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ACIMED

Print version ISSN 1024-9435

ACIMED vol.12 no.5 Ciudad de La Habana Sept.-Oct. 2004

 

Presentaciones


Las bibliotecas médicas y sus profesionales*

Dr C. Emilio Setién Quesada1

Resumen

Se expone brevemente la evolución histórica del fenómeno bibliotecario y se define la Bibliotecología como la ciencia social que estudia dicho fenómeno. Se tratan las bibliotecas médicas como un tipo diferente al resto de las bibliotecas especializadas. Una vez analizadas las características de la formación de los recursos humanos bibliotecarios en el país, se concluye que existen deficiencias en su formación que atentan contra sus posibilidades para desarrollar actividades relacionadas con la biblioterapia o el esparcimiento de los pacientes.

Palabras clave: Bibliotecología, bibliotecario, bibliotecas médicas, biblioterapia.

Abstract

The historical course of bibliothecary phenomenon concisely exposed and bibliothecology is defined as the science that studies this phenomenon. Medical libraries are considered as different from other specialized libraries. After the analysis of the main features of human resources formation we concluded that there were some imperfections in their formation that interfere in their posibilities to carry out bibliotherapy related activities and patient entertaiment.

Keywords: Librarianship, librarian, library, medical libraries, bibliotherapy.

Durante el siglo XX, se pasó por dos momentos históricos durante los que se manifestaron diversas tendencias a favor de cambiar o eliminar la denominación de bibliotecario. El primero se produjo con la aparición de la documentación, el segundo con el surgimiento de las ciencias de la información. Sin embargo, para muchos, esa denominación se sustenta en premisas históricas, científicas y culturales.

En el primer caso, y durante un tiempo, la documentación se ocupó de materiales surgidos durante el siglo XIX que no se habían incorporado aún a las bibliotecas y más tarde, asumió la connotación de ciencia general de todo tipo de documento. Sin embargo, en 1948, Samuel Bradford consideraba a la documentación como un aspecto de la función bibliotecaria. En cierta forma, Jesse Shera compartió este criterio más tarde, él se había formado como documentalista y consideraba que no había realmente diferencias entre las funciones del documentalista y el bibliotecario.

Con la aparición de las ciencias de la información, autores importantes como Gernot Wersig, por ejemplo, sostenían que en tanto, el concepto de biblioteca se refiere a un tipo de lugar o edificio, no podía hablarse de una ciencia de la biblioteca o de una profesión bibliotecaria, porque tipos específicos de lugares o instituciones no constituían un fundamento suficiente para una disciplina científica o académica. De tal suerte, no pudiera hablarse tampoco de museología ni de museólogos, ni de archivología y archivistas.

En alguna medida, estos criterios se han manifestado también en Cuba. No obstante, otros autores consideran que el concepto de biblioteca no puede entenderse sólo como el nombre de un edificio, sino como un proceso social, aunque las raíces etimológicas del término deriven de su empleo en la Grecia clásica para denominar el lugar donde se conservaban los libros.

Todos sabemos que antes del surgimiento de la civilización griega existían lugares destinados a la conservación de los documentos y personas a cargo de ellos. En los idiomas sumerio y acadio, por ejemplo, las bibliotecas y los archivos recibían la denominación de "E-DU-BA" o "bit tuppi", respectivamente.

Pero de todos es conocida también la influencia del griego en la cultura occidental y especialmente en la nomenclatura que se emplea en las ciencias. Lo que ocurre realmente es que no es suficiente hablar de ciencia de las bibliotecas, como se hacía a principios del siglo XIX, sino de la bibliotecología como ciencia que estudia al fenómeno bibliotecario, del que la biblioteca es una parte importante por razones genéticas, pero no única.

Al fenómeno corresponden también elementos surgidos en distintos períodos de su desarrollo como son: la legislación bibliotecaria en China y las publicaciones bibliotecológicas en el Imperio Romano -S. I ane-, la formación profesional de los bibliotecarios en Francia -fines del S. XVIII principios del XIX-, las asociaciones de bibliotecarios en Estados Unidos y el Reino Unido -Siglo XIX- y las investigaciones científico-bibliotecológicas en varios países -S. XX-, así como las relaciones entre ellos y la sociedad. Estos elementos no siempre se manifiestan en la institución, sino que existen también fuera de ella.
Son varios los elementos que conforman el fenómeno bibliotecario y múltiples sus relaciones con el entorno social.

