SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.11 issue2Delirio dermatozoo en pacientes con organicidadFactores relacionados con la glucosuria como método de control para la diabetes mellitus author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

My SciELO

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Revista Cubana de Medicina General Integral

Print version ISSN 0864-2125On-line version ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr vol.11 no.2 Ciudad de La Habana Mar.-Apr. 1995

 


Los médicos de la familia y los recursos informativos

José Antonio López Espinosa1 y Soledad Díaz Del Campo2
  1. Licenciado en Información Científico-Técnica. Departamento de Servicios de Información del Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas. Ciudad de La Habana.
  2. Técnica en Bibliotecología Médica. Departamento de Procesamiento de la Documentación del Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas. Ciudad de La Habana.

RESUMEN

Se enfoca objetivamente la experiencia nacional e internacional en el uso de las fuentes y servicios de información por parte de los médicos que se dedican a la atención primaria de salud. Se refieren los requerimientos que se deben cumplir para lograr la formación y educación de los médicos de la familia como usuarios de la información y, en virtud de ellos, se ofrecen algunas soluciones y sugerencias, cuya aplicación puede convertirse en una valiosa contribución al perfeccionamiento cualitativo de la labor asistencial en el marco de la Medicina General Integral.

Palabras clave: MEDICOS DE LA FAMILIA; SERVICIOS DE INFORMACION .

INTRODUCCION

Los médicos que desarrollan su actividad en la esfera asistencial y, sobre todo, los que se ocupan de la atención primaria de salud, constituyen una categoría de usuarios potenciales de la información, cuya significación como tal es mucho mayor de lo que en realidad se aprecia a simple vista.

Si se tiene en cuenta que estos profesionales enfrentan de modo directo y cotidiano los problemas sanitarios y sociales de la comunidad, a la vez que son responsables de la conservación y promoción de la salud de la población que atienden, debe entonces reconocerse también su necesidad de actualización y superación constantes.

Uno de los objetivos de trabajo principales del Viceministerio de Ciencia y Técnica del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), es incidir directamente en los resultados de la investigación, la docencia y la asistencia, y priorizar el subsistema del médico de la familia mediante el incremento de la utilización de los servicios que ofrece el Sistema Nacional de Información de Ciencias Médicas (SNICM).1 Asimismo, como parte de su fortalecimiento, el SNICM contempla entre sus cuestiones más importantes el perfeccionamiento del aseguramiento informativo, además de otras actividades educativas destinadas a lograr en los médicos de la familia (MF) el desarrollo de métodos, hábitos y habilidades permanentes para el uso de la información científica.2

Los elementos que se exponen en el presente trabajo, deben resultar de utilidad para que los residentes y especialistas en Medicina General Integral (MGI) adquieran el nivel teórico elemental que les permita un mejor conocimiento y aprovechamiento de las fuentes informativas que tienen a su disposición, a la vez que constituyen premisas fundamentales para el cumplimiento de los objetivos antes relacionados.

USO DE LA INFORMACION POR LOS ESPECIALISTAS EN MEDICINA FAMILIAR. EXPERIENCIA INTERNACIONAL

Para nadie es un secreto que si los estudiantes, residentes o especialistas en cualquiera de las disciplinas médicas no adquieren y aplican los métodos, hábitos y habilidades necesarias para el uso y consumo de la información, tienen el riesgo de tomar decisiones erróneas en el área asistencial, o de hacer interpretaciones falsas en el área investigativa.3

Sin embargo, se conoce que en varios países europeos como Bulgaria, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Rusia, Suiza y el Reino Unido, los médicos vinculados con la atención primaria de salud dedican la mayor parte de su tiempo a la labor asistencial, por lo que hacen un uso relativamente escaso de la información científica, independientemente de que tienen poca motivación para la lectura. Los que logran adquirir cierto hábito de consultar las fuentes informativas, esperan encontrar respuestas concretas sobre problemas clínicos y prefieren la literatura redactada en su lengua materna, lo cual limita sus posibilidades de acceder a toda la información pertinente a sus necesidades.4

En una nación altamente desarrollada como Estados Unidos, donde la medicina familiar fue la vigésima especialidad médica reconocida desde principios del año 1969,5 se da una situación peculiar. Si bien es cierto que las autoridades de la disciplina en ese país reconocen que la forma en que los médicos tratan a sus pacientes depende en gran medida de la relevancia y validez de la información científica que utilizan para la toma de decisiones clínicas,6 también lo es que los profesionales que se dedican a la medicina familiar consultan con muy poca frecuencia la literatura disponible. Incluso, se ha comprobado que los de atención primaria estadounidenses prefieren el intercambio de experiencias con otros colegas, antes de consultar los sistemas de búsqueda bibliográfica manuales o especializados.7

En los países de menor nivel de desarrollo, se hace el problema aún más agudo, pues en su caso el conocido crecimiento exponencial de la información científica es directamente proporcional a los inconvenientes para acceder a ella.8 Por otra parte, se afirma que las necesidades de información específicas de los profesionales de la salud de los países en vías de desarrollo, son similares a las de sus colegas de las naciones desarrolladas, aunque el inferior nivel de su formación, unida a la falta de recursos y a la carencia de trabajadores de la información capacitados, dan al traste con la adecuada satisfacción de las mismas.9

Esta afirmación es en buena medida discutible, pues se conoce que algunas naciones latinoamericanas han enfrentado tal situación mediante el diseño y la explotación de servicios informativos para mantener un aseguramiento estable de información a los programas de salud priorizados.10,11

LA SITUACION EN CUBA

Si bien no se puede hablar actualmente en Cuba de abundancia de recursos, puede afirmarse que el nivel de formación de sus médicos es comparable con el de muchas naciones desarrolladas, y que la capacitación de sus trabajadores de la información no deja espacio a la duda.

