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Educación Médica Superior

versión On-line ISSN 1561-2902

REMS vol.37 no.1 La Habana ene.-mar. 2023  Epub 01-Mar-2023

 

Artículo de posición

Historia de vida del Dr. C. Oscar B. Alonso Chil, ejemplo para la educación médica cubana

Life history of Ph.D. Oscar B. Alonso Chil, a role model for cuban medical education

0000-0003-2589-7937Ildre Dávila Rodríguez1  , 0000-0002-4704-6124Ariadna González Martín1  *  , 0000-0002-2944-3257Elizabeth Azopardo Núñez1 

1Universidad de Ciencias Médicas, Facultad de Ciencias Médicas “10 de Octubre”. La Habana, Cuba.

RESUMEN

Introducción:

El Dr. C. Oscar B. Alonso Chil (1930-2021) formó parte de los médicos que permanecieron en Cuba después del triunfo de la Revolución. Fue fundador de servicios de asistencia en medicina interna y geriatría, y realizó importantes contribuciones a la docencia médica.

Objetivo:

Exponer la trayectoria de Oscar B. Alonso Chil como médico y docente de la medicina cubana revolucionaria, a través de su historia de vida.

Métodos:

Se realizó un estudio de tipo descriptivo y de corte cualitativo, donde se utilizó la técnica de la historia de vida, centrada en el aspecto profesional. Para ello se hizo una entrevista semiestructurada al testimoniante como fuente fundamental de información. Se validó el testimonio oral mediante la revisión de la documentación oficial en su expediente docente y la literatura científica existente relacionada con el tema, además de entrevistas a sus alumnos y compañeros de trabajo.

Desarrollo:

Se constató que fundó servicios; organizó la actividad docente; realizó tutorías, publicaciones y asesorías; y fue miembro de tribunales y consejos científicos. Cada una de sus actividades las desempeñó con gran compromiso e incondicionalidad a su profesión, lo cual le generó mucha satisfacción con la vida. Llegó a ostentar las más altas distinciones por su trabajo: Especialista de Segundo Grado en Medicina Interna, y Profesor Titular, Consultante y de Mérito de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.

Conclusiones:

Oscar B. Alonso Chil contribuyó al desarrollo de la medina interna en Cuba en la etapa revolucionaria. Este profesor representa un modelo para los estudiantes de ciencias médicas por su prestigio profesional y científico.

Palabras-clave: Dr. C. Oscar B. Alonso Chil; medicina interna; formación y educación médica; profesor de mérito

ABSTRACT

Introduction:

Ph.D. Oscar B. Alonso Chil (b. 1930-d. 2021) was one of the physicians who stayed in Cuba after the triumph of the Revolution. He was a founder of the healthcare services for internal medicine and geriatrics, and made important contributions to medical teaching.

Objective:

To present the professional career of Oscar B. Alonso Chil as a physician and teacher of revolutionary Cuban medicine, through his life history.

Methods:

A descriptive and qualitative study was carried out, using the life history technique, focused on the professional aspect. For this purpose, a semistructured interview was conducted with the testimony witness as a fundamental source of information. The oral testimony was validated by reviewing the official documentation in his teaching file and the existing scientific literature related to the subject; in addition to interviews with his students and coworkers.

Development:

It was observed that he founded services, organized the teaching activity, supervised research, made publications and consultancies, and was a member of scientific boards and councils. He performed each of these activities with great commitment and unconditionality to his profession, which gave him great satisfaction with life. He achieved holding the highest distinctions for his work: second-degree specialist in Internal Medicine, as well as Full Professor, Faculty Consultant and Emeritus Professor of the University of Medical Sciences of Havana.

Conclusions:

Oscar B. Alonso Chil contributed to the development of internal medicine in Cuba during the revolutionary period. This professor represents a role model for students of medical sciences due to his professional and scientific prestige.

Key words: Ph.D. Oscar Alonso Chile; internal medicine; medical training and education; Emeritus Professor

Introducción

El Dr. C. Oscar Berto Alonso Chil (1930-2021) está considerado un fundador de la medicina y la docencia médica revolucionaria. Fue uno de los 3000 médicos que no abandonaron el país en los primeros años la Revolución. En 1959 ya tenía experiencia docente y clínica, y se incorporó rápidamente a la formación de nuevos profesionales. Durante su vida profesional alcanzó la condición de Especialista de Segundo Grado en Medicina Interna, y de Profesor Titular, Consultante y de Mérito de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.

