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Revista Cubana de Medicina Tropical

Print version ISSN 0375-0760On-line version ISSN 1561-3054

Rev Cubana Med Trop vol.47 no.2 Ciudad de la Habana July-Dec. 1995

 

La estacionalidad de la enfermedad meningocócica en menores de 1 año. Cuba, 1983-1990

Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí"

La estacionalidad de la enfermedad meningocócica en menores de 1 año. Cuba, 1983-1990

Dr. OSVALDO RICO CORDEIRO,1 Dr. REYNALDO JIMENEZ BARRERAS,2 Dra. CARLOTA PEREIRA COLLS1 y Lic. ANDRES ALONSO FERNANDEZ3

RESUMEN

Los menores de 1 año se comportan como el grupo de más alta incidencia de la enfermedad meningocócica durante toda la etapa epidémica de la pasada década del 80 en Cuba. Se utilizan las series cronológicas de las tasas mensuales de incidencia entre los años 1983 a 1990 para identificar el comportamiento del componente estacionalidad teniendo en cuenta la forma clínica y la inclusión en la serie de los años 1989 y 1990 en los que se produjo una campaña masiva de vacunación antimeningocócica. Se evidencia que la estacionalidad tiene un comportamiento diferente de acuerdo con la forma clínica, semejante a los países del hemisferio norte de clima templado en las meningoencefalitis y a los países del hemisferio sur de clima cálido en las meningococemias. Los meses del período de lluvias son los de menor índice estacional. No se encuentran modificaciones en estos patrones estacionales después de haber efectuado la vacunación.

Palabras clave: MENINGOENCEFALITIS/epidemiología.

INTRODUCCION

En Cuba, a partir de la década del 70, empezó a observarse un incremento de la notificación de síndromes neurológicos infecciosos, con evidentes cuadros clínicos que dejaban entrever que el meningococo había comenzado a circular con mayor frecuencia en la población cubana, con marcado énfasis en las edades infantiles. La más alta tasa de incidencia en la población total se alcanzó en el año 1983 (14,4 x 100 000 habitantes), luego se inició el descenso paulatino de la onda epidémica, y se llegaron a cifras en el año 1992 de 1,4 x 100 000 habitantes, similares a las consideradas como endémicas en muchos países. La incidencia por grupos de edades muestra a los menores de 1 año como el grupo más afectado por la enfermedad desde los inicios de la epidemia, con tasas superiores a 100 x 100 000 habitantes.1

En el último trimestre del año 1988 y hasta abril de 1990, se aplicó en forma de campañas masivas en todo el país, la vacuna cubana antimeningocócica B-C producida por el Instituto "Carlos J. Finlay" (VA-MENGOC- -BC), dirigida al grupo de 3 meses hasta 5 años, y se alcanzó una cobertura del 95,6 %.2

Esta enfermedad endemoepidémica y de distribución mundial, común en climas templa dos y tropicales, con casos esporádicos durante todo el año, presenta su mayor incidencia en invierno y primavera.3 Las epidemias ocurren con intervalos irregulares, siendo una característica su variación estacional; aumenta su incidencia en los países del hemisferio norte en los meses finales del invierno y principios de la primavera, y en los del hemisferio sur de clima tropical este ascenso ocurre en los meses de agosto a octubre.4

Con estos antecedentes nos propusimos realizar una investigación para identificar la variación estacional de la enfermedad en los menores de 1 año en Cuba, y su comportamiento después de realizada la campaña de vacunación.

MATERIAL Y METODO

Realizamos un estudio del componente estacionalidad de las series cronológicas de las tasas de morbilidad por formas clínicas de la enfermedad meningocócica en los niños menores de 1 año en el período comprendido desde 1983 hasta 1990.

Esta información fue recogida mediante el Sistema de Vigilancia de la Enfermedad Meningocócica que tiene como Centro de Referencia Nacional al Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí" (IPK), por lo que se incluyeron todos los casos notificados en el período, a quiénes se les había realizado una encuesta epidemiológica por médicos de los Centros Provinciales y Municipales de Higiene y Epidemiología, la cual se aplica en todo el país uniformemente desde 1983.

