró el propio 2 de febrero, por la noche, en el local del Colegio Médico de La Habana, a la misma hora en que estaba citada la reunión del claustro, por el nuevo decano. Por estos mismos días iniciales de febrero la FEU, que ya se había reestructurado aunque con la presidencia en litigio, decidió tomar los edificios universitarios, ante la demora del Consejo Universitario en resolver el problema de los decanos que habían tenido relaciones políticas con la dictadura batistiana.
Esta ocupación se mantuvo hasta finales de marzo en que el Consejo Universitario otorgó licencia a dichos funcionarios maculados y aceptó la participación de dos representantes de la FEU como miembros del Consejo y dos de la Asociación de Estudiantes de cada Facultad ante sus respectivos claustros.
Es de recordar que el profesorado de Medicina, en su inmensa mayoría estaba en contra de las medidas revolucionarias, que afectaban en general sus intereses. Otra ventaja que se obtuvo como conquista del estudiantado revolucionario fue la creación de la Comisión Mixta de Reforma en cada Facultad, integrada por seis profesores e igual número de estudiantes.
En la Facultad de Medicina dicha Comisión comenzó a trabajar en la reforma del plan de estudios y en la depuración de profesores, estudiantes y empleados vinculados en alguna forma con la dictadura o que se oponían a las primeras medidas de la reforma que eran demandadas por el estudiantado revolucionario.
Con la apertura del curso académico el 11 de mayo de 1959, en cuyo acto hizo uso de la palabra el Comandante en Jefe doctor Fidel Castro, se agudizan las contradicciones políticas e ideológicas en el seno de la Universidad, alcanzándose una fuerte confrontación en la Facultad de Medicina, con el claustro reaccionario aliado a los estudiantes contrarrevolucionarios liderados por los representantes de la Agrupación Católica Universitaria (ACU).
Por otra parte, la dirigencia estudiantil, integrada en las Facultades de Medicina y Odontología, como en la mayoría del resto de la Universidad, por combatientes de la guerra revolucionaria, tanto en las filas del Ejercito Rebelde, como en la lucha clandestina, llevaba a cabo una ardua batalla, junto a los profesores más revolucionarios y progresistas, por defender las medidas que venía implantando el Gobierno Revolucionario en beneficio de todo el pueblo.
La Asociación de Estudiantes de Medicina con el apoyo de gran parte de los estudiantes de medicina y odontología participó activamente en la organización y realización de la Feria Exposición de Productos Cubanos, que tuvo como organizador principal al presidente de la Asociación de Estudiantes de Medicina, Capitán Omar Fernández Cañizares, la que llevó a todo el país dicha feria como un ejemplo del papel que la Universidad realizaba en esos momentos y estaba llamada a jugar en el futuro en el desarrollo de la nación.
En agosto de 1959 la Comisión Mixta de Reforma que venía discutiendo el plan de estudios con la representación del claustro más reaccionario, fue renovada en su composición estudiantil por los dirigentes de los cursos quinto, cuarto, tercero y segundo, más interesados en producir cambios que llevaran a una nueva concepción de las actividades y la función de la Universidad.
Esta nueva representación se opuso al examen selectivo que reducía la matrícula en la Facultad de Medicina a sólo 300 estudiantes; defendió el curso de nueve meses de duración sin vacaciones, el cual permitía, que sin perder rigor docente, se le diera posibilidades a los alumnos vinculados al trabajo, quienes en los años de cierre universitario habían fundado familias y analizó planes de estudio de universidades extranjeras con experiencia en los aspectos que se querían aplicar en la nuestra.
Después de la renovación, la Comisión Mixta de Reforma se convertía en un nuevo frente de combate de ideas y quedaba integrada la representación estudiantil, entre otros, por Julio Teja Pérez, Alberto Céspedes Carrillo, Daniel Inclán López y Oscar Súarez Savio y la representación profesoral por los doctores Vicente Banet Pina, que la presidía; Rafael Inclán Guas; Héctor Rocamora Coopinger y Pedro Iglesias Betancourt, este último controvertida figura, de gran preparación científica pero abanderado de las ideas más antirreformistas, fue el máximo defensor del examen selectivo con la reducción de la matrícula a 300 estudiantes y la extensión del curso a doce meses de duración.