La historia de la medicina en Cuba después de 1959 es un área del conocimiento que requiere un mayor número de publicaciones. Las distintas especialidades, principalmente la atención primaria, han aportado una serie de artículos en los últimos años: acerca del Dr. Gregorio Delgado, “Sobre la historia de la atención primaria en Cuba” (2008) y del Dr. C. Francisco Rojas Ochoa, “La atención primaria de salud en Cuba, 1959-1984” (2005). En la parte clínica se puede ubicar el trabajo del Dr. C. Espinosa Brito y del Dr. Pino Blanco con “Apuntes sobre la medicina interna y los internistas en Cienfuegos” (2017); así como la historia de vida, “Dr. Ángel Fernández Vila: Medicina y Revolución” (2018), publicada por la MSc. Ildre Dávila Rodríguez. En general, se trata de publicaciones científicas dispersas.

La investigación realizada permitió construir la historia de vida del Dr. Alonso Chil, formador de las nuevas generaciones de médicos, y modelo de incondicionalidad a la enseñanza y la investigación de la medicina. Sus logros y reconocimientos fueron el resultado de mucho esfuerzo personal y de una labor creadora, dedicada al perfeccionamiento del proceso docente educativo y al desarrollo de las ciencias médicas en Cuba. Sus propias palabras confiesan su satisfacción profesional: “Toda la vida yo hubiera estudiado medicina porque me he sentido muy feliz, uno se siente muy útil. La medicina es algo que te lleva […]” (Entrevista inédita a Dr. C. Alonso Chil, 2020).

Este tipo de estudios contribuye a la construcción del conocimiento histórico sobre la medicina y la formación médica; en este caso, específicamente, en la etapa revolucionaria. La Historia, como ciencia, responde a una explicación de los sucesos de otros tiempos desde el presente y, a su vez, es la búsqueda de los humanos para comprender su hoy desde el acontecer pasado.1

También, desde el punto de vista educativo, los resultados obtenidos tienen gran utilidad en las aulas universitarias para la formación integral de los alumnos de ciencias médicas. El ejemplo de estos docentes sirve de modelo a las nuevas generaciones para favorecer su formación de valores patrióticos e identitarios. Está demostrado que existe una férrea y directa relación entre enseñanza de la historia y creación de identidades;2 asimismo, que hay que consolidar el desarrollo de actitudes éticas de la profesión mediante la identificación con las cualidades positivas de sus profesores.

La naturaleza cualitativa del proceso investigativo, donde el testimonio y la vivencia desempeñan un papel protagónico, hace muy emotivo, y por tanto movilizador, la trasmisión del conocimiento sobre la obra de los docentes. De acuerdo con la práctica de la profesora Olga Lydia Paz Figueroa, para la formación patriótica, el estudiante debe confirmar en la práctica la experiencia personal en la defensa de la patria. Por ello, el testimonio constituye un medio eficaz, fundamentalmente, si es afín con el objeto de la profesión que estudia.3

El objetivo de la investigación fue exponer la trayectoria del Dr. C. Oscar B. Alonso Chil como médico y docente de la medicina cubana revolucionaria, través de su historia de vida.

Métodos

El estudio fue de tipo descriptivo y corte cualitativo. Se utilizó como metodología la historia de vida, la cual resultó muy útil para determinar acercamientos a las problemáticas cotidianas.4Macías5 definió este método como “relato autobiográfico que recorre el curso vital de una persona. Los acontecimientos significativos reconstruidos son vivencias únicas y personales que han dado valor único a la existencia del protagonista”. En este caso, el estudio se concentró en la trayectoria profesional del doctor como testigo y partícipe del proceso histórico de desarrollo de la medicina cubana en la etapa revolucionaria.

El proceso de construcción de una historia de vida comenzó con la entrevista, la cual estuvo metodológicamente dirigida hacia la comprensión de las perspectivas de los informantes de sus vidas, experiencias o situaciones, tal como las expresaron sus propias palabras.6 Se realizó una entrevista semiestructurada al Dr. Alonso Chil, como fuente primaria de información sobre su vida, con el fin de obtener su testimonio y sus vivencias personales sobre los acontecimientos que él consideró más transcendentes.

