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Revista Cubana de Enfermería

Print version ISSN 0864-0319On-line version ISSN 1561-2961

Rev Cubana Enfermer vol.24 no.1 Ciudad de la Habana Jan.-Mar. 2008

 

PROMOCIÓN Y SALUD

 

Los factores más probables de longevidad. Reflexiones sobre el tema

 

The most probable factors of longevity. Reflections on the topic

 

 

Lic. Caridad Llanes Betancourt

Máster en Geriatría y Gerontología Médica y Social. Profesor auxiliar. Facultad de Ciencias Médicas Calixto García. La Habana, CUBA.

 

 


RESUMEN

El envejecimiento es un proceso universal que al parecer afecta a todos los seres vivos y que está concebido como una sucesión de modificaciones morfológicas, fisiológicas y psicológicas de carácter irreversible, que se presentan antes de que las manifestaciones externas den al individuo aspecto de anciano. Este artículo tiene el propósito de mostrar los rasgos más generales del trabajo desarrollado por el hombre en su búsqueda de los elementos que le permitan vivir una vida suficientemente larga y saludable. Se emplearon estrategias de búsqueda sobre la base de estudios realizados en las comunidades mas longevas del mundo, algunos de ellos corroborados por estudios longitudinales de laboratorio en animales de experimentación, que permiten de forma general proponer 7 factores que influyen decisivamente, a la luz de los conocimientos actuales, en el por ciento de la longevidad máxima que el individuo alcanzará. También existen en cada uno de los factores elementos que deben ser precisados y resueltos de forma experimental. Esta situación hace que no se pueda definir claramente la jerarquía de los mismos y por lo tanto el modo más sensato del análisis comprende un enfoque de cada factor por separado.

Palabras clave: Longevidad, envejecimiento, factores.


ABSTRACT

Aging is a universal process that seems to affect all living beings, and that is conceived as a succession of morphological, physiological and psychological modifications of irreversible character that appear before the external manifestations give the individual an elderly aspect. This article is aimed at showing the most general characteristics of the work developed by man in his search of the elements that allow him to live a sufficiently long and healthy life. Search strategies were used based on studies conducted in the most longevous communities of the world, some of them corroborated by longitudinal lab studies in animals that, in a general way, made possible to propose 7 factors that exert a decisive influence, to the light of current knowledge, on the percent of maximum longevity attained by the individual. In every factor, there are elements that should be experimentally defined and solved. This situation impedes to clearly determine their hierarchy and, therefore, to make a more sensible analysis it is better to approach these factors separately.


Key words: Longevity, aging, factors
.


 

 

INTRODUCCIÓN

El envejecimiento es un proceso universal que al parecer afecta a todos los seres vivos aunque la universalidad absoluta del proceso no esté demostrada científicamente en algunos animales salvajes y en algunos peces y anfibios. Se conjetura científicamente que tal proceso se inicia desde el nacimiento o poco después de este, y que está concebido como una sucesión de modificaciones morfológicas, fisiológicas y psicológicas de carácter irreversible, que se presentan antes de que las manifestaciones externas den al individuo aspecto de anciano. Según la concepción popular de la vejez, se asume desde la relación entre este proceso y la muerte, la enfermedad, la dependencia, la soledad, una menor capacidad adquisitiva y la pérdida de status, todo ello asociado a una situación de vida totalmente negativa y contrapuesta a ciertos valores considerados como positivos: juventud, trabajo, riqueza, etc. Desde esa perspectiva el envejecer va en contra de la felicidad del hombre.1-4

La alternativa a esa idea debe surgir de la misma sociedad, habida cuenta que las fórmulas que pueden ser válidas para los ancianos actuales pueden no serlo para los de otras épocas futuras, ya que las condiciones de vida diferirán enormemente en valores culturales, alimentación, ambiente, enfermedades y otros parámetros.5

