Introducción
Aunque las infecciones micóticas no son un problema de salud1, sí es importante que los estudiantes de medicina y médicos generales cubanos se apropien del sistema de conocimientos necesarios para su diagnóstico y tratamiento, pues el modelo profesional exige que se deberán desempeñar en Cuba y en el extranjero.
En tal sentido, emerge la necesidad del estudio de la esporotricosis, una micosis producida por la infección por el hongo Sporothrixschenckii, de curso agudo o crónico, que afecta la piel, sistema linfático y en ocasiones es de localización profunda cuando afecta los huesos, articulaciones y otros órganos. Es frecuente en varios países, entre ellos Brasil.2,3,4,5,6,7,8,9
En este artículo se presenta la experiencia de los autores que como médicos internacionalistas en Brasil se apropiaron de la experiencia del manejo de un paciente con esporotricosis, enfermedad infecciosa que no se declara en el plan de estudio de la carrera de medicina, lo que ofrece pertinencia a la socialización de esta vivencia profesional, pues aunque en Cuba no es una infección prevalente4,10, si es necesario que los profesionales de la salud cubanos se familiaricen con las bases para su diagnóstico y tratamiento por la probabilidad de que en su desempeño en el extranjero tengan que enfrentar la atención a pacientes infectados o de brindar atención a individuos que procedan de áreas geográficas endémicas de esta infección.
Por lo anterior, el objetivo de este artículo es brindar a estudiantes de medicina y médicos generales un referente teórico que le posibilite una preparación para el diagnóstico y tratamiento de la esporotricosis.
Presentación del caso
Datos de identidad personal: paciente de 7 años, color de la piel blanca, masculino, del municipio Gaspar, estado Santa Catarina, Brasil.
Antecedente epidemiológico: contacto sistemático con el gato de la vecina.
Historia de la enfermedad actual: acude acompañado por la madre que refirió que desde tres semanas antes presentaba lesiones rojizas, purulentas y pruriginosas en la piel del pecho y brazos y se había tratado por el diagnóstico de piodermitis, pero sin mejoría.
Examen físico: la lesión inicial se encontró en el borde interno de brazo izquierdo (Figura 1), de aspecto eritematoso violáceo, bordes elevados, junto a otras similares de forma lineal y escalonada, que siguen el recorrido de los vasos linfáticos regionales.
En la figura 2 se observó una lesión nodular en la región del codo del brazo izquierdo, con placa melicérica en su centro y bordes eritematoescamosos.
En el antebrazo derecho lesiones nodulares en número de cuatro, de aspecto eritematoso violáceo y bordes elevados, en la más cercana a la mano se observó placa hemática con halo eritematoso violáceo (Figura 3).
Se observó lesión en la región anterior del tórax de aspecto nodular que en su centro presenta placa melicérica y bordes eritematoescamosos, no ulcerado ni necrosado (Figura 4).
Exámenes complementarios: cultivo micológico: se realizó el cultivo a temperatura ambiental en Agar Dextrosa Sabouraud 2 % en el laboratorio Sabin que al séptimo día informa el crecimiento de varias colonias filamentosas de aspecto radiado, blanquecinas, observándose la fase micelial correspondiente al hongo dimórfico Sporothrixschenckiy, a los 15 días se observaron hifas delgadas, tabicadas, hialinas y conidias ovoides o piriformes naciendo a partir de un conidióforo con aspecto de "flor de durazno".
El paciente fue tratado con itraconazol (100 mg) 1 cápsula diaria durante 6 meses y evolucionó favorablemente.
Discusión del caso
Mediante el método clínico y epidemiológico se estableció que el diagnóstico definitivo del paciente fue una esporotricosis cutáneo-linfática. La vía de infección fue la contaminación a través del contacto directo de la piel con el gato de la vecina.
