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Universidad de La Habana

On-line version ISSN 0253-9276

UH  no.285 La Habana Jan.-June 2018

 

RESEÑA

 

Las narrativas del encubrimiento o las verdades de la historia: Vietnam en la cultura norteamericana

 

Jorge Hernández Martínez

Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos, Universidad de La Habana, Cuba.

 

 

Las narrativas del encubrimiento o las verdades de la historia: Vietnam en la cultura norteamericana

El libro de H. Bruce Franklin, Vietnam y las fantasías norteamericanas, publicado por la Editorial de Ciencias Sociales, es una valiosa contribución para penetrar en las narrativas difundidas sobre la guerra de Vietnam a través de la literatura, el cine, los medios de prensa, televisiva y escrita, la fotografía e incluso la música en EE. UU. Para, además, desmitificar las visiones oficiales que distorsionaron la verdad, así como para conocer el proceso de movilización social y radicalización política que tuvo lugar en aquel país a finales de la década del sesenta y durante la primera mitad de la del setenta del siglo pasado.


No se trata de un texto, como tal, sobre la guerra de Vietnam. En su condición intelectual -historiador de la cultura- y en su papel de activista político comprometido que pagó el precio de oponerse a ella y de criticar con severidad al gobierno norteamericano, Franklin aborda las narrativas con las que se ha presentado el tema desde la oficialidad. Expone como el Estado ha deformado la historia real, escamoteando hechos y argumentos, simplificando situaciones, adornando razones y circunstancias con claros fines de manipulación ideológica. Se trata de una mirada dirigida a la contienda bélica, pero visualizada en términos de su incidencia hacia el interior de la sociedad norteamericana, tanto para quienes estaban en su contra, como para quienes participaron en ella. Profundamente involucrado en el movimiento antibelicista, el autor pasa revista en las 318 páginas de su texto, a los actos de resistencia civil y protesta, al impacto de los medios de comunicación en el entramado cultural, con una mirada impregnada de vivencias o experiencias personales.


Según Franklin (2016), "la representación de la guerra de Vietnam que todavía prevalece en los Estados Unidos a comienzos del siglo xxi está basada en una serie de fantasías que originalmente fueron construidas desde 1954 hasta la década del setenta" (p. 33). A partir de ese reconocimiento, identifica y caracteriza las tres narrativas o relatos principales que se han disputado la interpretación de la guerra de Vietnam en la cultura política norteamericana: la de la causa noble, la del pantano y la del imperialismo.


El libro examina dos cuestiones importantes que hasta este momento no habían recibido verdaderamente la atención que merecían. Por una parte, lo referido a la masividad y persistencia estructural de dicho movimiento, valorado en ocasiones como una expresión circunstancial e, incluso, anecdótica, que destaca el rol de figuras conocidas -la de escritores como Norman Mailer y Susan Sontag, de una cantante como Joan Baez o de una actriz como Jane Fonda-, lo cual fue, desde luego, de suma importancia, asimismo una muestra de la capacidad de convocatoria que tenía la causa contra la guerra, hasta entonces esperando por un análisis serio que capturase en toda su envergadura la esencia de la radicalización, significado y trascendencia del movimiento antibelicista. Por otro lado, estuvo la crisis cultural que contribuyó a fomentar en el ámbito interno de los Estados Unidos -en la medida en que se incrementaba el número de víctimas norteamericanas y que el conflicto se iba extendiendo en el tiempo-, una reacción en cadena, al establecer puntos de contacto con otras manifestaciones de protesta, como las del movimiento por los derechos civiles, las luchas estudiantiles y las tendencias ideológicas de lo que se denominó como "nueva" izquierda en los años sesenta.


Ese proceso favorecería el cuestionamiento de los estereotipos y mitos, que sostenían la imagen idealizada de la sociedad norteamericana -difundida, sobre todo, por la televisión- con su idílica familia de clase media blanca, anglosajona, relativamente próspera. El tema de la guerra de Vietnam fue un elemento decisivo que contribuyó a profundizar el descontento, y a estremecer la cultura del consenso imperante.


Estructurado a través de nueve capítulos, Vietnam y las fantasías norteamericanas es un esfuerzo analítico revelador del complejo cultural que subyace en las guerras promovidas por los Estados Unidos en su quehacer imperialista durante los últimos cuarenta años, basado primero en el empleo de los medios de comunicación tradicionales, y luego, en las nuevas tecnologías de la información. Es un texto que convoca al escrutinio decodificador, a la lectura entre líneas, al examen ideológico de los mensajes que trasladan las obras artístico-literarias, de las ciencias sociales y los productos facturados por la industria del entretenimiento, tomando en cuenta el contexto histórico-político en que se fraguan y los intereses a los que responden. Es un llamado a superar la ingenuidad o la inocencia ante el disfrute literario, cinematográfico, televisivo, ante páginas impresas o digitales, incluso, ante los videojuegos, en los que la temática bélica y violenta es frecuente, bajo el camuflaje de valores como en nacionalismo y el patriotismo, en buena medida derivados de las corporaciones y empresas transnacionales del mundo mediático y propagandístico.

