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Revista Cubana de Medicina General Integral

On-line version ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr vol.23 no.1 Ciudad de La Habana Jan.-Mar. 2007

 

Página cultural

Personajes célebres y enfermedad. Mozart y las causas de su muerte

Miguel Lugones Botell1

Wolfgang Amadeus Mozart, insigne músico y compositor del período clásico, nació en la tarde del domingo 27 de enero de 1756 en Salzburgo y murió en Viena el 5 de diciembre de 1791.1,2 Fue el último hijo de Leopold Mozart, conocido violinista y compositor que trabajaba en la orquesta de la corte del arzobispo de Salzburgo. Wolfgang mostró talento musical a muy temprana edad, componiendo sus primeras obras cuando tenía 5 años y tocando teclado frente al elector de Bavaria y la emperatriz austriaca cuando tenía 6. Su padre sintió apropiado, así como beneficioso, exhibir el genio divino de sus hijos (María Anna, "Nannerl", también era una talentosa intérprete de teclado), así que a mediados de 1763 la familia inició una gira que les llevó a París y Londres, pasando por diversas cortes en el camino. Mozart sorprendió a las audiencias con sus precoces dotes, tocó ante las familias reales francesa e inglesa, publicó sus primeras obras y escribió sus primeras sinfonías.2

A la edad de 3 años comenzó el estudio de la música; a los 7 publicó sus primeras composiciones, y a los 12 escribió su primera ópera. Recorrió las principales cortes de Europa, y en todas fue colmado de honores y gloria. En 1779 fue nombrado maestro de capilla de la catedral de Salzburgo, puesto que se vio obligado a dejar un tiempo después, sin que durante el resto de su vida lograse un cargo estable ni una base fija para desenvolverse económicamente.

Dotado de una fecundidad sin igual, dejó producciones en todos los géneros: misas, entre ellas la de “Réquiem”, que le ocupó en los últimos días de su vida, y otras producciones religiosas; óperas, entre las que figuran “Idomeneo”, “El rapto del Serrallo”, “Las bodas de Fígaro” (1786), “Don Giovanni” (1787), “Titus y la flauta mágica”(1791); música vocal de concierto y canciones, que se cuentan por docenas; música orquestal, donde solo las sinfonías ascienden a la cifra de 49, y las canciones y serenatas a 31; conciertos de piano, violín y otros instrumentos con orquesta; 7 quintetos y 26 cuartetos de arco; 42 sonatas de violín; 17 sonatas; 15 temas variados y otras obras más para piano; 15 sonatas para órganos; etc. Este artista está situado entre Bach y Beethoven. Suavidad y tersura son los rasgos fundamentales de su producción, sin que por eso queden excluidos lo monumental ni lo patético. Sus innovaciones afectaban a ciertos rasgos armónicos y muy especialmente a la instrumentación. Como ha dicho Mottl, Mozart “enseñó a hablar a los instrumentos de la orquesta y les dio un alma”. 3

En el momento de su temprana muerte, el 5 de diciembre de 1791, a los 35 años, había escrito 626 composiciones, incluyendo 22 óperas (algunos citan 23), 1,3 20 misas, 49 sinfonías, 66 arias, 27 conciertos para piano, y un largo etcétera. Cuando un hombre ha tenido una vida excepcional se tiende a imaginar que su muerte no puede ser común, más aún cuando está envuelta de enigmas, como es su caso. No es extraño que ello haya despertado el interés médico por conocer las verdaderas causas de su muerte.3

En los últimos años de la vida de Mozart su penuria económica era tan grande que tuvo que pedir frecuentes préstamos a amigos y benefactores. Constituyó un ejemplo más, de tantos, de grandeza ligado a la pobreza...Por ello, su funeral fue el más barato posible y fue enterrado en la fosa común del cementerio sin una lápida. En esa época los cuerpos se enterraban, junto con otros, en dos capas, que se cubrían con cal. Posteriormente las tumbas se reabrían y se añadían nuevas capas de cadáveres, sin que se realizase ninguna anotación sobre los allí enterrados. De ahí la imposibilidad de encontrar y estudiar sus restos.4,5