Planteado el envejecimiento como un proceso de transformación progresivo e irreversible, debe considerarse tanto como un acontecimiento individual como un fenómeno colectivo. La población de personas mayores de 60-65 años en adelante, tomada como fenómeno colectivo, se traduce en un envejecimiento poblacional. Este es el acontecimiento demográfico más importante de la etapa final del siglo XX que ha comenzado hace unos 50 años y que constituye una preocupación para los países desarrollados. Según cifras de la ONU, en 1950 había en el mundo alrededor de 200 millones de personas de 60 años en adelante, la cifra aumentó a 350 millones en 1975. Se previó para el año 2000 alrededor de 590 millones y en el 2025 ascenderá a 1 100 millones, lo que equivaldrá al 20 % de la población total que se calcula para el mundo en esa época.6

Este trabajo tiene el propósito de mostrar los rasgos más generales del trabajo desarrollado por el hombre en su búsqueda de los elementos que le permitan vivir una vida suficientemente larga y saludable.

El problema que tratamos puede enfrentarse de varias maneras. Una alternativa de ataque puede surgir del análisis de cómo han vivido los más longevos del mundo, la forma en que aún desarrollan su vida los habitantes de las comunidades del mundo contemporáneo donde reside mayor número de centenarios: Hounza (India), Abkasia (Rusia), Vilcabamba (Ecuador) y los Tarahumara (Méjico). Este estudio puede dotarnos del camino espontáneo que han seguido los más viejos de nuestro mundo.7

A la luz de los conocimientos de la ciencia contemporánea que están a nuestro alcance, surgen del análisis los factores más comunes que se observan en estas comunidades, descontándose los factores más probables, aquellos que requieren una investigación más profunda para ser demostrados completamente.8

 

MÉTODOS

Se realizó la búsqueda de información acerca de los factores más probables de longevidad, con este fin se emplearon estrategias de búsqueda, aunque se pudieron hallar numerosas bibliografías que apoyan su importancia. Se consultaron estudios realizados en las comunidades más longevas del mundo, algunos de ellos corroborado por estudios longitudinales de laboratorio.

Los hombres más viejos del mundo

En cuanto a quiénes son los hombres mas viejos del mundo, o sea, los que más han vivido, existen mitos y leyendas que no podrán ser demostrados, pero lo cierto es que la longevidad máxima que ha alcanzado el hombre en todas las épocas no ha tenido variaciones. Tanto para los hombres de la antigüedad como para los de la etapa actual, la longevidad máxima promedio oscila entre 110 y 115 años. El hombre por tanto no es el animal que más vive, como la tortuga de Galápagos (150 años), pero sí supera con creces a otras especies como el elefante (60 años), el chimpancé (50 años) o el delfín (25 años).

Si seguimos por otro lado el análisis de la supervivencia global, el promedio de hombres que ha alcanzado una esperanza de vida mayor se ha ido modificando desde la antigüedad hasta nuestros días. La curva de Strehler demuestra que desde la Roma antigua hasta el siglo pasado, la esperanza de vida promedio de la población se movió muy poco. La población no alcanzaba un porciento de supervivencia de más de 45 años en ninguna parte del mundo. Sin embargo ya en 1960 este promedio llegó a los 65 años y en la actualidad en algunos países incluyendo a Cuba sobrepasa los 70 años.

A pesar de lo anterior la edad máxima que puede alcanzar un hombre no ha variado desde la Roma antigua hasta nuestros días. La longevidad máxima depende de condiciones de especie y no de características del ambiente que se puedan modificar. Una forma de ejemplificar esto es la observación de la diferencia que existe en la longevidad máxima del antropoides (55 años), homo -erectus (65 años), homo sapiens (90 años) y hombre actual (113 años).

Las comunidades del mundo en la que existen más longevos, Hounza (India), Abrkasia (Rusia), Vilcabamba (Ecuador) y los Tarahumaras (Méjico)9 presentan una característica común en todas ellas y es el aislamiento relativo del resto de la civilización. En estas comunidades los ancianos son venerados y constituye un hecho loable alcanzar la calidad de nonagenario o centenario. Existen además algunas características similares en cuanto al tipo de alimentación, donde abundan los productos naturales no elaborados. La actividad física es moderada pero mantenida a lo largo de la vida y el estilo de enfrentamiento de los sujetos que llegan a centenarios contribuye a lograr una estabilidad psíquica y mental. En estas zonas existen personas que mueren (lógicamente) en edades tempranas por enfermedades genéticas o adquiridas, incluidos los accidentes, pero aquellas que alcanzan o sobrepasan la edad de 60 años y que nunca llegan a convertirse en centenarios, presentan diferencias con estos en cuanto a los factores anteriormente mencionados.

