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Revista Cubana de Medicina General Integral

On-line version ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr vol.13 no.2 Ciudad de La Habana Mar.-Apr. 1997

 

 

Caracterización psicofuncional de pacientes con estrés familiar

Odalys García Montes,(1) Pedro Ibrahim González Villarrubia,(2) Alberto Orlandini Navarro(3) y Ramón Maurisset Moráguez(4)

RESUMEN: Se hizo un estudio de 150 pacientes con crisis familiares, pertenecientes al área de salud del poblado de Boniato, en el municipio Santiago de Cuba. El funcionamiento familiar disfuncional predominó en los casos de familias extensas, la mayoría de ellas con estilo de vida nocivo. La familia y la pareja fueron las redes de apoyo más utilizadas; razón por la cual se recomienda promover en la comunidad, mediante la valoración de las dinámicas familiares, el uso adecuado de las redes de apoyo social como potentes amortiguadores del estrés.

Descriptores (DeCS): FAMILIA; ESTILO DE VIDA; ESTRES PSICOLOGICO/FISIOPATOLOGIA; ATENCION PRIMARIA DE SALUD; SALUD MENTAL; MEDICOS DE FAMILIA.

Introducción

La tendencia de la investigación y la intervención en la familia como grupo social se contrapone a una larga tradición epidemiológica, que considera a la familia sólo en sus aspectos patogénicos, desde la perspectiva del contagio, de su incapacidad para combatir la enfermedad, o de ambas cosas, cuando en realidad esa tendencia debe incluir también la dinámica de los conflictos emocionales de la familia, la dimensión de la dicotomía de salud-enfermedad mental, o los equivalentes de este último aspecto: los desajustes que no llegan a constituir un trastorno mental, sino crisis familiares.

Nuestro enfoque es el diagnóstico en el ámbito familiar ante el estrés de la vida cotidiana, las alternativa de la población desde el sistema médico formal hasta las redes de apoyo social. En esta nueva mirada, tomamos operativamente el concepto de crisis familiar como los cambios y transformaciones en las distintas etapas del desarrollo, que denotan circunstancias negativas, traumáticas o penosas y también cualquier variación negativa o positiva.1

Método

Se realizó un estudio descriptivo y transversal de 150 pacientes de los sectores 40 y 40 A del área de salud de Boniato, en Santiago de Cuba, que presentaron trastornos psicológicos por crisis familiares. Cada uno de ellos fue seleccionado como miembro nuclear de su familia y se tuvo en cuenta que hubiera asistido, cuando menos, a una consulta por esa causa. Las encuestas individuales estuvieron siempre a cargo de los autores.

El funcionamiento familiar se evaluó por medio del Apgar familiar.

Se catalogaron como estrés agudos los que ocurrían en un período de 3 a 6 meses, y crónicos, de 6 meses a un año. La estructura de la familia se clasificó según los criterios de la Organización Mundial de la Salud, mientras que el estilo de vida se concibió según Bibeau,2 quien plantea que éste tiene 3 dimensiones:

Social: Consideraciones sobre la modalidad de organización social.

Material: Incluye los siguientes elementos: estado de la vivienda y condiciones tecnológicas en el medio doméstico.

Modos de vida: Ritmos biológicos (dieta, hábitos tóxicos, ocupación y empleo del tiempo libre, entre otros). Este indicador lo dividimos en:

  1. Saludable: Incluye 6 horas de sueño diarias, 8 horas de trabajo o estudio, vivienda con alcantarillado, acueducto, uso de los fines de semana en distracciones o actividades sociales, visita a amigos o familiares; consumo de hasta 2 copas de vino, una botella de cerveza o un trago de bebida fuerte; ausencia de hábito de fumar y práctica de ejercicios físicos 5 días a la semana.
  2. Nocivo: Menos de 6 horas de sueño diario, más de 10 horas de trabajo o estudio diariamente, vivienda en condiciones regulares con hacinamiento por habitaciones, no distracciones semanales, consumo de bebidas alcohólicas los fines de semana, hábito de fumar y ausencia de prácticas de ejercicios físicos sistemáticamente.
  3. Gravemente nocivo: Las categorías excluidas de las anteriores.