Con esos datos se confeccionaron series cronológicas de las tasas de incidencia mensuales. Utilizando el paquete de programas Statgraph se procedió a calcular los índices estacionales de la serie 1983 al 1988, o sea, antes de iniciar la vacunación masiva en todo el país, y de las series 1983 al 1989 y 1983 al 1990, durante y después de culminada la campaña de vacunación en el grupo menor de 6 años.

Indice estacional. Es un valor que representa la relación porcentual entre la ocurrencia de la morbilidad para cada mes en relación con un mes promedio anual.

RESULTADOS

En la figura 1 se presentan las curvas de los índices estacionales de las 3 series de la morbilidad sin tener en cuenta las formas clínicas, no se observaron diferencias entre la ocurrencia en los diferentes meses del año antes y después de la vacunación. Se destacan los meses de enero y marzo como los de mayor índice estacional, y abril, mayo y febrero como los de menor índice. Los meses de julio, septiembre y octubre también superan el mes promedio anual.

En la figura 2 se presentan los índices estacionales para las tasas de morbilidad por meningococemia, no se observaron diferencias destacables entre las 3 series estudiadas. Los meses de junio, septiembre, octubre y diciembre son los de mayor índice estacional, abril, febrero y mayo se mantienen como los de menor índice.

En la figura 3 se presentan los índices estacionales para la incidencia de las meningitis meningocócicas, se encuentra una distribución similar de éstos en las 3 series estudiadas. Los meses de enero y marzo son los de mayores valores, también los meses de julio y agosto muestran índices superiores al mes promedio anual. Los meses de abril, mayo y junio se presentan como los de más bajos índices.

DISCUSION

La meningitis meningocócica aparece en forma epidémica cuando la relación agente-huésped-medio es favorable para la diseminación de la infección. En el Cinturón de la Meningitis en Africa, ocurre todos los años en los meses de la estación fría y seca y se acaba de 3 a 5 meses después con la llegada de la estación lluviosa. El clima juega un papel importante en esta zona semiárida con un invierno frío y seco, y un microclima dentro de las casas pequeñas y cerradas, donde práctica mente no hay ventilación. Es probable que el polvo y un aire seco provoquen irritación de la mucosa de la nasofaringe y facilite la infección.5,6

En nuestro país las estaciones no están muy bien delimitadas, pero sin duda se puede identificar un período frío y seco que se inicia en noviembre y se extiende hasta el mes de marzo, éste da paso a un período lluvioso desde abril hasta el mes de junio, y se inicia una etapa de calor desde julio hasta octubre. Los índices estacionales mensuales de la morbilidad, sin tener en cuenta la forma clínica, nos presentan un patrón que si bien se ajusta a lo descrito por el descenso de la morbilidad en la etapa de lluvias, con bajo índice estacional de los meses de abril, mayo y junio, integra lo referido para los países del hemisferio norte de clima templa do, por los altos índices estacionales en los meses de invierno, enero y marzo, y además reproduce lo reportado para los países del hemisferio sur de clima cálido, pues los meses de julio a octubre también muestran índices estacionales por encima del mes promedio anual.

Otro aspecto señalado como posible explicación de este comportamiento estacional, es el aumento de la difusión de la infección entre la población en la época de invierno por la reducción de la ventilación y la tendencia a la aglomeración dentro de las viviendas. Sin embargo, en un estudio de una pequeña aldea en Nigeria se comprobó que había un bajo nivel de portadores, sólo el 3,5 %, y que éste no sufría modificaciones con los cambios de las estaciones, por lo que se plantea una posible modificación de la virulencia del agente, que aumenta en la época fría y seca.7

El estudio de las variaciones estacionales por formas clínicas nos presenta un hallazgo que no hemos encontrado descrito en la literatura, pues en las series estudiadas observamos que las meningococemias presentan un patrón similar al referido como característico de los países cálidos del hemisferio sur, con una elevación de la incidencia en los meses de junio a octubre, pero no de forma absoluta pues en los meses de diciembre y marzo también se observa un elevado índice estacional; y en las meningoencefalitis el patrón se asemeja más al descrito para los países del hemisferio norte con clima templado, aunque en julio y septiembre también el índice estacional está por encima del mes promedio anual. La suma de estas formas clínicas expresada en la figura 1, nos explica el parecido a ambos patrones encontrado en la morbilidad total de los menores de 1 año, que no semeja a lo descrito en la literatura.7-12

Por otra parte, la inclusión en la serie de los años 1989 y 1990, donde se produjo una intervención profiláctica con una vacuna contra el serogrupo B, causante de la epidemia en Cuba, no muestra cambios significativos en la variación estacional.

