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Revista Médica Electrónica

versión On-line ISSN 1684-1824

Rev.Med.Electrón. vol.37 no.5 Matanzas set.-oct. 2015

 

ARTÍCULO HISTÓRICO

 

La mujer en la dirección de las Ciencias Médicas en Colón (1982-2014)

 

Women in Medical Sciences management in Colon (1982-2014)

 

 

MSc. Mercedes Vázquez Lugo, MSc. Neida Loreta Ortíz Sánchez, Ing. Jorge Catalino Inda Hernández, Lic. Mileyvis Álvarez Aragón, MSc. Dialys Ángela Rodríguez González

Filial Universitaria de Ciencias Médicas Dr. Eusebio Hernández Pérez. Matanzas, Cuba.

 

 


RESUMEN

La incorporación de la mujer a la dirección ha sido decisiva en los logros obtenidos en la docencia dentro de la salud pública cubana, lo que imprime aires renovadores. Con el objetivo de describir la incorporación de este género a la dirección de las Ciencias Médicas en la filial del municipio Colón, provincia Matanzas, durante los años 1982 a 2014, se realizó un estudio, tomando como guía la periodización de la salud pública cubana, desde la colonia hasta los años actuales de la Revolución. Se evidenció que en los primeros períodos de la salud pública, fue muy poca la participación de la mujer en los procesos de dirección. De igual manera sucedió en la Filial Universitaria de Ciencias Médicas “Dr. Eusebio Hernández Pérez”, desde 1982 hasta el 2006, año a partir del cual se apreció el incremento de la participación de las féminas en la conducción de los procesos sustantivos de esta institución.

Palabras clave: mujer, dirección, Ciencias Médicas, historia.


ABSTRACT

The incorporation of women to management has been decisive in the outcomes reached in teaching in the field of the Cuban public health, like an addition of fresh air. With the aim of describing women´s incorporation to the management of the Medical Sciences University Branch of Colon municipality, province of Matanzas, during the period 1982-2014, we carried out a study, taking as a guidance Cuban public health periodization, from the colonial period to the current years of the revolutionary period. It was made evident that in the first public health periods, women´s participation in the management processes was very low. The same happened in the Medical Sciences University Branch “Dr. Eusebio Hernández Pérez”, since 1982 until 2006, a year from which there it was an increase of women´s participation in the management of this institution’s main processes.

Key words: women, management, Medical Sciences, history.
 


 

 

INTRODUCCIÓN

La mezcla de delicadeza y firmeza que caracteriza a la mujer, es una combinación que deleita, fascina y enseña su fortaleza de carácter para afrontar las dificultades. A lo largo de la historia, han sido luchadoras sociales, actrices, reinas de belleza, escritoras, destacadas en la ciencia, en el arte, en la política, en la economía.(1)

La sociedad le asigna al hombre y a la mujer determinados roles, por el hecho de pertenecer al sexo masculino o femenino, estructura denominada género. El sistema de género es un conjunto de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual anatómica-fisiológica, y que dan sentido a la situación de impulsos sexuales, a la reproducción de la especie humana y, en general, a la relación entre las personas. El género es visto como un conjunto de fenómenos determinantes de la vida social, colectiva e individual. Generalmente las sociedades reconocen dos géneros: masculino y femenino, basados en un conjunto de cualidades y atributos vitales que se adquieren como parte de un proceso pedagógico que se enseña, se aprende y muchas veces se desobedece.(2,3)

El género femenino tiene características y necesidades particulares que resultan no solo de las condiciones fisiológicas y psíquicas del fenotipo femenino más relacionadas con el sexo, sino de un patrón históricamente determinado de relaciones sociales y culturales que determinan aspectos sustantivos de la calidad o falta de calidad de vida de las mujeres, de los cuales depende su bienestar o salud.(4)

Existe una preocupación generalizada de que la involucración creciente de la mujer en múltiples roles se traduce en más responsabilidad en el trabajo y la familia, que puede dañar su salud física. Tradicionalmente las mujeres son responsables del manejo doméstico, por lo que el empleo añade obligaciones a su vida y, generalmente, hay poca disminución de las tareas en el hogar. Por contraste, los hombres se concentran en sus responsabilidades del trabajo.

