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Revista Cubana de Medicina Militar

Print version ISSN 0138-6557On-line version ISSN 1561-3046

Rev Cub Med Mil vol.38 no.1 Ciudad de la Habana Jan.-Mar. 2009

 

TRABAJO ESPECIAL

 

Luis Díaz Soto: un ejemplo

 

Luis Díaz Soto: an example

 

 

Blas Roca

 

 


 

Luis Díaz Soto fue un médico ejemplar que dio su vida a la causa de la Revolución, de la liberación nacional y del socialismo, a la causa de los trabajadores y del pueblo.

No murió de un balazo aunque desafió las balas en la guerra de España en la que sirvió como médico, teniente primero, capitán después, del Ejército Republicano en la Brigada Internacional "Abraham Lincoln".

Tampoco murió de las torturas de los esbirros en un calabozo ni "desaparecido" en el fondo del mar o en la cuneta de una carretera, aunque estuvo preso y fue perseguido por su constante actitud de lucha.

Murió, como Rubén Martínez Villena, de enfermedad. Pero, como este, abrevió su vida por la lucha, por el afán de dar cuanto tenía, de dar cuanto podía -y más de lo que tenía y más de lo que podía- a la causa a la que se había entregado sin reservas, en cuerpo y alma.

A pesar de su profesión universitaria y de la amplitud de su cultura, supo comportarse siempre como un obrero, como un trabajador.

En las filas del movimiento comunista, Luis Díaz Soto fue un militante ejemplar: disciplinado, combativo, modesto, capaz. Con un gran sentido de organización, defendía el método, el sistema en toda labor a la vez que promovía el espíritu creador, la autoiniciativa, las condiciones para el desarrollo de cada compañero. Presto estaba siempre a las tareas revolucionarias, bien se tratara de promover las luchas de los médicos por sus reivindicaciones y los derechos de los enfermos. o por demandas políticas, bien fuera para incorporarse a los combatientes que marchaban a España a defender con las armas la causa de toda la humanidad progresista, la causa de los pueblos frente al fascismo, bien que se le pidiera dedicarse a organizar los servicios de un centro mutualista de salud fomentado por los trabajadores para servir a los trabajadores en el seno de una sociedad hostil y explotadora.

Comunista de corazón, animado por un amor entrañable a los trabajadores, al pueblo pobre y laborioso, ejercía su profesión, aun en la vieja sociedad, sin sombra siquiera de afán de lucro. No le importaba el dinero. Se sentía incómodo de que entre el enfermo y el médico mediara el pago, el honorario. Se entregaba con pasión a la tarea de salvar la vida, de restablecer la salud, de combatir la enfermedad. El enfermo era para él, no el cliente que viene a comprar un servicio, sino el ser humano, el miembro del pueblo que necesitaba solidaridad, atención, tratamiento. El se adelantaba, como un visionario, y en la vieja sociedad pugnaba por ajustarse a relaciones y principios que solo podían tener efectiva y general vigencia con la Revolución, en la nueva sociedad, en el socialismo, en el comunismo.

"Lo más importante en el establecimiento médico es el enfermo", decía.

Lo más importante era, para él, el hombre, el trabajador, cuya vida había que mantener, cuya salud había que restaurar, cuya enfermedad había que vencer.

Luchador en el movimiento médico en las épocas más difíciles de su organización y desarrollo, mantuvo una actitud combativa y firme, junto a los pobres, en oposición a los privilegiados, contra los gobernantes tiránicos y corrompidos, contra los explotadores, contra los negociantes de la medicina, especuladores del dolor y la miseria.

Díaz Soto estuvo, pues, en la batalla de su pueblo, en la batalla de la humanidad, en la batalla de su profesión, en la batalla del porvenir como un combatiente ejemplar. Toda su conducta es ejemplar.

Fue ejemplo de militante revolucionario marxista-leninista.

Fue ejemplo de trabajador abnegado y desinteresado en el ejercicio de la medicina.

Fue ejemplo de estudioso que procura aprender con rigor científico.

Fue ejemplo de luchador profesional entre los médicos.

Fue ejemplo de combatiente en la guerra del pueblo español contra el fascismo.

Fue ejemplo de compañerismo.

Fue ejemplo de disciplina.

Fue ejemplo de comunista.

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