Introducción
Bruxismo es el término que hace referencia a la acción incesante de rechinar y apretar los dientes de manera inadecuada,1 el cual puede ser de dos tipos: céntrico conocido como cierre forzado de los dientes y excéntrico el cual contempla el rechinamiento de los dientes.1,2
Las personas con bruxismo a menudo no se dan cuenta que han desarrollado este hábito hasta que se producen manifestaciones clínicas en la cavidad bucal como consecuencia de su presencia, destacando abrasión dental, dolor facial, dientes demasiado sensibles, tensión de cara y mandíbula, cefalea, dislocación mandibular y chasquido en la articulación temporomandibular. Asimismo, es importante mencionar que cada individuo puede experimentar estos signos y síntomas de manera diferente,3 los cuales en la mayoría de las veces no son evidentes, y si bien alguno es indicativo, solo los ruidos dentarios y articulares es patognomónicos.4
Las manifestaciones clínicas pueden variar en función del tiempo, frecuencia e intensidad con que se practica; no obstante, su relevancia radica en el hecho de que cuando se vuelve crónico y supera la adaptación fisiológica del individuo se producen secuelas en la oclusión dental, periodonto y articulación temporomandibular.5
El bruxismo representa una de las alteraciones parafuncionales más prevalente, compleja y destructiva de los desórdenes de la cavidad bucal,afectando del 15 al 23 % de la población adulta,1,6 aunque un estudio realizado por Díaz Gómez y Cardentey García J, et al, aseveran que el 80 % de la población en general tiene al menos un signo clínico de parafunción.3,6
En Cuba dicha alteración representa un problema sanitario por su alta prevalencia y repercusión en el bienestar físico y psicológico del organismo, describiéndose una prevalencia del bruxismo en 79 % de pacientes en La Habana y 75 % en la población pesquisada del municipio Consolación del Sur, Pinar del Río.6
La oportuna identificación de factores de riesgo en la población es importante para su correcto diagnóstico,4 por lo que deben ser pesquisados en cada área de salud o servicio estomatológico para desarrollar estrategias de intervención poblacional e individual que disminuyan su incidencia.
Diariamente acuden a las clínicas estomatológicas pacientes bruxópatas aquejados de dolor, molestias y mutilaciones en las estructuras dentarias con gran afectación estética, buscando en algún momento precisar con exactitud las causas del padecimiento que los aqueja.7
Los escasos estudios sobre la temática, así como la necesidad de predecir tempranamente los riesgos asociados al bruxismo en toda la población y especialmente en adolescentes, motivaron el desarrollo de la presente investigación con el objetivo de describir el comportamiento del bruxismo en estudiantes del preuniversitario Isabel Rubio Díaz.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal en jóvenes matriculados en el preuniversitario Isabel Rubio Díaz, municipio San Juan y Martínez, Pinar del Río, de septiembre de 2017 a junio de 2018. El universo estuvo constituido por 570 alumnos inscritos en el curso diurno de ese plantel escolar, de ambos sexos, cuyas edades estuvieron comprendidas en un rango entre 16 a 18 años cumplidos.
A todos se les llenó el modelo de historia clínica individual estomatológica vigente y de ellos se seleccionó una muestra de 198 pacientes con criterio diagnóstico de bruxópatas, dado por las características clínicas del mismo y antecedentes obtenidos durante el interrogatorio.
Se incluyeron en el estudio los adolescentes que tuvieran voluntariedad de participar en la investigación y estuvieran aptos mentalmente, excluyendo aquellos que no cumplieran con estos requisitos o bien alumnos cuyos padres no hubiesen autorizado que participaran en el mismo, cumpliéndose en todo momento con los principios bioéticos para el estudio con seres humanos.
Como criterios diagnósticos se consideró la presencia de bruxismo cuando existían signos y síntomas que lo identificaban, tales como: hipertonicidad no fisiológica de la musculatura masticatoria, dolor e inflamación de la mandíbula, cefalea, dolores de oído, trastornos de la articulación temporomandibular,1 daños en los dientes (abfracción, atrición, fracturas de dientes y restauraciones), exóstosis y movilidad dentaria en las primeras horas de la mañana.2
La recolección de la información se realizó mediante la historia clínica individual estomatológica vigente empleada en las consultas de Estomatología General Integral y además se confeccionó una planilla recolectora de datos para recoger otras variables y datos de interés; una vez realizado el procedimiento anterior se indicó tratamiento adecuado para la enfermedad.