Macías5 insistió en la necesidad de la verificación y concordancia de los hechos narrados, por medio de datos aportados por otros métodos de registro y con material proporcionado por otras personas que conocen al individuo, y los lugares y acontecimientos descritos. Por ello se contrastó la información oral con fuentes documentales: se consultó la documentación oficial sobre su trayectoria profesional en los archivos del Departamento de Personal y Cuadros, del Hospital Clínico Quirúrgico “10 de Octubre” y la Facultad de Ciencias Médicas “10 de Octubre”, respectivamente. También se entrevistó a colegas, alumnos y amigos para recoger sus opiniones y valoraciones. Con la información obtenida se hizo un proceso de análisis y ordenamiento histórico-lógico de los hechos relatados y su ubicación en el contexto histórico más general.

Los resultados de la investigación fueron autorizados a publicar por el Dr. Alonso Chil y, posteriormente, presentados a su hija la Dra. Mariela Alonso Serrano, pues el profesor falleció antes de concluido el informe final.

Desarrollo

El Dr. C. Oscar Berto Alonso Chil nació en Candelaria, Pinar del Río, el 4 de julio de 1930, en el seno de una familia de clase media. Por este motivo, recibió en 2010 el Escudo Pinareño, durante el X Congreso Nacional de Medicina Interna.7

Oscar fue el tercero de cinco hermanos. Su padre, de origen español, fue un trabajador dedicado al comercio; y su madre, cubana, mujer de escasa instrucción y origen humilde, pero de una gran sensibilidad humana, siempre estuvo presta a ayudar a los más necesitados.

Cursó la enseñanza primaria en la escuela “José Martí”, en Candelaria. Se recibió de Bachiller en Ciencias del Instituto de Segunda Enseñanza en Artemisa en 1947; y se graduó de Doctor en Medicina en 1954.

Entre 1954 y 1959 laboró en el Centro Clínico Vedado como médico internista, mientras mantenía su labor como profesor en el Calixto García. En esos años colaboró con el movimiento revolucionario en la recogida de medicamentos.

Al mismo tiempo, entre 1957 y 1960 trabajó en la Casa de Socorro de San Lázaro como médico de visitas, centro que pertenecía a la Sanidad Municipal de La Habana,8. Tuvo que auxiliar, junto con el Dr. José Miyar Barruecos, a los asaltantes a Radio Reloj y al Palacio Presidencial.7

Sobre esta etapa refirió lo difícil que era la vida de la población de bajos ingresos y cuánto lo conmovía esa situación:

[…] Óyeme, lo que había aquí en La Habana en esos solares, y la gente la pobreza que tenían. […] Era algo terrible, yo creo que eso fue lo que me hizo, hasta cierto punto, recapacitar, ¿no? la sensibilidad de atender a esos pacientes.

[…]tuve los mejores profesores, pero los que me hicieron a mí fueron los pacientes. Hacía visitas a personas muy pobres de La Habana; aprendí de sus padecimientos y necesidades (Entrevista inédita a Dr. C. Alonso Chil, 2020).

En 1959 triunfó la Revolución y ello significó un cambio en la vida de los cubanos. Esto impactó profundamente el ejercicio de la medicina. Se creó el Ministerio de Salud Pública (MINSAP), como órgano rector de todas las actividades de salud del país. Comenzó así el proceso de formación de un Sistema Nacional de Salud Único,9 el cual ha tenido un carácter estatal y social, accesibilidad y gratuidad de los servicios.10

En esta etapa el doctor pasó al Hospital “Nuestra Señora de las Mercedes” (actualmente Hospital “Comandante Manuel Fajardo”) como médico residente de medicina interna y en la Cátedra de Patología Médica se incorporó como docente a la formación de médicos.

El Dr. Alonso Chil fue uno de los médicos que no abandonó el país en esta etapa, aun cuando se lo propusieron. En este aspecto narró su historia:

[…] trabajé como 6 meses con Iglesias Betancourt [en el Fajardo]; digo, fue mi profesor, pero él prácticamente demoró poco, porque fue cuando las consultas desaparecieron […] Y entonces él se iba a ir, hasta inclusive me embulló para que yo me fuera: -yo no, yo me quedó aquí profesor (Entrevista inédita a Dr. C. Alonso Chil, 2020).

Una vez como especialista de primer grado laboró en el Hospital Ortopédico “Frank País”.8 Estuvo entre los médicos que asistieron a los heridos en los combates de Playa Girón, lo que radicalizó aún más su posición.7

Sobre el impacto de la Revolución en la medicina consideró lo siguiente:

La Revolución le dio mucha atención a la salud pública, por eso ha alcanzado un nivel muy alto. En Cuba había mucha gente pobre, que no tenía recursos para recibir atención médica, eso fue lo que me sensibilizó a dedicarme tanto al trabajo.