Los factores más probables de la longevidad

Los estudios realizados en las comunidades más longevas del mundo y algunos de ellos corroborados por estudios longitudinales de laboratorio en animales de experimentación, permiten de forma general proponer 7 factores que influyen decisivamente, a la luz de los conocimientos actuales, en el por ciento de la longevidad máxima que el individuo alcanzará. Estos son:

a) La alimentación.

b) La actividad física.

c) Los tóxicos individuales.

d) El ambiente natural.

e) El ambiente socio-cultural.

f) Sueño y descanso.

g) Herencia.

h) El tipo de personalidad.

En todos ellos existen aspectos que son ciencia constituida, por el nivel de apoyo investigativo o práctico que se posea. También existen en cada uno de los factores elementos que deben ser precisados y resueltos de forma experimental. Esta situación hace que no se pueda definir claramente la jerarquía de los mismos y por lo tanto el modo más sensato del análisis comprende un enfoque de cada factor por separado.

Alimentación

Los datos experimentales coinciden en que la reducción de calorías en la dieta entre un 30-40 % de las requeridas por el individuo, son un factor que influye decisivamente en el tiempo de vida máximo que alcanza. Probablemente este sea el asunto más estudiado y donde las observaciones realizadas en las comunidades longevas, coinciden mucho más con los resultados de la experiencia animal. No quiere decir esto que sea el factor más importante ni el único, indica que es el mejor conocido por todos, no sólo dentro de la alimentación sino también en los restantes. Por esta razón abundan en el mundo contemporáneo las dietas de restricción calórica e incluso el día de ayuno y a veces dos, que vienen realizando algunos sujetos en la actualidad.

La alimentación por otro lado debe contener los nutrientes necesarios: carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y oligoelementos. Las proporciones que se requieren deben ser balanceadas y existen tablas de nutrientes esenciales en la dieta y del contenido de nutrientes que poseen los alimentos que ingerimos. El conocimiento de este aspecto no es tan profundo como el anterior; pero en lo que existe más coincidencia es en reconocer que la forma más natural de ingestión de los alimentos está correlacionada con la salud del individuo y con la longevidad máxima que se alcance. En nuestra especie independientemente de las individualidades (aunque existe una gran controversia en torno a ello) las condiciones de nuestro aparato digestivo recuerdan más al de los herbívoros que al de los carnívoros. Por lo tanto podemos considerarnos que somos aproximadamente el 80 % vegetarianos con un 20 % de no vegetarianos.

Una cuestión importante en este aspecto de la alimentación está relacionada con la no ingestión excesiva de algunos alimentos y la no adquisición en lo absoluto de algunos utilizados en la preservación de alimentos enlatados y otros que se ingieren en forma natural o elaborada por desconocimiento del daño colectivo o individual que pudieran realizar.

Aunque queda mucho por precisar en este asunto se puede concluir que una alimentación que promueve longevidad deberá tener las siguientes características:

- Reducción en calorías.

- Poseer todos los nutrientes esenciales.

- Estar exenta de tóxicos naturales o artificiales.

La actividad física

La actividad física desarrollada por los músculos esqueléticos produce efectos en todo el organismo y en los órganos, como por ejemplo en el aparato respiratorio, cardiovascular, así como en los sistemas de control (sistema nervioso, endocrino e inmunológico). Además se produce un conjunto de cambios en el metabolismo siempre que esta actividad sea mantenida a lo largo del tiempo.