En octubre de 1959 se presentan las dos candidaturas a la presidencia de la FEU, por una Rolando Cubela Secades y por la otra Pedro Luis Boitel. Este último representaba a elementos derechistas del Movimiento 26 de Julio y fue apoyado por la ACU.
En un ambiente caldeado de pasiones se enfrentaron las fuerzas revolucionarias del estudiantado a los grupos contrarrevolucionarios que pretendían oponer la Universidad a la obra social que realizaba la Revolución en todos los campos.
El Comandante en Jefe, doctor Fidel Castro se vio obligado a intervenir para alertar al estudiantado de la maniobra contrarrevolucionaria y finalmente obtuvo el triunfo en la FEU la integrada por Rolando Cubela, Ricardo Alarcón, Ángel Quevedo y José Venegas; en la Facultad de Medicina la formada por José Chao, como presidente, Julio Teja, vicepresidente y Daniel Inclán, secretario y en la Facultad de Odontología la constituida por Luis Biosca, presidente, Minervina Arguelles, vicepresidente y Manuel Puga, secretario.
José Chao resultó electo, a pesar de su posición reaccionaria y demagógica, comprometiéndose a ostentar la presÍdemcia solamente en interés de garantizar la terminación de la carrera a sus compañeros del sexto año y a los que aún no lo habían hecho del séptimo.
Julio Teja asume en la práctica la representación de la Facultad de Medicina, junto con Daniel Inclán, en las tareas de la reforma como representantes del resto de los cursos de medicina, que sí estaban interesados en que se realizaran cambios profundos en la Universidad y es designado Teja, por la FEU, director de la Revista Alma Mater, lo que abre un nuevo canal de apoyo a la lucha por la reforma.
El estudiantado de las Facultades de Medicina y Odontología con la creación de las Brigadas Estudiantiles se incorpora a las mismas y de inmediato se va a constituir las Milicias Sanitarias. Estas Milicias se organizan en compañías que realizarán todas las actividades de preparación para defender la Revolución. Se cursa la Escuela de Milicias del Caribe, se realiza la marcha de los 60 kilómetros y el estudiantado revolucionario de medicina y odontología se politiza rápidamente y adopta las ideas socialistas, para convertirse en Facultades Bastiones Revolucionarios, parte importante de la Vanguardia de la Universidad de La Habana.
En diciembre de 1959 al terminar sus estudios José Chao, Julio Teja y Daniel Inclán asumen de forma interina los cargos de presidente y vicepresidente, respectivamente, de la Asociación de Estudiantes de Medicina. En la Asociación de Estudiantes de Odontología continua Luis Biosca, como presidente hasta junio de 1962.
En enero de 1960 el gobierno revolucionario dicta la Ley del Servicio Médico Social Rural y como era de esperar los recién graduados, en su inmensa mayoría, se oponen al cumplimiento de dicha ley. Esta actitud obliga al Comandante en Jefe y a la Dirección Nacional del Ministerio de Salud Pública a concurrir a la Facultad de Medicina y reunirse en asamblea con los nuevos médicos para solicitar su apoyo.
Tan importante reunión celebrada en el Anfiteatro del Hospital Docente "Nuestra Señora de las Mercedes", actualmente Hospital Docente "Comandante Manuel Fajardo", fue expresión de la composición clasista de dichos graduados que por mayoría se oponían a tan justa medida y sólo el grupo más revolucionario de ellos cumplió finalmente su deber con el pueblo.
La Facultad de Medicina se convirtió desde entonces en escenario de reuniones, conferencias y contactos de los dirigentes de la Revolución y especialmente los más vinculados al campo de la salud pública, para transmitir información del gobierno y se libra en ella una verdadera batalla de ideas.
