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Pastos y Forrajes

Print version ISSN 0864-0394

Pastos y Forrajes vol.37 no.1 Matanzas Jan.-Mar. 2014

 

ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

 

 

Artrópodos asociados a Jatropha curcas Linnaeus. Funciones y estrategia para su manejo

 

Arthropods associated to Jatropha curcas Linnaeus. Functions and strategy for their management

 

 

 

O. Alonso y J. C. Lezcano

Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos, Ministerio de Educación Superior Central España Republicana. CP 44280, Matanzas, Cuba
E-mail: osmel.alonso@ihatuey.cu

 

 

 


RESUMEN

En la actualidad, Jatropha curcas Linnaeus constituye una de las plantas más investigadas a nivel mundial debido a su potencial como productora de aceite, el cual se puede transformar en biodiesel. Sin embargo, aún no se dispone de suficiente información sobre sus interacciones ecológicas con otros vegetales y animales; por lo que el conocimiento referente a los artrópodos asociados al piñón nombre común por el que se le conoce» es un requisito indispensable para el manejo adecuado del cultivo. El objetivo de este artículo es exponer los resultados de una recopilación realizada acerca de dichos organismos (insectos, ácaros y arañas, fundamentalmente), para lograr una mejor explotación de las plantaciones de este cultivo energético en Cuba. Dentro del grupo de los fitófagos se encontraron 151 especies de insectos, entre las que sobresalen las del orden Hemiptera, por ejemplo: Pachycoris klugii Burmeister (Scutelleridae) y Leptoglossus zonatus (Dallas); además de cuatro de ácaros. Entre los benéficos se hallaron 90 especies de insectos, cinco de ácaros y 13 de arañas depredadoras. En cuanto a las estrategias de manejo de plagas, se hace un mayor énfasis en las medidas de control químico y en algunas acciones de tipo cultural. Teniendo en cuenta estos antecedentes, en Cuba es imprescindible conocer los principales organismos asociados a dicha planta, con vistas a incorporar con mayor precisión el componente agroecológico en el manejo de las plagas, y con ello contribuir al mantenimiento de las capacidades productivas de los agroecosistemas y a su resiliencia.

Palabras clave: fitófagos, insecto, plaga.


ABSTRACT

At present, Jatropha curcas Linnaeus constitutes one of the most studied plants worldwide due to its potential to produce oil, which can be transformed into biodiesel. However, there is not enough information yet about its ecological interactions with other plants and animals; for which the knowledge concerning the arthropods associated to J. curcas is an essential requisite for the adequate management of the crop. The objective of this paper is to present the results of a compilation made about these organisms (mainly insects, mites and spiders), to achieve a better exploitation of the plantations of this energy crop in Cuba. Within the group of plant-eaters, 151 insect species were found, among which two from order Hemiptera (Pachycoris klugii Burmeister (Scutelleridae) and Leptoglossus zonatus (Dallas)) stand out, in addition to four mite species. Among the beneficial ones, 90 insect, five mite and 13 predator spider species were found. Regarding pest management strategies, a higher emphasis is made on the chemical control measures and some cultural-type actions. Taking these antecedents into consideration, in Cuba it is essential to know the main organisms associated to this plant, in order to incorporate with higher accuracy the agroecological component in pest management, and thus contribute to the maintenance of the productive capacities of agroecosystems and their resilience.

Key words: plant-eaters, insects, pest.


 

 

INTRODUCCIÓN

Jatropha curcas Linnaeus (Euphorbiaceae), conocida de manera común como piñón botija en Cuba (Roig, 1965), tiene su origen en América Central y en la parte norte de América del Sur. No obstante, a partir del siglo XVI se distribuyó en otras regiones tropicales por navegantes y exploradores europeos; y está diseminada en áreas tropicales de todo el mundo, incluidos los países subsaharianos de África, el sudeste asiático, la India, entre otros (Van der Putten et al., 2010). En las últimas décadas se ha convertido en una planta muy popular debido a sus potencialidades y múltiples usos, específicamente por la particularidad de ser un cultivo productor de aceite, que se puede transformar en biodiesel (Fairless, 2007).