[…] la realidad es que empezó ahí la medicina. Se organizó toda la medicina, empezaron los programas, se hicieron las residencias, todo entró en orden (Entrevista inédita a Dr. C. Alonso Chil, 2020).

Este criterio coincide con Espinosa y Pino,11 quienes refieren que, después de 1959, en el caso de la Medicina Interna, se organizaron y consolidaron los departamentos/servicios, se procedió a la formación de especialistas y a su participación en la docencia de la clínica, y se revitalizó la sociedad cubana. Todo esto contribuyó al desarrollo de la especialidad y de la medicina cubana.

En 1961 a Chil lo llamaron para trabajar en el Hospital Nacional “Enrique Cabrera”, donde contribuyó a su organización desde la propia inauguración. Durante estos años comenzó como Jefe de Servicio de Medicina Interna y llegó a ser Vicedirector Técnico (1966).12 Aquí alcanzó el grado científico de Doctor en Ciencias Médicas (1984). Estuvo 25 años en esta institución (hasta 1986), de la que guardaba recuerdos inolvidables. Confesó:

El Nacional […] era un hospital exclusivo. Ella [Dra. Fraile] había escogido a los mejores especialistas de Cuba. Yo era un neófito, un recién graduado al lado de ellos; pero, bueno, empecé a trabajar allí. […] El Nacional para mí fue algo terrible porque estuve 25 años y todavía sueño con el Nacional […] (Entrevista inédita a Dr. C. Alonso Chil, 2020).

Fue asesor del MINSAP desde 1967. Como Secretario del Grupo Nacional de Medicina Interna realizó una importante colaboración en las epidemias de dengue y neuropatía epidémica.12

En 1968 fundó su hogar cuando se casó con Mimna Serrano Sirgo, quien era trabajadora del hospital; solo los separó la muerte de ella. Fueron padres de dos hijas: una pianista y la otra médico. Tuvo dos nietos que eran su orgullo.

En 1986 se produjo un cambio radical en su vida, pues se trasladó para el Hospital Docente Clínico Quirúrgico “10 de Octubre”, centro en el que se mantuvo activo hasta su muerte en 2021.8 Esta institución lo recibió con cariño, y allí se sintió muy amado y respetado.

[…] allí fundé el servicio de geriatría, fui jefe de departamento, y trabajé […]. La verdad es que me sentí bien, porque había un ambiente bueno […]. Trabajé allí, allí me quedé, […] hice muchas cosas, organicé cursos de geriatría que dábamos con los médicos de allí mismo, y la realidad es que me sentía bien trabajando (Entrevista inédita a Dr. C. Oscar B. Alonso Chil, 2020).

Uno de sus principales aportes fue la fundación del Servicio de Geriatría -que lidereó durante siete años-. Formó una generación de geriatras de muy alto nivel profesional. Esta experiencia resultó muy emotiva para él y así lo confesó: “A mí lo que más me ha gustado es atender a los pacientes, yo sentía con los pacientes una afinidad muy grande y, sobre todo, con los viejitos, porque veía a mis padres, ¿no? cuando veía un viejito. Entonces yo siempre fui muy sensible a eso” (Entrevista inédita a Dr. C. Alonso Chil, 2020).

Posteriormente, volvió al Servicio de Medicina Interna y fue el jefe del departamento de clínicas, y alcanzó el Segundo Grado como especialista en Medicina Interna en 1987. Fue Presidente del Consejo Científico de la Facultad “10 de Octubre”, y se le designó como Presidente de Honor del Sistema de Dirección de la Facultad en 2010.

Durante su carrera formó parte de una gran cantidad de asociaciones y organizaciones nacionales e internacionales, entre las principales se encontraron: Presidente de la Sociedad Cubana de Medicina Interna, Vocal de la Sociedad Latinoamericana de Medicina Interna y Miembro de la Sociedad Internacional de Medicina Interna.

Labor docente

El profe comenzó su labor docente desde su vida estudiantil, durante el quinto año de la carrera colaboró en la docencia de estudiantes de Medicina en la cátedra de Medicina Interna No. 7 del Hospital Universitario “Calixto García”. Una vez graduado, continuó ese quehacer como médico asistente, donde impartió las prácticas de Clínica Médica hasta 1959.8 Sobre esto comentó: “En el Calixto, todas las mañanas yo trabaja gratis […] porque yo estaba en la Cátedra, pero no tenía ningún cargo, ni me pagaban nada; pero bueno, era lo que me gustaba a mí (Entrevista inédita a Dr. C. Alonso Chil, 2020).