Todos estos cambios que se van produciendo hacen al organismo más resistente, haciendo menos frecuente la enfermedad y por consiguiente con toda la probabilidad se produce una prolongación de la vida, aunque este último aspecto no está tan precisado como en la alimentación. Probablemente la cuestión estriba en que no hay dato experimental concluyente en cuanto a la actividad física requerida para provocar los ajustes metabólicos que promuevan una vida larga y saludable. Los resultados son contradictorios en este sentido.

La sobre actividad física o sobre-entrenamiento provocan por otro lado desgaste del organismo, este se debilita y resulta más proclive a padecer enfermedades. Se disminuye por tanto así la probabilidad de que alcance la longitud máxima de la vida.

Se concluye por tanto que aunque falta mucho por precisar por las investigaciones, los estudios y las observaciones realizadas en las comunidades longevas sugieren la necesidad de una actividad física mantenida diaria, que no exceda las posibilidades del individuo ya que entonces provocaría un sobre-entrenamiento que sería dañino.

Tomemos en cuenta que hemos hablado de actividad física en forma general, incluyendo en esta el deporte, el trabajo, o simplemente la marcha que realizamos cotidianamente.

Los tóxicos individuales

En primera instancia resulta útil aclarar que muchas sustancias pueden ser tóxicas para algunos individuos y que pocas sustancias resultan tóxicas para todos. Esto pone de relevancia la individualidad bioquímica que poseemos, que como ha sido señalado con anterioridad, es similar a las huellas digitales.

Entre los candidatos a tóxicos se encuentran por ejemplo, el café, el alcohol y el tabaco. Estos constituyen tóxicos a distintos niveles y a distintas dosis en individuos específicos.

Existen por otro lado las otras sustancias que son elementos tóxicos en número reducido de individuos o en determinadas situaciones en un mismo individuo.

Se cumple entonces el axioma de que "Nada es completamente bueno ni existe algo completamente malo". Corresponde por tanto a cada persona investigar si aquellos candidatos a tóxicos lo son en una dosis determinada para ellos o si algunos elementos que son utilizados comúnmente (alimentación ingestión) considerados como inocuos resultan tóxicos en su caso individual.

El ambiente natural

La presencia de una atmósfera saludable con abundantes árboles como ocurre en las comunidades longevas, favorece el desarrollo de la vida individual y las personas son menos atacadas por los tóxicos o los microorganismos. No es posible en las condiciones actuales habitar en los bosques, pero sí adquirir hábitos que conlleven las visitas a estos lugares, siempre que sea posible.

La acción colectiva de la comunidad puede contribuir a recuperar algunas características naturales que han sido perdidas con la civilización, como por ejemplo: sembrar árboles, jardines.

La cercanía del mar algunas veces atribuida como dañina y que acelera el proceso de envejecimiento, resulta beneficiosa, siempre y cuando evitemos la exposición excesiva a los rayos solares. Los rayos ultravioletas provenientes del sol en una exposición breve, garantizan las síntesis de la vitamina D, pero en cantidades mayores incrementan la predisposición a padecer de cáncer de la piel, con lo que se reducen las posibilidades de vida larga y saludable.

El ambiente sociocultural

La sociedad en que habitamos influye de forma decisiva. En las comunidades longevas no se considera la ancianidad como una gracia. En contraposición a esto, convertirse en un anciano constituye un acto honorable. Ser anciano no despierta sentimiento de lástima, sino de orgullo para el individuo y de admiración para los restantes. En la Abkhasia (Rusia) se realizan fiestas al llegar a los 90 y 100 años, se otorgan condecoraciones, no con el propósito de que las lleven a la tumba, sino que las ostenten y sirvan de estímulo para el resto de la comunidad.

Con peculiaridades diferentes se producen situaciones similares en las restantes comunidades longevas.
A cada comunidad corresponde por lo tanto definir qué aspectos deben reforzarse y cuáles deben ser eliminados con el objetivo de que el ambiente sociocultural favorezca el surgimiento de nuevos centenarios.