En ese sentido, dicho aceite fácilmente extraíble de sus semillas (25-35 % de su contenido) también se usa para la producción de energía, el alumbrado y la cocción de alimentos. Además, se utiliza en la medicina, como bioplaguicida, y en la fabricación de jabones. Adicionalmente, la torta de semillas obtenida como subproducto de la extracción del aceite se puede emplear como fertilizante orgánico y para la producción de biogás (Brittaine y Lutaladio, 2010).

Según Quiroga et al. (2010), J. curcas es considerado un arbusto forestal perenne, de gran rusticidad, resistente a la sequía y proveedor de hojarasca como fuente de materia orgánica. Además, es eficiente en la captura de carbono y en la retención de agua, y puede ser utilizado en suelos degradados y como cerca viva.

Debido a las características tóxicas y bioplaguicidas de esta planta, las plagas que la afectan no parecen causar daños muy significativos; sin embargo, se informa una amplia incidencia de tales agentes nocivos en plantaciones en monocultivo. De ahí que su susceptibilidad a los fitófagos pueda depender de la intensidad de las acciones que se realicen (Brittaine y Lutaladio, 2010), las cuales deben responder a un manejo agroecológico de plagas (MAP) dentro de la agricultura que transita hacia la producción sostenible, acorde con el criterio de Vázquez y Álvarez (2011).

Por tal motivo, el objetivo del artículo es exponer los resultados de una recopilación realizada acerca de los principales artrópodos asociados a J. curcas, así como sus funciones y las posibles estrategias para su manejo, con vistas a proyectar mejor la explotación de las plantaciones de esta planta que recientemente se comenzó a utilizar como cultivo energético en Cuba.

 

Principales artrópodos asociados a J. curcas Linnaeus

A pesar de la creencia popular de que las propiedades tóxicas e insecticidas de J. curcas son suficientes para evitar que los insectos causen daños económicos a sus plantaciones, existen varios grupos que sobrepasan esta barrera. Dichos grupos se señalan en una lista global de fitófagos compilada en Australia (donde se considera una planta arvense), la cual estaba integrada por 60 especies agrupadas en 21 familias y cuatro órdenes, acorde con el informe de Shanker y Dhyani (2006), y cuyo número de especies fitófagas fue similar al encontrado en Chiapas (México) por Quiroga et al. (2010), aunque no todas coinciden. Sin embargo, en esta recopilación bibliográfica se hallaron 151 especies, las que representan 131 géneros y se agrupan en 57 familias; así como ocho órdenes, entre los que sobresalen: Hemiptera, Coleoptera, Lepidoptera y Orthoptera, con 66, 36, 17 y 13 especies, respectivamente (tabla 1).

Las principales especies de insectos fitófagos considerados como plagas varían según la región geográfica (Nielsen, 2010). En África, específicamente en Mozambique, predomina Aphthona dilutipes Jacoby (Coleoptera: Chrysomelidae); los adultos de esta especie defolian el cultivo y sus larvas se alimentan de las raíces (Gagnaux, 2009). En la India (Asia) sobresale Scutellera nobilis Fabricius (Hemiptera: Scutelleridae), que causa la caída de las florecillas que conforman la inflorescencia, así como el aborto de los frutos y la malformación de las semillas, según señalan Shanker y Dhyani (2006). En Oceanía (Australia), estos últimos autores citan otra especie de esa misma familia, Agonosoma trilineatum (Fabricius), que ocasiona daños severos a la semilla. También en el continente asiático y en el africano, los autores citados destacan la presencia de Stomphastis (=Acrocercops) thraustica (Meyrick) (Lepidoptera: Gracillariidae), que se alimenta de las inflorescencias.