Esto puede deberse al efecto de la magnitud acumulada en la serie 1983-1989, donde sólo se presentarían modificaciones si las ocurrencias de 1989 y 1990 fueran tan diferentes, como para hacer cambiar los resultados de cada mes en relación con el mes promedio anual. En realidad no es de esperar que la vacunación modifique el comportamiento estacional pues sólo hemos influido en uno de los elementos de la tríada, se eleva la resistencia a padecer la enfermedad en el huésped, no a la infección, pues esta vacuna no se ha demostrado que influye en el estado de portador.12

CONCLUSIONES

El componente variación estacional de las series cronológicas de las tasas de incidencia de la enfermedad meningocócica en los niños cubanos menores de 1 año muestra un patrón no característico al descrito en la literatura, la forma clínica meningococémica semeja el descrito para los países del hemisferio sur de clima cálido, y las meningoencefalitis al señalado como característico de los de clima templado del hemisferio norte.

Se corrobora que para cualesquiera de las formas clínicas, los meses de menor incidencia se corresponden con la estación de lluvias.

La incorporación a la serie cronológica del año durante y después de haber culminado la campaña de vacunación antimeningocócica no modifica el comportamiento del componente variación estacional.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

  1. Valcárcel Novo M. Rodríguez MR, Terry Molinert H. La enfermedad meningocócica en Cuba: cronología de una epidemia. La Habana: Editorial Ciencias Médicas, 1990:81-7.
  2. Cuba. Ministerio de Salud Pública. Cuadro Epidemiológico. La Habana, 1990:6-14.
  3. Beneson AS. El control de las enfermedades transmisibles en el hombre. Washington: OPS, 1993:280. (Publicación Científica; 442).
  4. Nosof SD. Infección por meningococo. En: Enfermedades infecciosas infantiles. Moscú: Ediciones MIR; 1980:302-12.
  5. Robinson D. Epidemiology and community control of disease in warm climate countries. En: Medicine in the Tropics. 2 ed. London: Churchill Livingstone, 1985:245.
  6. Miller DL. Farmer RDT. Epidemiology of disease. London: Blackweell Scientific, 1982:41.
  7. Parry EHD. Principles of medicine in Africa. 2 ed. London: Oxford Medical, 1984:255.
  8. Hoeprich PD. Tratado de enfermedades infecciosas. La Habana: Instituto Cubano del Libro, 1982:900 (Edición revolucionaria).
  9. Krugman S, Kate SL. Infectious disease of children. 7 ed. St. Louis: C.V. Mosby, 1981:170.
  10. Manson-Bahr PEC, Apted FIC. Manson's tropical disease. 18 ed. London: Bailliere Tindall, 1982:397.
  11. Warron KS, Mahmound AF. Tropical and geographical medicine. London: McGraw-Hill Book, 1984:760.
  12. Sierra VG, Campa C, Valcárcel M, Sotolongo F, Figueredo L, Izquierdo L. Efficacy evaluation of the cuban vaccine VA-MENGOC-BC against disease caused by serogroup B Neisseria meningitidis. En: Markachtman C, et al, eds. Neisseria 1990. Proceedings of the Seventh International Conference of Pathogen Neisserias; 1990 Sept 9-14. Berlin, Federal Republic of Germany. Berlin: Walter Dgruyter, 1991:129.
Recibido: 18 de diciembre de 1993. Aprobado: 30 de mayo de 1994.

Dr. Osvaldo Rico Cordeiro. Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí". Apartado 601, Marianao 13, Ciudad de La Habana, Cuba.

1Especialista de II Grado en Epidemiología. Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí" (IPK).
2Máster en Epidemiología. Centro Municipal de Higiene y Epidemiología de 10 de Octubre.
3Licenciado en Matemáticas y Máster en Epidemiología. IPK.

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