Introducción
La planta de morera (Morus alba L.) se utiliza en la medicina tradicional china desde tiempos inmemoriales, debido a su composición química y función farmacológica. Pertenece al género Morus, de la familia Moraceae. Se trata de un árbol caducifolio, de crecimiento rápido. Aunque es originario de Asia, debido a su adaptación a diferentes condiciones climáticas se encuentra también en regiones templadas, subtropicales y tropicales de Asia, Europa, América del Norte y del Sur y África (Jiang y Nie, 2015).
Los frutos de morera se consumen frescos, en forma seca, como mermelada, en jugos y licores. También se emplean en tintes naturales y en la industria cosmética (Imran et al., 2007). El valor calórico de sus frutos es bajo, debido a su escaso aporte de hidratos de carbono. Son ricos en micronutrientes (vitamina C) y compuestos bioactivos, como ácidos orgánicos, compuestos fenólicos, azúcares y otros (Sánchez-Salcedo et al., 2015). Constituyen además, una reserva de sales minerales.
En la actualidad, la búsqueda de fuentes naturales es de gran interés para su utilización como complemento alimenticio y en la industria de la salud. En lo que respecta a esta última, los beneficios que se obtienen por el consumo de frutas se deben a sus compuestos bioactivos, que desempeñan una función provechosa para el organismo, siendo más importantes aquellos que tienen efecto antioxidante (Gundogdu et al., 2011).
El objetivo de este estudio fue determinar las propiedades físicas y la composición bromatológica de los frutos de siete variedades de M. alba.
Materiales y Métodos
Localización. Las muestras de los frutos se recolectaron del banco de germoplasma de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey (EEPFIH), situada a los 22º 48’ y 7’’ de latitud norte y 79º 32’ y 2’’ de longitud oeste, a 19 msnm, en el municipio de Perico, provincia de Matanzas, Cuba.
El suelo de esta región corresponde al tipo Ferralítico Rojo lixiviado (Hernández et al., 2015). La topografía es llana, con pendiente de 0,5 a 1,0 %. La profundidad promedio hasta la roca caliza es de 1,50 m.
En el momento de la recogida de los frutos que se tomaron como muestra, la morera tenía cuatro años de plantada, con densidad de siembra de 0,60 x 1,30 m.
Tratamiento y diseño experimental. Se aplicó un diseño totalmente aleatorizado y se evaluaron siete variedades que constituyeron los tratamientos.
Procedimiento experimental. En lo que respecta al material vegetal, para los ensayos se utilizaron frutos de siete variedades de morera: Yu-12, Yu-62, Universidad, Acorazonada, Nueva, Cubana y Universidad mejorada.
Las plantas se seleccionaron al azar y los frutos se recolectaron manualmente (1 kg) en las primeras horas de la mañana, teniendo en cuenta que no presentaran daños físicos y que no estuvieran contaminados por patógenos. Se guardaron en bolsas de polietileno e inmediatamente se trasladaron al laboratorio para su procesamiento.
Propiedades físicas. Por cada variedad, se tomaron al azar 20 frutos y se realizó la medición del peso, largo, ancho, grosor y número de semillas por fruto.
El peso (g) se determinó en una balanza digital marca Sartorius.
La longitud (cm) y el ancho (cm) se midieron con una regla, y el grosor (cm) se determinó con un pie de rey.
Cada fruto se trituró de forma manual para obtener las semillas y posteriormente se efectuó el conteo.
Composición bromatológica. Se tomó una muestra homogénea de 300 g de frutos de cada variedad y se envió al Laboratorio de Análisis Químico de la EEPFIH, con el propósito de determinar su composición proximal (materia seca, humedad, ceniza, calcio, magnesio, fósforo y fibra bruta), según las técnicas descritas por AOAC (2000). Para la determinación del peso de la muestra se utilizó una balanza analítica de la casa comercial Sartorius.
Análisis estadístico. Se realizó un análisis de varianza (ANOVA) para el procesamiento de los datos, después del cumplimiento de los supuestos de homogeneidad de varianza (test de Levene) y normalidad (Shapiro Wilk). La comparación entre medias se realizó mediante la prueba de comparación múltiple de Duncan (p ≤ 0,05) mediante el paquete estadístico SSPS® Statistics 22.0.
Resultados y Discusión
La caracterización físico-química permite analizar el valor nutricional y la calidad de las frutas y hortalizas. En la tabla 1 se muestran los valores del peso, largo, ancho y número de semillas por fruto para cada una de las variedades. El peso de los frutos varió entre 1,3-3,7 g; el largo entre 1,6-3,0 cm, y el ancho entre 0,8-1,6 cm. El número de semillas por fruto estuvo entre 19,7 y 42,8. La variedad Yu-62 presentó los valores más altos para todas las variables estudiadas, mientras que la Acorazonada mostró los más bajos.
Con respecto a la caracterización físico-química de los frutos de morera, Sánchez-Salcedo et al. (2014), en un estudio desarrollado en España con diferentes clones, informaron que el peso de los frutos de morera varió entre 2,3 y 4,2 g; el diámetro entre 1,3 y 1,6 cm, y la longitud entre 2,0 y 3,0 cm.