El triunfo revolucionario de 1959 también supuso una serie de cambios educativos. En 1960 se inició la Reforma Universitaria, la cual estableció, para la enseñanza de la medicina, dos escuelas: la de medicina y la de estomatología; se forma así la Facultad de Ciencias Médicas, que exitosamente comenzó a preparar masivamente a médicos y estomatólogos que satisficieran las crecientes necesidades del sistema de salud que se iniciaba.13. En 1962 se proclamó la Ley de Reforma de la Enseñanza Superior, que brindó a los futuros profesionales de la salud la orientación social y humanística que requería el país.14

Durante su etapa de residente, el Dr. Alonso Chil había impartido docencia en el Fajardo. En 1960 regresó al Hospital “Calixto García” como instructor a alumnos de Medicina Interna.8 Se incorporó a la docencia por la necesidad de profesores que había en el país. Contó lo siguiente:

Fidel tuvo una reunión con todos los médicos, fue cuando se planteó que desaparecieran las consultas privadas. La mayoría de los médicos empezaron a irse […], y los profesores de renombre se fueron casi todos. Entonces tuvimos que hacernos cargo de la docencia: gente joven que tenía alguna experiencia porque había participado en la docencia. Yo siempre participé en la docencia en el Calixto García (Entrevista inédita a Dr. C. Alonso Chil, 2020).

Desde 1961 se desempeñó como profesor de Medicina Interna y se mantuvo en la docencia activa hasta 2017.12 Entre 1963 y 1977 formó parte del claustro de profesores de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de La Habana, donde transitó hasta la categoría docente Profesor Auxiliar de Medicina Interna. Fue coordinador de la docencia en el Hospital “Enrique Cabrera”; luego, jefe del Departamento de Clínica en la Facultad de Ciencias Médicas y Presidente de Tribunal Estatal para otorgar grado de Especialista en Medicina Interna (1975-81).8

En 1977 obtuvo la categoría docente de Profesor Titular, en el recién creado Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. Desde su experiencia, confesó su forma particular de vivir la labor docente: “[…] Y la docencia a mí me encantaba, no la docencia, estar entre la gente joven, la gente joven me gustaba mucho, tenían muchas inquietudes, muchas condiciones, yo la verdad que los disfrutaba” (Entrevista inédita a Dr. C. Oscar B. Alonso Chil, 2020).

Desde su entrada a la Facultad de Ciencias Médicas “10 de Octubre” se desempeñó como Jefe de Departamento de Clínicas, pues esta se había acabado de fundar (en 1984) y su acción como organizador de la docencia fue fundamental. Representó el profesor principal de asignatura de Medicina Interna a nivel de la actual Universidad de Ciencias Médicas de La Habana desde 1986 hasta 2017.

La Dra. Nancy Yodú, farmacóloga que trabajó en el departamento de Clínicas que él dirigió, señaló:

“10 de Octubre” [FCM], lo recuerda como un profesional muy exigente, preocupado, con mucho conocimiento, interesado por que la docencia que se impartiera tuviera muy buena calidad, que sus profesores estuvieran muy bien preparados; escuchaba sus opiniones y las de los estudiantes, con quienes conversaba mucho (Entrevista inédita a Dra. Nancy Yodú, 2020).

En su aval científico-docente cabe destacar la tutoría de más de 50 trabajos de terminación de la residencia en Medicina Interna, tesis de maestrías y grados científicos. De acuerdo con sus colegas de la Sociedad Cubana de Medicina Interna, esta labor la desarrolló con esa humildad que lo caracterizaba y ese trato amable, cordial, sin desdeñar el rigor en el trabajo. Maestro de maestros; sus discípulos nunca olvidarán la grandeza de su obra, al dejar en todos ellos una huella imborrable.12 También fue fundador de la Sociedad Cubana de Educación en Ciencias de la Salud e integró la Comisión para el estudio del perfil del profesor Latinoamericano.

En su desempeño como galeno, maestro y científico, publicó cinco libros, entre los que se encuentran Normas de Medicina Interna, en su 1ra y 2da ediciones; Manual de Procedimientos y Diagnósticos; Orientaciones Metodológicas sobre la Educación en el trabajo y Calidad de la Certificación Médica de la Defunción.12

Autor de más de 20 artículos publicados en revistas cubanas e internacionales de medicina, donde se destacó su defensa a ultranza del método clínico, y la necesidad de su aprendizaje y aplicación en el diagnóstico de las enfermedades.12) También participó en numerosos congresos nacionales e internacionales, entre los que se desatacaron los congresos internacionales de medicina interna, así como los talleres seminarios y jornadas científicas.