No son pocos los países del mundo donde las mujeres tienen condiciones de vida más precarias que los hombres; carecen de derechos políticos y civiles; tienen problemas en el acceso a la educación, salud, trabajo, y están sometidas a la violencia y a la prostitución como única forma de sustentación. La mayoría de las mujeres en los países de América sufren los procesos destructivos del trabajo, incluso los que comparte con el varón, por sus capacidades y vulnerabilidades específicas, que son propias de su condición de género, como en la realización de la triple carga laboral. El trabajo doméstico y la vida reproductiva les afectan y le agravan mucho más las estrategias de supervivencia humana,(5-7) aunque hay varios países que dan pasos para lograr la incorporación de la perspectiva de género en muchos sectores de la vida y en la docencia de las universidades.(8,9)

La mujer cubana ha logrado constituir una fuerza cuantitativa y cualitativa importante dentro de la sociedad. Baste recordar la Constitución de la República de Cuba, donde se expresa, en su artículo 42, que la discriminación por sexo está sancionada por ley.(10) Asimismo, se establece el acceso a todos los cargos y empleos del Estado, ascender en todas las jerarquías de las fuerzas armadas, percibir salario igual por trabajo igual, disfrutar de la enseñanza en todas las instituciones docentes, recibir asistencia médica en todas las instituciones de salud, entre otras. A pesar de esto, la familia y la sociedad exigen aún a la mujer cubana, con bastante fuerza, la responsabilidad en la crianza de los hijos y en el trabajo doméstico, lo que limita las posibilidades de realización profesional y atenta contra el tiempo que deben dedicar a la superación, e incluso al disfrute personal.

En general, las mujeres en Cuba representan el 66,4 % de todos los técnicos y profesionales del país del nivel medio y superior, y el 67 % en el sector de la salud.(11) Más del 60 % de los médicos y estomatólogos son mujeres, al igual que inmunólogos, dermatólogos y psiquiatras. Se sobrepasa esta cifra si se habla de neurólogos y nutricionistas, que alcanza el 70 %. Las mujeres representan la mitad del total de científicos que tiene la Isla, con 53,2 %, y representa un 30 % aproximadamente de los dirigentes del país.(12) La pirámide de responsabilidades y el acceso a los más altos niveles disminuyen proporcionalmente en relación con la mayor jerarquía, y puede influir en este comportamiento la tradición, la selección de los dirigentes, así como las condiciones de trabajo para realizar este tipo de labor, que requiere de mucho tiempo y esfuerzos.

A pesar de los logros alcanzados en el país, que indudablemente han disminuido las brechas de género en comparación con otros lugares del mundo, existen determinadas formas de pensar y actuar que inciden en las desigualdades presentes entre hombres y mujeres; de ahí la necesidad de abordar otras variables que sean capaces de expresarlas.(13) Una de estas brechas se encuentra en el momento de ejercer puestos de dirección, a lo que no escapa el área de las Ciencias Médicas.

Ante esta problemática, se realizó un estudio donde se aborda la evolución, de manera gradual, de la incorporación de la mujer a la dirección en el área sanitaria, desde la colonia hasta los años actuales de la Revolución Cubana.  Centralizado en la sistematicidad de la presencia femenina en la gestión de los procesos docentes de las Ciencias Médicas en la filial universitaria del municipio Colón, provincia Matanzas.

 

DESARROLLO

En la bibliografía consultada no se encontraron evidencias de la participación de la mujer en la dirección del área sanitaria durante el período colonial, lo que pudo estar influido por las restricciones que para el sexo femenino existían durante esa época en Cuba. Se recuerda que en 1889 se graduó la primera mujer médico cubana, la doctora Laura Martínez Carvajal del Carmen, oftalmóloga.(14) En estos años, los cargos de dirección estaban reservados a los hombres, lo cual respondía al carácter patriarcal de la sociedad durante ese período.