Se tuvieron en cuenta variables como: edad, sexo, signos y síntomas presentes y presencia de determinados factores de riesgo.
El análisis de los resultados se realizó utilizando estadística analítica para cada variable y fue expresado en frecuencias absoluta y relativa con el propósito de resumir la información para presentar tablas estadísticas.
Resultados
El bruxismo predominó en el sexo femenino (53,5 %) y además en los pacientes de 18 años (38,4 %). (Tabla 1)
Edad (años) | Femenino | Masculino | Total | |||
---|---|---|---|---|---|---|
No. | % | No. | % | No. | % | |
16 | 36 | 34 | 31 | 33,7 | 67 | 33,8 |
17 | 29 | 27,4 | 26 | 28,3 | 55 | 27,8 |
18 | 41 | 38,7 | 35 | 38 | 76 | 38,4 |
Total | 106 | 53,5 | 92 | 46,4 | 198 | 100 |
Los signos y síntomas más frecuentemente encontrados fueron la cefalea y las alteraciones dentarias con 80,8 % y 63,1 % respectivamente, siendo en ambos casos las mujeres las más afectadas. (Tabla 2)
Signos y síntomas | Femenino (n=106) | Masculino (n=92) | Total (n=198) | |||
---|---|---|---|---|---|---|
No. | % | No. | % | No. | % | |
Hipertonicidad de la musculatura | 19 | 17,9 | 24 | 12,5 | 43 | 21,7 |
Dolor y/o inflamación mandibular | 22 | 20,8 | 29 | 15,1 | 51 | 25,8 |
Alteraciones dentarias | 74 | 69,8 | 51 | 26,6 | 125 | 63,1 |
Cefalea | 93 | 87,7 | 67 | 34,9 | 160 | 80,8 |
Dolor de oído | 10 | 9,4 | 13 | 6,8 | 23 | 11,6 |
Trastornos en ATM | 11 | 10,4 | 8 | 4,2 | 19 | 9,6 |
Exóstosis | 0 | 0 | 2 | 1 | 2 | 1 |
Movilidad dentaria | 3 | 2,8 | 1 | 0,5 | 4 | 2 |
La cefalea afectó en un alto índice porcentual a los pacientes estudiados de 18 años (92,1 %) y las alteraciones dentarias estuvieron igualmente arraigadas en esta edad con un 68,4 % de afectados. (Tabla 3)
Signos y síntomas | Edad/años | Total (n=198) | ||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
16 (n=67) | 17 (n=55) | 18 (n=76) | ||||||
No. | % | No. | % | No. | % | No. | % | |
Hipertonicidad de la musculatura | 13 | 19,4 | 10 | 18,2 | 20 | 26,3 | 43 | 21,7 |
Dolor y/o inflamación mandibular | 19 | 28,4 | 14 | 25,5 | 18 | 23,7 | 51 | 25,8 |
Alteracionesdentarias | 40 | 59,7 | 33 | 60 | 52 | 68,4 | 125 | 63,1 |
Cefalea | 53 | 79,1 | 37 | 67,3 | 70 | 92,1 | 160 | 80,8 |
Dolor de oído | 8 | 11,9 | 11 | 20 | 4 | 5,3 | 23 | 11,6 |
Trastornosen ATM | 7 | 10,4 | 3 | 5,5 | 9 | 11,8 | 19 | 9,6 |
Exóstosis | 1 | 1,5 | 1 | 1,8 | 0 | 0 | 2 | 1 |
Movilidaddentaria | 1 | 1,5 | 2 | 3,6 | 1 | 1,3 | 4 | 2 |
El factor de riesgo que con más frecuencia se encontró fue el estrés con 96 % de aparición y predominó en el sexo femenino con 92,5 %, seguido de la ansiedad emocional y/o trastornos del sueño con 76,3 %. (Tabla 4)
Factores de riesgo | Femenino (n=106) | Masculino (n=92) | Total (n=198) | |||
---|---|---|---|---|---|---|
No. | % | No. | % | No. | % | |
Estrés | 98 | 92,5 | 92 | 100 | 190 | 96 |
Ansiedad emocional y/o trastornos del sueño | 82 | 77,4 | 69 | 75 | 151 | 76,3 |
Puntos de contacto prematuro | 44 | 41,5 | 21 | 22,8 | 65 | 32,8 |
Interferenciasoclusales | 52 | 49,1 | 46 | 50 | 98 | 49,5 |
El estrés predominó en los pacientes de 18 años con 98,7 % y la ansiedad y/o trastornos del sueño en los de 17 años con 90,9 %. (Tabla 5)
Discusión
El bruxismo predominó en el sexo femenino coincidiendo con otras investigaciones, (1,8) mientras difiere de los resultados encontrados por Murrieta Prunedaetal JF, et al 5 quienes obtuvieron mayor frecuencia de aparición en los examinados del sexo masculino.