Jiang y Nie (2015) analizaron las propiedades físico-químicas de los frutos de morera (M. alba, M. alba var. tatarica y Morus nigra L) en la provincia china de Xinjiang. Estos autores encontraron que las frutas de M. alba presentaron el mayor peso con respecto al resto de las variedades, siendo superior a 3,5 g. Este valor resulta ligeramente inferior a lo informado en estudios realizados en otras regiones de China, en los que la variación del peso de la fruta estuvo entre 1,3-4,8 g (Liang et al., 2012).
Altuntas (2016) realizó un estudio de las propiedades volumétricas y geométricas de los frutos de M. alba en Tokat, Turquía. Este autor obtuvo valores de 1,1 g; 1,6 y 1,0 cm para el peso, largo y ancho del fruto, respectivamente.
En una evaluación del potencial nutracéutico de algunas frutas en Sikkim, Himalaya y la India, Bhutia et al. (2018) informaron que los frutos de M. alba presentaron peso, largo y ancho de 3,47 g, 2,5 y 1,3 cm, respectivamente, con abundante cantidad de semillas por frutos. Estos resultados coinciden con los obtenidos en la presente investigación para las variedades de M. alba.
Se plantea que las propiedades físicas pueden variar, cuando se trata de materiales vegetales diferentes y por la influencia de las condiciones climáticas y nutricionales a que se expone el material vegetal (Imran et al., 2010). En este estudio, las diferencias en las propiedades físicas se deben a que se analizaron variedades diferentes, pues el resto de las condiciones eran homogéneas.
Como parte del análisis proximal (tabla 2), el porcentaje de materia seca, humedad y fibra bruta de las diferentes variedades presentó diferencias significativas para p < 0,05. Los valores variaron entre 13,5-17,5; 82,5-86,5 y 8,1-12,7 %, respectivamente.
Yu-62 mostró mayor contenido de materia seca y fibra bruta y menor humedad, mientras que la variedad Nueva alcanzó el menor porcentaje de materia seca y, por ende, el mayor contenido de humedad. Universidad mejorada presentó menos fibra bruta.
En esta investigación, los valores máximos fueron ligeramente superiores a los informados por Imran et al. (2010) para cuatro especies de M. alba de Pakistán. El contenido de humedad y fibra bruta variaron entre 79,0-82,4 y 0,6-11,8 %, respectivamente. Esta diferencia se atribuye a que se trataba de especies diferentes. No obstante, estos resultados se corresponden con lo obtenido por Liang et al. (2012) en cultivares de morera en Jiangsu, China, y con lo informado por Sánchez-Salcedo et al. (2013) para diferentes clones de morera, en España.
En cuanto a los minerales, el contenido de ceniza varió entre 3,6- 7,1 %. El de calcio, magnesio y fósforo estuvo entre 322,5-356,0; 176,5-201,0 y 40,5-52,5 mg/100 g, respectivamente (tabla 3). La variedad Nueva presentó mayor contenido de fósforo y ceniza. La Universidad mejorada tuvo el porcentaje más alto de calcio y magnesio, ambas con diferencias significativas con respecto al resto.
El contenido de ceniza se corresponde con lo informado por Liang et al. (2012) en un estudio realizado para cultivares de morera en Jiangsu, China. Estos autores refirieron valores entre 3,5 y 6,6 %. Son similares a los obtenidos por Lee y Hwang (2017), quienes describieron que el contenido de ceniza varió entre 4,3 -8,3 %, y disminuyó con el incremento de la maduración de los frutos de M. alba en una región de Corea.
En cuanto al contenido de calcio y magnesio, en el presente estudio, los resultados fueron superiores a los de Jiang y Nie (2015) y Lee y Hwang (2017). Sin embargo, se corresponden con los obtenidos por Sánchez-Salcedo et al. (2015), quienes informaron que los valores de Ca y Mg variaron entre 190-340 y 120-190 mg/100 g, respectivamente, para diferentes clones de esta especie en España.
El contenido de fósforo fue inferior al que refieren Sánchez-Salcedo et al. (2015), pero se corresponde con lo informado por Nurhan et al. (2017) en estudios con frutos de M. alba en dos regiones de Turquía.
La composición mineral de las frutas depende no solo de las especies o variedades, sino de las condiciones de crecimiento, el estado del suelo y las características geográficas. En este estudio, se encontró predominio de Ca, seguido de Mg y P. La presencia de estos minerales convierte a los frutos de morera en un valioso producto hortícola por su rica composición nutritiva, que resulta muy beneficiosa, por lo que se puede considerar la inclusión de estos frutos en cualquier tipo de dieta (Rodrigues et al., 2019).
Conclusiones
La variedad Yu-62 mostró los mayores valores en el peso, largo y ancho de los frutos, así como en el contenido de materia seca y fibra bruta; mientras que la variedad Nueva alcanzó el mayor contenido de P y ceniza. En tanto, la Universidad mejorada presentó el porcentaje más alto de Ca y Mg.