En junio de 1960 la FEU protesta por la licencia otorgada en la Facultad de Derecho al profesor contrarrevolucionario, doctor Aureliano Sánchez Arango, exiliado en Venezuela. En la Facultad de Ingeniería el presidente de la Asociación de Estudiantes José Rebellón pide al decano sean expulsados dos profesores por hacer manifestaciones contrarrevolucionarias en clases y ante la negativa a hacerlo, los estudiantes expulsan a los dos profesores y contratan a otros nuevos en dichos cargos. El claustro de profesores de la Facultad de Ingeniería y el Consejo Universitario apoyan al decano y en protesta la FEU y las Asociaciones de Estudiantes retiran sus representaciones ante sus respectivos claustros. En solidaridad con el estudiantado renuncian a sus cátedras numerosos profesores en varias Facultades, entre ellos tres de la de Medicina.
Como resultado de tan grave confrontación la FEU pide la renuncia del Consejo Universitario y a mediados de julio de 1960 se crea, para sustituirlo, la Junta Superior de Gobierno integrada por cuatro profesores designados por los claustros de las trece Facultades, los doctores Enrique Giménez López (Medicina Veterinaria), Abelardo Moreno Bonilla (Ciencias), Héctor Garcini Guerra (Ciencias Sociales y Derecho Público) y Enrique Hechavarría Vaillant (Medicina) y cuatro estudiantes designados por la FEU, Rolando Cubela, Ricardo Alarcón, Ángel Quevedo y Luis Soto. Este último va a ser sustituido en octubre de 1961 por Luis Biosca.
El 19 de julio la Junta Superior de Gobierno disuelve el Consejo Universitario y la Comisión Mixta de Reforma; mantiene al rector doctor Clemente Inclán Costa en su cargo, como máxima autoridad y la Junta se constituye como el órgano ejecutivo en la Universidad.
El 29 de ese mes se reúne el claustro de la Facultad de Medicina, en el salón de actos de su edificio sede "Dr. Ángel A. Aballí", hoy Escuela de Biología y por mayoría de los presentes acuerdan rechazar las medidas aprobadas por la Junta Superior de Gobierno y hacen declaraciones públicas de su decisión.
Fig.10. Edificio "Dr. Ángel A. Aballí" de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana.
En agosto la Junta Superior de Gobierno suspende de empleo y sueldo y les inicia expediente de separación a 37 profesores de la Facultad de Medicina a los que después se agregarán otros y la Asociación de Estudiantes, con el apoyo de un pequeño número de profesores dignos que se mantienen junto a la Revolución, comienza a recabar el apoyo de instructores, adscriptos y asociados a las cátedras, que oficialmente no eran profesores, para que ocupen las plazas vacantes y constituir el nuevo claustro. Una vez completado éste, se nombra como decano al doctor Pedro M. Baeza Vega y la Facultad de Medicina logra salir de la crisis a la que la habían llevado las fuerzas contrarrevolucionarias dentro de su seno. A partir de entonces se establece el Plan de Becas en la Facultad y ya en noviembre de 1960 se recibe a los primeros becarios.
El 17 de abril de 1961 se produce el ataque mercenario a Playa Girón y centenares de estudiantes de medicina participan en los combates. Los que no lo hacen permanecen acuartelados en la Universidad y le son entregadas las armas para la defensa de la histórica colina. Símbolo de este aporte lo es el alumno Pedro Borrás Astorga que muere en campaña.
En octubre de ese año se crea el Comité Universitario para organizar la Unión de Jóvenes Rebeldes en la Universidad y el presidente y el secretario de la Asociación de Estudiantes de Medicina, Julio Teja y Miguel A. Moreno, forman parte del mismo, así como Luis Biosca y Biarda Añé por la Asociación de Estudiantes de Estomatología.
El 10 de enero de 1962, aniversario 33 de la muerte de Julio Antonio Mella, se proclama la Ley de Reforma de la Enseñanza Superior en la Escalinata de la Universidad de La Habana y toma posesión de su cargo el nuevo Rector, doctor Juan Marinello Vidaurreta.
El 16 de octubre de ese propio año el Comandante en Jefe, doctor Fidel Castro, inaugura el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas "Victoria de Girón" de La Habana y el 22 estalla la llamada "Crisis de Octubre", en la que el estudiantado de la ya Facultad de Ciencias Médicas, con sus dos Escuelas de Medicina y Estomatología y la totalidad de sus profesores, se movilizan y parten a todas las regiones del país a constituir y fortalecer los Servicios Médicos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, para defender la Revolución ante la amenaza de un ataque nuclear a nuestra Patria.