A pesar de los grandes cambios que se ofrecieron en la enseñanza universitaria a partir de las reformas de noviembre de 1899 (Plan Llanuza) y julio de 1900 (Plan Varona), la presencia de las mujeres no se hizo sentir por muchos años en el más alto centro docente superior. Durante la primera intervención norteamericana (1899-1902), no hubo ninguna graduación de mujeres en la Facultad de Medicina de dicha institución.(15)

Si bien las puertas de la Facultad de Medicina se fueron abriendo lentamente para el estudio de la mujer cubana durante los primeros años de la república mediatizada, de 1902 a 1922 solamente catorce obtuvieron sus títulos; las puertas de la enseñanza en dicha facultad fueron mucho más difíciles de traspasar para ellas.(15)

El 24 de octubre de 1904 se graduó de doctora en medicina Luisa Martina Pardo Suárez, la segunda mujer en alcanzar este grado en la universidad habanera; la primera lo había logrado en el mismo curso diez días antes, Fidelia Mestre y Hevia. Fue la doctora Pardo Suárez la primera mujer en llegar al profesorado en la Facultad de Medicina. Unos días después de finalizada su carrera, el 3 de noviembre de 1904, obtuvo por oposición la plaza de ayudante graduada de la cátedra de Histología Normal y Anatomía e Histología Patológicas. Este cargo lo mantendría por oposiciones anuales hasta el 20 de marzo de 1924, en que fue nombrada por concurso profesora auxiliar interina de la cátedra de Anatomía e Histología Patológicas. El 27 de enero de 1927, obtuvo también por concurso la plaza de profesora auxiliar interina de la cátedra de Histología Normal, cargo que mantuvo hasta el 28 de octubre de 1931, en que se jubiló.(16)

Hasta 1960, solamente tres mujeres lograron alcanzar cátedras en la Facultad de Medicina: la doctora Rita Shelton y Villalón, en la cátedra de Anatomía e Histología Patológicas; y las doctoras María de los Ángeles Govín y Gómez y Viola Márquez Biscay, en la de Bacteriología. Pero si difícil fue el ingreso para la mujer en la alta docencia médica de nuestro país, infranqueable le fueron las puertas de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, donde ninguna mujer pudo alcanzar un sillón académico. Muy parecida fue su situación en las demás sociedades científicas, donde muy pocas llegaron a ser miembros titulares. La primera en alcanzar ese honor lo fue la doctora Francisca Rita Fernández Valenzuela, en la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana.(16)

Con el triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959, la mujer alcanza su igualdad de derechos definitivamente. Los cambios que se produjeron en la Universidad de La Habana, determinaron el éxodo de sus profesores más reaccionarios, y la mujer ocupó cátedras que obtuvo por sus méritos indiscutibles, sin limitación discriminatoria alguna. Así, en septiembre de 1960, ingresa la primera mujer después del triunfo revolucionario, la doctora María E. de Zayas Ávila, en el departamento de Microbiología, seguida por otras doctoras que ingresaron en los primeros años.(16)

Actualmente, Cuba se proyecta internacionalmente como una potencia médica al servicio de la humanidad, y la mujer cubana ocupa su puesto en los más disímiles cargos dentro de la organización, docencia e investigación de la salud pública, y cada vez son más las que por sus aportes a la investigación alcanzan distinciones en el Premio Anual al Mejor Trabajo Científico del Ministerio de Salud Pública. Tal es el caso de la Doctora en Ciencias Gisela Martínez Antuña, y las doctoras Rosa Elena Simeón Negrín y Concepción de la Campa Huergo,(16) las que a juicio de los autores son el símbolo de la mujer en la más alta medicina cubana del período revolucionario.