Lo que le sucedió a los Estados Unidos en Vietnam -señala Franklin (2016)- provocó un prolongado shock cultural que transformó muchos aspectos de la sociedad norteamericana, influyendo incluso en la escritura y el estudio de la literatura. Como le sucediera a muchos norteamericanos pensantes durante ese periodo, numerosos historiadores y humanistas se vieron obligados, a causa de la guerra, a efectuar un examen crítico de sus supuestos ideológicos, así como también de su visión de conjunto acerca de la historia y la cultura norteamericana [...]. En este proceso de ponderación crítica de esa historia, también descubrieron hasta qué punto su propia visión de ella había sido moldeada por las exigencias ideológicas que emanaban de la evolución histórica misma, desde los orígenes de la nación hasta la Guerra Fría (p. 186).

El propio título de la obra anticipa la connotación del análisis que realiza y expone, al referirse a las fantasías norteamericanas. Quizás la caracterización más ilustrativa y breve sobre su contenido central es la que ofrece el autor:

Encubrimiento es, en todo sentido, el término clave para comprender lo profundo del engaño y de las imposturas que sustentaron la guerra librada por los Estados Unidos en Vietnam [...]. Cuando decidieron enviar a soldados norteamericanos a pelear en Vietnam, también conspiraron para librar la guerra en forma encubierta. Más tarde trataron de ocultar cómo se estaba librando esa guerra y buscaron, finalmente, extirpar de la memoria colectiva todo el asunto, o bien sepultarlo bajo una avalancha de imágenes falsas (p. 29).

El libro de Franklin es una importante contribución al discernimiento entre lo que es ficción y realidad -ámbitos que separados apenas por una fina y difusa línea- bajo el prisma de las prácticas que los gobiernos sucesivos de los Estados Unidos -durante las dos últimas décadas del siglo xx, con las administraciones de Ronald Reagan, George H. Bush y William Clinton, y el decenio y medio transcurrido en el XXI, con los dobles períodos de George W. Bush y de Barack Obama- han desplegado, procurando influir en las percepciones de la sociedad norteamericana, apelando al nacionalismo chovinista con un discurso demagógico, patriotero; invocando la necesidad de proteger la identidad y la seguridad del país, sacando a la luz los fantasmas y temores generados hace cuarenta años en el sudeste asiático. En ese sentido, Vietnam y las fantasías norteamericanas combina el tratamiento ameno de su objeto con herramientas inherentes al ejercicio del historiador. Franklin aporta al lector elementos coherentes, lógicos, fundamentados, que le permiten interpretar mejor las acciones militares norteamericanas (encubiertas o abiertas) en el presente siglo, desde la invasión a Afganistán e Irak, a inicios de la década de los 2000, o los conflictos en el Medio Oriente, en la del 2010.


El libro enfatiza el impacto que tuvo, y aún tiene, en la sociedad y la política de los Estados Unidos, con huellas perdurables en la cultura nacional, el asunto de los prisioneros de guerra y los militares desaparecidos en combate, sobre el cual se han construido visiones que trascienden los hechos reales y alimentan una especie de historia paralela, alimentada de representaciones fantasiosas, especialmente a través de la prensa y el cine. Sobre esa base, las siglas que corresponden a las expresiones en inglés se han difundido a lo largo y ancho de la tierra de Lincoln, tomando como referencia la guerra de Vietnam. Así, "POW/MIA" es la muy conocida expresión abreviada de "Prisioners Of War/Missing In Action", con la que en el terreno mediático se ha tratado de crear y, sobre todo, de mantener viva, aquella imagen de que los Estados Unidos (sus gobiernos, servicios armados y de inteligencia) han servido a los mejores intereses de la nación cuando se enfrentan a países considerados como ajenos y enemigos de la cultura occidental y de su epicentro -EE. UU., obviamente-, en intentos por traer a sus hijos a casa, silenciando a menudo que estos estaban atrapados entre traumatismos, depresión, violencia sin control, tratamientos psiquiátricos.


Franklin exterioriza interesantes análisis en cada capítulo sobre asuntos como la cosecha cultural que ha dejado el empeño estadounidense por adulterar la significación e historia real de la guerra, los efectos del llamado "síndrome de Vietnam" para la sociedad norteamericana -la guerra de Vietnam dentro de casa- y las guerras culturales libradas por los Estados Unidos, antes y después de Vietnam.


El libro confirma que aquello que comenzó siendo una intervención militar en el sudeste asiático para apuntalar el sistema de dominación capitalista, frenar el avance comunista y afianzar la hegemonía norteamericana, terminó definiéndose como una profundización de la crisis interna de legitimidad y credibilidad, una derrota bélica, con implicaciones para el imaginario de los Estados Unidos. Las representaciones fantasiosas, impuestas por la cultura dominante, según muestra H. Bruce Franklin en esta sugerente obra -investigativa y testimonial- no han podido encubrir todo el tiempo, a través de las narrativas elaboradas, basadas en mitos, falacias y tergiversaciones, las verdades en la historia.

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