Proyección social que dio la reforma universitaria de 1962 a la formación del médico y estomatólogo cubanos
Con el nuevo profesorado fue más fácil emprender la reforma universitaria que pedía el momento histórico que vivía el país y por la que se venía luchando arduamente desde la revolución universitaria de los primeros años de la década de 1920. Ella va a darle al médico y estomatólogo cubanos que se gradúan a partir de entonces la formación social y humanística que requería el cambio de la medicina capitalista a la medicina socialista que se operaba en la nación, gracias a la puesta en práctica del proyecto social de la Revolución Cubana.
Asignaturas como Materialismo Histórico; Materialismo Dialéctico; Economía Política; Metodología Estadística; Organización de la Salud Pública; Historia de la Medicina; Inglés Tecnológico e Historia, Ética, Economía, Legislación Estomatológica y Orientación para el Graduado, en una y otra facultad llevarán al cumplimiento del objetivo propuesto.
Nuevos y actualizados contenidos en las asignaturas ya existentes consolidarán la formación científica de los jóvenes profesionales. En la carrera de medicina se agrega de manera obligatoria el año del internado, como final de los estudios o de práctica en sus dos modalidades, rotatorio y vertical, para lo cual se incorporan a la docencia ocho hospitales en la capital: Cirugía Ortopédica "Fructuoso Rodríguez", Nacional, "William Soler", Maternidad Obrera "General Eusebio Hernández", Infantil "Ángel A. Aballí", Infantil "Pedro Borrás", Maternidad "América Arias" y Clínico Quirúrgico "Joaquín Albarrán", los que se unirán en su nueva labor a los dos anteriores docentes: "General Calixto García" y "Comandante Manuel Fajardo".
La Facultad de Estomatología podrá contar para completar su enseñanza con los hospitales: "General Freyre de Andrade", "General Calixto García", "Curie", Nacional, Cirugía Ortopédica "Fructuoso Rodríguez", Infantil "Pedro Borrás" y el Policlínico Dental de La Habana.
Se alcanzará la gratuidad de las matrículas, los libros de textos y los materiales para la práctica docente. Se borrará para siempre el favoritismo y la discriminación racial. El sistema de becas hará posible que estudiantes de todas partes de Cuba tengan acceso a estas dos carreras, lo que será el preludio de la extensión de la enseñanza de las ciencias médicas a la totalidad de las provincias del país, con las cifras actuales verdaderamente asombrosas de: cuatro Institutos Superiores de Ciencias Médicas, 23 Escuelas de Medicinas, 20 Filiales, cinco Escuelas de Estomatología, un Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas y una Escuela Nacional de Salud Pública de postgrado.
Los médicos y estomatólogos producto de la reforma universitaria llevada a cabo en las entonces tres universidades oficiales del país: la de La Habana, única con las dos Escuelas; la de Oriente que contará con Escuela de Medicina en el propio año de la reforma y con Escuela de Estomatología en 1964 y la Central de Las Villas, harán realidad la puesta en vigor de los principios de la salud pública cubana: marcado acento preventivo, de promoción y de rehabilitación en las acciones de salud; accesibilidad y gratuidad de dichas acciones; participación del pueblo organizado en el cumplimiento de las mismas y la solidaridad internacional de nuestra medicina.
Para el más cabal cumplimiento de este último principio, en su aspecto docente, se han creado en años recientes, agregándoseles a las ya citadas, la Escuela de Medicina Latinoamericana en La Habana y la Escuela de Medicina Caribeña en Santiago de Cuba, dándose con ello un ejemplo sin par en la solidaridad con los pueblos del llamado Mundo Subdesarrollado.
Bibliografía consultada
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* Trabajo en colaboración con los doctores Julio Tejas Pérez, Luis Biosca Adán, Felix A. Companioni Landín, Alberto Céspedes Carrillo, Daniel Inclán López y Oscar Suárez Savio.