Asimismo, Cuba es uno de los pocos países del continente donde un elevado porcentaje de los trabajadores en el sector de la salud son mujeres y, por tanto, en consonancia con ello, se cuenta con su presencia en responsabilidades de dirección, políticas o administrativas.(12,17)

Las condiciones actuales del país, sometido a un bloqueo económico, comercial y financiero por más de 40 años, actualmente recrudecido, hace que estos roles se sobredimensionen en la mujer cubana de hoy. En la clausura del VI Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas, el Comandante Fidel Castro expresó: “Sería muy injusto que no tuviéramos siempre presente, que en estas especiales circunstancias que estamos viviendo, en este período especial, el peso fundamental de los sacrificios, la parte más dura de los sacrificios la llevan las mujeres”.(18)

En 1984, los policlínicos se convirtieron en policlínicos en la comunidad, con el surgimiento del modelo del Médico y la Enfermera de la Familia y la Atención Primaria de la Salud. Esto alcanzó su máxima relevancia y esplendor con la creación de los policlínicos universitarios, porque los especialistas de la salud se forman en la comunidad, lo que coadyuva a la profundización de las relaciones interpersonales, a través de las cuales los profesores son capaces de trasmitir las aptitudes éticas y morales a los educandos. Si en sentido general la universidad se debe a la sociedad donde se desarrolla, en la salud esto adquiere un valor trascendental, pues es la entidad que agrupa procreación, higiene, nutrición, bienestar y calidad de vida, entre otros. Ese ha sido y será el sentido de la universidad médica en Cuba.(19)

Es en la década de los ochenta, precisamente en 1982, que en el municipio de Colón, se inicia la docencia médica, con estudiantes de sexto año de la carrera Medicina, provenientes de la Facultad de Ciencias Médicas de Matanzas. En ese entonces la filial colombina fue concebida como unidad docente adjunta al Hospital Dr. Mario Muñoz Monroy, de dicho municipio, y dirigida por el Dr. Samuel Sánchez Ruiz (especialista en Medicina Interna),(20) y subdirector docente de dicha institución. Contaba con dos cuadros de dirección, del sexo masculino. Posteriormente, en el curso 1985-1986, se completa con estudiantes de todos los años de la carrera Medicina, y todos los cuadros continúan siendo hombres, en las figuras de los doctores Jorge Pérez Toscano y Víctor Junco (especialistas en Urología). En 1993, la filial fue acreditada por el Consejo de Dirección de la Facultad de Ciencias Médicas de Matanzas, mediante la resolución 13-1993, como Filial de Ciencias Médicas, y nombrado director el doctor Luis de la Caridad Medín Perdomo.

En 2001, es que comienza a laborar la primera mujer como directora de la institución, la doctora Odalis del Rosario Marrero, especialista en Medicina General Integral. En 2005, se incorporan estudiantes de otras carreras como Estomatología, Licenciatura en Enfermería y Licenciatura en Tecnologías de la Salud, por lo que la plantilla del centro asciende de 34 trabajadores a 137.

Un año más tarde, pasa a director del centro el doctor Orlando Cuevas Jomarrón, pero de 18 cuadros en la dirección de los procesos, 12 de ellos eran mujeres. En 2010, después de un reordenamiento de plantillas y aumento de las matrículas, se aprueban 22 cuadros, de ellos 16 ocupados por féminas. En el 2013, por un crecimiento de matrículas al reunificarse a esta filial, los estudiantes de los municipios aledaños, y unirse la unidad tecnológica Dr. Mario Muñoz Monroy, del mismo municipio, la plantilla de cuadros aumentó a 32, de ellas 23 mujeres. Con la reorganización del sistema de salud en 2014, disminuye el número de cuadros a 28, de ellos 20 féminas.

Por lo que se aprecia, existe un elevado número de mujeres en la dirección de los procesos sustantivos de la universidad, destacándose las licenciadas Ana María Sánchez Silva y Marta Sáez Zulueta, como directivas en la unidad docente tecnológica; la licenciada Anabel González Sánchez, como jefa de la carrera de Licenciatura en Enfermería; la licenciada Dianelis Dueñas González, subdirectora de Ciencia e Innovación Tecnológica; la licenciada Mercedes Vázquez Lugo, como secretaria docente y subdirectora académica; la doctora Odalis del Rosario Marrero, jefa de la carrera de Medicina y subdirectora académica en la actualidad, entre otras que se han mantenido dirigiendo los diferentes departamentos docentes.