Existen descripciones escritas sobre los males y síntomas que le afectaron en la última etapa de su vida, cuya interpretación ha dado lugar, hasta ahora, a la elaboración de unas 150 hipótesis diferentes y múltiples especulaciones respecto a las causas de su muerte.5 Estos aspectos fueron analizados con detalles por la doctora Faith Fitzgerald de la Universidad de California, en Davis.5

Su último episodio de enfermedad comenzó el 20 de noviembre de 1791, con fiebre alta, dolor de cabeza, sarpullidos cutáneos, dolor e inflamación en brazos y piernas, irritándole fuertemente el canto de su canario preferido. La semana siguiente sufre de vómitos y diarreas e hinchamiento corporal, necesitando ayuda para sentarse en la cama. Y el proceso sigue deteriorándose, permaneciendo consciente hasta la noche del 4 de diciembre, cuando comenzaron sus delirios y entró en la situación de coma que desemboca en su muerte, que sus médicos atribuyeron a una "severa fiebre miliar", un concepto vago e impreciso.5

Una de las hipótesis más difundidas y populares fue la de su envenenamiento, debido a la envidia, achacando la autoría al compositor Antonio Salieri.3 Constanza, la viuda de Mozart, llegó a tener sospechas al respecto; y, cuando Salieri en 1823 desarrolló una demencia senil, llegó a autoinculparse del envenenamiento de Mozart.6 Sin embargo, con los datos disponibles, no existe una base científica que avale esa posibilidad, mientras que del resto de más de un centenar de causas manejadas, las más adecuadas parecen ser las defendidas por la doctora Fitzgerald, y la más reciente, elaborada por el doctor Jan Hirschmann, recién publicada en la prestigiosa revista médica Archives of Internal Medicine. Veamos:

Fiebre reumática. Este fue el diagnóstico alcanzado por la doctora Fitzgerald ante los 300 profesionales participantes en la conferencia anual a la que nos referíamos con anterioridad. Los síntomas podrían apuntar, en principio, a 3 direcciones: enfermedad hepática, enfermedad renal y fallo congestivo cardíaco. La enfermedad hepática la descartó al no existir signos de ictericia. Tampoco existen sospechas sobre disfunciones renales en el compositor, y las enfermedades renales avanzadas suelen ocasionar delirios en etapas más previas de la enfermedad. El fallo cardíaco debido a la fiebre reumática sería el candidato ideal.5

Un estetoscopio lo podría haber confirmado, pero su invención tuvo lugar transcurridos más de 25 años después de la muerte de Mozart. También hubiera sido acertado si un médico hubiese aplicado su oído al pecho del paciente para analizar sus latidos cardíacos. Pero es comprensible que ello no ocurriera con un paciente febril, vomitando, lleno de sarpullidos.

La fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria que afecta a articulaciones y al corazón y tiene lugar por una fuerte reacción del sistema inmune ante las bacterias estreptocócicas infectantes. En la época de la muerte de Mozart se ha señalado que una epidemia, posiblemente de fiebre reumática, castigó fuertemente Viena. Y las investigaciones de la doctora Fitzgerald le revelaron que Mozart había sufrido, al menos, 2 episodios de fiebre reumática en su infancia y que la descripción de sus padecimientos crónicos indicaba infecciones de garganta y tonsilitis frecuentes, indicadoras de que tenía una infección estreptocócica recurrente que le ocasionaba una predisposición a los fallos cardíacos. El hinchamiento corporal del compositor se causaría por una carditis o inflamación cardiaca, incluso la petición de que sacasen de la habitación a su canario cantor se interpreta fácilmente por el hecho de que la irritabilidad es uno de los síntomas clásicos de la fiebre reumática