Por otro lado, en América Central y del Sur (en Nicaragua y Honduras, particularmente) se informa la existencia de los hemípteros Pachycoris klugii Burmeister (Scutelleridae) y Leptoglossus zonatus (Dallas) (Coreidae), los cuales dañan notablemente los frutos en desarrollo (Alfonso, 2008). Además, en Brasil, Saturnino et al. (2005) señalan la presencia de los hemípteros Empoasca spp. (Cicadellidae), que afectan las hojas considerablemente (de los cuales algunas especies son vectores o transmisoras de virus), y Pachycoris torridus (Scopoli) (Scutelleridae), que daña los frutos.

En cuanto a los ácaros fitófagos, se relacionaron cuatro especies que pertenecen al orden Trombidiformes, suborden Prostigmata: 1) Polyphagotarsonemus latus (Baks) (Tarsonemidae), 2) Tetranychus sp., 3) Tetranychus bastosi Tuttle, Baker & Sales, y 4) Panonychus citri McGregor, las cuales se encuentran en Australia, Brasil, Estados Unidos, República de Cabo Verde e Italia, y afectan los brotes de las hojas y los botones florales. Estas tres últimas (de la familia Tetranychidae) dañan las hojas, fundamentalmente por el envés, en Brasil (Grimm y Maes, 1997; De Arruda et al., 2005; Vedana, 2006; Dos Santos et al., 2007; Carels, 2009; Sarmento et al., 2011; Erazo (s.f.) y Contran et al., 2013); y es de destacar que P. latus origina pérdidas económicas considerables en ese país (Saturnino et al., 2005).

Respecto a los artrópodos benéficos, estos se agruparon en 103 especies: 90 de insectos «desglosadas en 37 depredadores, 21 parasitoides y 32 polinizadores, teniendo en cuenta que el depredador Polistes sp. (Hymenoptera: Vespide) también es polinizador (tabla 2) y 13 de arañas (depredadoras), cifra que supera las 65 especies 40 entomófagos y arañas, y 25 polinizadoras encontradas en Chiapas (México) por Quiroga et al. (2010).

Por otra parte, como otro resultado de esta recopilación (tabla 2) se pudo constatar que predominan las especies insectiles pertenecientes a los órdenes Hymenoptera (18 parasitoides, 11 depredadoras y cuatro polinizadoras), Coleoptera (11 polinizadoras y 5 depredadoras), Lepidoptera (representado por 16 polinizadoras) y Hemiptera (incluye 13 depredadoras). Dentro de ese grupo de insectos, acorde con los criterios de Grimm y Maes (1997), Gagnaux (2009), Quiroga et al. (2010) y Contran et al. (2013), se destaca un grupo considerable de entomófagos a los que se hace referencia a continuación.

Los hemípteros de la familia Reduviidae Apiomerus pictipes Herrich-Schaeffer y Rocconota sp., así como el pentatómido Euthyrhynchus floridanus (Linnaeus), constituyen depredadores de ninfas y adultos del escutelérido P. klugii. Además, Procheiloneurus sp. (Encyrtidae) y Telenomus (=Pseudotelenomus) pachycoris (Costa-Lima) (Scelionidae) son himenópteros parasitoides de huevos de dicha plaga, y este último también lo es de P. torridus.

Asimismo, se citan una especie de díptero sin identificar el himenóptero Brancon hebetor Say (Braconidae) y especies sin determinar de la familia Tachinidae, como parasitoides del pirálido P. morosalis. Además, se hace referencia a: el parasitoide de huevos del córido L. zonatus, el himenóptero Gryon sp. (Scelionidae); el parasitoide de diferentes especies de trips, Megaphragma sp. (Hymenoptera: Trichogrammatidae); y el depredador de áfidos, el coleóptero Hippodamia sp.

Otros ejemplos son el depredador Oplomus pulcher (Dallas) (Hemiptera: Pentatomidae) y el parasitoide Brachymeria sp. (Hymenoptera: Chalcididae), los que controlan las poblaciones del piérido A. monuste; aunque este último entomófago también lo es de los noctúidos Remigia latipes Guenée y Spodoptera frugiperda (Smith). Por otro lado, se cita una especie sin determinar (Hymenoptera: Scelionidae), que, además de ser un parasitoide de S. frugiperda, igualmente controla al hemíptero N. viridula y a los ortópteros acrídidos.