En estudios realizados por Silva Contreras AM, et al1 se encontró que fueron los pacientes de 18 años los más afectados, coincidiendo dicho resultado con la investigación, aunque ellos además exponen que esta enfermedad es directamente proporcional a la edad y en el estudio los números no se comportaron totalmente a favor de dicho planteamiento.
Se coincide con fundamentos avalados por Leyva Ponce de León A, et al8 quienes plantean un alto índice de aparición de cefalea entre sus estudiados. Un estudio realizado por Alcolea Rodríguez JR, et al9 reportan que el 72 % de los pacientes examinados presentó alteraciones dentarias, resultados en cifras similares a la presente investigación. Es por ello que, desde las consultas de atención estomatológica en la atención primaria de Salud, debe pesquisarse tempranamente este hábito para colocar tratamiento oportuno y de esta manera impedir que llegue a convertirse en una enfermedad que ocasione lesiones severas del aparato estomatognático.
Referente al sexo y su relación con los factores de riesgo predominantes fueron la cefalea y las alteraciones dentarias los factores de mayor aparición, siendo en ambos casos las mujeres las más afectadas lo que coincide con lo encontrado por Delgado Izquierdo Y, et al 10 en estudios realizado en la provincia Sancti Spíritus, pero difiere de los resultados obtenidos por García Gascón A, et al.11
Coincidiendo con otras investigaciones8 realizadas la cefalea afectó en un alto índice porcentual a los pacientes estudiados de 18 años y las alteraciones dentarias estuvieron igualmente arraigadas en esta edad con un alto índice de afectados; dicho elemento se recomienda ser más cuidadosos durante la evaluación de la oclusión dentaria en pacientes jóvenes con estos de tan solo 18 años.
El factor de riesgo que con más frecuencia se encontró fue el estrés con 96 % de aparición, resultado que coincide con los obtenidos por Ruiseco Palomares Y, et al y colaboradores.12 Sin embargo difiere de Murrieta Pruneda JF, et al,5 ya que en sus investigaciones hubo predominio de dicho factor de riesgo pero en el sexo masculino, no resultando así en el presente trabajo.
El estrés predominó en los pacientes de 18 años y la ansiedad y/o trastornos del sueño en los de 17 años. Más alarmantes son los resultados arrojados por Díaz Gómez SM3 donde casi la totalidad de la muestra examinada presentó dichos factores de riesgo.
Sin embargo, aunque la aparición de interferencias oclusales ocupa un tercer lugar en la tabla de factores de riesgo del actual estudio se haya pertinente resaltar que las mismas son causantes de trastornos musculares, articulares, así como trauma a nivel del diente, tal como lo plantea Kataota K, et al.13
Resulta primordial detectarlas de forma precoz y no solo verlas asociadas al bruxismo, sino más bien como un potencial factor de riesgo asociado a varios trastornos disfuncionales del sistema estomatognático. Por lo que es necesario que los estomatólogos tengan en cuenta durante el examen físico bucal que algunos factores presentes en el engranaje dentario no causan bruxismo, pero que se deben valorar y analizar con factores psicosociales y patológicos asociados para establecer un mecanismo de retroalimentación, propiciando con ello una correcta funcionabilidad de la morfología oclusal en adolescentes y pacientes en general.
Finalmente, y en concordancia con la bibliografía consultada, este estudio permitió concluir que la cefalea y las alteraciones dentarias, así como el estrés, la ansiedad emocional y/o trastornos del sueño tuvieron relación significativa con el bruxismo en pacientes adolescentes, lo que posibilita proponer nuevas investigaciones sobre factores relacionados con el origen y prevención de dicha enfermedad para así lograr controlar sus riesgos y daños a la salud bucal y general.
CONFLICTO DE INTERESES
Los autores declaran que no existe conflicto de intereses