La Bibliotecología

La Bibliotecología, como disciplina científica, es la ciencia social particular que estudia el desarrollo del fenómeno bibliotecario, entendiéndose como el conjunto de elementos que permiten conformar, facilitar y promover el uso de las colecciones de bibliotecas reales o virtuales, integradas por documentos de cualquier índole que registren los conocimientos y la actividad creadora de los hombres, y que por su carácter e intención sean susceptibles de difusión o se difundieran.

Se ocupa, por supuesto, de los espacios donde se realizan esos procesos y de sus recursos humanos, materiales, financieros y tecnológicos, pero abarca también el estudio de su legislación, de la literatura profesional, de la formación de los bibliotecarios, de sus asociaciones, de la tecnología específica o aplicable en las bibliotecas desde el punto de vista de su utilización, de las investigaciones sobre el sector y de su propia estructura y desarrollo teórico, histórico y metodológico, a partir del análisis y esclarecimiento de las propiedades, leyes y regularidades específicas del fenómeno bibliotecario, de sus elementos y de los procesos que tienen lugar en él, y de sus interrelaciones con el entorno económico, político, histórico, social y cultural.

A partir de esa definición, quien les habla considera como bibliotecario a todo aquel que, con formación académica en la profesión, media o superior, interviene en la práctica social de ésta. A estos efectos, son empíricos aquellos que intervienen en la actividad bibliotecaria sin tener la formación académica correspondiente. Bibliotecólogo es el bibliotecario que, con formación académica superior en la profesión, con amplia experiencia y con un grado científico o una categoría científica, se ocupa de la investigación del fenómeno bibliotecario y del desarrollo de la disciplina que lo estudia.

Las bibliotecas médicas

Hechas las precisiones anteriores, puede afirmarse que son varios los factores que permiten considerar a las bibliotecas médicas como un tipo diferente del resto de las bibliotecas especializadas, razones que se sustentan en las tendencias que se manifiestan en la bibliotecología médica internacional, que consideran a las bibliotecas médicas como instituciones que están al servicio:

  • de las investigaciones sobre la salud, lo que las caracteriza como bibliotecas científicas,
  • de la formación profesional en el sector, que las sitúa en el conjunto de bibliotecas universitarias fundamentalmente, y entre las bibliotecas escolares hasta cierto punto,
  • de la biblioterapia como forma de tratamiento de los pacientes, lo que las sitúa entre las bibliotecas técnicas,
  • de las campañas de prevención mediante la oferta de información sobre la salud a niveles de divulgación y
  • del esparcimiento de los pacientes con una larga estadía hospitalaria o de tratamientos crónicos, lo que las acerca a las funciones de la biblioteca pública.

Estas características inciden fundamentalmente en las peculiaridades de la formación profesional del personal que trabaja en estas instituciones y en las de sus colecciones.

Los recursos humanos

Durante largos años, el personal de nivel medio para las bibliotecas médicas en Cuba, se formó en cursos especiales organizados por el Ministerio de Salud Pública. Luego, la formación de esos técnicos pasó de alguna forma a la Escuela Nacional de Técnicos de Bibliotecas del Ministerio de Cultura que incluyó en sus planes, como rasgo distintivo, la enseñanza del sistema de clasificación que se utiliza en la medicina. A nivel universitario el personal que luego puede ejercer como profesional en las bibliotecas médicas se forma a partir de un criterio generalista que ofrece al graduado la posibilidad de ejercer en archivos y bibliotecas -en toda la gama tipológica que presentan esas instituciones-, o en centros de información y documentación, o como bibliógrafos y en las aplicaciones tecnológicas y de gestión que reclaman esas funciones. La formación de las especificidades que reclama el variado universo antes descrito se asume, en parte, por la enseñanza de posgrado del sistema de la educación superior y, fundamentalmente, por los planes de capacitación de los organismos donde prestan servicios los graduados, entre los que destacan los planes de capacitación del Ministerio de Salud Pública.

Por otra parte, el énfasis que se realiza sobre el impacto del medio ambiente en la salud hace que en las colecciones de las bibliotecas médicas estén presentes casi todas las disciplinas con materiales que responden a intereses científicos, docentes, técnicos y de divulgación. Pero, según las tendencias comentadas, también están presentes aquellos relacionados con las artes y las humanidades, así como los destinados a niños y jóvenes cuando así los reclaman las dependencias médicas donde se encuentran situadas las bibliotecas.