En tanto, como ácaros depredadores se compilaron cinco especies de la familia Phytoseiidae, presentes en Brasil: Amblyseius herbicolus (Chant), Euseius concordis Chant, Iphiseiodes zuluagai Denmark & Muma, Neoseiulus californicus (McGregor) y N. idaeus Denmark & Muma. Estas son depredadores del tarsonémido P. latus, pero la segunda y la tercera lo son también del tetraníquido T. bastosi (Dos Santos et al., 2007; Sarmento et al., 2011).

Asimismo, las 13 especies de arañas depredadoras encontradas se incluyen en siete familias: Araneidae (Gasteracantha cancriformis (L.) y Micrathena sp.); Eresidae (Stegodyphus sp., depredador del escutelérido S. nobilis); Oxyopidae (Peucetia viridans (Hentz), depredador del pentatómido N. viridula; P. longipalpis F. O. P.-Cambridge y Hamataliwa flebilis F. O. P.-Cambridge); Philodromidae (Apollophanes sp.); Salticidae (especie sin identificar, depredador de ninfas del escutelérido P. klugii; Lyssomanes diversus Galiano y Thiodina sp.); Tetragnathidae (Leucauge sp., depredador del escutelérido C. variabilis) y Thomisidae (especie sin identificar, depredador de ninfas del córido L. zonatus; y Misumenoides sp.). La tercera especie está distribuida en la India; mientras la primera, la segunda, la cuarta, la octava, la oncena y la duodécima se encuentran en Nicaragua; y el resto en México (Grimm y Maes, 1997; Shanker y Dhyani, 2006; Quiroga et al., 2010).

 

Estrategias potenciales para el manejo fitosanitario de las plagas en J. curcas

La estrategia principal para el manejo fitosanitario de las plagas en el piñón es el manejo integrado de plagas "MIP" (Gagnaux, 2009). A continuación se presentan varios ejemplos.

En el caso del crisomélido A. dilutipes, lo primero que se debe tener en cuenta es el manejo de la fecha de plantación (con el objetivo de evadir la emergencia inicial de los adultos); después, la realización de araduras profundas, tomando en consideración la dormancia del estado larval a profundidades considerables en el suelo, para así exponer las larvas a los depredadores, a los rayos solares y al daño físico con los implementos agrícolas. Por otro lado, es posible la utilización de bioplaguicidas de origen botánico, disponibles en las diferentes localidades, específicamente los obtenidos a partir de plantas de la familia Meliaceae que son muy efectivos para el control de los insectos masticadores "como los lepidópteros y los coleópteros"; así como los de origen microbiano a base de Beauveria bassiana (Bals.-Criv.) Vuill. Por último, se recomienda el empleo de plaguicidas sintéticos (convencionales): Carbaryl pH 80 % (a 2 g/l-1 o 0,7 kg ha-1), Cymbush CE 25 % (a 0,5 mL L-1 o 0,2 L ha-1), Basudine CE 60 % (a 2 mL L-1 o 0,7 L ha-1), entre otros.

Para el control del minador de la hoja del piñón se recomiendan el lepidóptero S. thraustica, como medida fundamental, y los plaguicidas químicos Mospilan PS 20 % (a 40 g 100 L de agua-1), Disyston GR 5 % (a 30 g 100 L de agua-1 m-1 de altura del árbol), entre otros. No obstante, Quiroga et al. (2010) informan que existen diversos enemigos naturales de esta plaga que pueden regular sus poblaciones, por ejemplo: cotorritas (Coccinellidae), crisopas (Chrysopidae), chinches asesinas (Reduviidae), avispitas (Encyrtidae), arañas y hormigas depredadoras.

De igual manera, para los hemípteros P. klugii y L. zonatus se sugiere el uso de químicos como medida principal de control, entre ellos: los insecticidas Monarca SE 11,25 % y Karate CE 2,5 % en dosis de 360-500 mL ha-1 (Alfonso, 2008). Sin embargo, es posible utilizar entomófagos como una medida biológica efectiva, según se refirió anteriormente cuando se abordaron los insectos benéficos (depredadores y parasitoides) y las arañas depredadoras hallados en esta recopilación.