Triquinosis. El doctor Jan Hirschmann, perteneciente al Centro Médico de Asuntos del Veterano en la ciudad estadounidense de Seattle, ha presentado pruebas que podrían demostrar que el famoso compositor austríaco Wolfgang Amadeus Mozart pudo morir después de haber ingerido una carne de cerdo que estaba poco cocida y con gusanos. La ingestión de este alimento en mal estado provocó en el músico la aparición de una enfermedad llamada triquinosis, cuyos síntomas son fiebre, picores, dolores en todas las extremidades e hinchazón, síntomas que sufrió Mozart. Para justificar esta teoría, Hirschmann presenta como prueba una carta que Mozart envió a su esposa unos días antes de empezar a sentirse enfermo. En esta carta, el autor dice textualmente “¿Qué huelo?... ¡Chuletas de cerdo! ¡Qué gusto! Como a tu salud". En esta frase, escrita por Wolfgang Amadeus Mozart a su esposa, 44 días antes de su muerte, han encontrado otros investigadores médicos la pista para diagnosticar, correctamente, la probable causa de su temprano fallecimiento. La triquinosis suele ser ocasionada por carne de cerdo infectada por triquina y no suficientemente cocinada. Su período de incubación es de hasta 50 días y podría explicar todos los síntomas de Mozart, es decir, fiebre, sarpullidos, dolor en los miembros e inflamación. Así lo opina el doctor Jan Hirschmann, especialista en enfermedades infecciosas del Centro Médico de Veteranos de Seattle, USA. Sin embargo, otras teorías apuntan a que Mozart realmente murió de neumonía y complicaciones del corazón, síntomas que Hirschman también asocia a la triquinosis; las complicaciones de la triquinosis suelen incluir neumonías y problemas cardíacos, lo que ha sido la base de otras teorías alternativas. El doctor Hirschmann también cree que era precisamente la triquinosis la enfermedad epidémica no especificada que afectaba a la ciudad de Viena por esos tiempos.5

Cabe recordar que la triquinosis no fue caracterizada hasta el año 1800, cuando se produjeron varios brotes mortales de la enfermedad en Europa, lo que llevó a desarrollar medicamentos eficaces contra el parásito causante de la enfermedad.

En cualquier caso, lo que nunca dispondrán los actuales o futuros investigadores será de ningún resto biológico procedente del cadáver de Mozart. Por ello, de acuerdo con lo escrito al respecto por la doctora Fitzgerald, "quien únicamente conozca con certeza de lo que murió Mozart puede que sea el coro celestial que estaba a la espera de recibir a alguien con suficiente mérito para ser merecedor de compartir su gloria". 5

A escala mundial se celebró en el año 2006 los 250 años que nos separan del nacimiento del genio salzburgués.1 Hay en el mundo un festín de gratitud global del que no se sustrae Cuba.7 Ironías para la pobreza, los olvidos y las injusticias en la historia de personajes célebres y éxitos para la grandeza. Sirvan estas breves líneas también de reconocimiento a este grande de la música clásica internacional, que como muy bien se ha dicho, sin su existencia, hoy la humanidad estaría un poco más triste.7

Referencias bibliográficas

1. De la Hoz P. A las puertas del año Mozart. Periódico Granma. 27 de diciembre, 2005:6.

2. Wolfgan Amadeus Mozart. Disponible en URL: http://es.wikipedia.org/wiki/Mozart

3. Diccionario enciclopédico. Madrid. Tomo IX. 2da. ed. Salvat Editores SA; 1954.p.626.

4. Biografía de Mozart. Disponible en URL: http://www.webpersonal.net/mozart/cast/biografia.htm

5. Lozano Teruel JA. Mozart, cuarteto de cuerdas, con autopsias. Disponible en: http://servicios.laverdad.es/cienciaysalud/3_2_9.html

6. Madridejos A. Saliere no fue el asesino. Disponible en: http://www.webpersonal.net/mozart/cast/causas_m.htm

7. Luque Álvarez L. ¡Felicidades, Mozart! En: Periódico Juventud Rebelde, 5 de febrero de 2006:3.

Recibido: 15 de febrero de 2006.    Aprobado: 27 de julio de 2006.
Dr. Miguel Lugones Botell. Policlínico Docente “26 de Julio”, municipio Playa, Ciudad de La Habana, Cuba. E mail: lugones@infomed.sld.cu

1Especialista de II Grado en Ginecología y Obstetricia. Profesor Auxiliar.

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