IN MEMORIAM

 

 

Teniente Coronel Carlos Fábregas Rodríguez

Un destacado revolucionario, científico y ejemplo de médico consagrado, forjador de generaciones de cuadros para los Servicios Médicos de las Fuerzas Armadas revolucionarias (FAR), ya no se encuentra más, físicamente, entre nosotros. La enfermedad, esa contra la que tantas veces luchó, y a la que arrancó a muchas de sus víctimas, acaba de minar sus fuerzas. Ha fallecido, el 23 de octubre de 2007 el Teniente Coronel, Doctor en Ciencias Médicas, Carlos Juan Fábregas Rodríguez.

Hijo humilde de nuestra Patria, le mostró su amor incondicional desde muy joven, cuando en su Remedios natal, se incorporó al movimiento insurreccional "26 de Julio". Y no cesó de luchar hasta su último aliento. Ahí están sus 43 años de servicio ejemplar por X y XV años en el MININT y el reconocimiento que le fuera otorgado por el XXX Aniversario de los órganos de Seguridad del Estado. Se une a ello su condición de fundador del Partido Comunista de Cuba.

Su alta sensibilidad humana se puso en evidencia durante su vida profesional. Alcanzó el título de Médico en 1968 y entonces comenzó a eslabonar una brillante cadena de altos resultados. Hizo suyas las palabras del maestro "Ser cultos para ser libres" y con el privilegio de su inteligencia preclara, alcanzó los más altos peldaños del saber. Ostentaba en estos momentos el grado científico de Doctor en Ciencias Médicas, era Profesor e Investigador Titular, Especialista de II Grado en Gastroenterología, Profesor Consultante y Primer Especialista. Su quehacer fue más allá del ámbito militar, para convertirse en indiscutible figura de su especialidad en el país. Memorables serán sus aportes al desarrollo de la Gastroenterología en Cuba, de cuyo Grupo Nacional ocupaba el cargo de Secretario. Unía a ello su condición de grado científico y de la especialidad. Pero su posición en las cumbres no le impidió nunca mirar hacia abajo, con una mirada supervisora, esclarecedora, vigilante, para tender la mano solidaria a la ayuda solícita a quien le hiciera falta.

Su ejecutoria valió el respeto y la admiración de todos.

Por eso será notada tanto su ausencia. Pero su recuerdo imperecedero acompañará a sus colegas y alumnos, porque ya lo dijo Martí: "la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida".

 

My. Dr.C. Mirtha Infante Velázquez