No obstante a lo planteado hasta el momento, es evidente que tomar medidas fitosanitarias de manera preventiva, como las que propone Nielsen (2010), resultaría una contribución importante para el manejo de las plantaciones de J. curcas; entre estas medidas se encuentran:

El uso de variedades resistentes o, al menos, la utilización de las plantas como "plantas madre" para la producción de semillas y estacas.

No se debe plantar J. curcas cuando la incidencia de plagas es intensa, sobre todo al final de la temporada de lluvias, cuando la temperatura y la humedad relativa son altas; ya que las tasas de infestación pueden ser superiores años después de ser sembrada la planta.

Para evitar plantaciones densas de J. curcas y brotes masivos de plagas es necesario ampliar el marco de plantación; cultivar en campos pequeños separados y aislados unos de otros en el paisaje; plantar en los bordes, en lugar de en las parcelas; y cultivar la jatropha asociada con otras especies.

Utilizar los bioplaguicidas obtenidos a partir de J. curcas para aplicarlos a las plantas jóvenes, pues es cuando estas poseen una menor concentración de toxinas.

Además, es preciso tener en cuenta que donde se encuentren las plantaciones de J. curcas lo más importante es el manejo agroecológico de esa finca (predio o entidad productiva), ya que ello significa actuar sobre las causas por las cuales los organismos nocivos a las plantas se convierten en plagas y afectan a los cultivos presentes en esta, cada vez que se siembran. De ahí que sea necesario entender que la finca hay que manejarla como un sistema, precisamente para reducir las causas de manifestación de las plagas. Esto resulta básico y constituye una parte importante del éxito en la supresión de plagas, que lamentablemente no es considerado en los sistemas de producción intensivos y mucho menos en los monocultivos (Vázquez, 2011).

 

CONCLUSIONES

De acuerdo con la información recopilada para conformar este artículo, se puede concluir que existe un numeroso grupo de artrópodos asociados al cultivo de J. curcas. De los organismos fitófagos considerados como plagas potenciales, sobresalen los insectos del orden Hemiptera y cuatro especies de ácaros. Entre los benéficos (depredadores, parasitoides y polinizadores, fundamentalmente), resaltan los insectos del orden Hymenoptera, además de cinco especies de ácaros depredadores y las arañas depredadoras de las familias Oxyopidae y Salticidae «con tres especies cada una.

En cuanto a las estrategias de manejo de plagas, se hace un mayor énfasis en las medidas de control químico y en algunas acciones de tipo cultural, lo que indica la importancia de establecer programas de selección de líneas locales (accesiones) y de mejoramiento genético, acordes con su comportamiento y adaptación en las regiones productoras del piñón; la utilización de semillas certificadas; la determinación oportuna del nivel de umbral económico; así como el manejo agroecológico de la finca: desde la nutrición orgánica e inocua (a través de compost, abonos orgánicos y otros de este tipo) hasta la protección fitosanitaria a base de productos biológicos; el control físico, mecánico, cultural y con el empleo mínimo de sustancias químicas convencionales, por ejemplo, solo usar herbicidas al inicio del establecimiento de la plantación en caso de ser necesario.

Por tanto, y teniendo en cuenta estos antecedentes, en Cuba es imprescindible conocer los principales organismos asociados a esta planta de reciente introducción para la producción de aceite y su conversión en biodiesel; y, con base en estas experiencias, incorporar con mayor precisión el componente agroecológico en el manejo de las plagas, y de esa forma lograr el manejo sostenible de tierras, en función del desarrollo socioeconómico del país, con el mantenimiento de las capacidades productivas de los agroecosistemas y su resiliencia.

 

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen la contribución realizada por los doctores en ciencias Jesús Suarez Hernández y Rey L. Machado Castro, en cuanto a la información bibliográfica proporcionada.

 

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Recibido el 30 de enero de 2013
Aceptado el 23 de julio de 2013