En correspondencia con el aumento de la presencia femenina en subdirecciones —la académica, de Ciencia e Innovación Tecnológica, la subdirección primera—, secretaría docente, departamentos como Ciencias Sociales, Idiomas, Información Científica, Bioestadística y Computación, metodólogas de las carreras de Medicina, Enfermería y Tecnologías de la Salud, así como en diferentes perfiles tecnológicos, se aprecia un aumento en los resultados, que han sido reconocidos a diferentes niveles, y que engloban todos los procesos de la vida en la Filial, donde se refleja el amor, los sentimientos, la calidad y la responsabilidad que le imprime la mujer a su obra.

Aunque es bueno señalar que desde el 2006 la máxima figura directiva y representativa ha sido un hombre, como sucede en muchas universidades de Cuba y del mundo, demostrado esto en otros estudios.(21,22) Ejemplo de ello se puede apreciar en las Ciencias Médicas en Matanzas, que desde su fundación, en 1976, es nombrado como primer decano al doctor Juan Casola Santana. En 1981, ocupó la dirección el doctor Gumersindo Suárez Surí, y la ejerció durante la década de los ochenta. En 1990, la doctora Esther Báez Pérez asume la función de decana de la Facultad. En 1998, el psicólogo Cristóbal Mesa Simpson la sustituye en ese cargo.

Durante el período 2003-2009, se produce la municipalización de las carreras de las ciencias médicas, siendo el decano de la Facultad el doctor Víctor Junco. En octubre de 2009, fue nombrado el doctor Tomás Toledo Martínez como rector de la misma, y como decano, en 2010, el doctor Ridel Febles Sanabria. Es en 2011 que se nombra a una mujer, la doctora Juana María Cuervo Ledo, como rectora de la Universidad de Ciencias Médicas, y en septiembre de 2014, como decana, la doctora Elizabeth Medina Tápanes.(23) Desde el inicio de la docencia médica en Matanzas han transcurrido 45 años de historia, y el fortalecimiento de la presencia femenina en los cargos de dirección se ha apreciado en estos últimos 4 años.

La mujer otorga al universo ese lado femenino del mismo: detallista, meticulosa, cuidadosa, ordenada, inteligente, con voluntad de hierro, hermosa, fina, alegre, extrovertida, luchadora, colaboradora, firme.(1)

 

CONCLUSIONES

Durante el período colonial no se encontraron evidencias de la participación de la mujer en la dirección del área sanitaria, lo que pudo estar influido por las restricciones que para el sexo femenino existían durante esa época en Cuba.

El papel de la mujer cubana después del triunfo revolucionario de 1959, constituyó una revolución dentro de otra revolución: la lucha de las féminas por su emancipación y reconocimiento político y social y, en especial, en la salud pública cubana.

En los primeros años, muy poca fue la participación de la mujer en los procesos de dirección de la Filial Universitaria de Ciencias Médicas “Dr. Eusebio Hernández Pérez”. A partir del 2006 se incrementaron las mujeres ejecutivas y la formación de recursos humanos femeninos, fortalecida por mujeres directivas el área de la docencia en esta institución. La participación de la mujer en la conducción de los procesos sustantivos de la universidad en la filial, le imprime aires renovadores a la conducción científica del proceso docente educativo.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido: 26 de enero de 2015.
Aceptado: 2 de abril de 2015.

 

 

Mercedes Vázquez Lugo. Filial Universitaria de Ciencias Médicas. Dr Eusebio Hernández Pérez. Maceo No. 261, e/t López Coloma y Narciso López. Colón.Matanzas, Cuba. Correo electrónico: mercy23@fcmc.sld.cu

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