Introducción
La idea de la duración de la vida del hombre ha variado a lo largo del tiempo, según los sabios chinos, el rey Salomón, los antiguos hindúes, el historiador griego Herótolo, la duración de la vida debía de ser entre 70 y 80 años; el poeta griego Mimnermus (siglo VII antes de nuestra era) se lamentaba en sus elegías del carácter transitorio de la vida humana y decía que la muerte alcanzaba al hombre a los 60 años; Solomón uno de los sabios griegos consideraba los 80 años como el momento natural de la muerte.1,2,3,4
Junto a déficit apropiados en la memoria, la afectividad, los sentimientos de abandono y soledad, reforzados por la pérdida de contemporáneos y personas significativas, el temor obsesivo de presenciar la muerte del cónyuge, constituye una relativa situación de desventaja que de no ser compensada con las gratificaciones psicosociales que deben de emanar del medio familiar, laboral y social, provocan una actitud de notable sensibilidad, recelo y hostilidad que dan al traste con las relaciones interpersonales y se expresan por actitudes: hipercríticas, tozudez, retraimiento afectivo, autosuficiencia, proporcionando estas descompensaciones psíquicas frecuentes en el anciano.5,6,7,8
A nivel estatal representa un considerable aumento de los gastos para la seguridad y la asistencia social. De la misma manera que el envejecimiento transforma sustancial y progresivamente la situación de salud individual, también influye sobre la estructura y la dinámica de la familia como célula básica de la sociedad.9,10
Cuba, ya en el 2004 contaba con una expectativa de vida de más de 71 años y el 13.9 % de su población tenía más de 60 años, estas cifras continuaron incrementándose y ya al cierre del 2004 el país contaba con 1 732 898 personas con más de 60 años, de ellos 827 665 varones 905 233 mujeres, siendo unas de las principales causas del envejecimiento demográfico la reducción de la fecundidad, la natalidad así como el mejoramiento en los servicios de salud en el país a partir del Triunfo de la Revolución trayendo consigo mayor control de las enfermedades crónicas no trasmisibles.11,12
El Centro Iberoamericano de la Tercera Edad que radica en el Hospital “Calixto García” de La Habana pronosticó que para el cierre del 2005 uno de cada cuatro cubanos seria adulto mayor.
En la actualidad el adulto mayor en Cuba ocupa un 14.7 % de la población, en los próximos diez años será de un 18 % y en el 2025, uno de cada cuatro cubanos tendrá 60 años.
Hacia el 2015 habrá en Cuba más personas mayores que niños. Hoy se puede afirmar que 75 de cada 100 cubanos que nacen, van a vivir más allá de los 60 años.5,6,7. Solo el 1 % de los adultos mayores en Cuba se encuentran en instituciones, el 9 % viven solo y el resto lo hace en convivencia familiar.
En la provincia de Guantánamo la población del adulto mayor alcanza la cifra de 63 394.
El estilo de vida actual de la población donde la mujer que antes se encargaba de cuidar a los ancianos, ahora labora en actividades que incluso la hacen permanecer más de 8 horas fuera del hogar y en algunos casos hasta 12 horas la mayoría de los ancianos permanecen solos en el hogar.
Si resulta difícil para el anciano psíquicamente normal permanecer solo, mucho más difícil resulta para aquellos que tienen enfermedades mentales.
Este fenómeno social ha llevado a muchos investigadores a realizar estudios y diseño de intervención: individual, familiar y comunitaria; en aras de mejorar la calidad de vida de los adultos mayores y los cuidadores o familiares, pero esto se hace insuficiente todavía porque la praxis así lo demuestra.13,14,15
Esta situación conduce al planteamiento del problema científico: ¿Cómo contribuir al manejo adecuado de los familiares que cuidan y conviven con adultos mayores con enfermedades mentales del Consejo Popular No. 9, del municipio de Guantánamo?
Método
Desde una perspectiva cualicuantitativa, se realizó un estudio descriptivo, transversal para identificar el conocimiento de los familiares cuidadores de adultos mayores con enfermedades psiquiátricas.
El universo estuvo constituido por 650 ancianos del Consejo Popular No. 9, perteneciente al Policlínico “Asdrúbal López “, Guantánamo, y una muestra de estudio de 100 ancianos de forma intencional, que fueron los que concurrieron al consultorio en el período de estudio comprendido desde julio 2013-diciembre 2014.
Los datos se procesaron en una PC y se aplicaron los métodos siguientes: histórico-lógico, análisis-síntesis, inducción-deducción, modelación, análisis de documentos, entrevista estructurada y encuesta, test de funcionamiento familiar, observación, cálculo porcentual.
Se establecieron los criterios de inclusión, exclusión y salida de los pacientes.