La esporotricosis es una enfermedad infecciosa, generalmente de la piel y crónica, causada por el hongo Sporothrixschenckii. Puede también haber infecciones del pulmón, hueso y el cerebro y tiene la peculiaridad de serinoculado por rosales.5,7
La esporotricosis es una enfermedad ocupacional cosmopolita y la micosis subcutánea más frecuente a escala mundial. Aunque se ha registrado en casi todas las latitudes, predomina en regiones tropicales y subtropicales como Centroamérica y Sudamérica y en algunas regiones de África, India y Japón.5,7
La infección afecta a todas las edades, incluyendo recién nacidos y a ambos sexos, generalmente por razones ocupacionales, se ve con más frecuencia en personas menores de 30 años. Es frecuente en trabajadores de granjeros, viveros, horticultores, jardinería, carpinteros y amas de casa que trabajan sus jardines, en particular rosales, por implantación traumática de estructuras fúngicas que se encuentran especialmente en el suelo, espinas de plantas, vegetales en descomposición. Además de estas lesiones por espinas, ramitas o astillas, el hongo puede ser inhalado produciendo infecciones del pulmón, como la neumonía. También se ha observado como una zoonosis en pacientes con traumas por mordeduras de animales como perros, arañazos o mordeduras de gatos o por armadillos, y picaduras de ciertos insectos.5,11,12
El hongo entra por la piel después de un trauma, sea pinchazo, raspón, etc., donde se inocula en el tejido cutáneo o subcutáneo ocasionando una lesión nodular. En el sitio de la infección aparece con el tiempo una pápula y luego una pústula que tiende a ulcerarse. El organismo gana acceso a la circulación linfática causando en su trayecto nódulos alejados del sitio de la lesión inicial y adenopatías locales. La esporotricosis extracutánea o diseminada no es muy frecuente presentándose mayormente en individuos inmunodeficientes y se caracteriza por lesiones de localización óseo-articular, pulmonar, etc. Este polimorfismo lesional se debe básicamente a las interacciones del sistema inmune con el agente causal.5
El pronóstico de la enfermedad es benigno en formas cutáneas localizadas, a veces puede ser incapacitante, las presentaciones linfangíticas y sobretodo fijas llegan a curar solas. Modalidades infrecuentes permanecen latentes o son letales.
El diagnóstico clínico-epidemiológico debe siempre ser acompañado de exámenes de laboratorio para descartar otras posibles infecciones, como la parasitarias, leishmaniosis y otras micóticas como la cromomicosis.
El cultivo micológico de las lesiones es la vía esencial para el diagnóstico, pues permite demostrar el dimorfismo que le caracteriza, en Agar Sabouraud Dextrosa crecen colonias filamentosas a temperatura ambiental (28-30 °C), se observan al microscopio óptico hifas hialinas delgadas, tabicadas y microconidias sésiles que crecen directamente de la hifa o agrupadas alrededor de un conidióforo largo como flores de "durazno o margaritas" (simpodulosporas). En el cultivo a 37 °C, en medios agarizados y enriquecidos con sangre, crecen formando colonias levaduriformes, que microscópicamente muestran levaduras alargadas.7
La muestra de pus o de escamas de una esporotricosis muestra la forma parasitaria del hongo: el cuerpo asteroide. El hongo en su estado de levadura puede ser observado además con técnicas de coloración de la muestra. Observación directa en una muestra histológica es también posible pero debido a lo improductivo y poco específico del examen fresco, es poco usada.
El cultivo es el método más específico y seguro para el diagnóstico de la esporotricosis. Las colonias Enagarde Sabouraud crecen en tres días y las características de la misma permiten su identificación. Microscópicamente de las colonias se observan hifas e idiastípicas de la Sporothrixschenckii. Es frecuente producir un cultivo positivo con antecendente de examen directo negativo.
Por su eficacia y por ser económicos, los yoduros (por ejemplo, yoduro de potasio) son el tratamiento de preferencia por vía oral. En casos de alergia a los yoduros, ciertos antimicóticos como el itraconazol son la elección. Otros como el ketoconazol y la anfotericina b no son usados en estas infecciones. El tratamiento de inmuno suprimidos e infecciones extracutáneas son por lo general considerablemente difíciles y frecuentes las recaídas.
Esta enfermedad puede ser prevenida al usar guantes y mangas largas durante el trabajo de campo, jardinería o al trabajar con tierra, rosas, heno, etc. Entre las complicaciones, la esporotricosis puede desarrollar celulitis, sarcoidosis y tuberculosis.