Sueño y descanso

Si bien es cierto que se requiere una actividad física mantenida para desarrollar la adaptación continua al medio ambiente cambiante que es la mejor vida, se requiere de un período de reparación y de reajuste de los mecanismos so pena del desgaste. El sueño y el descanso proporcionan esta función necesaria y son a su vez un indicador de cómo marchan las cosas en un individuo.

El sueño reparador tiene características rítmicas y no depende tanto de la duración en el tiempo como en su calidad. Los centenarios refieren tener un sueño reparador y no presentan en general trastornos del sueño.

Herencia

Las características individuales presentan una base hereditaria en la estructura y funcionalidad de los órganos y sistemas, así como de los procesos metabólicos a nivel celular, los cuales están expuestos a los efectos negativos del estrés.

Existen por otro lado algunas enfermedades hereditarias que aceleran el proceso de envejecimiento, entre las más comunes la diabetes y entre las más raras la terrible Progerie en la que los individuos envejecen más rápidamente y a los 10 o 20 años son completamente ancianos.

Otras predisposiciones a enfermedades como el cáncer o las afecciones cardiovasculares producen un efecto similar y pueden acelerarse por el estrés crónico y mantenido.

En las comunidades longevas aunque no se puede hablar con exactitud de la relación de la herencia con los centenarios, es frecuente encontrar longevos que provienen de familiares que también lo han sido.

La labor que debe realizar el individuo y su médico de la familia es investigar las cuestiones antes señaladas en el ámbito familiar y de acuerdo con esto adoptar cualquier tipo de medida para prevenir la enfermedad y aumentar así la probabilidad de una larga vida.

El tipo de personalidad

De los estudios realizados en Abkhasia (Rusia) surge el concepto de personalidad pro-longeva y anti-longeva. En la personalidad pro-longeva las actitudes físicas y mentales conducen al establecimiento de hábitos no tóxicos.

En sentido general pueden realizarse varios proyectos o planes, pero nunca son competitivos entre sí, sino que son comparativos. En cada momento están resolviendo los problemas que pueden resolver y no martirizándose por lo que deberán afrontar mañana. Miden la eficiencia del trabajo por la calidad y no por la cantidad de este. Este tipo de personalidad pro-longeva tiene su antítesis en la anti-longeva, en la que se producen situaciones completamente contrapuestas a la personalidad anterior.

Como quiera que la mayoría de las personas presenta rasgos de personalidad que pueden ser incluidos en cualquiera de estas dos categorías, surge la interrogante de si son inamovibles.

Este factor representa el puente de unión entre los otros arriba señalados. Constituyen por tanto el elemento esencial ya que puede movilizar los restantes y contribuir por consiguiente al logro del objetivo que nos hemos trazado.

Existen antecedentes de estudios realizados en los cuales se demuestra que el estilo de vida es determinante para que se logre una existencia más larga.

Sistema neuroendocrino inmune. Su afectación por el estrés. Envejecimiento por deterioro a consecuencias del estrés

El conjunto de factores que están propuestos como determinantes en el proceso de envejecimiento normal y patológico, son muy variados, existe una interacción entre todos ellos, pueden completarse y a veces oponerse unos a otros. No obstante lo señalado, aunque no se puede plantear a nivel de conocimiento de la ciencia actual un nivel jerárquico entre los factores, es posible plantear que la personalidad pro-longeva puede ser el punto de unión, porque promueve acciones concretas en la búsqueda de una vida larga y saludable. De esta manera la eliminación de hábitos anti-longevos y el reforzamiento de los pro-longevos lograrán los objetivos propuestos. A continuación nos planteamos las bases sobre la que descansan estas, el posible mecanismo a través del estrés y finalmente las características de la personalidad pro-longeva.

Sistema neuroendocrino inmune

El organismo es susceptible a ser dividido en muchas partes, una de las maneras que más ajusta a este trabajo es la división en órganos y sistemas que realizan funciones específicas y sistemas que coordinan las funciones del organismo como un todo.

El primer sistema integrado por excelencia, es el sistema nervioso que puede manejar información de modo tal que el organismo se adapte al medio ambiente. El sistema endocrino es un sistema de integración con acciones de constante tiempo mayor.