Resultados
En la distribución de pacientes encuestados por grupos de edades y sexos se encontró que hay mayor representatividad en el sexo femenino con 43 para 63.23 % y en edades tempranas de la ancianidad, el grupo predominante fue el de 60 a 69 años. El 44 % eran casados y el 70 % pensionados, mientras que el 58 % residían en zonas urbanas. Fuente: encuesta.
En cuanto al nivel de escolaridad de los adultos mayores la mayor representación de la muestra tenía un alto nivel, dado por 74 encuestados para un 74 %. Fuente: encuesta.
La distribución según grado de convivencia, predominan los hijos 19 %, muy seguidos de otros familiares entiéndase nietos lo que nos habla de los conflictos intergeneracionales 16 % y según la actitud de la familia hacia el adulto mayor hay un predominio de la indiferencia (32 %) y la hostilidad (22 %) con similares resultados, rechazado (11 %). Fuente: encuesta.
En cuanto al funcionamiento familiar, se concluye que, de la muestra estudiada, 51 de los adultos mayores formaban parte de familias disfuncionales para un 70.83 % y los 21 restantes pertenecían a familias funcionales para un 29.17 %. Fuente: Test de funcionamiento familiar.
En cuanto a las enfermedades psiquiátricas diagnosticadas en los adultos mayores, así como su distribución por sexo, se pudo observar que la enfermedad que predominó fue la esquizofrenia con 37 casos lo que representa el 37 %, le siguieron en orden decreciente los cuadros depresivos de nivel psicótico con 24 casos (24 %). Seguido en orden decreciente los trastornos bipolares con el 16 %, las demencias con 49 casos (5.64 %), cuadros depresivos de nivel neuróticos con 12 casos (12 %). Fuente: planilla de vaciamiento.
Discusión
Se encontró que hay mayor representatividad en el sexo femenino y en edades tempranas de la ancianidad, que es precisamente el más vulnerable.
En estudios realizados por Díaz Lopez16, el grupo de edades donde más violencia familiar hubo fue en el de más de 70 años, con un 60 %; seguido por el de 59 a 64, coincidiendo con el sexo femenino.
El desconocimiento del manejo de los adultos mayores con padecimiento de enfermedades mentales, traspasa de manera desmedida la edad, el sexo, la profesión, el nivel económico, la raza y la región geográfica.
Se puede focalizar conflictos interpersonales entre el adulto mayor y sus cuidadores por lo que se necesita preparación o información.
Preparar psicológicamente a los cuidadores es una forma del ejercicio del poder para eliminar aquellos obstáculos que se interponen en decisiones, acciones y no usar la fuerza.
Incluye todos los actos en los que una persona lastima psicológica o emocionalmente a un adulto mayor, a través de gritos, desprecios, agresiones, insultos, mentiras, no respeto a la privacidad, a sus creencias e ideas, comentarios sarcásticos y burlas que exponen a la víctima al público, expresiones como “eres un inútil o no sirves para nada”.
Este tipo de violencia sutil o simbólica, también llamada micro-violencia, daña el plano emocional y también la parte biológica, llegando en numerosas ocasiones a enfermar somáticamente a las personas víctimas.
En lo que a negligencia y abandono concierne, los pacientes estudiados notificaron que tenían hijos que hacía años que no podían ver por diferentes razones y que esto les causaba mucho dolor lo cual se traduce en el abandono en que se sienten sumergidos los adultos mayores con enfermedades psiquiátricas.
Se evidenció el tipo de maltrato y su relación con el funcionamiento familiar. La depresión en el adulto mayor se caracteriza por sentimientos de tristeza e infelicidad que pueden oscilar desde un estado transitorio hasta un estado mental de categoría específica que se acompaña de cambios y modificaciones del humor, estado de ánimo, conducta, pensamientos, relaciones sociales y funcionamiento corporal estos cuadros son los que más riesgo suicida implican en los adultos mayores.
Conclusiones
Hubo mayor representatividad en el sexo femenino y en edades tempranas de la ancianidad, el grupo predominante fue el de 60 a 69 años.
El sexo que predominó fue el femenino. El nivel de escolaridad de los adultos mayores la mayor representación de la muestra tenía un alto nivel.
Del grado de convivencia predominan los hijos, muy seguido de otros familiares como nietos lo que habla de los conflictos intergeneracionales.
En cuanto al funcionamiento familiar, los adultos mayores formaban parte de familias disfuncionales en un porciento alto.
En relación a las enfermedades psiquiátricas diagnosticadas en los adultos mayores, así como su distribución por sexo se observó que la que predomino fue la esquizofrenia, seguido de los cuadros depresivos de nivel psicótico.