Red de apoyo social: Son los individuos o instituciones que el individuo utiliza a lo largo de su vida (cotidianamente) para enfrentar las situaciones de emergencia y que están formadas por la familia, los amigos, los conocidos, los compañeros de trabajo, los colegas, las personas de la comunidad y los miembros de las instituciones educacionales, asistenciales y comunitarias.3

Los datos fueron procesados con las pruebas estadísticas convencionales; Kolmogorov-Smirnov y chi cuadrado.

Resultados

En la tabla 1 se aprecia que el estrés crónico predominó en el funcionamiento familiar moderamente funcional y gravemente disfuncional, respectivamente, así como en la serie en total, pues afectó a más de la mitad de los pacientes. Entre las manifestaciones clínicas más frecuentes de estrés figuraron: ansiedad en 56 (37,3 %), cefalea en 47 (31,4 %), irritabilidad en 45 (30,7 %), exceso o defecto de sueño en 41 (24,7 %) y tristeza en 32 (21,4 %).

TABLA 1. Distribución del tiempo de acción del estrés en relación con el funcionamiento familiar

 

Funcionamiento familiar

 

Altamente funcional

Moderadamente funcional

Gravemente disfuncional

Total

Tiempo de acción del estrés

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

Agudo

15

37,5

5

7,9

2

4,2

22

14,7

Subagudo

11

27,5

20

31,8

6

12,8

37

24,6

Crónico

14

35,0

38

60,3

39

83,0

91

60,7

Total

40

100,0

63

100,0

47

100,0

150

100,0

p:0,000001; p<0,05

Observe en la tabla 2 que la red de apoyo familiar ocupó el primer lugar, seguido por el de la pareja, mientras que el de los médicos de la familia representó el porcentaje más bajo.

TABLA 2. Distribución de la red de apoyo social según el sexo

 

Masculino

Femenino

Total

Red de apoyo 

No.

%

No.

%

No.

%

Profesionales relacionados con el conflicto

3

6,9

 

 

3

2

Familia

22

51,1

62

57,9

84

56,00

Pareja

13

30,3

39

36,5

52

34,67

Amigos

4

9,3

 

 

4

2,67

Vecinos

1

2,3

4

3,7

5

3,33

Médicos de la familia

 

 

2

1,9

2

1,33

Total

43

100,0

107

100,0

150

100,00

p<0,05

En nuestra casuística, el estilo de vida en el sexo masculino fue saludable en 1 (2,3 %), nocivo en 12 (27,9 %) y gravemente nocivo en 30 (69,7 %); en tanto que en el femenino, lo primero se encontró en 9 (8,4 %), lo segundo en 65 (60,7 %) y lo tercero en 33 (30,8 %). Este hallazgo resultó ser estadísticamente significativo (p < 0,05).

Advierta en la tabla 3 la primacía del funcionamiento familiar moderada mente funcional en los núcleos de hasta 3 miembros, del altamente funcional en los de 4 a 6 y del altamente disfuncional en los de más integrantes.

TABLA 3. Distribución del número de personas en el núcleo familiar en relación con el funcionamiento familiar

 

Funcionamiento familiar

 

Bueno

Regular

Malo

Total

No. de personas

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

0-3

15

37,5

25

39,6

15

31,9

55

36,7

4-6

24

60,0

32

50,7

19

40,4

75

50,0

7-9

1

2,5

4

6,3

7

14,8

122

8,0

10 ó más

 

 

2

3,1

6

12,7

8

5,3

Total

40

100,0

63

100,0

47

100,0

150

100,0

p<0,05

En la tabla 4 se muestra que el funcionamiento altamente funcional y moderadamente funcional prevaleció en la familia nuclear.