Recibió la distinción por los diez años en la Educación Cubana (1972 y 1984), la “Manuel (Pitti) Fajardo” (1982) y la Orden “Frank País” (1992). En 1997 obtuvo la condición de Profesor Consultante del entonces Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana; y en 2003 recibió la Categoría Docente Especial de Profesor de Mérito de la actual Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.

Durante su trayectoria fue Presidente de Tribunal Estatal para otorgar grado de Especialista en Medicina Interna; Tribunal de Grado Científico de Clínica; miembro del Comité Académico de las Maestrías de Formación Didáctica del personal de la Salud y de la Maestría de Medicina Natural y Bioenergética, y Presidente de Comisión de Programas de Medicina Interna. Como miembro de la Comisión Nacional de Carrera participó en la elaboración de Programas de la Disciplina de Medicina Interna y Planes de Estudio de la Carrera de Medicina para pregrado y posgrado, y en la confección del Programa del Internado para estudiantes extranjeros.

De acuerdo con sus alumnos y compañeros de trabajo, la docencia que impartía se destacaba por su alta calidad, lo que evidencia su autopreparación constante, superación profesional, política y científico-pedagógica. La Dra. Gloria Pazos Blanco, quien fuera su alumna y que trabaja hoy en HDCQ “10 de Octubre” contó lo siguiente: “[…] muy buenos recuerdos del profe, le agradezco todos los consejos que me dio al tutorar mis dos tesis de maestrías, con opiniones muy oportunas que demostraban su maestría pedagógica y sus profundos conocimientos” (Entrevista inédita a Dra. Gloria Pazos Blanco, 2020).

Otro de sus exalumnos, el Dr. Abdel del Busto Mesa, hoy vicedirector docente del HDCQ “10 de Octubre” recuerda que era “[…] persona muy educada, sencillo, cumplidor, muy competente, cariñoso e imponía mucho respeto solo con la voz” (Entrevista a Dr. Abdel del Busto Mesa, 2020).

Sobre su vida laboral, expresó su satisfacción al decir: “[…] la verdad es que he tenido una vida plena porque hice lo que me gustó, trabajé mucho pero bueno […]” (Entrevista inédita a Dr. C. Oscar B. Alonso Chil, 2020).

En la conclusión de la entrevista, aconsejó a las nuevas generaciones de médicos sobre la necesidad de la profesionalidad y el estudio:

No deben perder el tiempo, deben estudiar mucho, tratar de estar actualizados, que examinen a los pacientes, que conversen con ellos, eso es muy importante porque los pacientes son seres humanos, no números; que los llamen por sus nombres, que los respeten como seres humanos que son, a veces, yo terminaba las consultas muy tarde porque veía a todos los pacientes aunque no tuvieran turno. Yo disfrutaba la medicina (Entrevista inédita a Dr. C. Oscar B. Alonso Chil, 2020).

El Dr Alonso Chil murió el 7 de octubre de 2021 por complicaciones asociadas a la COVID-19 en el HDCQ “10 de Octubre”. Según sus colegas, solo la COVID-19 hubiese podido detenerlo. No lo logró la disminución de la visión y la audición, ni los años vividos, que acompañó de un bastón para continuar la docencia en el hospital. Ese centro de salud le devolvió los cuidados y devoción, que alguna vez el profe Alonso enseñó. (12

Conclusiones

El Dr. C. Oscar B. Alonso Chil fue fundador de la medicina en la Cuba revolucionaria y contribuyó a su desarrollo con resultados relevantes en la docencia y la investigación, fundamentalmente en la especialidad de Medicina Interna. Hizo importantes aportes científicos, asistenciales y en la organización de servicios. Se caracterizó por el desempeño de sus tareas con gran responsabilidad y compromiso, lo que le generó una gran satisfacción con la vida. Su obra resulta modelo de incondicionalidad y rigor en la enseñanza, y actitud responsable. Su autoridad y prestigio profesional lo convirtieron en un maestro de generaciones.

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Recibido: 07 de Febrero de 2022; Aprobado: 08 de Abril de 2022

*Autor para la correspondencia: ariadnaglezm@infomed.sld.cu

Los autores declaran que no existe conflicto de intereses.

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