En el sistema de información para la salud pública cubana, se aprecia, en forma evidente, la atención a las funciones científicas, docentes y de divulgación, pero no lo son tanto las que se relacionan con la biblioterapia y con el esparcimiento de los pacientes. Estos últimos servicios se canalizan en diversos lugares del país mediante la cooperación con las bibliotecas públicas locales y mediante su inclusión en algunas bibliotecas médicas.

La cooperación con las bibliotecas públicas ha mostrado cierta efectividad en la aplicación de la biblioterapia. No obstante, en lo referido al esparcimiento de los pacientes, se ha visto limitada. Las bibliotecas públicas extienden sus servicios principalmente mediante la rotación de pequeñas colecciones que circulan por distintos lugares -centros de trabajo, núcleos poblacionales apartados y otros-. Cuando esas colecciones se sitúan en hospitales u otros servicios de atención medica, no se llevan después a otros centros debido a las normas de higiene vigentes en las bibliotecas públicas. De ahí la importancia de que se extienda en las bibliotecas médicas, según posibilidades y características, la presencia de colecciones adecuadas para los tratamientos de biblioterapia y para el esparcimiento y el mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes que presenten una larga estadía en instituciones de salud.

Es por esa razón, que se ha considerado apropiada la inclusión en esta actividad de una experiencia a cargo de alumnos de segundo año de la carrera de Bibliotecología y Ciencia de la Información de la Universidad de La Habana. Estos jóvenes han trabajado en la formación y promoción de una colección de libros para niños y jóvenes ingresados en la sala de pediatría del Hospital Nacional de Oncología y Radiología. La experiencia fue presentada recientemente en el Fórum Científico Estudiantil de la Facultad de Comunicación y logró varios premios, así como la proposición de que fuese expuesta ante ustedes en el día de hoy y con la recomendación, además, de que sea publicada. El trabajo dispone de una fundamentación teórica conveniente, una aplicación práctica evidente y muestra un alto grado de sensibilidad humana -cualidad sumamente importante en los bibliotecarios-, como ustedes podrán apreciar.

Sin más, veamos a continuación el proyecto Libros para la vida.

Recibido: 18 de octubre del 2004
Aprobado: 10 de noviembre del 2004

Dr C. Emilio Setién Quesada
Facultad de Comunicación
Universidad de La Habana.
Ave de los Presidentes No. 506 e/ 21 y 23. El Vedado.
La Habana, Cuba.
Correo electrónico: emilios@jm.lib.cult.cu

* Intervención realizada por el autor como preámbulo a la presentación del proyecto Libros para la vida en la jornada Homenaje al Bibliotecario el día 16 de junio del 2004 en la Biblioteca Médica Nacional.
1 Doctor en Ciencias de la Información. Profesor Titular Adjunto. Facultad de Comunicación. Universidad de La Habana.


Ficha de procesamiento

¿Cómo citar esta contribución según el estilo Vancouver?
Setién Quesada E. Las bibliotecas médicas y sus profesionales. Acimed 2004; 12(5). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-94352004000500009&lng=es&nrm=iso&tlng=es Consultado: día/mes/año.

Términos sugeridos para la indización

Según DeCS 1
BIBLIOTECOLOGÍA/historia; BIBLIOTECÓLOGOS; BIBLIOTECAS MÉDICAS; BIBLIOTERAPIA; RECURSOS HUMANOS EN SALUD; CAPACITACIÓN.
LIBRARY SCIENCE/history; LIBRARIANS; LIBRARIES, MEDICAL; BIBLIOTHERAPY; HEALTH MANPOWER; TRAINING.

Según DeCI 2
BIBLIOTECOLOGÍA/historia; BIBLIOTECARIOS; BIBLIOTECAS MÉDICAS; BIBLIOTERAPIA; RECURSOS HUMANOS; CAPACITACIÓN/métodos.
LIBRARY SCIENCE/history; LIBRARIANS; LIBRARIES, MEDICAL; BIBLIOTHERAPY; HUMAN RESOURCES; TRAINING/methods.

1 BIREME. Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS). Sao Paulo: BIREME, 2004.
Disponible en: http://decs.bvs.br/E/homepagee.htm
2 Díaz del Campo S. Propuesta de términos para la indización en Ciencias de la Información. Descriptores en Ciencias de la Información (DeCI). Disponible en: http://cis.sld.cu/E/tesauro.pdf