El sistema inmune por otra parte, está encargado de la defensa del organismo y finalmente un sistema de comunicación intercelular. En la senectud se producen cambios en las síntesis proteicas, (Everitt AV. The neuroendocrine system and aging. Gerontology;1980) (Ochheim P. Aging in the hypothalamic hypophyseal ovarian axis in the rat. 1983) en la función reproductora 3,7 y un aumento en la aparición de tumores de mama e hipofisiarios. (Besedovskv HO, Sorkin E. Neurdendocrine inmunoregulation. 1981: 315- 362).

Las respuestas del sistema inmune al organismo envejecido resultan por otro lado desequilibradas, se presentan en ocasiones inmunodeficiencias y en otras hiperinmunidad.2-4,6 (Besedovskv HO, Sorkin E, Feliz D, Haas. Hupothalamic changes during the immune response; 1977).

Los estudios realizados con diversas técnicas demuestran que la desaparición o deterioro de células hipotalámicas que liberan factores que promueven la secreción de hormonas hipofisiarias, están implicadas en el mecanismo de estas alteraciones.5 (Besedovskv HO, Sorkin E. Neurdendocrine inmunoregulation. 1981: 315- 362). (Besedovskv HO, Sorkin E, Da prada M, Séller HH. Inmunoregulation mediatec the sympathic system. 346 - 355). (Besedovskv HO, Sorkin E, Feliz D, Haas. Hupothalamic changes during the immune response; 1977). (Blalock JE, McManamin DH, Smith EM. Peptide hormone shared by the neuroendocrine and inmunologic system; 1985 Everitt AV. The neuroendocrine system and aging. Gerontology;1980).

De lo planteado anteriormente se desprende que hay que proteger a toda costa ese grupo de células minúsculas concentradas en la pequeña región que conocemos como hipotálamo. En segundo lugar si la protección no fuera a resultar sería necesario el empleo de otras técnicas para tratar de suplantar las funciones perdidas. (Fabris N, Pieroaoli W, Sorkin L. Thymus Neuroendocrine interactions during development and aging; 1982). (Forman LJ, Sonntag WE, Meites. Maintainance L - Dopa treatment of estrous cycles and LH response to estronge in aging female rats;1980.)

Corresponde ahora analizar el mecanismo posible que culmina con la disminución celular a nivel hipotalámico y con la consiguiente presentación de alteraciones propias del envejecimiento. Una de las alternativas más probables es que como consecuencia del estrés crónico mantenido, de origen físico o mental, se presentan alteraciones que finalizan con el deterioro de las células hipotalámicas. El estrés es una reacción compleja coordinada por el sistema neuroendocrino inmune, en la que el organismo puede adaptarse y responder a un estímulo muy intenso, 10 pero el proyecto que se paga es muy caro ya que la energía que se utiliza en la respuesta al estímulo se repone sólo parcialmente. En términos energéticos si el estrés se mantiene de forma crónica, la pérdida resulta en un deterioro lógico que debilita al organismo, haciéndolo proclive a padecer enfermedades y acercar por tanto el instante de la muerte.11

De acuerdo a la idea de Selye (Blalock JE, McManamin DH, Smith EM. Peptide hormone shared by the neuroendocrine and inmunologic system; 1985) un estrés mantenido con una dieta antilongeva provoca un envejecimiento acelerado del organismo. Al planteamiento original de Selye puede añadírsele la base genética y los tóxicos individuales o ambientales por el proceso de deterioro y el envejecimiento. (Hayflick L. Theories of biological aging Serontology; 2000:145-159). (Johanson AJ, Blizzard RM. Low somatomedin C levels in older men rise in response to growth hormone administration; 1981.)

La personalidad pro-longeva es resistente ante los estímulos de estrés y por consiguiente el método más lógico de ataque parece ser el de reforzar los hábitos pro-longevos y eliminar los anti-longevos. (Matsumoto A, Rai Y. Synaptic changes in the hypothalamus of old rats; 2000).