Mundialmente se reconocen los logros de la medicina cubana en muchos renglones importantes, entre los cuales se incluye el Programa del Médico de la Familia como fórmula efectiva para el control, la prevención y el tratamiento de las enfermedades, y como elemento de notable influencia en el perfeccionamiento del Sistema Nacional de Salud (SNS).12

Esta nueva expresión de desarrollo genera a su vez nuevas exigencias, a las que el trabajador de la información debe responder con una estrategia encaminada a la actualización y superación continua de los jóvenes residentes y especialistas en MGI, pues el mismo hecho de que su labor se oriente principalmente a prevenir las enfermedades más que a curarlas, les otorga un sello que los distingue como promotores de la salud, y los presenta al mismo tiempo como consumidores potenciales de una información con determinadas características, que los hace acreedores de una atención especial.

A tal efecto, se han realizado estudios que, en unos casos sugieren métodos para conocer y hacer frente a las necesidades de información específicas de los MF13 y que, en otros casos, ponen de relieve la función que corresponde ejercer en tal sentido a los trabajadores de la información.14

Sin embargo, un experimento llevado a cabo con residentes y especialistas en MGI de los policlínicos "Lawton" del municipio 10 de Octubre y "Robert Zulueta Cayol" de La Habana Vieja, ofreció entre otros resultados, que los MF en general no sabían utilizar y, en muchos casos no conocían las fuentes y servicios de información que tienen a su disposición, además de que no existía una adecuada retroalimentación entre ellos y sus respectivas bibliotecarias.15 En el referido experimento se comprobó que tal irregularidad estaba determinada por 3 factores fundamentales, a saber, la falta de formación y educación de los MF como usuarios de la información; la deficiente consagración de las bibliotecarias a esta labor; y el escaso apoyo de los Vicedirectores Docentes en tal sentido.

LA SOLUCION DEL PROBLEMA

Para hacer frente a las dificultades observadas y eliminar sus causas, se estableció un plan de acción, en coordinación con las autoridades de la Sociedad Cubana de Medicina Familiar (SOCUMEFA) y el frente de metodología de la información cientificotécnica de la Dirección Provincial de Salud de Ciudad de La Habana.

En primera instancia se ofrecieron a las bibliotecarias de todos los policlínicos docentes de la capital 2 cursos de 1 semana de duración durante los meses de junio y octubre de 1994, en los cuales recibieron estas profesionales un adiestramiento teórico-práctico acerca de las necesidades informativas de los MF y el modo más eficiente de satisfacerlas.

Por otra parte, a partir de septiembre de 1994 se organizaron y celebraron en cada municipio capitalino encuentros-talleres sobre informática e investigación con 2 sesiones de trabajo, dirigidos a los MF, vicedirectores docentes, bibliotecarias y dirigentes territoriales de la SOCUMEFA, y cuyo objetivo fundamental fue brindar elementos básicos sobre el uso de las fuentes y servicios de información y sobre la preparación de trabajos científicos destinados a la publicación.

Estos encuentros, calificados de muy fructíferos por sus beneficiarios, dieron lugar a amplios y activos debates que, a su vez, generaron acuerdos que permiten garantizar un trabajo sistemático y sostenido de superación de los MF como usuarios de la información. Entre los acuerdos más significativos de estas reuniones se destacan:

  1. La creación de un centro de referencia en cada municipio en materia de información científica.
  2. La responsabilidad de las autoridades de la SOCUMEFA y de la actividad científico-informativa a nivel provincial para garantizar que cada centro de referencia cuente con el equipamiento técnico necesario, el personal de información-documentación idóneo y las colecciones completas como condiciones indispensables de su buen funcionamiento como tales.
  3. La responsabilidad de las bibliotecarias en mantener la labor de educación a usuarios con los MF de sus respectivos policlínicos.

CONSIDERACIONES FINALES

Precisar las necesidades informativas y establecer lineamientos para una diseminación organizada y eficiente de la información, dista mucho de ser una actividad sencilla y requiere un alto nivel técnico y habilidades específicas, si se desea lograr resultados aceptables.16

Además de esta observación, hay que considerar que ya desde el siglo pasado se manejaba el criterio de que una biblioteca, además de prestar libros, debía suministrar información secundaria y hacer resaltar la importancia de otros materiales.17

Las bibliotecas médicas, específicamente, deben brindar una positiva contribución al cuidado de los pacientes, además de atesorar un material considerable en favor de la educación continuada de los médicos, tan necesaria para poder resolver los problemas que se les presentan en la práctica diaria.18

A partir de estos criterios y, en virtud de que una de las tareas fundamentales de los profesionales de la información es la formación y educación de sus usuarios en la utilización de los recursos informativos, se han emitido algunos criterios que permiten diagnosticar la situación de esos recursos ante los médicos que se dedican a la atención primaria, y se han ofrecido algunas soluciones y sugerencias, cuya aplicación puede ser provechosa para enfrentar el problema a nivel nacional.

SUMMARY

We make an objective an objective approach of our experiencies adn those attained in other countries regarding the use of information services and resources made by general practitioners. We describe a number of requisites needed for the formation and training of family doctors as information users and thus, offer solutions and suggestions which could contribute greatly to improve the quality of primary health care services.

Key words: PHYSICIANS, FAMILY; INFORMATION SERVICES.
 

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License