TABLA 4. Distribución del funcionamiento familiar en relación con la estructura familiar

Funcionamiento familiar

Nuclear

Extensa

Ampliada

Total

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

Bueno

31

38,2

9

13,6

 

 

40

26,7

Regular

36

44,5

27

40,9

 

 

63

42,0

Malo

14

17,2

30

45,4

3

100,0

47

31,3

Total

81

100,0

66

100,0

3

100,0

150

100,0

p<0,05

Discusión

En estudios similares al nuestro, se plantea que el buen funcionamiento familiar está relacionado con una conveniente integración de la familia, adecuada autoestima y sistemas de apoyo social, así como también que los estrés crónicos son los que ejercen peores efectos a largo plazo, aunque dependen de la capacidad de adaptación.

La red de apoyo más utilizada resultó ser la familia, lo cual ocurre en casi todas las sociedades.1,4 Pues esta última es un sistema llamado a satisfacer las demandas de todo tipo, mientras que el matrimonio deviene el controlador de las crisis familiares.5

A nuestro juicio, en el sexo femenino el estrés se expresa en la esfera afectiva, en tanto que en el masculino lo hace en la conductual; diferencia ésta que probablemente se basa en patrones culturales.

El predominio del funcionamiento familiar altamente disfuncional en nuestra casuística, lo atribuimos al hecho de que es más difícil lograr una mayor organización de los roles familiares cuando se trata de un núcleo integrado por numerosos miembros.

En cuanto a la preponderancia del funcionamiento altamente y moderadamente funcional en la familia nuclear, se puede decir que ello es el resultado de que el ambiente nuclear, según Fleck,6 "retiene todo lo bueno y elimina todo lo malo". Se ha comprobado que el desarrollo de la personalidad del niño depende de la estructura familiar y que el mayor equilibrio psicológico se logra en las familias nucleares.4

SUMMARY: 150 patients with family crises from the health area of the village of Boniato, in the municipality of Santiago de Cuba, were studied. The abnormal family functioning predominated among the large families. Most of them had a noxious life style. The family and the couple were the most used supporting networks. Therefore, it is recommended to promote in the community the adequate use of the social supporting networks as powerful stress reducers by assessing family dynamics.

Subject headings: FAMILY; LIFE STYLE; STRESS, PSYCHOLOGICAL/physiopathology; PRIMARY HEALTH CARE; MENTAL HEALTH; PHYSICIANS, FAMILY.

Referencias bibliográficas

  1. Ruiz G. La familia: estructura, funciones, Apgar familiar. Rev Cubana Med Gen Integr 1990;6(1): 58-7.
  2. Bibeau GD, Pedersen D, Fuentes G. Docu mentos de referencia para el grupo de trabajo. Estilos de vida y sistemas de trabajo. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1985:83-4.
  3. Lolas SF, Florenzano R, Gyamartic G, Trejo MC. Ciencias Sociales y Medicina. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1991: 110-4.
  4. Morales A. El estrés psicológico en el riesgo de enfermar. Su atención en el nivel primario. Rev Cubana Med Gen Integr 1991;7(1):27- 47.
  5. Pérez C. Crisis familiares no transitorias. Rev Cubana Med Gen Integr 1992;8(2):144-51.
  6. Stephen F. Familia y psiquiatría. En: Kaplan HI, Sadock BJ. eds. Tratado de psiquiatría. La Habana: Ed. Científico-Técnica, 1986;t 1:445-7.

Recibido: 25 de marzo de 1996. Aprobado: 20 de enero de 1997.

Dra. Odalys García Montes. Policlínico del poblado de Boniato, Santiago de Cuba, Cuba.

(1) Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Policlínico del poblado de Boniato. Santiago de Cuba.

(2) Especialista de I Grado en Psiquiatría. Policlínico del poblado de Boniato. Santiago de Cuba.

(3) Especialista de II Grado en Psiquiatría. Policlínico del poblado de Boniato. Santiago de Cuba.

(4) Licenciado en Física. Programador en Computación. Policlínico del poblado de Boniato. Santiago de Cuba.

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