La cuestión estriba en cómo realizar un proceso que culmine en el establecimiento de nuevos hábitos pro-longevos. Esto resulta harto complejo, ya que estos se han establecido en la historia individual de cada sujeto, en las manos de una sociedad dada, por lo tanto es una tarea difícil, mas no imposible.

 

CONSIDERACIONES FINALES

Los estudios realizados en comunidades longevas donde existe mayor número de centenarios aportan un grupo de datos importantes en cuanto a los factores que promuevan una vida larga y saludable.

1. Los factores que influyen decisivamente y que se observan en forma coincidente en la mayoría de los centenarios de las comunidades longevas son:

a) La alimentación.

b) La actividad física.

c) Los tóxicos individuales.

d) El ambiente natural.

e) El ambiente socio-cultural.

f) Sueño y descanso.

g) Herencia.

h) Tipo de personalidad.

2. De todos estos factores el más estudiado es la alimentación pero lo único completamente demostrado es que la restricción calórica en la dieta parece prolongarle la vida a los animales y a los humanos. El factor alimentación por ser el más conocido, no quiere decir que sea el más importante y determinante. Se requieren investigaciones adicionales que demuestren su peso con respecto a los demás.

3. La personalidad pro-longeva con sus características de alta resistencia ante el estrés y con hábitos saludables puede ser el factor de unión entre los restantes. Los hábitos de tal personalidad representan la suma de los factores que determinan una alta longevidad.

La personalidad anti-longeva por otro lado representa su antítesis. Están presentes en ella muchos hábitos tóxicos. En realidad resulta difícil encontrar una personalidad pro-longeva al 100 % así como una completamente anti-longeva.

Sobre la base de lo anterior una línea de acción lógica sería la de reforzamiento de hábitos y características pro-longevas y la eliminación de los anti-longevos. No obstante el elemento individual resulta determinante con independencia de que en toda la personalidad existen factores hereditarios y adquiridos.

El modo de operar de la personalidad longeva en lograr un estilo de vida saludable que nos conduzca al camino que han recorrido otros centenarios probablemente sea a través de un ajuste neuroendocrino inmunológico.

Es razonable pensar entonces que el envejecimiento del Sistema Endocrino determine en el organismo o al menos influya en el proceso de envejecimiento en estos sistemas integradores, por lo que resulta crucial en la actividad del cuerpo visto de conjunto.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Centro Iberoamericano de la Tercera Edad (CITED). Atención al anciano en Cuba. Desarrollo y perspectiva. La Habana: Editorial Palacio de las Convenciones; 1996.

2. Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE). Santiago de Chile: Boletín Demográfico. Año XXXI, No. 62; 1998.

3. Las bajas tasas de natalidad frenarán el desarrollo económico de Europa. Economía y Finanzas. [citado 1999 Jul 5] Disponible en: http://www.cnnenespañol.com/econ/1999/07/05/europa/index.html

4. Coale Ansley J. El efecto de los descensos de la mortalidad en la distribución por edad. Centro Latinoamericano de Demografía. Chile.(s/f)

5. Chávez E. Transformaciones demográficas, cambios en la familia y niveles de salud en Cuba. Revista CIDE. Universidad de Puerto Rico.1998;3(2).

6. Durán A, Chávez E. Una sociedad que envejece: retos y perspectivas. Revista Temas. 1998;14.

7. _____. Aging in Cuba: realities and challenges. Medicc Review. 2000; 2(1).

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9. ONU. Factores determinantes y consecuencias de las tendencias demográficas Nueva Cork: Departamento de Asuntos Económicos y Sociales; 1978.

10. Gaster TH. The ol dest stories in the world published. Boston: Beacon Press; 1956.

11. Georgakas D. The Methoselah factors. New York: Simon and Schuster Rockefeller Center; 1980.

 

 

 

Recibido: 20 de febrero de 2008.
Aprobado: 27 de febrero de 2008.

 

 

Lic. Caridad Llanes Betancourt. Facultad de Ciencias Médicas Calixto García. La Habana, Cuba. E-maiI: caryllanes@infomed.sld.cu

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